sábado, 28 de marzo de 2015

NON POSSUMUS: ENTREVISTA EXCLUSIVA A MONS. JEAN MICHEL FAURE


ENTREVISTA EXCLUSIVA A 
MONSEÑOR JEAN-MICHEL FAURE



25 de marzo de 2015

Monseñor Jean Michel Faure







Su Excelencia, hay algunos que se preguntan los motivos que llevaron a que su consagración fuera hecha con tanta discreción. ¿No habría sido mejor dar la mayor publicidad posible a un acontecimiento tan feliz?

La consagración debió ser hecha así para que no fuera impedida. La situación de Mons. Williamson sigue siendo delicada. Se eligió este monasterio por ser un lugar un poco alejado y que facilitara ciertas medidas de seguridad. Además los espacios acá son adecuados y se dispone de suficientes ministros para la liturgia. Ante todo, había que evitar cualquier disturbio, y eso se logró absolutamente.

Excelencia, ¿nos puede decir algunas palabras sobre la firma del protocolo de 1988? ¿Usted estaba con Mons. Lefebvre en esos días?

Yo no estaba, sino que me enteré de esos hechos como cualquier otro miembro de la FSSPX. El 5 de mayo de 1988 Mons. Lefebvre firmó un protocolo para un acuerdo con Roma en el que el Papa le reconocía el derecho a consagrar a un Obispo de entre los sacerdotes de la Fraternidad. En ese momento esto se consideró como algo necesario para que la obra de Mons. Lefebvre pudiera sobrevivir después de su muerte, pero tal cosa fue también el cebo y el anzuelo para obtener la firma de Monseñor. Pienso que cuando Mons. Lefebvre firmó ese documento tuvo un momento -muy pasajero- de debilidad, como fue el caso de Santa Juana de Arco, e igual que ella, él escribió, después de “la peor noche de su vida” una carta de retractación al representante del Vaticano, mediante la cual quedaba anulado el protocolo. Mons. Fellay no puede valerse de ese momento de debilidad retractada para decir que está imitando la conducta de Mons. Lefebvre. “Yo he ido demasiado lejos”, diría después Mons. Lefebvre, refiriéndose a la firma del protocolo. Sobre la diplomacia y sobre sus interlocutores romanos, Mons. Lefebvre no se hacía ninguna ilusión, según queda demostrado en muchas de sus declaraciones y en la determinación nada diplomática que aparece claramente en su declaración fundamental de 1974 sobre las dos Romas: la eterna y la modernista, o las dos iglesias: la católica y la conciliar. Y Mons. Fellay, en la medida en que confunde la Roma actual, oficial, modernista con la Roma eterna; se hace infiel a la Roma eterna, maestra de la verdad. Confunde iglesia conciliar -de la cual Mons. Lefebvre tanto habló- e Iglesia Católica. Para Mons. Fellay no hay más que una sola iglesia y una sola Roma: esto es la antítesis de la postura de Mons. Lefebvre.

Excelencia, en estos días hemos podido leer muchas críticas a su persona. Definitivamente el demonio no está muy feliz con su consagración. ¿Qué nos dice al respecto?

Lo que sucede es que nosotros pretendemos seguir lo más exactamente posible la línea de Mons. Lefebvre, por eso recibimos ataques de la derecha y de la izquierda, tal como le sucedió a  Mons. Lefebvre.

¿De la izquierda y de la derecha?

Sí. La izquierda son los que están llevando a cabo la integración de la FSSPX a la iglesia conciliar, y la derecha son los sedevacantistas. El sedevacantismo es una simplificación excesiva (y a veces no exenta de sentimentalismo, que se puede comprender) de la situación que, a nivel prudencial, no fue aceptado, luego de un profundo examen, por Mons. Lefebvre y los teólogos y canonistas de alto nivel que él podía consultar. En esto habría que hablar de una verdadera gracia de estado por parte de Monseñor Lefebvre, que tuvo, en cierta medida, el papel de San Atanasio frente al modernismo. Para nosotros no hay duda de que la Providencia lo puso para guiarnos en esta crisis de la Iglesia que ha empeorado desde la muerte de él, pero que sigue siendo sustancialmente la misma. No se puede decir que Francisco tenga una responsabilidad mayor que Pablo VI o Juan Pablo II en el desarrollo de esta crisis que enfrentaron Mons. Lefebvre y Mons. De Castro Mayer, el P. Calmel y tantos grandes teólogos.

Sin embargo, Ménzingen dice que Su Excelencia y Mons. Williamson reconocen a las autoridades romanas “de modo puramente retórico”.

Ni más ni menos que Mons. Lefebvre. Por eso es que también nos atacan los sedevacantistas, y de modo bastante violento.

¿Su Excelencia reza en las misas por el Papa Francisco?

Yo cumplo las instrucciones de Mons. Lefebvre al respecto: rezar por el Papa y denunciar sus herejías, a ejemplo de San Atanasio y tantos santos que tuvieron que oponerse a los Papas de su época.

A propósito de estos Papas liberales y modernistas y de la cuestión Iglesia Católica – iglesia conciliar, ¿Su Excelencia concuerda con la postura que los Dominicos de Avrillé exponen en el estudio titulado “Una Jerarquía para Dos Iglesias"?

Sí.

Sigamos con el tema del Papa. En la entrevista anterior preguntamos al Padre Faure que haría si fuera invitado al Vaticano por el Papa Francisco. Ahora le preguntamos a Monseñor Faure qué le diría a Francisco.

