sábado, 26 de abril de 2014

POLITICA DE LA RESISTENCIA – II

Número 354, 26 de Abril de 2014

Monseñor Richard Williamson


        La Fe debe ser preservada a pesar de que el Pastor está herido (cf. EC 348). Si hubo un hombre que Dios nos dio para mostrarnos como mantener la Fe en tiempos heridos, mediante la preservación del verdadero sacrificio de la Misa y del verdadero sacerdocio católico, ese hombre fue ciertamente Monseñor Lefebvre (1905-1991). Y ya que el desastre forjado sobre la Iglesia por los Pastores Conciliares no ha cambiado esencialmente desde su tiempo, entonces lo que él dijo y escribió aplica esencialmente hoy en día, y cualquier recién llegado al desastre no puede hacer nada mejor que leer y estudiar sus palabras.

        En realidad, desde su muerte el desastre ha también crecido empeorándose mucho, y cualquier movimiento de la llamada “Resistencia” hoy en día hará bien en aprender las lecciones, que están allí para ser aprendidas, de la amenazante caída de la Fraternidad San Pío X. Su fundación para la preservación de la Fe dentro de la colapsante corriente principal de la Iglesia fue el estupendo logro de Monseñor Lefebvre. ¿Por qué el liderazgo de la FSPX está ahora llevándola en una dirección diferente de la de Monseñor, una dirección que debe conducir al colapso enteramente paralelo de la FSPX?

        Porque, en mi opinión, los líderes que la FSPX eligió para sí misma luego de la muerte de Monseñor en 1991, durante los Capítulos Generales de 1994 y 2006, nunca tuvieron la medida llena del desastre Conciliar, porque eran hijos de la socavada década de 1950 o de la Revolucionada década de 1960 y más adelante aún. Habiendo bebido la Revolución con la leche de sus madres, por así decirlo, ellos nunca entendieron como la Revolución hace naufragar por dentro a los hombres de Iglesia que todavía parecieran Católicos por fuera. Breve, estos líderes o bien nunca han estudiado el modernismo, o bien nunca comprendieron lo que estudiaron, o bien han sido demasiado “piadosos” o “sobrenaturales” para pensar que el modernismo podía aplicar a la corriente principal de los hombres de Iglesia frente a ellos.

      Así, donde Monseñor Lefebvre vio claramente que la Iglesia Conciliar, perdiendo todos los cuatro caracteres de la Iglesia Católica (una, santa, católica y apostólica), no era la Iglesia Católica, Monseñor Fellay (Superior General desde 1994) y el Padre Nicholas Pfluger (Primer Asistente desde 2006) insisten hoy en día en que solamente puede haber una Iglesia, y así la Iglesia Conciliar es la Iglesia Católica. Naturalmente, entonces, donde Monseñor Lefebvre mantuvo a la FSPX a distancia segura de la Iglesia Conciliar, Monseñor Fellay y el Padre Pfluger quieren abolir esa distancia y traer a la FSPX al regazo de esa Iglesia que es Conciliar. Y ni Monseñor Fellay ni el Padre Pfluger se sentirán Católicos hasta que hayan logrado ese fin.

       Pero la Fe está primeramente en la mente y no en los sentimientos. Por esta razón cualquiera que por cualquier razón ha comenzado a reconocer que el liderazgo presente de la FSPX está en la vía equivocada, debe continuar estudiando el problema total de la Revolución, del modernismo y del Vaticano II. Esa no es menuda tarea porque uno puede tener un conocimiento de libro de texto de la Revolución y sin embargo no reconocerla cuando está ahí mismo frente a las narices de uno. Me siento tan amable cuando siento que todos los demás son amables, que pierdo de vista la falsedad objetiva de casi todos nosotros tal como Dios la ve. Uno puede decir que se requiere una gracia especial de Dios para ver esa falsedad tal como El la ve, sin perder la compasión de uno, pero un alma puede obtener esa gracia si lo busca a Dios seriamente, especialmente en oración.

       Dios es bueno con aquellos que lo buscan, dicen las Sagradas Escrituras en muchos lugares. Asumiendo que El existe, ¿que otra cosa puede ser El más que supremamente bueno con aquellos que lo buscan a El?

Kyrie eleison.


Todo el mundo de hoy en día siente que es cariñoso, 
pero a los ojos de Dios eso es auto-engañoso.