domingo, 31 de mayo de 2015

Fin de Semana con Eliot

Comentario Eleison
Número CDXI (411)
Por Su Excelencia 
Monseñor Richard Williamson

Monseñor Richard Williamson


30 de mayo de 2015


Católicos, cuidado a poner límites a Nuestro Señor.
Dijo Ël que tiene ovejas fuera de su redil.

La Sesión del fin de semana mantenida aquí en Broadstairs al principio de Mayo sobre poemas y piezas de teatro del famoso poeta moderno T.S.Eliot (1888–1965) fue un gran éxito. Eliot es un escritor difícil de comprender porque él insistió en darle sentido al sin sentido mundo moderno, pero las seis conferencias del Dr. David White (¡en 36 horas!) inspiraron en sus más de dos docenas de oyentes Católicos un real interés en Eliot, elegido como tema de Sesión literaria porque él escribió parte de su más famoso poema, La Tierra Baldía, en la cercana Margate. Un apogeo de la Sesión fue una excursión al pabellón al aire libre al borde del mar donde Eliot realizó el escrito de esta parte, y donde el Dr. White recitó todo La Tierra Baldía a los participantes de la Sesión frente a un mar gris por debajo de un cielo gris – ¡los atmosféricos fueron perfectos!

Muchos Católicos rechazan a escritores que no sean abiertamente Católicos, al margen de cuan famosos puedan ser. Pero a mediados de los 1920, poco después de escribir La Tierra Baldía, Eliot casi devino un Católico, y desde entonces hasta su muerte la solución para los problemas del mundo moderno que él presentaba en sus escritos se centró alrededor de Nuestro Señor Jesucristo. Esto puede no ser obvio a primera vista, sea porque él estaba escribiendo para Cristianos tibios, sea porque él mismo estaba forcejeando contra la modernidad, pero que su creencia real en Cristo sea ilustrada por un poema de sus Cuatro Cuartetos, singularizado por el Dr. White para explicación, la sección IV del cuarto cuarteto, “Little Gidding”:—

1. La paloma descendente rompe el aire
2. Con llama de incandescente terror
3. Cuyas lenguas declaran
4. El único descargo de pecado y error.
5. La única esperanza, o si no desesperación
6. Radica en la elección de pira o de pira -
7. Para ser redimidos del fuego por el fuego

8. ¿Quién ideó entonces el tormento? El Amor.
9. Amor es el Nombre extraño
10. Tras las manos que tejieron
11. La insoportable camisa de llamas
12. Que el poder humano no puede quitarse.
13. Sólo vivimos, sólo suspiramos
14. Consumidos por fuego o fuego

Durante la Segunda Guerra Mundial Eliot vivía en Londres y a la noche él actuaba como un Guardián de Incursiones Aéreas, patrullando las calles para ayudar a minimizar el peligro y el daño de las incursiones aéreas alemanas. El primero de los dos versos del poema es como esas imágenes dobles de plástico que contienen dos fotos dependiendo como usted ladee el plástico. El segundo verso deduce la tremenda lección de la imagen doble.

Así 1) la “paloma descendente” es ambos el Espíritu Santo descendiendo en Pentecostés y los bombarderos enemigos bajando sobre Londres. 2) La “llama de terror” es ambos el fuego del Espíritu S anto y las bombas incendiarias de los enemigos. 3) Las “lenguas” son ambas aquellas del Espíritu Santo sobre las cabezas de los Apóstoles y aquellas de las bombas de fuego, mientras que 4) el “descargo” es ambos la Redención por Cristo y el lanzamiento de las bombas por políticos humanos. 5) El primero de éstos es nuestra única esperanza, el segundo es la desesperanza de la guerra. 6) ¿En cual pira funeraria elegimos nosotros quemarnos? 7) El fuego de la Redención es para salvarnos del fuego de la condenación.

Segundo verso: así 8) es Dios quien diseña las Guerras Mundiales para salvarnos del fuego eterno. 9) Él no es muy bien conocido pero es 10) su Amor que está permitiendo a los políticos causar 11) los tormentos de la guerra, 12) los cuales son redimibles sólo por Cristo. 13) En conclusión, la vida humana sólo termina 14) en fuego, sea aquel del Amor divino o aquel de la eterna condenación.

La Tercera Guerra Mundial se acerca. Cuando venga, ¿cuántos predicadores Católicos hay que se atreverán a predicar que es el Amor divino el que estará atrás de sus espantosos sufrimientos, lo mínimo necesario para ponernos de vuelta, por diseño de Dios, en la senda del Cielo? El no Católico Eliot lo estaba diciendo 70 años atrás.


Kyrie eleison.


Thomas Sterns Eliot

domingo, 31 de mayo de 2015


¡¡¡INCREÍBLE: MONS. FELLAY DECLARA QUE ROMA LO DESIGNÓ JUEZ PARA JUZGAR A SACERDOTES!!!


(Min. 34:36) Nosotros ahora estamos considerados como irregulares, en el mejor de los casos.  Irregular significa que no podemos hacer nada, por ejemplo, la prohibición de decir misa en las iglesias en Roma para las hermanas dominicas durante su peregrinación a Roma en febrero…  Ahora, algunas veces, desafortunadamente, también los sacerdotes hacen cosas graves y ellos necesitan ser castigados, y cuando es muy, muy grave, tenemos que recurrir a Roma, entonces lo hacemos. ¿Y qué hace la Congregación de la Fe? Bueno, ellos me nombraron como juez para este caso. Entonces, yo fui nombrado por Roma, por la Congregación de la Fe para hacer juicios, juicios canónicos de la Iglesia en algunos de nuestros sacerdotes que pertenecen a una Fraternidad que no existe para ellos y entonces, otra vez, realmente una hermosa contradicción.

ENTONCES TENEMOS QUE LOS SACERDOTES EXPULSADOS DE LA FSSPX, FUERON SANCIONADOS CON PODERES PREVIA Y EXPLÍCITAMENTE OTORGADOS AL SUPERIOR GENERAL, COMO JUEZ AD HOC, POR LA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE. ¡AHORA SE ENTIENDE POR QUÉ USARON LAS NORMAS DEL CÓDIGO DE 1983 EN LOS JUICIOS EN CONTRA DE LOS SACERDOTES OPUESTOS AL ACUERDO!