Ante todo, digo que tal entrevista es prácticamente imposible, ya que una condiciónsine qua non sería la presencia de Mons. Williamson y otros sacerdotes nuestros, siendo excluido absolutamente cualquier tipo de “negociación” en vista a un acuerdo del tipo que sea mientras, como decía Mons. Lefebvre, no exista una conversión radical de Roma aceptando, de hecho y de derecho, todas las encíclicas anteriores al Vaticano II, así como las condenas en contra del liberalismo y del modernismo que ellas contienen; lo que aparentemente no sucederá antes de la tercera guerra mundial (que parece próxima). Yo le diría al Papa: ¿a qué iglesia pertenece usted, a la Iglesia Católica o a una falsificación de la Iglesia? Su función es confirmar en la fe a sus hermanos. Le recordaría estas palabras de San Pablo: vuestra autoridad es para edificar y no para destruir (2 Cor 13, 10), para edificar y no para destruir ni disminuir la fe y la moral de los católicos. Le diría también esto, citando a Mons. lefebvre: ¿Está Usted de acuerdo con todas las grandes encíclicas anteriores a Juan XXIII y con todos los Papas hasta Pío XII inclusive? ¿Está Usted en “plena comunión” con esos Papas y con sus enseñanzas? ¿Acepta el juramento anti modernista? ¿Está a favor del Reino social de Nuestro señor Jesucristo? Si Usted no acepta la doctrina de esos predecesores suyos, es inútil hablar con Usted. Es porque somos fieles a la Roma eterna que nos vemos obligados a separarnos de la Roma modernista y liberal, actual y oficial. No es porque Ménzingen se esté dejando seducir que un Mons. Williamson o yo caeríamos en la misma trampa.

Volviendo a lo de las críticas y mentiras respecto de su persona, algunas de ellas son extremadamente ridículas. Por eso perdone esta pregunta que formulamos con el fin de honrar a la verdad y de proteger a algunas almas simples y excesivamente crédulas: ¿nos puede decir algo sobre las circunstancias del entierro de su padre?

El 3 de marzo de 1986, el cuerpo de mi padre fue llevado a mi casa para ser velado. Ahí fue puesto sobre mi cama y no en el piso, como falsamente pretenden los calumniadores sedevacantistas. ¡Que digan los nombres de los testigos! Personalmente yo puedo nombrar al Padre Canale FSSPX, que celebró la misa de Requiem, al P. Ricardo Olmedo FSSPX y a los profesores del seminario, que conocían los hechos; a los seminaristas que hoy son Padres, al P. Schmidberger FSSPX, que estuvo en la misa y en el cementerio, y también a los miembros de la familia Masuda, que fueron grandes benefactores del seminario en los comienzos de éste y que estuvieron toda la noche en la velación. Éstos, más tarde, acogieron en su campo, por misericordia, la veintena de seminaristas que salieron del seminario con ocasión de la rebelión sedevacantista de 1989. Mi padre está enterrado en el pequeño cementerio del seminario de la Fraternidad, donde su tumba es bien visible. A su misa asistieron todos los seminaristas y muchos sacerdotes y fieles. En ese episodio nada hubo de raro y nada hay que ocultar, sino que lo que hay en esto es un ejemplo de la lógica sedevacantista para poder decir que el Obispo Faure es judío: yo nací en Argelia; los judíos son numerosos en Argelia; luego, ¡yo debo ser judío! Pero como los musulmanes son mucho más numerosos, ¿acaso no seré un musulmán marrano? Contra las calumnias e invenciones más ridículas, yo dispongo en Francia de un bien hecho árbol genealógico de mi familia, que haré público cuando vuelva allá.

¿Y qué nos puede decir sobre la crisis que tuvo lugar en el seminario de Argentina en 1989? También se le culpa de eso.

Acerca de la crisis del seminario de Buenos Aires, aclaro que yo llegué a México el día 24 de septiembre de 1985, cinco días después del terrible terremoto, luego de haber sido nombrado como Superior del Distrito de México, pero esa crisis tuvo lugar en 1989, en el marco de la rebelión sedevacantista en contra de Mons. Lefebvre. El director, un profesor y varios Padres de esa tendencia habían influenciado a la mitad de los seminaristas de La Reja, los que en 1989 esperaron la visita del P. Schmidberger para salir en masa del seminario e irse a un “seminario” hecho por un grupo seglar mejicano. Fracaso total: un pequeño grupo de ellos se quedó en un monasterio abandonado cerca de Córdoba, Argentina, y luego en los alrededores de Luján y finalmente en El Bolsón (al Sur de Argentina). Entonces es una falsedad evidente que el supuesto escándalo del entierro de mi padre, ocurrido tres años antes, haya provocado la salida inmediata de esos veinticinco seminaristas. Sobre estos hechos escribe Mons. Tissier em la biografía de Mons. Lefebvre (pág. 546, 2da. Edic. correg., Edit. Clovis, 2002).

viernes, 27 de marzo de 2015

LA NEO-FSSPX SE CONDENA A SÍ MISMA



Consagración episcopal

 De un obispo católico / De un obispo modernista

     Mons. Jean-Michel Faure   /  Mons. Víctor «Tucho» Fernández 






¿Para qué lado se inclina la Neo-FSSPX?

¿A quién condena y con quién busca entenderse?

¿A quiénes rechaza y con quiénes dialoga?

He aquí el pensamiento actual de la Neo-FSSPX, expresado en su comunicado oficial y en sus defensores en diversos sitios y blogs de Internet:


“La Fraternidad San Pío X deplora que este espíritu de oposición resulte en esta consagración episcopal”.

“La Fraternidad San Pío X denuncia la consagración episcopal del R. P. Faure”

“Es el espíritu cismático -de no sumisión al Romano Pontífice- lo que motiva esta ordenación”

“El Padre Faure se ha excomulgado automáticamente (al igual que Mons. Williamson). Carecen de la jurisdicción ordinaria y de la de suplencia. Sus actos del poder de orden son por lo tanto ilícitos.”

“La FSSPX está dispuesta a llegar a un acuerdo con Roma siempre que no se hagan concesiones para la Fe. Mons. Williamson en cambio descarta todo acuerdo con Roma y por ello su actitud cismática de hoy no es más que su consecuencia”.

