viernes, 29 de noviembre de 2013

PADRE RIOULT I


Escudo Episcopal de Monseñor Williamson

Número CCCXXXIII (333) 30 de Noviembre de 2013

¿Por qué razón no tuvo lugar un levantamiento de los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X cuando sus Superiores perdieron el agarre en la doctrina católica, lo que provocó la traición a la obra de Monseñor Lefebvre la cual se volvió perfectamente evidente desde Marzo del año pasado en adelante? El Padre Olivier Rioult, pionero de la “Resistencia” en Francia, dio varias buenas razones el mes pasado en una entrevista accesible en francés en pelagiusasturiensis.wordpress.com  El resumen siguiente está libremente adaptado a partir del texto original:
Básicamente, el pecado original: Mientras que el combate del principio por la Tradición en los años 1970 y 1980 había logrado garantizar la supervivencia de los elementos esenciales de la Fe, los Tradicionalistas se sentaron sobre sus laureles para gozar de sus confortables reductos y se instalaron en una rutina cómoda de la cual les cuesta ahora salir. Ellos han perdido el espíritu del combate de la Fe.
Segundo, esta forma particular del pecado original que es el liberalismo: En el transcurso de los últimos diez años, los Superiores de la Fraternidad han debilitado el combate contra el liberalismo, el error y la falta de modestia. Pero, dejar de nadar contra la corriente es dejarse llevar por ella, y un buen número de sacerdotes de la Fraternidad - no todos, de ninguna manera - se han vuelto más débiles en sus convicciones y en su prédica.
Tercero, el activismo: algunos colegas pueden también dejarse desviar por un ritmo excesivo en sus tareas sacerdotales que no les deja tiempo ni inclinación para leer o estudiar. Transformándose en simples administradores y comunicadores, se debilitan en sus convicciones y en sus prédicas.
Cuarto, el maquiavelismo de Monseñor Fellay: durante años su doble discurso engañó a todos excepto a una minoría de almas clarividentes que no pudieron en absoluto hacerse escuchar. Fue sólo el año pasado que terminó de quitarse la máscara con el “Cor Unum” de Marzo y con su respuesta del 14 de Abril a los tres obispos. Había logrado adormecer a la gran mayoría de los Tradicionalistas (como lo está haciendo de nuevo ahora).
Quinto, el temor a lo desconocido: cuando el mundo todo alrededor suyo se está volviendo loco y usted encuentra un reducto sano y este reducto entonces empieza también a volverse loco, hace falta una fuerza de carácter poco común para enfrentar la realidad en lugar de preferir una ilusión u otra y, ¡cuán grande es el número de ilusiones hoy en día! Y es así que muchos Sacerdotes se están dando cuenta de que están viviendo un drama que exige algunas decisiones crucificantes, pero les hace falta la fortaleza necesaria para lanzarse a lo desconocido.
Y por último, pero no menos importante, los malos Superiores: por supuesto hubo siempre liberales dentro de la Fraternidad como los hubo dentro de la Iglesia oficial, pero siempre que los Superiores se mantengan firmes, ellos pueden conservar el control. Desgraciadamente, cuando en la Iglesia oficial, Juan XXIII y Pablo VI favorecieron el liberalismo por ser ellos mismos liberales, el resultado fue una ola de alta marea, y ahora que los Superiores de la Fraternidad se han vuelto liberales, el liberalismo se extiende a través de la Fraternidad como nunca lo hubiera hecho bajo buenos Superiores, Superiores verdaderos.
Estas razones dadas por el Padre Rioult son todas ciertas, pero ninguna de ellas es más fuerte que la Fe, la cual es “nuestra victoria sobre el mundo” (I Juan V, 4). En verdad, se podría decir que estas razones se resumen todas en una falta de una Fe que sea suficientemente fuerte de parte de los sacerdotes, porque están viviendo en un mundo en el cual el agarre en la Verdad de cada alma viva se ha aflojado y, si la Verdad no es cierta, ¿Cómo podrá ser cierta la Fe?
Entonces, ¿Cuál es la manera más sencilla de reforzar nuestro propio agarre en la Verdad, lo que necesitamos absolutamente hacer en las circunstancias locas de hoy día? En mi opinión:

“Vigilad y rezad, vigilad y rezad,
Quince Misterios, cada día”.

Kyrie eleison.