¡TODOS ELLOS FUERON EXPULSADOS POR LA ROMA CONCILIAR MEDIANTE LAS SENTENCIAS DE MONSEÑOR FELLAY!

¡¡¡INCREÍBLE!!!

sábado, 30 de mayo de 2015

CARTA A AMIGOS Y BENEFACTORES: Dom Rafael

(Monasterio Benedictino San José)



Boletín Mayo 2015 Verdad y Error nº 32 


(Carta Pastoral Mons. De Castro Mayer) Junio 1953

         Verdad: “La unión de la caridad es fruto connatural de la unión en la verdad, lo que importa sobre todo es mantener la integridad de la fe, sin la cual nadie puede agradar a Dios
 ( San Pablo a los hebreos XI,6.) 1”.


         Error: “Es más conveniente mantener las almas en la unión de la caridad que en la unión de la verdad”


         Queridos amigos y benefactores: Por la gracia y la voluntad de Dios y gracias a su ayuda el Monasterio San José sigue creciendo y perseverando en su lucha contra el Goliath modernista por medio de la aparentemente débil y casi extinta integridad de la fe. Pero nuestro santo Padre San Benito sienta las bases para este triunfo de la verdad, de la fe, diciéndonos en su santa regla: Si “queremos llegar velozmente a aquella exaltación celestial, a la cual se asciende por la humildad de la vida presente; como “aquella escala que se apareció en sueños a Jacob” no otra cosa entendemos es éste bajar y subir, sino que por la exaltación se baja y por la humildad se sube”(Cap. 7, 5-7). 


         Humildad es moverse en la realidad, en la verdad, de que Dios lo es todo y que uno es nada pero que sin embargo “todo lo puedo en aquel que me conforta”2. Eso es humildad, moverse en Dios, trabajar por Dios y no por nosotros. Entronizar a Cristo como Rey y ser solo sus servidores. Humildad es agradar a Dios en todo y no a nosotros o al hombre por el hombre mismo. Humildad es, entonces, “mantener la integridad de la fe, sin la cual nadie puede agradar a Dios” 3. Entonces así como la humildad es subir, así es también “ascender” el hecho de mantener el combate por la integridad de la Fe, de la verdad. Esta defensa de la fe es por principio y por necesidad el camino querido por Dios para llegar al Cielo. 


          Y no tenemos ningún derecho, bajo ningún pretexto, de alterar este camino ascendente, ya que el que no avanza retrocede. Y por ello el camino de la soberbia, de la propia exaltación, es un camino no de la realidad sino de la ilusión, no de la verdad sino del error. Es no servir a Dios, sino al orgullo, a la creatura. Es el camino de la perdición, es el camino descendente que no busca agradar a Dios sino al hombre. En la vida, en el combate espiritual; no subir es descender. No servir a Cristo Rey a costa de la humillación; es servir a un ídolo a costa de la soberbia. “No combatir el error que se opone a esta ascensión, es aprobarlo”, nos dice San Pío X. Por ello al enemigo de Cristo solo se le debe buscar y tratar para convertirlo, para que ascienda, para que sirva a Cristo Rey. 


         Jamás se claudica bajando con él para ayudarlo. No, ya que la gracia Dios la da al humilde y Él resiste al soberbio. Entonces es una cuestión de principios el acercarse a los enemigos de Cristo sólo para ponerlos en la verdad, en la escalera ascendente, para que pueden recibir la gracia de Dios y pueden subir hacia el Reino de Cristo, que en la tierra es la Iglesia Católica, fuera de la cual no hay salvación. - Francisco dice: “No hay un Dios Católico” – No vive ni enseña la verdad, la fe. Está descendiendo y con él descienden todos los que lo siguen ciegamente.. - Mons. Fellay dice: “Cuando 2 ejércitos están en pláticas de paz, están en tregua y no está permitido atacarse uno al otro”. – En primer lugar, ¿cómo puede hablarse de paz, de tregua, cuando se rechaza la paz de Cristo, al Espíritu de verdad, el Espírito Santo? Esto es ser liberal como Francisco al no guiarse por los principios de la verdad, de la fe, de la caridad. 

         
         Por ello es que la única unión posible por principio es la unión en la verdad, en la realidad, en la fe, a la cual nos adaptamos, ingresamos, y subimos por medio de la humildad, gracias a la cual subimos ya que Dios da su gracia al humilde. La unión en la caridad solo pueda existir y fluir como fruto de esta unión en la verdad que es Cristo. Es una ilusión y una mentira pretender cualquier tipo de unión fuera de la verdad. Quien no vive “con y por” la verdad y humildad de Cristo y de su Santísima Madre, no tendrá parte en el amor de Dios que es fruto de la verdad. Por ello el diálogo, el ecumenismo, la libertad, fuera de la verdad, de la fe, es una arma de la ilusión y de las apariencias que usan los liberales y que verdaderamente hace descender convirtiendo a las personas en esclavos o del pecado, o de la mentira. Y solo la humildad, la verdad, hace reinar a Cristo, sólo ella engendra la verdadera caridad por la gracia, y por eso ella es el camino para llegar a la vida eterna. Cualquier unión fuera de la verdad es una unión ilícita, adúltera, prohibida por Dios. 


          Quiera Dios iluminar nuestros inteligencias por medio del Espíritu Santo en esta octava de Pentecostés para poder ser guiados por el Espíritu de Verdad y no por el Espíritu diabólico del engaño que reina dondequiera. Les pedimos a todos nuestros amigos y benefactores nos continúen ayudando, especialmente con sus oraciones en esta difícil pero esencial labor de la preservación de la integridad de la fe. Asegurándoles de nuestras continuas oraciones por todos ustedes, les enviamos la bendición.