“Un acto cismatico que amerita la excomunion automática de consagrante y consagrado”.

 “…ahora será más claro: por un lado la FSSPX dentro de la Iglesia, por otro los de la resistencia, fuera de la Iglesia. Ya no nos podrán meter en la misma bolsa de gatos, llamandonos lefebvrianos”.

“Una propuesta de Roma reconociendo a la Tradición tal cual es y que no implique una concesión para la Fe debe ser obedecida aunque "Roma" no se "convierta" en su totalidad. De lo contrario desconocemos su autoridad para mandar cosas legítimas”.

“Que el asistente de la FSSPX prefiera exponer la doctrina en positivo y no en negativo es bueno. Es un hecho palmario. Prefiero que el sermón se integre con el Evangelio del día y no que me recuerden el Syllabus que lo sé de memoria”.


¿Acaso estas declaraciones no podrían estar hechas por los mismos conciliares? Las mismas cosas de que acusaron a Mons. Lefebvre se usan para acusar a Mons. Williamson y Mons. Faure. Ese deseo que vemos de ingresar a la estructura de la iglesia conciliar, porque la FSSPX se siente fuera de regla, ya se había dejado en claro cuando Mons. Fellay dijo, en su boletín interno a los sacerdotes, que había que cambiar la posición con respecto a la Iglesia oficial (ya no hablaba de iglesia conciliar o modernista), y también al decir: “Serán las circunstancias concretas las que nos muestren cuando será el tiempo de "dar el paso" hacia la Iglesia oficial” (Cor Unum, nº 101, marzo 2012). Por supuesto, esas “circunstancias concretas” no eran las que había dicho Mons. Lefebvre: el regreso de Roma a la fe católica.

Vemos también que se ha impuesto esta idea: La FSSPX está dispuesta a llegar a un acuerdo con Roma siempre que no se hagan concesiones para la Fe”, es decir que lo único que importa es la Fraternidad. No interesa que Roma sí haga concesiones en materia de fe. Lo cual muestra también el grado de ingenuidad de parte de quienes hablan así, puesto que el diablo usa la iglesia conciliar para acabar con la verdad católica. Y es el mismo diablo quien ha suscitado ese deseo –bajo la excusa de hacer un bien- de la unión entre dos cosas que deben estar separadas, como son la verdad y el error. Ese regreso deseado es el que ha motivado los interminables diálogos y conversaciones desde hace años, los cuales han desangrado la congregación. Es el gran objetivo, incluso Mons. de Galarreta lo dejó claro en una entrevista al decir que puesto que no era realista esperar la conversión de Roma, entonces había que procurar que Roma, siendo tal cual es (es decir, apóstata y hereje) acepte a la FSSPX tal cual es. Se toman de una frase de Mons. Lefebvre que después fue repudiada por el mismo comportamiento y palabras del Arzobispo, que habló al final claramente de imponer él las condiciones a estos romanos a los que incluso tildó de “anticristos”.

Comprobamos al fin que se ha impuesto la idea de dialogar o negociar con Roma, cuando allí lo que hay que hacer es combatir, pues son enemigos de Cristo y su doctrina católica (aunque sean papas, cardenales y obispos; recordemos el anatema de Gál. 1,9; o también Mateo 7. 15-16). Pero ya no se identifica al enemigo como enemigo, entonces es lógico que no se lo combata y aún que se espere algo bueno de él. Aunque más no sea una “estampilla” de aprobación que diga “reconciliación plena”.

“Uno de los medios de conservar la fe, una de las primeras marcas de unidad, es la huida de los herejes” dijo Dom Guéranger.  Sin embargo la Neo-FSSPX se deshizo de sus hombres más antiliberales para ir al diálogo en busca de su “estampilla”. Y ahora repudian este acto católico -en el mismo orden de los realizados por San Atanasio, San Eusebio de Samosata y Monseñor Lefebvre- porque, claro, es beligerante contra los modernistas, no es una actitud diplomática, que es la única que para la Neo-FSSPX hay que tener. ¿No se la pasa hablando Francisco del diálogo y la cultura del encuentro? Por eso la Neo-FSSPX no quiere ser confundida y declara no tener nullam partem con esta consagración episcopal. ¡Incluso primereó como le gusta a Francisco!

Desde luego, como Menzingen quiere ser parte de Roma pero sin dejar de ser de la Tradición (o al menos de parecerlo), entonces muestran alternativamente dos caras: a veces complaciente con los modernistas romanos, a veces retomando la crítica al Vaticano II. Es un símil de los conservadores dentro de Roma, que defienden a la vez la Misa tradicional y el Novus Ordo, o que resisten a Francisco y elogian a Benedicto XVI.  Francisco es modernista, pero… -aparece el pero de los liberales- lo es en la práctica, no en la teoría. Y así en todo. Es la incapacidad para decir las cosas claramente, el eterno titubeo, la rastrera actitud de querer lograr algo sin jugarse del todo por ello. En suma, la prudencia de la carne.

La verdad, en cambio, es intransigente con el error y lo afirma claramente: “El Evangelio no debe ser acomodado al siglo so pretexto de adaptación. La verdad no es condescendiente sino intransigente. El mismo Señor nos previene contra los falsos Cristos (Mat. 24, 24), los lobos con piel de oveja (Mat. 15), etc., y también San Pablo contra los falsos apóstoles de Cristo (II Cor. 11, 13) y los falsos doctores con apariencia de piedad (II Tim. 3, 1-5). Es de admirar la libertad de espíritu que el Apóstol nos impone al decirnos que ni un ángel debería movernos de la fe que él enseñó a cada uno con sus palabras inspiradas. Véase II Cor. 11, 14, 13, 5 y nota. Cfr. 2, 4 ss. (Comentario de Mons. Straubinger a Gál. 1,9).