jueves, 28 de noviembre de 2013

PRIMERO FE

Monseñor Richard Williamson

23 de Noviembre de 2013

La gran lección enseñada por Monseñor Lefebvre (1905-1991) a los Católicos que tenían oídos para escuchar fue que la Fe es más alta que la obediencia. La triste lección que hemos aprendido desde entonces es que la obediencia continúa siendo tasada más alta que la Fe. Estos “Comentarios” continuamente impulsados por la confusión de hoy en día en la Iglesia, el mundo y la Fraternidad San Pío X para retornar a los principios, a menudo han intentado explicar porque la Fe debe venir primero.
Tomen por ejemplo los argumentos de un honorable sacerdote de la FSPX quien recientemente me envió un correo electrónico acusándome de evaluar equivocadamente el estado presente de la FSPX. Mi resistencia a la – como la llamo -- Neofraternidad es, dice él, 1) demasiado personalmente motivada, 2) olvidando el bien de la Iglesia, 3) inconsistente con posiciones que he tomado antes, 4) careciendo de realismo católico, 5) contra la indefectibilidad de la Iglesia, 6) para que cada hombre sea su propio Papa, 7) para una visión modernista de la Iglesia, 8) Protestante, 9) contra unión con Roma, y, finalmente 10) empujando almas lejos de la Iglesia.
Ahora bien, no soy ningún Monseñor Lefebvre y no pretendo serlo, pero, mi colega ¿se da cuenta que todos estos argumentos (excepto el tercero), él podía haberlos aplicado treinta años atrás a la Resistencia de Monseñor a las autoridades de la Iglesia oficial en Roma? Sin embargo, la resistencia de Monseñor era 1) motivada solamente por la urgente necesidad de defender la Fe, 2) por el bien de la Iglesia Universal, 4) de una manera completamente realística (como lo probaron los frutos católicos de su Fraternidad), 5) no desaprobando sino aprobando, mediante su resistencia misma, la indefectibilidad de la Iglesia, 6) para que la Iglesia de siempre sea la medida de los Papas, 7) contra la locura del neo-modernismo, 8) contra la renovación del Protestantismo por parte del modernismo, 9) para la unión con la Roma católica de siempre, y finalmente 10) ayudando a muchas almas verdaderamente católicas a mantener la Fe en lugar de perderla.
Y, ¿qué justificó la resistencia de Monseñor en aquel entonces? ¿Qué probó entonces que él no era, a pesar de las apariencias, un rebelde como Lutero, sino un verdadero católico y un gran sirviente de la Iglesia? ¡Su doctrina, su doctrina, su doctrina! Mientras que Lutero negaba una masa de enseñanzas católicas, Monseñor afirmó cada una de ellas. Fue en el nombre de la doctrina de la Fe que Monseñor tomó su posición contra los Papas Conciliares y las autoridades de la Iglesia que estaban radicalmente socavando la doctrina, mediante la renovación y la adopción de los espantosos errores del modernismo.
Entonces, ¿qué justifica ahora una cierta resistencia al liderazgo de la FSPX? ¿Cómo pueden aquellos que resisten reclamar ser los más verdaderos sirvientes de la FSPX? ¡Doctrina, doctrina, doctrina! La Declaración de mediados de Abril de 2012 fue prueba de una deficiencia doctrinal aterradora en la cima de la FSPX y, si bien la Declaración fue retirada, ¡sus contenidos no han sido retractados sino más aún defendidos, como siendo, por ejemplo “demasiado sutiles”! Tampoco los documentos oficiales de la FSPX del 14 de Julio de 2012 o del 27 de Junio de 2013 han apropiadamente reparado el daño. Prueba de ello es que la política gobernante del Cuartel General de la FSPX no ha cambiado. Estimado colega, su propia Fraternidad fue fundada poniendo Fe antes que obediencia aparente y, ahora, ¿usted quiere defender esa Fraternidad poniendo obediencia aparente a la Fraternidad antes que Fe? ¡Estudie los documentos y observe las acciones!


Kyrie eleison.


viernes, 15 de noviembre de 2013

Encuesta Episcoloca 2 Sobre el matrimonio de acuerdo con la ley natural...


a) ¿Qué lugar ocupa el concepto de ley natural en la cultura civil, tanto en ámbito institucional, educativo y académico, como en ámbito popular? ¿Qué ópticas antropológicas se sobreentienden en este debate sobre el fundamento natural de la familia?

b) El concepto de ley natural con relación a la unión entre el hombre y la mujer ¿es comúnmente aceptado como tal de parte de los bautizados en general?
c) ¿Cómo es contestada en la práctica y en la teoría la ley natural sobre la unión entre hombre y mujer en vistas de la formación de una familia? ¿Cómo es propuesta y profundizada en los organismos civiles y eclesiales?
d) En el caso de que pidan el matrimonio los bautizados no practicantes o quienes se declaran no creyentes, ¿cómo afrontar los desafíos pastorales que derivan de ello?

d) En el caso de que pidan el matrimonio los bautizados no practicantes o quienes se declaran no creyentes, ¿cómo afrontar los desafíos pastorales que derivan de ello?


La Sagrada Familia. Modelo de la familia cristiana. Por B. E. Murillo.


COMENTARIOS a… y etcétera…

a) ¿Qué lugar ocupa el concepto de ley natural en la cultura civil, tanto en ámbito institucional, educativo y académico, como en ámbito popular? ¿Qué ópticas antropológicas se sobreentienden en este debate sobre el fundamento natural de la familia?

Al parecer lo que importa desde el “vamos” es, la “ley natural”. La ley sobrenatural ni siquiera se nombra, pues no todos creen en ella y habrá que amoldarse a lo que cree la mayoría qué significa esa cosa. Una mayoría que se ha estado manipulando y amaestrando, desde hace tiempo, para aceptar lo que se decida sobre el asunto. La verdad, entonces,  la decide la mayoría. No. En realidad, no la decide tampoco la mayoría, porque a nadie le interesa ya “la verdad”. Sino lo que a cada uno le gustaría  que ésta fuera; lo que a cada uno le gustaría ser;  o lo que a cada uno le gustaría cómo fuesen las cosas según sus propios caprichos y pasiones. Lo que llaman aquí, “ley natural”, es un engaño para hacer creer que hay alguna especie de continuidad con el  pasado, a la vez que una especie de objetividad. Porque, como vamos a tratar con todo tipo de gentes, y habrá que amoldarse a todos, especialmente,  a lo que ellos todos “piensan”. So pena de parecer que tenemos nosotros la verdad y nosotros, por lo visto, no la tenemos. Porque “Nadie es dueño de la verdad”, pero aclarando que esto se aplica más especialmente a los católicos. Ellos son los que “menos verdad” tienen que nadie. No debemos, hoy, pensar la verdad como si fuera algo objetivo, algo fuera de nosotros, algo que ya está instalado en la esencia de las cosas mismas, en su propia naturaleza. Sino, como algo subjetivo, como algo que cada uno ha elaborado por sí mismo, según sus propios gustos e inclinaciones. Sobre todo si es “lindo” y “fácil” de realizar. La verdad, o gran parte de ella, está en la “ley natural”. Pero la “ley natural”, que mentirosamente citan, no es lo que siempre se ha entendido por tal. No es más que un subterfugio inventado para entrar simpáticamente en el aprecio de una mayoría. Crea una falsa sensación de imparcialidad y objetividad. En realidad están pensando en lo que “ellos” inculcarán en las mentes de la mayoría como “ley natural”, es decir lo que todos deberán aceptar dogmáticamente como tal. Ellos atacan los dogmas católicos para suplantarlos por otros dogmas no católicos. Los dogmas católicos no son caprichos de humana mente alguna, sino que parten de una revelación divina. No puede haber error alguno en ellos. Son infalibles. Ellos rechazan las verdades reveladas por Dios para suplantarlas por  caprichosas  fantasías humanas. Hacen creer a todos que en ellos hay una recta y sana intención para beneficiar a todos, pero todo ello es solo un ardid con una trampa escondida debajo de una maraña de adulaciones para “encantar” a todos. ¿Encantar a todos? Pero ¿con qué fin? ¿Quién podría intentar algo así? Con el fin de dominio y poder por sobre la más grande masa de esclavos que ellos mismos están creando con todos los medios a su alcance. Medios de comunicación, de educación, información dirigida, “cultura” apropiada a la remodelación de las mentes al nuevo Orden mundial que se está preparando, etc.