Padre Rafael, O.S.B.
-------

         1-  Mons. Castro Mayer – junio 1953.
2 - San Pablo – Filipenses IV, 13.
3- Mons. Castro Mayer – junio 1953.






miércoles, 27 de mayo de 2015

EL INMACULADO CORAZON DE MARIA - MONSEÑOR LEFEBVRE


Jueves, 21 de mayo de 2015

Queridos hermanos:

La Liturgia celebra hoy la festividad del Inmaculado Corazón de María, fiesta relativamente reciente que nos muestra una vez más cómo la Iglesia en estos últimos tiempos ha hecho todo lo posible para comunicar su riqueza y su espíritu a los hombres de hoy. Si hay una fiesta en la que aparecen esas verdades tan necesarias para nosotros, esas verdades que, al meditarlas, nuestras almas se sienten movidas a vivirlas, esa fiesta es la del Inmaculado Corazón de María. Esta fiesta está en íntima unión con las Apariciones de Nuestra Señora de Fátima, y el Papa Pío XII quiso que la Octava de la Asunción fuese la festividad del Inmaculado Corazón. Sin duda alguna que mucho antes, sobre todo desde el siglo XVII, ya existía la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y María, y es San Juan Eudes quien pone bajo la custodia de los Sagrados Corazones a la Congregación por él fundada. Pero si el Sumo Pontífice Pío XII ha querido honrar de una forma tan especial al Inmaculado Corazón de Nuestra Señora es porque nuestro mundo tiene necesidad de ello. Y de hecho cuán necesaria es la devoción al Corazón Inmaculado en estos tiempos tan difíciles que corren, pues ahora ya no tenemos, como los cristianos de antaño, esa manifestación evidente de la caridad de Nuestro Señor Jesucristo que rebosaba en los pasados siglos de Cristiandad. En esos tiempos se encontraban por todas partes centros religiosos, monasterios, conventos, hospitales, ¡qué sé yo lo que había!, y todo esto llenaba nuestros pueblos, aldeas, ciudades, de tal manera que las gentes que vivían entonces tenían la impresión de estar sumergidas en el amor de Nuestro Señor Jesucristo, ya que este amor se manifestaba, si se puede hablar así, en cualquier rincón o plaza mediante los "cruceiros", las representaciones de Nuestra Señora o todas esas hospederías en las que se acogía a los pobres, a los peregrinos y en general a todos los necesitados. Mas ahora en este difícil y adverso siglo veinte, ya no se ve esta caridad de Nuestro Señor Jesucristo en nuestros pueblos y ciudades. No hay que negar que hay todavía almas que se consagran a Nuestro Señor, pero ¿cuántas en relación con toda la población? Mucho habría que trabajar en esas Naciones que no conocen todavía a Nuestro Señor Jesucristo, territorios inmensos como China o África que están todavía muy lejos de este amor de Nuestro Señor. Por todo esto tenemos necesidad de la Santísima Virgen en nuestros días. Tenemos necesidad del Corazón de la Santísima Virgen para ayudarnos a mantener nuestra Fe, para sentir el fuego, por hablar así, del amor de Nuestro Señor Jesucristo hacia nosotros. No estando tan presente en nuestra vida, o al menos habiéndose borrado mucho su presencia, necesitamos sentir cerca de nosotros a la Virgen María. Y a mí me parece que ésta fue la razón por la que la Virgen María pidió en Fátima que rezásemos a su Inmaculado Corazón. Tenemos necesidad de este amor sobrenatural del que está tan lleno el Corazón de la Santísima Virgen.
Y en cuanto a nosotros, también tenemos necesidad del Corazón Inmaculado: Inmaculado, es decir sin mancha y sin pecado. Ahora bien, Dios sabe en qué medida no hay ya esas vidas consagradas totalmente a Nuestro Señor Jesucristo, cumpliendo la Ley de Nuestro Señor Jesucristo, la Ley de amor, pues la Ley de Dios se resume en amar a Dios y al prójimo.
Los testigos de hoy, testigos de este amor, son ustedes, en medio de una sociedad que mata a los niños y la gente se suicida. ¿Saben ustedes que aquí, en Suiza, hay más muertes por suicidios que por accidentes de carretera? No hace mucho un periódico daba la noticia: En 1975 hubo 1800 suicidios mientras que las muertes por carretera fueron 1600; ¡1800 suicidios y la mayoría jóvenes! ¿Qué significa todo esto? Simplemente que estas pobres almas no sentían ya el amor de Nuestro Señor junto a ellas, estaban asqueadas de esta vida que las rodeaba. Y si se publicase lo que ocurre en otros países, nos aterrorizaríamos. Piensen solamente en los divorcios, esos hijos abandonados que no saben a quién dirigirse, a su madre o a su padre. Es una sociedad dura, lastimosa, que no sabe ya lo que es caridad. Por otra parte es lo que yo ya había experimentado cuando me encontraba en África, en donde estuve destinado durante treinta años. Lo que más me impresionaba era el sentimiento de odio. Estas gentes mantenían el odio de pueblo en pueblo, de familia en familia. Y este odio daba lugar a envenenamientos, homicidios. No reinaba el amor de Nuestro Señor Jesucristo. No nos damos cuenta de la dicha que supone amar a Nuestro Señor Jesucristo y tener a la Santísima Virgen María por Madre. Todo nuestro amor sobrenatural se fundamenta aquí y Ellos son nuestros modelos. Si la Santísima Virgen tenía un corazón lleno de amor era para amar a Nuestro Señor Jesucristo y a todos los que se sentían unidos a El, para llevar las almas a su Hijo Jesús. Vivía de este amor. Y porque lo amaba no pudo nunca ofenderlo, no podía. Su Concepción fue Inmaculada. Fue concebida Inmaculada y así permaneció toda su vida. La Virgen es nuestro modelo, modelo de pureza de corazón, modelo de obediencia a la Ley de Nuestro Señor. Porque amó a Nuestro Señor quiso sufrir con El, compartir su sufrimiento. El signo del amor es compartir el dolor. La Virgen vio sufrir a su Hijo y quiso sufrir con El. Cuando el Corazón de Jesús fue traspasado por la lanza, el suyo también lo fue. Estos dos Corazones traspasados han latido juntamente por la Gloria de Dios Padre y el triunfo de su Divina Majestad. Aquí se centran sus más vivos deseos y por eso también nosotros debemos estar preparados a sufrir por el Reino de Nuestro Señor. Nuestro Señor Jesucristo no reina en la sociedad, no reina en las familias, no reina en nosotros mismos. Pero tenemos necesidad de este Reinado. Es la razón profunda de la existencia de nuestras almas, de nuestros cuerpos, de la Humanidad entera, de esta tierra y de toda la Creación de Dios: que reine Jesucristo, que comunique su Vida a las almas, su salvación, su caridad, su gloria. Mas desde hace quince años ha tenido lugar una verdadera revolución en la Santa Iglesia, una revolución que amenaza la Realeza de Nuestro Señor Jesucristo, que quiere destruir el Reinado de Nuestro Señor. No hay duda alguna, basta con abrir los ojos para verlo. Se desobedecen los Mandamientos de Nuestro Señor y desgraciadamente los que deberían inculcarnos esta obediencia nos incitan a lo contrario. Cuando se proclama la aconfesionalidad del Estado se destruye el Reino de Nuestro Señor. Cuando se socavan la santidad y normas establecidas del matrimonio se destruye el amor de Nuestro Señor Jesucristo en los hogares. Cuando se calla o no se habla como es debido contra el aborto, Nuestro Señor Jesucristo no puede reinar. Cuando no se tributa culto a la Realeza de Nuestro Señor, se derrumba también el Reino de Nuestro Señor en las almas.
  1. Por eso, queridos hermanos, el Santo Sacrificio de la Misa es la proclamación del Reino de Nuestro Señor Jesucristo. "Regnavit a ligno Deus". Dios reina en el Madero de la Cruz. Venció a Satanás y al pecado en la Santa Cruz. Cuando se renueva sobre el altar el Sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo en el Calvario, afirmamos la Realeza de Nuestro Señor Jesucristo, afirmamos su Divinidad. Si se destruye el Santo Sacrificio de la Misa, se destruye la Realeza de Nuestro Señor y su Divinidad. Por esta razón la adoración del Santísimo Sacramento ha desaparecido tanto en nuestros días, multiplicándose hasta el infinito los sacrilegios. Hay que decir que desde el Concilio, nadie podrá negarlo, se ha arrinconado el Santísimo Sacramento llevándolo fuera de nuestros altares, ya no se le adora ni se hace genuflexión ante su Presencia Real. Y sin embargo aquí está el Reino de Nuestro Señor Jesucristo: reconocer que es Dios, que es Nuestro Rey, manifestando nuestro amor por El y reconociendo la existencia de su Divinidad. Basta con el ejemplo que voy a dar a continuación para probar el rechazo de este Reinado de Sagrado Corazón. Durante el Congreso Eucarístico de Filadelfia, en Estados Unidos, no hubo procesión con el Santísimo, como tampoco la hubo en el Congreso Eucarístico de Melbourne, al que asistí. Sencillamente porque se ha querido hacer de estos Congresos un congreso ecuménico. Congreso ecuménico con protestantes, con judíos, con gente que no creen en la Divinidad de Jesús, que no quieren honrar a Nuestro Señor, que rechazan su Reino. ¿Cómo podemos rezar con gente que está contra nuestra Fe, que no la admiten? La condición que ponían era que no hubiese procesión del Santísimo, lo que equivale a no querer honrar a Aquel que es Nuestro Rey, Nuestro Padre, Nuestro Creador, Nuestro Redentor. El que ha derramado toda su Sangre por nosotros. Más se claudicó para que los protestantes y los judíos pudiesen participar en el Congreso, y no hubo procesión con el Santísimo Sacramento. Incluso se llegó a hacer una concelebración con pastores protestantes, y fue un pastor protestante el que presidió esta concelebración.