En este contexto de doble mensaje y ambigüedad de la Neo-FSSPX, se inscribe el SILENCIO apabullante de los sacerdotes y fieles a los que ya nada escandaliza ni mueve a reaccionar. Se ha perdido el amor a la verdad, por eso siempre hay una buena excusa para no hablar, para no protestar, para no declarar alto la verdad. Se teme ser sancionado, se teme ser mal visto, se teme perder los sacramentos, se teme ser señalado, se teme perder la comodidad, en fin, se teme. Y como si fuera una congregación de buenas beatas se promueve la devotería con abundancia de devociones y peregrinaciones, para disimular así la falta de decisión para cumplir con sus deberes de proclamar la verdad (como ejemplo, recientemente la visita del P. Trejo y comitiva a la Basílica de San José de Flores en Bs. As., “la” iglesia identificada con Jorge Bergoglio, donde incluso todos los 19 de marzo el hoy Francisco iba a celebrar la misa).  

Queremos terminar recordando este lenguaje, cada vez más desusado en las filas de la Tradición: “Hay que precaverse ante el fastidio y la fatiga por la visión de los incesantes combates que señalan el paso de la Iglesia a través de los siglos y jamás debemos olvidar que la Esposa del Salvador debe llevar y justificar en este mundo su glorioso nombre de militante. Combates contra la idolatría, combates contra la herejía, combates por su libertad: todo su pasado y todo su porvenir se encuentra ahí. Sus hijos deben acostumbrarse a la guerra. Si sueñan con una Iglesia tranquila quedarán decepcionados. El siglo de Constantino vio cómo se daba la paz a la Iglesia y sin embargo ninguna otra época fue más agitada, hasta el punto de que los santos doctores tenían nostalgia de los tiempos de los Decios y los Dioclecianos. Las raras y breves épocas en las que la autoridad de la Iglesia fue más respetada no quedaron exentas de tempestades, y en los días de Carlomagno, como en los de Inocencio III, las oleadas del error agitaron la barca de San Pedro. Hoy muchos tienen dificultades para aceptar esta condición. La polémica les escandaliza. El ruido de la menor controversia los inquieta. Pareciera que la religión va a venirse abajo si se discute sobre ella. Nuestros padres no fueron así y nosotros, sus indignos hijos, mereceríamos que ellos renegaran de nosotros si permanecemos en esta flojedad” (Dom Prosper Guéranger, Jesús-Christ, roi de l’histoire).

   
Publicado por Syllabus Errorum 




domingo, 22 de marzo de 2015

LA IGLESIA NO PUEDE CAMBIAR...

         
Gilbert Keith Chesterton

              La Iglesia no puede cambiar tan rápidamente como lo hacen los ataques contra ella. A veces se la sorprende dormitando y todavía defendiéndose de lo que se dijo  contra ella el lunes, descuidando la acusación completamente contraria que se le hizo el martes. A veces vive patéticamente en el pasado, hasta el punto de suponer inocentemente que el pensador moderno puede pensar hoy lo que pensaba ayer. El pensamiento  moderno la aventaja en el sentido de que desaparece por sí mismo antes de que la Iglesia haya podido refutarlo. La Iglesia es lenta y retardada en el sentido de que estudia una herejía más seriamente que los mismos heresiarcas.



 “A dónde llevan  todos los caminos”  de Gilbert Keith Chesterton.



sábado, 21 de marzo de 2015

EL CAPITÁN DEL TITANIC SIGUE HUNDIENDO A LA FSSPX

Sábado, 21 de marzo de 2015

Mons

eñor Fellay y el Capitán del Titanic




NON POSSUMUS

UNA ESTRATEGIA RASTRERA

Un verdadero "papelón" ha hecho Ménzingen al correr a "denunciar" la consagración de Monseñor Faure. Hasta los conservadores se sonrojaron ante la histérica reacción de la cúpula liberal de la FSSPX. Por eso Tornielli titula así su artículo de ayer: "La FSSPX 'excomulga' a Williamson". La maniobra del Capitán del Titanic tradicionalista consistió en lucirse ante Roma condenando a los "cismáticos" antes que la misma Roma, pero el carácter manifiestamente rastrero de esta estrategia está causando vergüenza y molestia al interior de la misma FSSPX, como es el caso de varios sacerdotes del Distrito de Francia, quienes ya no están dispuestos a soportar la deriva liberal de Ménzingen por mucho tiempo más, y para los que este episodio puede ser la gota que rebase la copa.

LO QUE BUSCAN LOS "DENUNCIANTES", IGUALMENTE EXCOMULGADOS A LOS OJOS DE ROMA LIBERAL Y MODERNISTA, ES SER ACEPTADOS POR ÉSTA.

Mons. Fellay necesita congraciarse con Roma liberal y apóstata a fin de conseguir la "estampilla" de católicos. Sí, porque Roma lo sigue considerando excomulgado a él y los otros dos Obispos de la FSSPX, según ha aclarado el Card. Müller: "La excomunión canónica de los obispos por las ordenaciones ilegales ha sido revocada, pero queda la excomunión sacramental, de facto, por el cisma" (sobre esto, leer más acá). Con la insólita "denuncia" que la Neo-FSSPX hizo ayer, se espera que Roma levante la condena que pesa contra la Neo-FSSPX, disminuya las exigencias y abra las puertas; todo como premio a la "buena conducta" de ésta. La respuesta inicial de Roma, dada por Mons. Pozzo, no se hizo esperar: la Fraternidad fue felicitada, se le aseguró la continuación de las conversaciones y se le volvió a ofrecer la prelatura personal. Las 30 monedas están ahí, esperando todavía.

OTROS TIEMPOS...