Retrato de una familia. Por Rembrandt. 1668.
 Familia formada como hacía siglos: un hombre, una mujer y sus hijos.


Familia campesina. Por F. J. Millet. 1868.
 El amor mutuo y su fruto. La célula primaria de la sociedad.
Esto también hay que destruir para fundar el Nuevo Orden Mundial.

¿Qué ópticas antropológicas se sobreentienden en este debate sobre el fundamento natural de la familia?

¿Ópticas antropológicas que se sobreentienden? Pues las ateas del mundo moderno. Enemigas de Dios y del Evangelio.
¿Debate sobre el fundamento natural de la familia? ¿Qué debate? Pues el que iniciamos nosotros, los episcolocos, o los infiltrados enemigos de Cristo y de su verdadera Iglesia, hoy posicionados dentro de la misma. Nosotros, los episcolocos, estamos fervientemente con el hombre moderno. Con el hombre que se afirma a sí mismo, cara a cara frente a Dios. Sin miedo. Somos hombres adultos, evolucionados, científicamente dotados de los mayores adelantos de la técnica, de la psicología, de la antropología científica y de todo lo que termine en “tífico/a”.
Par los que no lo saben, o no quieren saberlo, va una verdad de Catecismo: El hombre fue creado por Dios. O sea, antes que Dios lo creara, no existía. Luego de creado por Él vino a ser creatura, es decir, un ser creado, no autónomo, sino  dependiente. Esto quiere decir que el hombre no creó ni inventó su propia naturaleza. Dios que no hace las cosas porque sí nomás, aunque a alguno le cueste entender esta cosa tan sencilla, creó al hombre por algo, es decir, con un fin, con una finalidad y le dotó de todo lo necesario para ello. Dicho de otro modo: creó la naturaleza del hombre dotándola de todo lo necesario para cumplir su destino fijado por Dios mismo de antemano. Antes de hacerlo. Como no era bueno que el hombre estuviese solo le creó también una compañera, a la cual no sacó del barro como al hombre sino del mismo cuerpo del hombre y les mandó: “Creced y multiplicaos  y llenad la tierra”. “Hombre y mujer los creó, varón y varona los creó”. Esto es lo que siempre creyó la humanidad aunque luego haya habido desviaciones a causa de su naturaleza desde que  quedó herida por el  pecado original, por el pecado de desobediencia.

Pecado Original y Expulsión del Paraíso. Por Miguel Ángel.
Nada se entiende ni puede arreglarse si no empezamos por éste hecho histórico.


En suma, ahora, como los obispos han pasado a ser “episcolocos”,  le piden al mundo: Cómo debería ser la doctrina de la Iglesia Católica para que pueda él aceptarla. ¿Están todos locos? No. No están todos locos. Están haciendo lo que falta para destruir el último obstáculo que queda para la llegada del impío, del hombre de pecado, del Anticristo: La destrucción de la Iglesia Católica, que ya está en manos hoy del enemigo, desde su cúpula hasta abajo. La Iglesia oficial digo. Y los que le siguen como si fuera ella la verdadera, la cual permanece sin mancha, oculta a los ojos que solo ven los edificios,  lo material y lo exterior de las cosas. “Ellos tienen los templos – decía San Atanasio ante la herejía arriana – pero nosotros tenemos la fe”.
Pero la destrucción total de la Iglesia no llegará a suceder. Nuestro Señor lo prometió y Nuestra Señora, su Santísima Madre nos lo recordó en Fátima en 1917: “Al fin mi corazón Inmaculado triunfará”.

Todas las preguntas de éste estúpido y perverso cuestionario episcoloco ya están contestadas desde hace siglos por la Iglesia Católica en toda su Doctrina ortodoxa y  en todas las respuestas condenatorias a las herejías. Ninguna de ellas es un “desafío pastoral” sino para los ignorantes y los apóstatas que quieren seguir llamándose “católicos” para arrastrar detrás de sí la mayor cantidad de almas posibles…al Infierno.

La familia. Según Pablo Picasso.
Visión cínica y distorcionada. La familia en destrucción.



LA SOBERBIA DE LA TRANSGRESIÓN FUE PEOR QUE LA TRANSGRESIÓN

Adán y Eva. Catacumba de Vía Latina. Roma.

“La soberbia es peor y más condenable, porque busca el recurso de la excusa  aun para los pecados más evidentes. Así hicieron los primeros hombres. Ella dijo: La serpiente me engañó y comí, y él a su vez: la mujer que me diste por compañera me dio el fruto y comí. Nunca suena la petición del perdón, nunca impetración del remedio. Aunque, como Caín, no nieguen que lo han cometido, con todo, la soberbia busca descargar sobre otro la responsabilidad de sus malas obras. La soberbia de la mujer culpa a la serpiente, y la del varón, a la mujer. Más cuando se da una transgresión formal del mandato divino, hay una auténtica acusación más bien que una excusación. Y no se vieron libres de pecado, porque la mujer lo cometió aconsejada por la serpiente, y el varón a instancias de la mujer, como si hubiera de creerse o de ceder a algo antes que  Dios.” 
San Agustín. La ciudad de Dios, T IIº, Lib. XIV, Cap. XIV. BAC. Madrid, 1965.                                             
Si alguien, poseído por la soberbia, lee este escrito de San  Agustín, lo echará a un lado diciendo: - ¡Esto no es para mí! – y seguirá  tranquila y tozudamente por el camino que él mismo se trazó, y sobre el cual ya ha andado mucho  como para volverse atrás. Sin embargo debería volver atrás para reparar su error, pero, para ello, se requiere de humildad y de valor para tomar esa corajuda decisión. Mas la soberbia también enceguece. Y, si el enceguecido es director o guía, peor. Porque, “Si un ciego  guía a otro ciego, ambos caerán en el pozo”. Como también: “El que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado.” Pues para ser ensalzado antes se debe “pasar por el horno de la humillación”. Y aquí sí que hace falta, y es necesario de todo punto,  tener verdadero espíritu sobrenatural.