No se honra a Nuestro Señor, ya no es Nuestro Rey; haciendo cosas así le insultamos. Por eso si un día los ejércitos comunistas invaden nuestros países, pues bien, nos lo hemos ganado, por tantos sacrilegios que hemos admitido, que hemos dejado hacer por no haber adorado y honrado debidamente a Nuestro Señor Jesucristo. No admitimos ya a Nuestro Señor Jesucristo como Rey, muy bien, tendremos como Rey al demonio. El demonio vendrá y entonces todos esos podrán hablar de libertad, los que han querido esta libertad que no es otra cosa que desentenderse de los Mandamientos de Dios y de la Iglesia. Han querido desentenderse de Nuestro Señor Jesucristo y por eso será el príncipe infernal el que vendrá a enseñarnos lo que es la libertad...
  1. Así que nosotros, que tenemos la gracia de conocer todo esto, la gracia de creer en la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, en su realeza, tenemos el deber de manifestarlo, de proclamarlo en nuestras familias, dondequiera que estemos, acudir allí donde hay grupos de cristianos que siguen creyendo en la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo y en su realeza, cristianos que conservan en su corazón este amor que la Santísima Virgen tuvo siempre hacia su Hijo Jesús. Todos los que poseen este amor deben permanecer unidos y perseverar firmes, sin dudas ni titubeos, pues ellos son la Iglesia y no los que se esfuerzan por destruir el Reino de Nuestro Señor. Ha llegado la hora de hablar claro, tal como lo hizo y dijo el Cardenal Suenens, no lo dije yo sino fue él quien lo afirmó: el Concilio ha sido para la Iglesia lo que fue y significó la Revolución Francesa de 1789.



  1. Yo lo creo firmemente: el Vaticano II ha sido la Revolución Francesa de 1789 en la Iglesia. El Cardenal Suenens se alegraba al decirlo pero nosotros nos condolemos en extremo, porque la Revolución de 1789 en la Iglesia significa el reinado de la "diosa-razón" adorada por los partidarios de la Revolución en el siglo XVIII, los cuales llevaron al patíbulo a todos los religiosos y religiosas, destruyeron nuestras catedrales y profanaron nuestros templos. Mas esta revolución que presenciamos hoy, ¿no es acaso peor que la del siglo XVIII en Francia?