Algo como esto jamás se volverá a escribir en la FSSPX:

..."Por medio de su carta del 1º de julio pasado, Ud. se creyó obligado a informar a S. E. Monseñor Marcel Lefebvre, a S. E. Monseñor Antonio de Castro Mayer y a los cuatro obispos que fueron consagrados..., su excomunión latae sententiae. Juzgue Ud. mismo sobre el valor de una tal declaración que viene de una autoridad que rompe en su ejercicio con aquella de todos sus predecesores hasta Pío XII, en el culto, la enseñanza y el gobierno de la Iglesia.
En cuanto a nosotros, estamos en plena comunión con todos los Papas, y todos los Obispos que han precedido al Concilio Vaticano II, celebrando exactamente la Misa que ellos codificaron y celebraron, enseñando el Catecismo que ellos compusieron, oponiéndonos contra los errores que ellos condenaron muchas veces en sus encíclicas y cartas pastorales. Quiera Ud. entonces juzgar de qué lado se encuentra la ruptura. Estamos extremadamente apenados por el enceguecimiento de espíritu y el endurecimiento de corazón de las autoridades romanas.
...nosotros jamás quisimos pertenecer a ese sistema que se califica a sí mismo de Iglesia Conciliar y se define por el Novus Ordo Missae, el ecumenismo indiferentista, y la laicización de toda la sociedad. Sí, nosotros no formamos parte, nullam partem habemus, del panteón de las religiones de Asís; nuestra propia excomunión por un decreto de Vuestra Eminencia o de otro discasterio no sería más que la prueba irrefutable. No pedimos nada mejor que el ser declarados ex communione, fuera de la comunión, del espíritu adúltero que sopla en la Iglesia desde hace veinticinco años, excluidos de la comunión impía con los infieles...
El ser asociados públicamente a la sanción que fulmina a los seis obispos católicos, defensores de la fe en su integridad y en su totalidad, sería para nosotros una distinción de honor y un signo de ortodoxia delante de los fieles. Estos, en efecto, tienen absoluto derecho de saber que los sacerdotes a los cuales se dirigen no están en comunión con una iglesia falsificada, evolutiva, pentecostal, y sincretista"... (Carta Abierta de los Superiores de la FSSPX al Card. Gantin, Prefecto de la Congregación para los Obispos, de 1-7-88).           


Releer: "El Comandante del Titanic  Nos Va a Hundir", Entrevista al R.P. Faure.  




Publicado por Syllabus Errorum en 11:49

viernes, 20 de marzo de 2015

¡LA RESISTENCIA HA SIDO NORMALIZADA POR ROMA!


Viernes, 20 de marzo de 2015




LA RESISTENCIA QUEDA NORMALIZADA, ES DECIR, "EXCOMULGADA" POR LOS HEREJES

LOS LIBERALES ROMANOS FELICITAN A LA FSSPX

EL DIÁLOGO ENTRE ROMA Y LA FSSPX CONTINÚA

NUEVA INVITACIÓN A ACEPTAR LA PRELATURA PERSONAL


NON POSSUMUS


MONS. POZZO, SECRETARIO DE LA PONTIFICIA COMISION ECCLESIA DEI, HA DICHO HOY QUE LA CONSAGRACIÓN EPISCOPAL HECHA AYER HA PRODUCIDO UNA EXCOMUNIÓN LATAE SENTENCIAE.

AHORA BIEN, LO NORMAL, EN LA ACTUAL CRISIS DE LA IGLESIA, ES QUE LOS QUE PERMANECEN ENTERAMENTE CATÓLICOS Y COMBATEN VALEROSAMENTE POR EL BIEN DE LA IGLESIA, SEAN "EXCOMULGADOS" POR LOS HEREJES LIBERALES Y MODERNISTAS.

Fuente.
El Vaticano confirmó, el viernes 20 de marzo, la excomunión del obispo británico integrista Richard Williamson quien, el 19 de marzo de 2015, procedió en Brasil a la ordenación episcopal de un sacerdote francés, el P. Jean Michel Faure.

Interpelado por I.MEDIA, el Secretario de la Comisión Pontifical Ecclesia Dei, confirmó que después de este “acto ilegítimo”, el obispo negacionista, ya excluido de la FSSPX, fue excomulgado automáticamente.

EXCOMUNION “LAETAE SENTENTIAE”

“Monseñor Williamson ha consagrado obispo a este sacerdote que ya no pertenece a la FSSPX” -explicó Monseñor Guido Pozzo, precisando que el Prelado británico ha “realizado un acto ilegítimo”. “Cuando un obispo consagra a otro obispo sin mandato pontifical, él es excomulgado latae sententiae”, es decir, por el simple hecho de realizar este acto, recuerda el prelado romano antes de agregar que “las consecuencias canónicas deberán ser, en adelante, tomadas por la Congregación de los obispos, de quien es la competencia”.

A los ojos de Mons. Pozzo, el nuevo obispo ordenado ilícitamente -el francés Jean Michel Faure- es igualmente “uno de esos extremistas, que llegan hasta las últimas consecuencias, que han dejado la FSSPX”. Con 73 años, este allegado de Mons. Williamson contempla abrir un seminario en Francia para la Unión Sacerdotal Marcel Lefebvre, fundada por el Prelado británico y que reúne unos 60 sacerdotes.

SEGUNDA EXCOMUNION DE MONS. WILLIAMSON.

Expulsado de la FSSPX por sus posiciones extremas y su viva oposición a todo acercamiento con Roma, Mons. Williamson está excomulgado por segunda vez. Ilícitamente consagrado obispo en junio de 1988 por Mons. Marcel Lefebvre (1905-1991), entonces superior de la FSSPX, él fue excomulgado por Roma.

En enero de 2009, gracias a la mano tendida que aspiraba a permitir un regreso de la FSSPX al seno de la Iglesia, Benedicto XVI (2005-2013) decidió levantar la excomunión de los cuatro obispos consagrados por Mons Lefebvre. Pero las declaraciones negacionistas sostenidas algunos días antes por Mons. Williamson en la televisión sueca, avergonzaron a la Santa Sede y desataron una viva polémica.

