Monseñor Marcel Lefebvre |
CAPÍTULO
X
ENTREVISTA
A MONSEÑOR LEFEBVRE
Respuestas
de S. E. monseñor Marcel Lefebvre a las preguntas planteadas por un periodista para
The Age, de Melbourne, Australia.
— ¿Por
qué razón se llegó a este desacuerdo entre usted y el Vaticano?
El
desacuerdo provino de las nuevas orientaciones del Concilio Vaticano II y de
las reformas que siguieron.
La
"libertad religiosa", en nombre de la cual se suprime a todos los
Estados católicos, está concebida en un sentido que es absolutamente opuesto a
la doctrina oficial de la Iglesia católica.
El
"ecumenismo" que arrastra la reforma litúrgica es una actitud
totalmente nueva de la Iglesia respecto de los no católicos (sean protestantes,
musulmanes, budistas, hasta comunistas, masones,etcétera), manifiestamente opuesta a la doctrina y a la práctica de la
Iglesia católica durante veinte siglos.
Finalmente, la idea de "colegialidad" mal
comprendida está quebrando la unidad de la Iglesia constituyendo Iglesias
nacionales, por la desaparición del ejercicio de la autoridad personal del Papa
y de los obispos, en contra de la constitución divina de la Iglesia.
— ¿Ve usted alguna solución en las circunstancias
presentes? Y si hay una, ¿cuál es?
La única solución es el retorno a la doctrina
tradicional y a la experiencia saludable de la tradición según la sabiduría que
la Iglesia siempre manifestó para su aplicación en el espacio y en el tiempo.
Por eso suplico al Papa que nos deje hacer la
experiencia de la Tradición. Esta experiencia será un test de que la Tradición
tiene un carácter intemporal, adaptado a todos los tiempos y a todos los
lugares.
— ¿Cree que algún día usted podrá hacer que se
reconsideren las reformas del Concilio Vaticano II?
La experiencia de la Tradición secular de la Iglesia
ofrecerá el medio evidente para juzgar el error cometido por las nuevas reformas.
— ¿Cuál es su actitud actual frente al papa Paulo
VI
y su decisión de
suspenderlo a divinis?
Esta pregunta se divide en dos: La primera, o sea mi
actitud frente al Papa: Mi actitud siempre ha sido muy respetuosa y deferente,
muy sumisa cuando el Papa confirma la Tradición, pero firmemente opuesta cuando
el Papa orienta a la Iglesia en una vía contraria al magisterio de sus predecesores,
magisterio que es la expresión de una fe verdadera. En ese caso, el Papa comete
un abuso de poder, es decir, se opone a la finalidad de su autoridad que es la
de confirmar en la fe y no destruir la fe de los fieles y de los clérigos.
Esto facilita mi respuesta a la segunda parte de su
pregunta concerniente a mi "suspensión a divinis".
La nulidad de las sanciones tomadas con el seminario
y conmigo mismo obedece a dos motivos:
El primero es la ilegalidad de esas sanciones
tomadas sin ningún juicio por ningún tribunal; por consiguiente, de una manera
arbitraria y por abuso de poder;
el segundo es el objeto inadmisible de esas sanciones
que es el de hacernos admitir las nuevas orientaciones de la Iglesia desde el
Vaticano II.
— ¿Piensa usted seriamente en una próxima
excomunión?
Sobre este punto no tengo ninguna información, pero
Louis Veuillot nos dice que ¡"no hay nada más sectario que un
liberal"! Así que...
— ¿Cuáles son sus proyectos en lo inmediato? ¿Y
sus proyectos para el porvenir de su Sociedad?
Nuestros proyectos son continuar la actividad de la
Fraternidad Sacerdotal San Pío X, es decir, la formación sacerdotal y el ministerio
pastoral misionero en las diócesis.
— ¿Tiene intención de consagrar a un obispo? Si así fuera ¿sería muy pronto?
No tengo ninguna intención de consagrar a un obispo.
— ¿Cuál es la importancia del apoyo que le dan a
través del mundo, apoyo ideológico y financiero? "
Los últimos meses nos han mostrado manifiestamente
que muchos católicos en el mundo piensan como nosotros y estiman que los
resultados del concilio son decepcionantes y que es tiempo de volver a la
Tradición.
Financieramente conseguimos vivir e incluso
progresar gracias a las numerosas personas que nos sostienen de todos los países,
pero especialmente de Francia, Suiza y Alemania. Australia también nos envía
regularmente dádivas que ayudan a pagar las pensiones de dos seminaristas
australianos.
—Se ha dicho que su movimiento es de extrema derecha y tiene un objetivo político. ¿Qué piensa usted de eso?
En lo que concierne a la acusación de "extrema
derecha" respondo que si por el término de "derecha" se
entiende una concepción de la sociedad según el orden querido por Dios en la
autoridad, la disciplina, la justicia, se puede decir a justo título que somos
"de derecha". Si esta denominación "extrema derecha"
significa el abuso de autoridad por una dictadura personal abusiva o de un partido tiránico, evidentemente no lo somos.¿Tenemos
un objetivo político? Si "político" significa una acción realizada
dentro de la sociedad civil para darle un poder de nuestra elección, no
hacemos política en ese sentido. Pero no dudamos que los principios teológicos
y morales de la Iglesia tienen necesariamente una repercusión sobre la sociedad
que es creatura de Dios y debe pues obedecer a sus leyes. Es en este sentido
que, como los papas lo han proclamado, reprobamos el comunismo, el socialismo,
la sociedad atea o laicizante y predicamos el Reinado Social de Nuestro Señor
Jesucristo.
— ¿Cuál es su reacción ante las relaciones entre
el Vaticano y los países comunistas?
Basta juzgar por los resultados adquiridos, a saber:
el avance comunista en todos los frentes, en el mundo entero. El Vaticano habrá
bien merecido de los Soviets por la extraordinaria ayuda que habrá aportado a
su victoria. ¡Quizás muy pronto veremos cómo se manifestará el agradecimiento
de los comunistas! ...
— ¿Está usted en contra de todo lo que pueda unir a la Iglesia Católica con los grupos protestantes?
No estoy, por cierto, opuesto al retorno de los
protestantes a la unidad de la fe católica, pero no puedo aceptar un
sincretismo hecho de compromisos y de equívocos. Pienso que pocos protestantes
desean esta última solución.
—Finalmente, ¿no está usted cansado de su lucha?
¿Se puede estar cansado de creer, de tener una fe
fuerte e inquebrantable en Nuestro Señor Jesucristo, en su Iglesia? Estamos
persuadidos de ser muy poca cosa dentro de los acontecimientos que conforman la
historia de la Iglesia. Deseamos solamente servir de instrumentos a Nuestro
Señor para la salvaguardia de la fe que Él nos pide y que es la prenda de la vida eterna.
*
Esta conversación de monseñor Lefebvre con un periodista australiano tuvo lugar
el 10 de diciembre de 1976.