Si hacemos balance de lo que ha ocurrido después del Concilio en nuestras iglesias, hogares, colegios, universidades, Seminarios o Congregaciones religiosas, el resultado es peor que el de 1789. En 1789 al menos los religiosos y religiosas subían al patíbulo y daban su sangre por Jesucristo, como nosotros también me parece que estamos prestos a dar la sangre por Nuestro Señor Jesucristo.
Mas hoy es una vergüenza ver a tanto sacerdote que deja de lado su ministerio. Todos los meses hay solicitudes de sacerdotes que piden ser secularizados y poder casarse. Y bastan tres semanas para que el permiso sea dado y puedan casarse. ¿No es esto peor que la Revolución de 1789? ¿No sería mucho mejor que estos sacerdotes subiesen al cadalso, afirmando su Fe en Nuestro Señor Jesucristo, en lugar de renegar de ella? Lo que ha ocurrido tras la clausura del Concilio ha sido peor que lo que ocurrió durante la Revolución? Vale más tener enemigos directos que declaren la guerra a la Iglesia y a Nuestro Señor que no partidarios -aparentes- de nuestra Fe que deberían honrar a Nuestro Señor y adorarlo, manifestando su adhesión a El, pero que en vez de esto lo que hacen es conducirnos por el camino de los sacrilegios y del abandono a Nuestro Señor, ultrajando su Nombre, lo cual no podemos aceptarlo. Por esto afirmamos que nosotros sí pertenecemos a la Iglesia Católica. No somos nosotros los que incurrimos en cisma. Lo único que queremos es el Reino de Nuestro Señor. Nuestros Pastores deberían proclamar por todas partes: "Proclamamos que Nuestro Señor Jesucristo es verdadero Dios y verdadero Hombre, al que tenemos por único Rey", y en ese momento les seguiremos. Pero que nadie se atreva a quitar la Cruz de nuestros altares, la Cruz de nuestros templos. En esto seremos firmes y mantendremos siempre esta decisión.
  1. Por todo esto me llaman desobediente y cismático. Pero no soy en absoluto desobediente ni cismático; yo obedezco a la Iglesia y a Nuestro Señor Jesucristo. Me dicen que desobedezco al Papa, y sí, será cierto si el Papa se llega a identificar con la Revolución que se ha incoado en el Concilio y ha continuado tras él. Esta Revolución conciliar es idéntica a la de 1789 y yo no quiero obedecer a esta Revolución operada en la Iglesia, yo no quiero obedecer ni inclinarme ante la "diosa-razón". Es lo que ellos quisieran, que cerrásemos nuestro Seminario para ir a adorar a la "diosa-razón" y en consecuencia al hombre.

¡Esto nunca! Jamás aceptaremos esto. Queremos obedecer y estar bajo el yugo de Nuestro Señor Jesucristo que es Dios. Obedeceremos a la Jerarquía en la medida que sus miembros estén sometidos a la Fe. No tienen ningún derecho de hacer almoneda de nuestra Fe. La Fe no es patrimonio suyo, no es el patrimonio del Papa, pertenece a la Iglesia, nos viene de Dios Padre, de Nuestro Señor Jesucristo, y el Papa y los Obispos lo único que tienen que hacer es transmitírnosla. Si así lo hacen nos pondremos de rodillas y obedeceremos inmediatamente. Si lo que hacen es destruirla no les obedeceremos. No queremos ni podemos destruir nuestra Fe, la llevamos metida en nuestro corazón y la llevaremos hasta nuestra muerte. Es lo único que tenemos que decir y proclamar. No, no somos desobedientes, obedecemos a Nuestro Señor Jesucristo. Es lo que siempre pidió la Iglesia a sus hijos.
Nos dicen que juzgamos al Papa y a los Obispos, y sin embargo no somos nosotros los que les juzgamos, sino la Fe, la Tradición y nuestro Catecismo de siempre. Un niño de cinco años puede muy bien responder a su Obispo, si éste le dice que lo que se enseña en la Iglesia sobre la Santísima Trinidad no es verdad, que el Catecismo dice que sí, que hay Tres Personas distintas y un solo Dios verdadero y que por lo tanto es su Catecismo el que dice la verdad y no él, aunque sea Obispo. Este niño tiene razón, porque la Tradición y la Fe están con él, Y nosotros hacemos esto y no otra cosa, por eso decimos que la Tradición les condena, condena lo que se está haciendo actualmente. Nosotros tenemos en nuestro haber dos mil años de Iglesia y no doce años de renovación conciliar, doce años de una "iglesia conciliar" según la expresión de Monseñor Benelli cuando nos ha pedido que nos sometamos a la "iglesia conciliar". No conozco la "iglesia conciliar", solamente conozco a la Iglesia Católica.Tenemos que ser firmes en nuestras convicciones. A causa de la Fe tenemos que aceptar todos los ultrajes, desprecios, excomuniones, castigos y persecuciones. Tal vez incluso de parte de las autoridades civiles. ¿Y por qué? Porque los que atacan y destruyen la Iglesia actualmente hacen la obra de la Masonería. Y la Masonería manda en todo el mundo. Por lo tanto si se dan cuenta que somos un grupo que ponemos en peligro sus proyectos, entonces los gobiernos de las Naciones también nos perseguirán. Tendremos que vivir en las catacumbas, escondidos, pero nuestra Fe no desfallecerá. No claudicaremos. Nos perseguirán, pero a muchos otros también los persiguieron a causa de la Fe. No somos los primeros. Pero tendremos la alegría de rendir el honor y la gloria a Nuestro Señor, permaneciendo fieles, sin abandonos ni traiciones.
Esto es lo que debemos hacer. Permanezcamos firmes. Pidamos a Nuestra Señora que al igual que Ella solamente guardemos un amor en nuestro corazón, un solo nombre: Nuestro Señor Jesucristo, Dios y Hombre verdadero. Él es el Salvador, Sacerdote Eterno y Rey que está en el Cielo. Nuestro Señor es el único Rey y está sentado a la derecha del Padre. Él es la única dicha de los elegidos, de los Ángeles, de su Santa Madre y de San José. Y nosotros también queremos ser partícipes de esta felicidad y de esta gloria, de este amor de Nuestro Señor. Nosotros le conocemos y creemos en El y no queremos saber nada fuera de El.
Sermón de Mons. Lefebvre el 22 de agosto de 1976.


Publicado por José Luis 


“Algunos puntos frente a la falsa Iglesia, la Iglesia Conciliar”

R.P. Fernando Altamira

Sermón del Domingo 17 de mayo de 2015.