EL GESTO DE MONS. WILLIAMSON VIVAMENTE CONDENADO POR LA FSSPX.

“Nosotros apreciamos lo que hizo saber la Casa General de la FSSPX, que se expresó muy claramente”, nos confió también Mons. Pozo. “Monseñor Williamson y el Padre Faure ya no son miembros de la FSSPX desde el 2012 y 2014 respectivamente, en razón de las vivas críticas que formularan contra toda relación con las autoridades romanas, denunciando que representaban – según ellos – una traición a la obra de Mons. Marcel Lefebvre”, precisó particularmente un comunicado. La FSSPX señaló igualmente que “todas las declaraciones de Mons. Williamson y del R.P. Faure demuestran constantemente que ya no reconocen las autoridades romanas, salvo de modo puramente retórico”.

EL DIALOGO CONTINUA ENTRE ROMA Y LA FSSPX.

Actualmente, nos confió por otro lado Mons. Guido Pozzo, el diálogo “continúa” con la FSSPX. “Algunos encuentros ya han tenido lugar y otros están previstos con ciertos prelados para profundizar los problemas que quedan por aclarar, en una relación de confianza”, continuó el Secretario de la Comisión Pontifical Ecclesia Dei, para quien, más allá de las dificultades doctrinales que subsisten, los problemas son “internos de la fraternidad”.

“El papa, dijo Mons. Pozzo, espera que la FSSPX decida entrar (en la Iglesia), y nosotros siempre estamos disponibles, con un proyecto canónico que ya es conocido”, a saber, la creación de una prelatura personal. “Es necesario un poco de tiempo, concluyó, para que las cosas se aclaren en lo interno y que Mons. Fellay pueda obtener un consenso suficientemente amplio antes de cumplir este gesto”.



Publicado por Syllabus Errorum 

jueves, 19 de marzo de 2015

¿POR QUE UNA CONSAGRACION EN 2015? - POR DOM TOMAS DE AQUINO OSB

Miércoles, 18 de marzo de 2015


Dom Tomas de Aquino


NON POSSUMUS





 ¿Por qué una consagración en 2015?

Porque la situación sigue siendo esencialmente la misma que en 1988. La Roma modernista que se manifestó en el Concilio sigue en su lugar y es cada vez más modernista y liberal. La perversión profunda del espíritu no hace más que acentuarse.

¿Pero por qué no esperar a que la Fraternidad San Pío X nos dé obispos?

Porque las autoridades de la Fraternidad han tomado una nueva orientación en las relaciones con Roma.

¿Quiere usted decir con eso que la Fraternidad abandonó la verdadera fe o el combate de la fe?

Quiero decir que la dirección de la Fraternidad ha tomado progresivamente en el curso de los últimos años, y sobre todo desde 2011 y 2012, una nueva orientación en sus relaciones con Roma.

Pero la cuestión es saber si la Fraternidad sí o no ha abandonado el combate de la fe. ¿Qué dice usted?

Lo propio de los liberales es la incoherencia. Pues bien, la dirección actual de la Fraternidad ha vuelto el combate de la Fraternidad incoherente. La parte sana de la Fraternidad trata de llevar este combate como en el pasado, pero el ala dominante, su Superior General, a la cabeza con el Padre Pfluger, persiguen a aquellos que quieren continuar este combate como antes.

¿Tiene usted pruebas de esto?

Las pruebas son abundantes. El rechazo de ordenar a los candidatos dominicos y capuchinos en la fecha prevista en 2012 es una de ellas. Los benedictinos de Bellaigue también fueron amenazados.
Pero mucho más grave y significativo fue la escandalosa expulsión de Monseñor Williamson, precedida por la orden de suspender los Comentarios Eleison. De hecho, Menzingen no soporta que se opongan a su nueva orientación. Menzingen no quiere que se continúe públicamente el combate de la fe como antes, siguiendo a Mons. Lefebvre y Mons. de Castro Mayer.
Los sacerdotes de los distritos son vigilados de cerca y sus artículos no pueden salir sin permisos bastante estrictos.

 ¿Pero qué mal hay en ello? ¡Toda institución debe vigilar lo que se dice en su nombre!

No así. Se debe castigar a los que escriben contra la fe católica, pero sin instalar un régimen como el que Mons. Fellay ha hecho.
Además, aquellos con tendencia liberal tienen amplios permisos para escribir, mientras que el libro del Padre Pivert fue retirado de la venta. Le Sel de la Terre es mal vista. Los sacerdotes más fieles son desautorizados, incluso castigados y expulsados.
Desgraciadamente los ejemplos no faltan. La lista ya es bastante larga, mientras que el GREC pudo trabajar en completa tranquilidad y el P. Pfluger concede entrevistas escandalosas sin ser molestado.

Pero todavía se encuentran buenos artículos en Le Chardonnet, por ejemplo. ¿No es falso decir que los antiliberales son perseguidos en la Fraternidad?

Sí, todavía hay buenos artículos en Le Chardonnet, y no solamente en Le Chardonnet. Desgraciadamente, esto está lejos de impedir que la tendencia acuerdista de Menzingen avance.

¿Quiere usted decir que en el fondo Menzingen está traicionando el combate de la fe?

Sí, Menzingen está traicionando el combate de la fe. Es por eso que una consagración se ha hecho necesaria para asegurar la continuidad de la obra de Mons. Lefebvre. “Continuamos”, simplemente, como Monseñor Lefebvre tenía la costumbre de decir. Y estamos persuadidos que los buenos católicos nos dan la razón en el fondo de su corazón.
Si parecemos ser demasiado duros respecto a Menzingen, tómese el tiempo de repasar la larga serie de hechos que han marcado la historia de la Tradición estos últimos años y verá que los dos obispos más combativos de la Tradición han sido, uno expulsado de la Fraternidad, el otro puesto en silencio, por lo menos en parte. A esto se añaden los inicuos procesos de los padres Pinaud y Salenave, además de tantos otros hechos.