La parábola de los ciegos. Pieter Bruheguel, el viejo, 1568.


miércoles, 6 de noviembre de 2013

ENCUESTA EPISCOLOCA

 COMENTAMOS EL PRIMER PUNTO                                                       
Dicen
Que para muestra basta un botón.
Pero, si nos alcanza el hilo,
y la aguja no se mella, intentaremos,
con la ayuda de Dios,
ir cosiendo otros botones más.
He dicho.
Silvestre II exorcizando al Diablo

1. Sobre la difusión de la Sagrada Escritura y del Magisterio de la Iglesia sobre la familia.

a) ¿Cuál es el conocimiento real de las enseñanzas de la Biblia, de la (encíclica) ‘Gaudium et Spes', de la ‘Familiaris consortio' y de otros documentos del magisterio postconciliar (Vaticano II) sobre el valor de la familia según la Iglesia Católica? ¿Cuál es la formación de nuestros fieles para la vida familiar según las enseñanzas de la Iglesia?    

Parte de un punto que da por sentado,  tácitamente, de que hay que tener en cuenta las enseñanzas de la Iglesia “Católica” solo a partir del Vaticano II, dejando de lado y borrando, toda la enseñanza milenaria de la Iglesia que está, no solo en las Sagradas Escrituras, sino también en la Tradición oral y en los escritos de los doctores  de la Iglesia y de todos sus Santos. Esta es la fundación de una nueva “Iglesia”, de una nueva religión, la religión del Hombre en lugar de la de Dios. El hombre instalado como dios, como  legislador supremo, como constructor de su propio destino  y como hacedor de su nuevo mundo inmanentista.   Cortado de su ligazón con lo superior, con el Cielo, pero abierto ahora hacia abajo, hacia las cavernas infernales, abre los sótanos a los demonios que andan ahora sueltos por el mundo. ¡Y los hombres están, ahora, desarmados!...
Los documentos conciliares han sido puestos por sobre la Escritura Sagrada y la Santa Tradición.  Las Encíclicas modernistas que están inspiradas  en los programas masones, enemigos de Cristo y de su Iglesia, han sido entronizados.                                     

b) Allí donde la enseñanza de la Iglesia es conocida, ¿es aceptada integralmente? ¿Hay dificultades en ponerla en práctica? ¿Cuáles?  
Allí donde la enseñanza de la Iglesia es conocida.
 - No hay, no existe ya  una enseñanza de  la Iglesia que sea conocida y, menos,  por todos, o por una mayoría. Después del Vaticano II solo se ha trabajado en des-instruir a las gentes, des-endoctrinarlas, sobre las verdaderas enseñanzas de la Iglesia. Las gentes, en medio de un mar de ignorancia y de confusión solo perciben relaciones de ideas y “slogans” sensibleros adornados con pajaritos y florecillas como si esto fuera la real  esencia de la doctrina cristiana y a la que dan el nombre (profanando su verdadero significado) de “ágape”. Entendido esto como demostraciones de afecto sobre gentes desconocidas, con besitos y apretones de mano, cantitos, guitarritas y balanceo de brazos, mientras se esquiva con esto el vero amor al prójimo que es la caridad no fingida  la cual consiste en predicar la salvación eterna de las almas y en el ejercicio de todas las obras de misericordia.                                                      

¿Es aceptada integralmente?
 - No se puede aceptar “integralmente” lo que no se ha dado nunca.  

¿Hay dificultades en ponerla en práctica? ¿Cuáles? 
– Seguramente. Las gentes desconocen el auxilio de la gracia divina y de los Sacramentos que da las fuerzas suficientes para poner en práctica lo que humanamente sería imposible: los mandamientos y los consejos evangélicos. Y no conocen la gracia divina porque no se la predica (pues la nueva iglesia no cree en ella, ni en la predicción ni en la gracia santificante,  porque no creyeron en ella  nunca, los que ahora ocupan la Iglesia. Y, se alguna vez lo creyeron, ahora no,  ahora han perdido la fe).

c) ¿Cómo es difundida la enseñanza  de la Iglesia en el contexto de los programas pastorales en el ámbito nacional? ¿Diocesano, parroquial? ¿Qué catequesis se hace sobre la familia?                 

Los programas pastorales se basan solo en las enseñanzas y en el "espíritu del Concilio" Vaticano II. Es difundida solamente  la enseñanza de la iglesia post-Conciliar. Que es una enseñanza contraria a la Tradición, al único y verdadero Evangelio de Cristo. Enseñanza del Vaticano II basada en los pseudo-principios el mundo moderno, cuyo fundamento principial es el humanismo ateo, irreconciliable en absoluto con  el Catolicismo verdadero, que es el Evangelio de Jesucristo, inmutable, siempre igual a sí mismo, sin novedad alguna por añadir y por encima de todos los cambios históricos, pues los contiene a todos ellos desde antes de los siglos. Porque las enseñanzas de Jesucristo trascienden los siglos y su palabra no pasará jamás. “El cielo y la tierra pasarán pero sus palabras no”.

…¿en el contexto de los programas pastorales en el ámbito nacional? ¿Diocesano, parroquial? 