La guerra Cristera


        Queridos fieles: 

         En esta nuestra lucha, “Lucha de los Finales de la Historia”, si algo abunda, y parece que nunca deja de crecer ni de aumentar, es EL ESTADO DE CONFUSIÓN. Confusión en esta crisis de la Iglesia; confusión en lo tocante a la falsa religión y a la falsa iglesia que han creado con el Concilio Vaticano II; confusión frente a tantos puntos relacionados con lo anterior. También: Confusión sobre las tácticas y lo que está haciendo Mons. Fellay, quien –creo- terminará de destruir la Fraternidad San Pío X. Sin duda que en Fraternidad San Pío X hay todavía muchos sacerdotes buenos, pero el riesgo es que, con el tiempo y con “el movimiento general” (manejado por Mons. Fellay), la realidad de las cosas “se los termine comiendo”, el riesgo es que la marea “se los termine comiendo”. De igual manera ocurrió durante el Concilio y en el post Concilio, donde tantos sacerdotes y obispos buenos veían los problemas, pero al no tomar ciertas decisiones, finalmente “fueron comidos” por la Religión Conciliar, por la Iglesia Conciliar, y así quedaron. De allí la necesidad de reaccionar. Ojalá muchos de estos sacerdotes se decidan a resistir públicamente a Mons. Fellay y a “su grupo”. Quería tocar, entonces, varios puntos relacionados con todo lo que implica esta falsa Iglesia del Concilio Vaticano II. El tema es bastante extenso (sepan tener paciencia); y creo que pedirá más de un sermón, ya veremos qué hacemos.

         Últimamente, entre tantas cosas que se publican y se comentan, no faltan afirmaciones de que Mons. Lefebvre siempre vio a Roma como “el centro de la unidad”, que él realizó grandes esfuerzos para evitar la acusación de cisma manteniendo contacto con las autoridades romanas. Hablar o publicar de la libertad para el rito de la Misa Tridentina y del (sic) levantamiento de las excomuniones, y decir que ¡“Roma accedió a esta petición”!, y que así Benedicto XVI publicó el Summorum Pontificum y levantó las excomuniones (¿cómo puede ser que se diga algo así?). También hablar de “un retorno a un estatus jurídico normal”, que es lo mismo que dice Mons. Fellay, y eso es hacer un ACUERDO, pero –agregan- que ahora no es “el momento” (¿lo haremos más adelante?). Afirmar y publicar cosas así hace daño. Y con este tipo de cosas siempre “se sigue”, “y se sigue”, “y se sigue”, aumentando LA CONFUSIÓN entre nuestros fieles. Dios mío, ¡qué tema éste de la confusión reinante!, parece que nunca acabará.


(         1. Monseñor Lefebvre: Roma, el centro de la unidad: 

          Evidentemente que Mons. Lefebvre, y todo católico debe ver en Roma el centro de la unidad. Pero evidentemente también, que eso se refiere a la verdadera Roma, no a la falsa Roma que han creado con el Concilio Vaticano II. Esta falsa Roma actual, si algo no es, es casualmente eso, “ser centro de la unidad”. La falsa Roma actual es todo lo contrario al centro de la unidad católica. En todo caso, la falsa Roma actual es el centro de la Religión Mundial para el Gobierno Mundial del Anticristo. 

            La Santísima Virgen en La Sallete dijo (año 1846): “Roma perderá la Fe, y se convertirá en la Sede del Anticristo”. 

           Escuchemos cómo se expresaba Mons. Lefebvre al final de su vida sobre la falsa Roma actual. Es una lástima que nosotros los sacerdotes (y también los fieles) tan fácilmente olvidemos lo que decía Mons. Lefebvre: “Pienso que cuanto más se avanza, es más abominable. Siempre he rezado mucho para que Nuestro Señor nos muestre el retorno de Roma a la Tradición o, por el contrario, que se agrave el alejamiento de Roma de la Tradición a fin de que esto sea claro. (…) Pienso que podemos hablar de descristianización y que estas personas que ocupan Roma hoy son anticristos. He dicho anticristos, como lo describe San Juan en su primera Carta: “ya el Anticristo hace estragos en nuestro tiempo”. El Anticristo, los anticristos, ellos lo son, es absolutamente cierto. Yo le dije al Cardenal Ratzinger: “Nosotros estamos en todo por Cristo y ellos están contra Cristo. ¿Cómo quiere que podamos entendernos?” (…) Estoy íntimamente persuadido de que nosotros no sabemos ni la mitad de lo que sucede en Roma: y si ya estamos escandalizados por la mitad que conocemos, es necesario pensar en la otra mitad. Si conociéramos todo, estaríamos espantados. Verdaderamente nosotros tratamos con una increíble mafia, ligada ciertamente con la masonería. (…) Ellos no están ya dentro de la Iglesia Católica” (extractos de una conferencia en el Retiro sacerdotal en Ecône, el 14 de septiembre de 1987; ¿qué nos diría hoy Monseñor Lefebvre de la Roma actual con Francisco a la cabeza?). Mons. Lefebvre llegó a llamar a la Roma actual, a la falsa Roma, como “la Roma liberal, modernista y anticristo”, la Roma anticristo (esto no es un invento, es literal en Mons. Lefebvre). Son palabras que tan fácilmente olvidamos todos. Además, éstas en particular, fueron dichas en un momento importantísimo de su vida: Un día antes de consagrar a los cuatro obispos y en la carta que les escribió a ellos. Escuchemos: (29 de agosto de 1987, Carta a los futuros cuatro obispos) “Queridos amigos: Puesto que la Sede de Pedro y los puestos de autoridad de Roma están ocupados por anticristos, la destrucción del Reinado de Nuestro Señor prosigue rápidamente dentro mismo de su Cuerpo Místico en esta tierra, especialmente por la corrupción de la Santa Misa… (…) La corrupción de la Santa Misa ha provocado la corrupción del sacerdocio y la decadencia universal de la Fe en la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo. (…) (nota: esta lucha) nos ha valido la persecución de la Roma anticristo. 

           Puesto que esta Roma, modernista y liberal, prosigue su obra destructora del Reinado de Nuestro Señor, como lo prueban Asís y la confirmación de las tesis liberales del Vaticano II sobre la libertad religiosa, me veo obligado por la Divina Providencia a transmitir la gracia del episcopado católico que yo he recibido, con el fin de que la Iglesia y el sacerdocio católico sigan subsistiendo, para la gloria de Dios y para la salvación de las almas. (…) sean mi consuelo en Cristo Jesús, manténganse firmes en la Fe, en el verdadero sacrificio de la Misa y en el verdadero sacerdocio de Nuestro Señor, por el triunfo y la gloria de Jesús en el cielo y en la tierra, por la salvación de las almas y por la salvación de mi alma. (…)”.