¿Qué dice usted del elegido?

Que fue escogido por Mons. Lefebvre en 1988. Él sugirió otro nombre. Honor a quien honor merece. Hoy él ha aceptado esta pesada carga. Nosotros le estamos profundamente agradecidos.

Para concluir, expresamos nuestra inmensa gratitud a Monseñor Williamson, que supo proteger y transmitir el legado recibido de Monseñor Lefebvre y de Monseñor de Castro Mayer, que no es otro que el depósito de la fe confiado por Nuestro Señor a los Apóstoles.
Un último llamado. Leed las obras de Monseñor Lefebvre. Todo está allí. Leed también los Comentarios Eleison para comprender la gravedad del mal actual.

“Solo los santos creen en el mal”. Palabras profundas que son una advertencia. Que Nuestra Señora nos ayude a ver el mal en donde está, para trabajar con Ella, que siempre ha aplastado la cabeza de la serpiente infernal. « Ipsa Conteret.» Esta es la divisa de aquél que, si Dios quiere, será mañana Monseñor Jean Michel Faure. Que Nuestra Señora lo bendiga y lo conserve « ad multos annos ».



Publicado por Syllabus Errorum 


CONSAGRACIÓN DE MONSEÑOR FAURE

Jueves, 19 de marzo de 2015


La ceremonia ha comenzado con total normalidad. 
Las fotos corresponden a los primeros 5 minutos de la misma. 
El blog irá publicando más fotografías.

NON POSSUMUS blog.


¡¡¡DEO GRATIAS!!!













SAN JOSÉ



Esposo de la Santísima Virgen María
Patrono de la Iglesia Universal
Patrono de los trabajadores

         San José es el hombre del silencio; es la oscuridad, es la noche. Pero también la noche tiene su belleza, una belleza solemne, que recoge nuestro espíritu y le aquieta y le levanta y le mece en el reposo y abre para él los horizontes infinitos del trasmundo. Esto mismo nos acontece con esta figura sagrada de la hagiografía evangélica, con este hombre admirable envuelto en la densidad de las sombras. De otros hombres que el mundo llama grandes, la Historia ha recogido el recuerdo, los hechos, las palabras, el retrato, los triunfos y los fracasos. De San José sólo se nos dice esta frase: «Era un hombre justo.» El elogio es espléndido; pero aun así, el elogio continúa en la sombra. Para el mundo, su vida es una verdadera noche; oscura, ciertamente, pero a la vez profunda, majestuosa e impresionante. Su grandeza nos conmueve, nos cautiva, nos abruma, y llega un momento en que esta figura se nos presenta con una gracia, con un encanto, que no tienen las grandes figuras históricas. La primera aparición, la fisonomía grave, dulce y tranquila del principio, empieza a revelarnos tesoros de luz; vérnosla rodeada de una aureola divina, de una influencia celeste, y un mundo nuevo aparece a nuestras miradas. Este hombre del silencio es un hombre aparte, aun en medio de los bienaventurados. Él solo forma un mundo en el inmenso sistema de mundos que forma la sociedad de los elegidos. Si alguna cosa puede darnos una idea de su alma, sería el océano, donde no se ven las riberas, o firmamento, que no las tiene.


          A pesar de todo, la oscuridad fue el destino de su vida, una oscuridad fecunda en tesoros de humildad, de abnegación, de sacrificio; es decir, en tesoros de generosidad, de amor y de santidad. Era de estirpe real, descendía del más famoso, del más popular de los héroes de Israel, y, sin embargo, nadie sabe de él; vive lejos de la tierra que es la cuna de sus mayores, en una ciudad pequeña y tan desacreditada, que se decía con burla: «¿De Nazaret puede salir alguna cosa buena?» Y allí no es más que un pobre carpintero; un carpintero demasiado honrado, para no tener algún prestigio entre sus convecinos; demasiado inofensivo, caritativo y servicial, para no tener algunos amigos. Siempre trabajando mucho para ganar poco, para vivir, no en la miseria, pero sí en la estrechez. No regatea con los que vienen a encargarle una mesa, una silla, una ventana; no amenaza ni persigue a los deudores, siempre remolones; no es un hombre hábil para los negocios de la tierra. Todo lo contrario, confía demasiado en la probidad, en la buena fe de los demás, y muchas veces es víctima de la malicia y del engaño. Con tal de ganar lo suficiente para que Jesús y María no sufran, está contento. No es posible imaginarle escondiendo los siclos y las dracmas debajo de un ladrillo, aunque, como buen padre de familia, sabe pensar en el día de mañana. Por lo demás, no es nada en aquella villa de Nazaret, que era tan poca cosa. Ni tiene autoridad entre el vecindario, ni se distingue por sus conocimientos; a lo más, como es bueno y discreto, las gentes vienen a pedirle un consejo ó una palabra de apoyo en sus tristezas. Pero esta oscuridad, si es que piensa en ella, es su mayor alegría, una fuente de goce para su espíritu, el reposo de su alma, enamorada del silencio.


          Para un corazón puro y magnánimo como el de José, no debía de ser muy difícil olvidar una ascendencia real. Mayor gloria era la que Dios le había dado al hacerle el esposo de la Virgen María. Esto era más que ser un rey, más que ser un profeta, más que ser un arcángel. Bien sabía José que María era la criatura más perfecta de Dios, la obra maestra en que había reunido todas las maravillas dispersas en la creación, el santuario del Dios vivo entre los hombres, el océano límpido y tranquilo de donde sale el río destinado a inundar de alegría a toda la ciudad de Dios; el horizonte luminoso en que el cielo y la tierra se juntan, se abrazan, se penetran; la hija de las complacencias del Padre, el paraíso del Espíritu Santo, la Madre virgen del Verbo hecho carne. Y José es el esposo de María, esposo virgen como ella, el más puro que hubo jamás; pero esposo verdadero, con derecho a un amor sin igual, a una santa e inefable ternura, a una intimidad que ningún otro ser podía reclamar y que era para él una gloria celeste, una felicidad soberana.