El Evangelio es siempre  el  mismo, en cualquier ámbito, y la salvación que ofrece es  la misma tanto “para el judío como para el griego”, como para todas las culturas y las razas. De testigo está  la historia misma. Nada por inventar. En cuanto a lo esencial “ni una jota ni un punto sobre la jota perecerá de la ley” nos lo dice Cristo mismo. Pero la iglesia post-Conciliar ya no predica más a Cristo. Le niega en la realidad aunque a veces lo nombre. Aunque tampoco lo nombra con su nombre completo: JESUCRISTO,  sino solo Jesús, negando de Él su título más alto: Cristo. Pues Jesús hubo muchos, pero Cristo, uno solo. “El que me negare delante de los hombres yo le negaré ante Padre. Pero el que me confesare delante de los hombres yo le confesaré ante el Padre.” “Si el mundo os  aborrece sabed que a mí me aborreció primero.” “No es el discípulo mayor que su señor. Si me persiguieron a mí, también os perseguirán a vosotros.”  “En el mundo tendréis aflicción. Mas confiad, yo he vencido al mundo.”

¿Qué catequesis se hace sobre la familia?  

- No se puede separar a la familia apartándola del todo del cual se deriva como una de sus ramas. La familia es la célula de la sociedad, una de las innumerables piedras que, como familias,  conforman el edificio de la sociedad.  Por supuesto que, como tal, merece una atención especial. Familias sanas constituyen una sociedad sana. La destrucción de la familia es la destrucción de la sociedad. “¿Qué clase de catequesis se hace sobre la familia?” Porque si hace sobre ella una catequesis perversa tendremos la destrucción de la sociedad. ¡Cuidado! La iglesia modernista juega con las palabras. Disfraza con las palabras sus verdaderas intenciones anticatólicas. Ellos quieren seguir llamándose católicos para engañar mejor. Quieren seguir llamándose católicos aunque odien este nombre. Quieren seguir llamándose católicos pero no darán, ni enseñarán más la doctrina católica. Como no pudieron en dos mil años destruir completamente a la Iglesia han ideado, diabólicamente, este nuevo modo de sacarla del medio, Ocuparla desde adentro para transformarla en otra cosa. En otra religión. Una religión al servicio del Nuevo Orden del Mundo. Una nueva religión “aggiornada” al mundo ateo de hoy. Sacar a la verdadera Iglesia de Cristo de en medio, para limpiarle el camino al anticristo. El cual aparecerá como el creador y regidor (tiránico) del nuevo Orden Mundial. Las “nuevas familias” (pues ya no serán verdaderamente familias) serán las piezas dóciles y maleables para conformar la nueva sociedad: la ciudad del hombre. El triste hormiguero tecnologizado y robotizado que será la nueva sociedad en donde todos, por fin,  serán iguales, iguales como las hormigas. Un gran hormiguero “democrático” en donde la enorme masa de gentes será la esclava de una minoría anónima.

d) ¿En qué medida -concretamente sobre qué aspectos- tal enseñanza es realmente conocida, aceptada, rechazada y/o criticada en ambientes extra eclesiales? ¿Cuáles son los factores culturales que obstaculizan la plena recepción de la enseñanza de la Iglesia sobre la familia?

-¿Acaso Jesucristo hizo  una encuesta previa para saber lo que convenía predicar para caer simpático a todos y no ser perseguido y odiado y muerto como al fin lo fue él? No. No lo necesitaba. Él sabía lo que había en el corazón del hombre y de cada hombre. Cuál era su más íntima y secreta necesidad. Qué era lo que más debía amar y en dónde poner su corazón   para alcanzar su fin, su destino. Cuál era el destino para el cual fue hecho. Como que Él era el Camino, la Verdad y la Vida y, que nadie podría arribar felizmente a la meta para la que fue creado (Dios y la bienaventuranza eterna) sino por Él, Jesucristo. La encuesta, si así puede decirse, ya la hizo Jesucristo de una vez y para siempre desde antes de los siglos.  Su misión fue enseñar a unos humildes pescadores, sin estudios de ciencias humanas, para que ellos mismos enseñaran a las gentes todas las cosas que Él les había mandado. “Cosas no de humana sabiduría”- como decía San Pablo. Y para mostrar con ello que no era obra humana la suya, la de Cristo, sino sobrehumana, divina. Y esto hasta el fin de los tiempos, sin quitar ni agregar nada a su enseñanza. Pero esta encuesta del nuevo Vaticano esconde, el no declarado propósito, de cambiar el Evangelio en otra cosa distinta de lo que es. Pues el Evangelio no fue, es. “Cristo ayer, hoy y mañana”. Cristo siempre el mismo. A qué viene lo de “las críticas en ambientes extra-eclesiales” sino que es el modo elegido para ponerse de acuerdo con ellas. Ese lenguaje bífido, críptico en algún sentido, es solo para engañar. “Sea vuestro hablar sí, por sí,  y no, por no. Todo lo que excede de esto, del Diablo viene.”- Enseñó Jesucristo a sus discípulos y, a través de ellos, y de los tiempos, también a nosotros.

¿Cuáles son los factores culturales que obstaculizan la plena recepción de la enseñanza de la Iglesia sobre la familia?

