lunes, 9 de marzo de 2015

Cuando Cristo…

Pedro salvado por Cristo de las aguas


            Cuando Cristo, en un momento simbólico, estableció su gran sociedad, no eligió para su piedra fundamental al brillante Pablo ni al místico Juan, sino a un petardista, a un adulador, a un cobarde; en una palabra, a un hombre. Y sobre esta piedra edificó su Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecieron  contra ella.

           Todos los imperios y reinos han caído por esta su debilidad inherente y continua: porque fueron fundadas por hombres fuertes y sobre hombres fuertes. Pero ésta, la histórica Iglesia Cristiana, ha sido fundada sobre un hombre débil, y por esa razón es indestructible.

Del libro de Gilbert Keith Chesterton, “HEREJES”.