(       2. Monseñor Lefebvre:) Con el Concilio, han creado una nueva falsa religión y una falsa iglesia, “la Iglesia del Concilio Vaticano II” o “Iglesia Conciliar”. Escuchemos a Mons. Lefebvre sobre esto: “La Iglesia Conciliar, estando extendida universalmente, difunde errores contrarios a la Fe Católica, y en razón de estos errores ha corrompido las fuentes de la gracia que son el Santo Sacrificio de la Misa y los Sacramentos. Esta falsa Iglesia está en ruptura cada vez más profunda con la Iglesia Católica” (carta a Mons. De Castro Mayer, 4 de diciembre de 1990). “La iglesia que afirma semejantes errores, es a la vez cismática y herética. Esta Iglesia Conciliar no es, por lo tanto, católica. En la medida en que el papa, los obispos, sacerdotes o fieles se adhieran a esta nueva Iglesia, ellos se separan de la Iglesia Católica. (…) El pedido de Su Excelencia Mons. Benelli es, por lo tanto, esclarecedor: sumisión a la Iglesia del Vaticano II, a la iglesia cismática”. (algunas reflexiones respecto de la “suspensio a divinis”, 29 de julio de 1976). 

 “          Nosotros nos veremos cada vez más obligados a actuar considerando esta nueva Iglesia Conciliar como no siendo ya católica” (carta a Jean Madiran, 29 de enero de 1986). O esta otra afirmación, muy terminante, de Mons. Lefebvre, dada hacia el final de su vida, en una conferencia en el Seminario de Suiza: “Se terminó. Ellos ya no son de nuestra religión. Se terminó, ellos ya no son católicos…” (conferencia, Ecône, 28 de octubre de 1985).

(         3. Monseñor Lefebvre:) Y en este “seguir sembrando confusión” por lo que se afirma o se publica (no juzgamos intenciones, decimos sólo lo que ocurre: la confusión siempre aumentada), sobre ese mantener contactos con la falsa Roma, para no ser acusados de cisma, sin aclarar un antes y un después en Mons. Lefebvre, todo ello confunde más a nuestros fieles: Ese seguir yendo a la falsa Roma, ese ir a “esa” Roma; ese buscar “un status jurídico normal” en la falsa Iglesia del Vaticano II. Todo esto confunde más y aumenta la confusión: Primero porque “ellos” (Francisco y compañía) son los cismáticos. Ellos son los cismáticos al romper con todo el pasado católico y con todos los Papas de la Iglesia Católica, por abandonar la Doctrina Católica. 

             Por esto mismo, esa falsa Iglesia es una iglesia cismática y no es la Iglesia Católica. Para ilustrar esto, además de las citas recién leídas, escuchemos otras de Mons. Lefebvre: «Esta apostasía (nota: de la falsa Iglesia Conciliar) convierte a estos miembros en adúlteros, en cismáticos opuestos a toda la Tradición, en ruptura con la Iglesia del pasado…» (Itinéraire Spirituel, p. 70). «Este Concilio representa, tanto a los ojos de las autoridades romanas como a los nuestros, una nueva Iglesia a la cual por otra parte llaman la Iglesia Conciliar. (…) (nota: el Concilio) al dar la espalda a la Tradición y al romper con la Iglesia del pasado, es un Concilio cismático. (…) Todos los que cooperan en la aplicación de este trastocamiento, aceptan y adhieren a la nueva Iglesia Conciliar… entran en el cisma. (…) ¿Cómo podríamos nosotros por una obediencia servil y ciega, hacerle el juego a esos cismáticos que nos piden que colaboremos en su empresa de destrucción de la Iglesia?» (Un Évèque Parle, pp. 97-98).


Todo esto confunde más y aumenta la confusión: Segundo porque aquello de “ir a la falsa Roma”, de seguir yendo y hacer diálogos, tratativas, “intentar convertirlos”, ese buscar “un status jurídico” en la falsa Iglesia, se ha mostrado, ¡hasta el cansancio!, absolutamente imprudente y destructor de lo poco que va quedando para luchar contra esta nueva Religión del Concilio. Nueve o diez congregaciones similares a la nuestra han caído ya con esa política de diálogos y reuniones con la falsa Roma. Mons. Fellay está a punto de terminar de destruir nuestra Congregación, la Fraternidad San Pío X, con esa misma política de “ir a Roma” (a la falsa Roma, evidentemente). Uno se pregunta, “¿hasta cuándo?, ya es hora de aprender de la experiencia”. Pero no: Seguimos con aquello de ir a Roma (la falsa), seguimos con “el status canónico”, etc. ¿Cómo manejar esto? “Ser lo que siempre hemos sido: Católicos que continúan. Es todo” (así dijo Mons. Lefebvre), y Dios nos muestra, y nos ha mostrado, que ése es el camino (también así enseñaba Mons. Lefebvre). Hay que decir a Francisco: “Mire, sabe, no haremos tratativas, no haremos reuniones, diálogos. Cuando usted vuelva al Catolicismo… ya no existirá ningún problema, automáticamente todos estaremos bien, todos estaremos en el Catolicismo cuando ustedes vuelvan”. Ellos se han ido del Catolicismo, de donde nosotros nunca hemos salimos. Ojalá que Francisco se convierta (pero tengo la impresión de que Cristo vendrá antes de eso). Mientras tanto seguir, dar testimonio la Fe Católica, manifestar el Catolicismo, tratar de vivir como buenos católicos. Escuchemos palabras de Mons. Lefebvre relacionadas con ir a Roma, con un acuerdo, etc: “hay quienes estarían dispuestos a sacrificar, yo diría, el combate de la Fe diciendo: ¡Reentremos primero en la Iglesia! (nota: se entiende: en la falsa Iglesia, pues nunca nos hemos ido de la verdadera Iglesia Católica)… una vez que estemos en el interior, ustedes van a ver, podremos combatir, podremos hacer esto, podremos hacer aquéllo… ¡Es absolutamente falso! (…) Lo que nos interesa por principio, es mantener la Fe Católica. Ése es nuestro combate. Entonces, la cuestión canónica… es secundaria” (conferencia a los seminaristas de Ecône, 21 de diciembre de 1984). “Aunque las mentiras de la Roma Conciliar sean tantas veces confirmadas por los hechos, su juego (nota: su juego de hacer un acuerdo, de ofrecer un acuerdo) vale la pena pues siempre hay quien muerda el anzuelo” (carta a los sacerdotes luego de la salida de algunos seminaristas del Seminario de Argentina, Cor Unum, 16 de julio de 1989). “Se terminó, he comprendido. Nos quieren embaucar, se terminó, es el fin… están jugando con nosotros… Es inútil continuar. Estamos completamente opuestos uno al otro” (conferencia de prensa en Ecône, 15 de junio de 1988).