– Por ejemplo la ignorancia de la verdadera Doctrina Tradicional y de los medios sobrenaturales para cumplirlas. Los obstáculos: El ateísmo. otras religiones, o herejías cristianas. O la falta absoluta de toda religión. Las malas costumbres, el homosexualismo, los putimonios, el aborto, la difusión de teorías falsas, de corrupciones intelectuales y morales; la gran apostasía de los católicos, empezando por la misma jerarquía, etc. etc. ¿en serio hace falta una encuesta para ver todo esto? No. No hace falta. La encuesta es solo una excusa para decir: “esto no  va más”; “la gente quiere otra cosa”; -“Otra cosa más fácil, más llevadera, más “light”. Pero “eso” no es el catolicismo. Así que vamos a cambiarlo para quedar bien con los hombres, para que no nos persigan; para ser aplaudidos ellos, no aborrecidos. Cristo nunca habló de un camino hacia la vida verdadera como un camino lleno de florcitas y mariposas, sino de un camino estrecho y áspero con una puerta angosta y dificultosa de trasponer al final de él. Y que pocos lo transitan. Pero el camino de la perdición es, nos dijo, es fácil de andar, ancho, cómodo y por eso muchos lo eligen, aunque su fin sea la muerte eterna. Como dimos  a entender más arriba, la familia debe participar en la sociedad viviendo el  y del Evangelio de Cristo. Es realmente una aventura en dónde hay peligros, sufrimientos, luchas, derrotas, pero también alegrías, gozo, paz, serenidad, belleza, victorias, y las gracias que hacen todo esto posible vienen del mismo sacramento del matrimonio. El Sacramento del matrimonio viene "equipado", por decir así, de todas las gracias de luz y de las fuerzas necesarias para llevar las cargas de esta empresa de formar ese pequeño mundo que es la familia católica, en donde los hijos aprenden a vivir sobrellevando todas las alegrías y las pruebas de esta vida. Porque no se trata  de vivir como una planta o como un animal, sino como los seres humanos que somos: dotados de inteligencia y voluntad. Con la libertad de los hijos de Dios, que tampoco es la "libertad" que ofrece el mundo. No es vivir arrastrados por los vientos como hojas muertas, sino como hojas verdes perennes, remecidas, sí, por los vientos, pero no arrastradas caprichosamente por ellos a cualquier parte sino firmemente amarradas al tallo conductor de la sabia de vida. “Yo soy la vid – dijo Cristo – vosotros los sarmientos. Todo el sarmiento que permanece en mí lleva fruto abundante. El que no, se seca y será arrojado al fuego”. Una familia en donde los padres permanecen adheridos a Jesucristo, enseñarán especialmente con su vida y su ejemplo, a sus hijos, a vivir del mismo modo y será entonces una familia, no sin problemas, sino con problemas que  sabe afrontar y aún sacar fruto de las mismas pruebas que deba soportar, porque: -“Si alguno lleva fruto, mi Padre le podará,  para que lleve más fruto” - Nos enseñó Nuestro Señor. Y también: El que edifica una casa debe hacerlo sobre roca pues si lo hace sobre arena, pronto sucumbirá y grande será su ruina. La roca es Cristo. Ésto debe enseñárselo a las familias: a edificar sobre la roca que es Cristo y sus enseñanzas. Aunque ahora digan que el proselitismo es una estupidez. Me pregunto ¿a qué proselitismo se refieren? Porque ahora están haciendo hasta proselitismo del no proselitismo. Entonces,  esta encuesta ¿pa´qué es? ¿Para otro tipo de proselitismo,  más sabio y mejor que el de Jesucristo? No lo creo. Creo que será precisamente, todo lo contrario.


Alberto M. Borromeo

Quizás desciendo ...

"Quizás desciendo 
de esos hombres viejos 
que en sus cuevas pintaron animales, 
después ánforas, dioses y azulejos 
después construyeron catedrales".

R.P. Leonardo Castellani

Abadía de Saint-Denis, Francia. Siglo XII

lunes, 4 de noviembre de 2013

SERMÓN DEL DOMINGO 24 DESPUÉS DE PENTECOSTÉS (4° EPIFANÍA).



Tormenta en el mar de Galilea. Eugene Delacroix



Y sobrevino luego una tormenta tan grande en el mar, que las olas cubrían la barca. Y N. Señor, levantándose, mandó a los vientos y al mar, y se hizo una gran paz

Dice Santo Tomás (Catena Aurea) que Nuestro Señor un día mandará a los vientos o espíritus, es decir, a los demonios -que son los que agitan las persecuciones- y dará una gran paz a la Iglesia y al mundo. Cabe preguntarse si para terminar con la actual tormenta que azota a la Iglesia y al mundo, querrá Dios imponer una gran paz súbita.

Una posible respuesta:


N. Señora de Fátima (1917): Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo un tiempo de paz.

Nuestra Señora de la Salette, Francia (1846): Entonces Jesucristo, por un acto de su justicia y de su misericordia, ordenará a sus ángeles que todos sus enemigos sean ejecutados. De pronto, los perseguidores de la Iglesia de Jesucristo y todos los hom­bres entregados al pecado perecerán, y la tierra será como un desierto. Entonces se hará la paz.

Nuestra Señora de Akita, Japón (1973): El Padre mandará un terrible castigo a toda la humanidad. Será un castigo más grave que el diluvio, como jamás ha habido otro… Fuego caerá del cielo y eliminará a gran parte de la humanidad...

Santa Brígida (s. XIV): Cuarenta años antes del año 2000, el demonio será dejado suelto por un tiempo para tentar a los hombres. Cuando todo parecerá perdido, Dios mismo, de improviso, pondrá fin a toda maldad.

San Vicente Ferrer (s. XIV): Vendrá un tiempo que ninguno habrá visto hasta entonces… Se producirá un estruendo tan grande, como ni fue ni se espera otro mayor, sino el que se experimente en el juicio. Llorará la iglesia… pero la tristeza se convertirá en gozo. El rey de reyes y el señor de los señores lo purificará y regenerará todo.

Venerable Bartolomé Holzhauzer (s. XVII): El Omnipotente, entonces, intervendrá con un golpe admirable que nadie en el mundo puede imaginar. Durante tres días, la tierra será sumergida en la obscuridad más completa. Como antes en Egipto, el Ángel Exterminador abatirá todos aquellos que se han levantado con odio satánico contra la Iglesia y los sacerdotes.

San Gaspar del Búfalo (s. XIX): Aquel que sobreviva a los tres días de tinieblas y de espanto creerá haber quedado solo sobre la tierra, porque ella estará cubierta de cadáveres.

Fray Bernardo María Clausi (s. XIX): Las cosas llegarán al colmo, y cuando todo parezca perdido… Dios… arreglará todas las cosas en un abrir y cerrar de ojos, como de la mañana a la tarde... Vendrá un flagelo terrible y dirigido únicamente contra los impíos. Será un flagelo enteramente nuevo y como no se ha visto otro en el mundo… grandes pecadores se convertirán porque entonces conocerán a Dios. Este flagelo se hará sentir en el mundo entero y será tan terrible que los sobrevivientes se imaginarán ser los únicos que se han librado. Este azote será instantáneo, pero terrible.