          Pero esta misma dignidad es un nuevo motivo de ocultamiento; una grandeza que acentúa más y más las sombras que eran la condición de su destino terrestre, esposo de María, unido providencialmente a una estrella más brillante que él, reconoce humildemente su inferioridad, cumple suavemente, dócilmente, con un espíritu de adoración y de respeto, su misión de asistir, de guardar, de proteger a la más amante de las Esposas; comprende que debe ser el velo discreto, abnegado, desinteresado de un Esposo divino e invisible. «El Espíritu Santo vendrá sobre ti—había dicho el ángel a María—, y la virtud del Altísimo te envolverá con su sombra.»


         Allí estaba José para cubrir aquella venida del Espíritu y su operación maravillosa, para ocultar el misterio a los ojos profanos, para salvar el honor inviolable de María; allí estaba José, lleno de humildad, de abnegación, de reserva y de fidelidad. María era el lirio cuyo perfume iba a respirar el mundo entero. Que ese lirio sea admirado, amado, bendecido, enaltecido, aunque nadie se acuerde del suelo en que crece ni de la atmósfera que respira. Así pensaba José, así cumplía el ministerio sublime que Dios le había confiado.

          Pero aún hay en él una gloria más alta, que corresponde a una humildad más profunda. Además de esposo de María, José es el padre legal de Jesús, verdadero Hijo de Dios y verdadero Hijo de aquella mujer que es su esposa. Es, por tanto, el sacramento del Padre, su imagen, su sombra, su vicario. El Verbo eterno, el Hijo consustancial del Padre, está sujeto a su voz. Es, por decirlo así, dios del mismo Dios, dios creado, visible y doméstico. Ni un instante puede olvidar el carpintero quién es aquel Niño a quien él educa, vigila, manda, sostiene, ayuda y alimenta. Su fe en la divinidad de Jesús es plena, perfecta, iluminada, imperturbable; vive en una certidumbre que es para él una evidencia, y, no obstante, se ve obligado a cumplir la voluntad divina que le ha encomendado aquella legación incomprensible para con el que es su Señor y su Creador. Obedece, pero su alma está abrumada, confundida, muda de espanto. Es el abismo del renunciamiento y de la humildad, formado para recibir el océano infinito de la paternidad divina; hasta tal punto, que José ya no tiene vida propia, ni voluntad propia; habla y obra en el nombre del Padre, como el Padre y por el Padre; es una sombra, la sombra del Padre, la aparición del Padre increado y eterno. Su vida ha desaparecido, se ha perdido en el Padre. Con lo más alto de su ser habita aquella luz inaccesible en que el Padre tiene su morada. De nadie como de él se ha podido decir que su vida está escondida en Dios. Por eso se le ha podido llamar el más oculto de los santos, aquel cuya santidad es la más profunda y la más difícil de distinguir, porque vive entre las nubes y las sombras que rodean la fuente increada de la divinidad.


         Más de una vez, cuando aserraba sus maderas, cuando María, viéndole cansado, le presentaba un vaso de agua para confortarle, cuando veía al Niño Jesús trabajando a sus órdenes, considerando, meditando acerca de esta situación inaudita, debió José sentirse movido a salir por las calles para revelar su secreto a los hombres. Pero tuvo la fortaleza de callar, y su secreto se marchó con él al sepulcro. Todavía, muchos años más tarde, viendo la sabiduría del profeta de Nazaret, se preguntaba la gente: «¿Acaso no es Éste el hijo del carpintero?» Pero los siglos, exploradores de la palabra divina, han ahondado en el sagrado silencio donde habita el venerable patriarca, han sacado a luz las cosas encubiertas, han revelado la grandeza maravillosa de San José. Como ante el misterio, los hombres han quedado sobrecogidos al contemplar la figura a la vez dulce y majestuosa de aquel que fué digno de custodiar los más ricos tesoros de los cielos y de la tierra, que fue llamado padre de Jesús y esposo de María, que tuvo la dicha inefable de vivir en un taller adonde se había trasladado toda la gloria del paraíso; que, feliz entre todos los hombres, murió en brazos de la Madre de Dios y Dios mismo cerró sus ojos.


         Jamás hombre alguno podrá penetrar todas las grandezas del santo Patriarca. Se necesitaría una inteligencia capaz de abarcar toda la extensión del misterio con el cual tiene una íntima relación como instrumento necesario. No sin motivo quiso Dios anunciarle y figurarle en uno de los personajes más amables y más augustos del Antiguo Testamento. San Bernardo ha expresado con su elocuencia acostumbrada este maravilloso paralelismo: «El primer José, vendido por sus hermanos, tipo en esto del Redentor, fué conducido a Egipto; el segundo, huyendo de la perfidia de Herodes, se refugió con el Redentor en la tierra de los faraones. El primer José, guardando la fe a su señor, conservó la inocencia frente a las solicitaciones de la esposa infiel; el segundo, modelo también de castidad, fué el amparo de su Señora, la Madre de su Señor, y el testigo de su virginidad. Al primero le fue dada la inteligencia de los secretos revelados en los sueños; el segundo recibió la confidencia de los más altos misterios celestiales. El primero conservó las cosechas de trigo, no para sí, sino para todo el pueblo; el segundo recibió bajo su custodia el Pan y Vino descendidos del Cielo, para sí mismo y para todo el mundo.


Fray Justo Pérez de Urbel, O.S.B. “Año Cristiano”.