         (Conclusión: La Segunda Venida de Cristo) 

Para terminar: ¿Quién arregla todo esto? Humanamente, ya nadie lo puede arreglar. Nuestros tiempos son los del Apocalipsis. Dios Nuestro Señor Jesucristo con su Segunda Venida es el único que puede solucionar esto. Ya no hay solución humana. Y la Parusía, y el triunfo de Cristo, será también el triunfo de su madre, de la Santísima Virgen María y de su Inmaculado Corazón. El católico debe esperar, desear, pedir y amar esta Segunda Venida. ¿Qué hacer mientras tanto? Guardar la Fe, que es el punto de partida para la salvación (la Fe implica las Verdades de Dios, la Doctrina Católica). Y practicar “el fruto de la Fe”, que es la Caridad, amor a Dios demostrado con el amor al prójimo, a los seres queridos y a los desconocidos (lo cual, confesamos, hemos fallado algunas veces). Y así, luchar con estas consignas hasta el final. Como lo decía el Padre Castellani en esta “tan-pero-tan” bella poesía, “No haga nada”:


Padre Leonardo Castellani, “NO HAGO NADA”

Corazón, tente en pie sin doblegarte de la injusta opresión a la insolencia;
aunque estoy loco, tengo yo mi arte: "Nam furor saepe fit laesa patientia".
Luchando sin más armas que mi triste corazón
contra el mal peor que existe ¿no hago yo nada?
Lucho, sangro y no caigo al suelo.
No hago mucho, pero hago más de lo que puedo...
Centinela aterido,
no dejo sospechar que estoy herido,
ni dejo conocer que tengo miedo...
Herido, helado, aguanto la bandera;
no deserto la inhóspita trinchera.
Y aunque sé que la muerte me ha podido,
estoy de pie y estoy ante ella erguido,
marcando el SOS de la brega a un auxilio
que no me llegará sino un momento tarde,
si es que llega,
y que muerto de pie me encontrará...
La otra mitad la hará sobre mi tumba otro infeliz, después que yo sucumba...
¡Corazón!, ¡tu mitad se ha hecho ya!


Publicado por El ariete católico el martes, 26 de mayo de 2015.


NEO-FSSPX S.A.


FSSPX CASA GENERAL

FSSPX USA

FSSPX ALEMANIA

FSSPX SEMINARIO USA

FSSPX CANADÁ

FSSPX ASIA

FSSPX MÉXICO


“Promover la restauración de la unidad entre todos” los fraternitarios parece ser la política actual de Menzingen, así como la “unidad entre todos los cristianos” fue uno de los fines principales que se propuso el Vaticano II, como el documento UNITATIS REDINTEGRATIO lo indica. Claro que hay un detalle, y ese es: La unidad, ¿es en la verdad o en la obediencia? En nombre de la unidad, la Neo-FSSPX se encuentra embarcada en esta política unificadora a través de la nivelación o igualación –“Igualdad, Fraternidad”: sólo le resta la ansiada libertad dentro de Roma-, y así como busca formar sacerdotes igualitos, parejitos, obedientitos y siempre de sonrisita fotográfica, lo que está haciendo con sus sitios web es igualarlos en su formato y diseño, para de tal forma dar la idea de que la unidad es inquebrantable, así como se lleva un control más estricto –aunque todavía no pueda llevarse del todo a cabo- en sus contenidos.


Ahora es el sitio web del distrito de México el que ha perdido todo su colorido para teñirse de gris, blanco y negro que se esfuman desanimados, en lo que podría ser llamado el "abismo monocolor" de Amerio (EC 400). La Creación es colorida, infinitamente diversa en colores, formas; no hay dos hojas iguales, como dos almas distintas son. Sin embargo, y para evitarse cualquier inesperado disgusto, los burócratas de Menzingen, con criterio empresarial y a través de alguna agencia de diseño seguramente muy onerosa, ha decidido imitar el “minimalismo” conciliar. No habría que descartar una intencionalidad en tal insípido diseño, pues de esa manera se desalienta aún más el interés de los fieles por la visita a tales sitios. Pues, al fin y al cabo, si hay algo en lo que no se destaca hoy en absoluto la Neo-FSSPX es en su producción intelectual, pues sus escritos no son ni numerosos, ni variados, ni profundos, ni interesantes ni actuales. La burocracia sólo reproduce comunicados oficiales –muchas veces sin firma-, cartas del Superior general, algún refrito de viejos artículos, y, en general, videos o imágenes publicitarias, además de los constantes pedidos de donaciones.  Así que si Menzingen lo que quiere es entrarle a los fieles por los ojos, disimula en su estilo “minimalista” su escasez intelectual, a la vez que da lugar a las devociones y reportajes fotográficos, que es lo que los fieles se van acostumbrando a buscar allí. La Burocracia prefiere fieles (¿o hay que decir: clientes?) poco curiosos y más bien subyugados o atrapados por la belleza litúrgica, las sonrisas sacerdotales, las iglesias impecables, es decir, conformes con sus misas y sus sacramentos de rutina. Los sitios web adormecedores son apenas estancos para proporcionar la correspondiente publicidad y propaganda de las buenas acciones de la Neo-FSSPX, pero de forma disimulada y sigilosa. Todavía no pueden admitirlo ante sus clientes.

Pero si alguien quiere sacarse la duda, puede simplemente ver la misma estrategia comercial aplicada por la fábrica de automotores Mercedes Benz, que reproducimos debajo. Unos venden autos, los otros sacramentos. Los primeros son sinceros, los segundos son hipócritas. “La corrupción llega al máximo cuando lo religioso se ha reducido a mero instrumento y pretexto de lo político” (P. Castellani, “Cristo y los Fariseos”).


MERCEDES BENZ ALEMANIA

MERCEDES BENZ MÉXICO

MERCEDES BENZ ARGENTINA