Venerable Fray Jacinto Coma (s. XIX): La Providencia tiene reservado un medio imprevisto, que hará de un solo golpe lo que habría demorado mucho tiempo siguiendo el curso normal de las cosas.

Sor María des Vallées (s. XVII): Porque hay tres diluvios… enviados para destruir el pecado. El primer diluvio es el del Padre Eterno, que ha sido un diluvio de agua; el segundo es el diluvio del Hijo, que ha sido un diluvio de sangre; el tercero es el del Espíritu Santo, que será un diluvio de fuego. Más será triste como los otros porque encontrará mucha resistencia y cantidad de madera verde que será difícil de quemar. Dos ya han pasado, pero el tercero está pendiente y como los dos primeros han sido predichos largo tiempo antes de que llegaran, así el último. Sólo Dios conoce el tiempo.

Venerable Isabel Canori (s. XVIII): Vi el mundo en completa revolución, el orden y la justicia no reinaban más. Los siete pecados capitales eran llevados en triunfo. Por todos lados se extendía la injusticia, la mentira, el libertinaje y toda suerte de iniquidades... todos los fieles que hubieran guardado en su corazón la fe de Jesucristo... se verán... librados del horrible castigo… Repentinamente se levantó un viento violento e impetuoso, cuyo silbido se parecía al rugido de un león. El terror y el espanto se esparció entre los hombres y hasta entre los animales... Se servirá del poder de las tinieblas para exterminar a estos hombres sectarios, impíos que quisieron echar por tierra la Iglesia y destruirla hasta sus cimientos... Pero Él se reirá de ellos y a una señal de su mano poderosa, castigará a estos pérfidos y a estos blasfemos, permitiendo a las potestades tenebrosas que salgan del infierno... Inmensas legiones de demonios recorrerán el mundo entero. Y por las grandes ruinas que causarán, ejecutarán las órdenes de la Divina Justicia. Todos atacarán y dañarán a las familias, a las propiedades, a las ciudades, a los pueblos, a las casas y nada será perdonado de lo que hay en la tierra, permitiendo Dios que estos mentirosos sean castigados… dándoles una muerte rápida y bárbara, porque voluntariamente se sometieron al poder del infierno haciéndose con él aliado contra la Justicia Divina… Vi entonces abrir una sombría y espantosa caverna de fuego de donde salía una multitud de demonios, que habiendo tomado la forma de hombres bestias, venían a infestar el mundo, dejando por todas partes solo carnicería y ruina. Los malos espíritus devastarán los lugares donde Dios haya sido ultrajado, blasfemado y tratado de una manera sacrílega. Estos lugares serán arruinados, aniquilados, de ellos no quedarán ruinas ni vestigios.

Beata Ana María Taigi (s. XVIII – s. XIX): Tinieblas pestilentes, pobladas de visiones horrorosas, envolverán la tierra durante tres días. El flagelo…  del cielo que será espantoso y universal... Todos los enemigos de la Iglesia, ocultos o aparentes, perecerán en las tinieblas, con excepción de algunos que Dios convertirá después. El aire será apestado por los demonios que aparecerán bajo toda suerte de formas horribles.

Petite Marie des Terreaux (s. XVIII – s. XIX): Tal como se vio comenzar la Revolución, tal se la verá acabar. Se verán las mismas cosas y los mismos males que al principio: la República, la mentira, la licencia, etc., etc. Pero todo irá más rápidamente y se terminará por un brillante prodigio. Pasmará al universo el gran acontecimiento en que serán castigados los malos de una manera espantosa... repentinamente acabará la Revolución por un milagro que causará el asombro del universo: los pocos malos que queden se convertirán. Las cosas que deben suceder serán una imagen del fin del mundo; serán tan terribles que bastarán para secarse de horror.


Sor Palma María Addolorata (s. XIX): Habrá tres días de tinieblas; ni un solo demonio quedará en el infierno; todos saldrán y el aire será corrompido; será la última plaga. Después una gran cruz aparecerá en el cielo, y el triunfo de la Iglesia será tal que hará olvidarse bien rápido todas las desgracias… La verdadera Paz vendrá después.

Josefina Reverdy (s. XIX): Una parte de la tierra está toda desierta; nadie, sin el poder de Dios podrá sustentarse. Las almas más fervientes caerán en una angustia mortal. Habrá tan terribles tempestades que las montañas serán conmovidas, que las casas, los edificios se hundirán. La tercera parte de los hombres perecerá. En ese momento el sol se oscureció. Tinieblas espesas llenas de espíritus satánicos cubren la tierra. La luna se tornará roja como la sangre... Después de la persecución, la Iglesia triunfará y reflorecerá.

María Julia Jahenny (s. XIX – s. XX): Yo me levantaré bien pronto en todo el esplendor de mi justicia... Trastornaré la tierra, fulminaré al alma culpable... Será un gran diluvio de espanto.

Sor Helena Aiello (+1961): El mundo no merece más el perdón sino el fuego, la destrucción y la muerte... El flagelo está pronto para librar la tierra del mal. Una tempestad de fuego caerá sobre la Tierra. Este castigo terrible que nunca se ha visto en la historia de la humanidad durara 70 horas. Los ateos serán aplastados y aniquilados y muchos se perderán porque permanecerán en la obstinación de sus pecados. Entonces se verá el poder de la luz sobre el poder de las tinieblas. El azote del fuego está próximo y purificara la Tierra de la iniquidad de los malvados...

Hay decenas más de revelaciones privadas que hablan de un súbito y tremendo castigo por el que el Cielo impondrá la paz en el mundo. La profecía de los Tres Días de Tinieblas puede ser la más reiterada de todas. Sin embargo, alguien podría objetar que nada se dice acerca de esto en la revelación pública. Veamos:

Zacarías: 13,8 Y sucederá que en toda la tierra, dice el Señor, dos partes de sus moradores serán dispersadas y perecerán, y la tercera parte quedará en ella. 14, 6 Y en aquel día no habrá luz, sino únicamente frió y hielo. 14, 7 Y vendrá un día que solo es conocido del Señor, que no será ni día ni noche; mas al fin de la tarde  aparecerá la luz.

