viernes, 1 de noviembre de 2013

La "necedad" de la predicación y la fe

San Pablo Apóstol

         “¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿Dónde el disputador de este siglo? ¿No ha trocado Dios en necedad la sabiduría del mundo? Pues en vista de que según la sabiduría de Dios el mundo por su sabiduría no conoció a Dios, plugo a Dios salvar a los que creyesen mediante la necedad de la predicación. Así, pues, los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría;  en tanto que nosotros predicamos un Cristo crucificado: para los judíos, escándalo; para los gentiles, insensatez; Más para los que son llamados, sean judíos o griegos, un Cristo que es poder de Dios y sabiduría de Dios. Porque la “insensatez” de Dios es más sabia que los hombres, y la "debilidad" de Dios es más fuerte que los hombres.” 
(San Pablo: I Cor. 1, 20-25).

       
       “Mas el justo por su fe vivirá”  (Hab. 2, 4)                                                 
       “(La fe) es base de toda posible espiritualidad cristiana. Es como una síntesis de  toda la Sagrada Escritura,  ya que uno solo es el Espíritu que la inspira y que habló por todos los profetas. Vive en esta sentencia una verdad que nunca se agota, ya sea en cuanto nos enseña que nadie puede ser justo sin tener fe; ya en cuanto la fe es la vida del hombre justo, él desfallece si le falta esa fuerza con que sobrellevar las pruebas de la vida, muchas de las cuales,  y especialmente la persecución, le vienen precisamente por ser justo, por no querer transigir con el mundo, y sobre todo, por adherirse de pleno corazón al escándalo de la cruz.”                                       

(Nota de Monseñor Juan Straubinger al referido versículo del libro de Habacuc).