Isaías: 13, 9 Mirad que va a llegar el día del Señor, día horroroso y lleno de indignación, y de ira, y de furor, para convertir en un desierto la tierra, y borrar de ella a los pecadores.13, 10 Porque las más resplandecientes estrellas del cielo no despedirán la luz acostumbrada: se oscurecerá el sol al nacer, y la luna no alumbrará con su luz. 13, 11Y castigaré la tierra por sus maldades, y a los impíos por su iniquidad; y pondré fin a la soberbia de los infieles, y abatiré la arrogancia de los fuertes. 22, 5 porque día es este de mortandad, y de devastación, y de gemidos… 22, 3 Enteramente arruinada quedará la tierra, y totalmente devastada. 24, 6b Se libertará un corto número 24,13b como cuando vareado el olivo quedan unas pocas aceitunas en el árbol, y algunos rebuscos después de acabada la vendimia. 29, 6 Y será esto cosa repentina, y no esperada. El Señor de los ejércitos la visitará a esta muchedumbre en medio de truenos y de terremotos, y estruendo grande de torbellinos y tempestades, y de llamas de un fuego devorador. 34, 2 Porque la indignación del Señor va a descargar sobre todas las naciones, y su furor sobre todos los ejércitos: los matará, y hará en ellos una carnicería. 47, 14 He aquí que se han vuelto como paja, el fuego los ha devorado.

Sofonías: 1, 2 Yo quitaré de la tierra todo lo que hay en ella; la talaré toda, dice el Señor: 1, 3 exterminaré de ella hombres y bestias: exterminaré las aves del cielo, y los peces del mar; y perecerán los impíos; y exterminaré de la tierra a los hombres, dice el Señor. 1, 14Cerca está el día grande del Señor: está cerca, y va llegando con suma velocidad: amargas voces serán las que se oigan en el día del Señor… 1, 15 Día de ira aquel, día de tribulación y de congoja, día de calamidad y de miseria, día de tinieblas y de oscuridad, día de nublados y de tempestades, 1, 16 día del terrible sonido de la trompeta contra las ciudades fuertes, y contra las altas torres. 1, 17 Yo atribularé a los hombres: los cuales andarán como ciegos, porque han pecado contra el Señor: y su sangre será esparcida como el polvo, y arrojados sus cadáveres como la basura. 1, 18 Y ni la plata, ni el oro podrá librarlos en aquel día de la ira del Señor, cuyo ardiente celo devorará toda la tierra. 3, 8 b entonces derramaré sobre ellos mi indignación, y toda la ira y furor mío de modo que el fuego de mi celo devorará toda la tierra. 3, 9 Porque entonces purificaré los labios de las naciones, a fin de que todas ellas invoquen el nombre del Señor, y le sirvan debajo de un mismo yugo.

El “Día del Señor” que el profeta anuncia, será un tremendo e inimaginado azote, previo al fin del mundo, que caerá sobre todas las naciones, un castigo terrible después del cual quedarán sobrevivientes que invocarán con nuevo fervor el nombre del Señor (Nacar-Colunga). La Iglesia y el mundo serán restaurados, así, de modo radical y sobrenatural.

Más:

Jeremías: 4,23 Eché una mirada a la tierra, y la vi vacía y sin nada; y a los cielos, y no había luz en ellos. 4, 27 Toda la tierra quedará desierta: mas no acabaré de arruinarla del todo.23, 19 He aquí que se levantará el torbellino de la indignación divina, y la tempestad, rompiendo la nube, descargará sobre la cabeza de los impíos. 23, 20 No cesará la saña del Señor, hasta tanto que se haya ejecutado y cumplido el decreto de su voluntad: en los últimos días es cuando comprenderéis su designio.

Ezequiel: 7, 5 Esto dice el Señor Dios: la aflicción única, la aflicción singularísima, he aquí que viene. 7, 7 viene el exterminio sobre ti, que habitas en la tierra... cerca está el día de la mortandad 30, 1 Me habló nuevamente el Señor, diciendo: 30, 2 Hijo de hombre, profetiza, y di: esto dice el Señor Dios: prorrumpid en aullidos, ¡ay, ay de aquel día! 30, 3 Porque cercano está el día, llega ya el día del Señor; día de tinieblas, que será la hora del castigo de las naciones.

Joel: 1, 15 ¡Ay, ay! qué día tan terrible es ese día que llega. ¡Ay! cercano está el día del Señor, y vendrá como una espantosa tormenta enviada del Todopoderoso.

Amós 5, 18 b Día de tinieblas será aquel para vosotros, y no de luz. 5, 20 ¿Por ventura aquel día del Señor no será día de tinieblas, y no de luz; y no reinará en él una suma oscuridad, sin rastro de resplandor?

Malaquías: 4, 1 Porque llegará aquel día semejante a un horno encendido, y todos los soberbios, y todos los impíos serán como estopa; y aquel día que debe venir, los abrasará, dice el Señor de los ejércitos, sin dejar de ellos raíz ni renuevo alguno. 4, 2 Mas para vosotros los que teméis mi santo nombre, nacerá el Sol de justicia, debajo de cuyas alas o rayos está la salvación; y vosotros saldréis fuera, saltando alegres como novillos de la manada. 4, 3 Y hollaréis a los impíos, hechos ya ceniza, debajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo obraré, dice el Señor de los ejércitos.

Romanos 9, 28 (citando a Isaías): porque el Señor en su justicia reducirá a un corto número, el Señor hará una gran rebaja sobre la tierra.

2 Pedro 3,5-7: así como un día desapareció el mundo destruido por las aguas del diluvio, así otro día los cielos y la tierra serán purificados con el fuego, y en ese día perecerán los impíos.


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