domingo, 24 de abril de 2016

PROF. CARLOS NOUGUÉ: DE LA NECESIDAD DE RESISTIR AL MAGISTERIO CONCILIAR - Parte 1

Sábado, 23 de abril de 2016




Proemio

No hubo mayor desgracia y crisis en la historia de la Iglesia que la ocasionada por el Concilio Vaticano II. Comparada con ésta, la crisis del arrianismo -por la cual, nos dice San Jerónimo, “el mundo se durmió cristiano y, sobresaltado, despertó arriano”- parece pequeña.

Y, en efecto, ante la tremenda crisis iniciada por el Concilio Vaticano II, se dividieron y se dividen los católicos.

1. Unos son fautores del mismo concilio y de sus secuelas. A éstos no los podemos llamar católicos sino del modo como un cáncer puede decirse de aquél que lo porta. Estos son los que podemos llamar propiamente lobos con piel de cordero.

2.  Otros .tal vez la mayoría- repitieron y repiten los errores de esos fautores sin saber que se trata de errores, y los cree en perfecta continuidad con lo establecido por el magisterio anterior. A éstos no los podemos llamar propiamente herejes; pero tampoco se pueden ignorar los peligros a los cuales su alma se encuentra expuesta.

3.  Otros aún, ante lo que sabían que estaba proscrito por el magisterio anterior y que, sin embargo, era sustentado por la propia Jerarquía conciliar, se fueron alejando de la vida religiosa y de los sacramentos, y tendieron a perder la fe.

4.  Una parte, por cierto debido a alguna gracia para darse cuenta más certeramente del infortunio que implicó e implica el Concilio Vaticano II y su seguimiento, se opuso y se opone al llamado magisterio conciliar. Pero esta parte se subdivide.

a.  Unos, más cercanos a la verdad pero que no siempre saben fundar su oposición en la doctrina más sólida, razón por la que algunos de éstos (como los superiores de la actual FSSPX), sustentando la necesaria visibilidad de la Iglesia y la necesidad de su regularización canónica, terminan por adherirse de algún modo a la jerarquía conciliar.

b. Otros -los sedevacantistas-, juzgando absolutamente imposible conciliar herejía y jurisdicción, terminan por atentar contra la necesaria visibilidad de la Iglesia. Se incluyen aquí, de algún modo, los llamados eclesiavacantistas, para los cuales la Iglesia se reduce a ellos mismos, a pesar de su ínfimo número y de su falta de jurisdicción.

5. Finalmente tenemos la llamada “línea-media”, que sin ver cómo conciliar la debida docilidad al magisterio con la oposición al magisterio conciliar, acaban por favorecer, de varias maneras y mediante los más diversos artificios teológicos, a este mismo magisterio. De la línea media entran a formar parte, de algún modo, los que buscan o alcanzan la referida regularización canónica.

Ahora bien, nosotros nos incluimos entre los que se oponen al magisterio conciliar y no buscan regularizarse canónicamente bajo éste, y que pueden beneficiarse de la doctrina más sólida para fundar su posición: la expuesta por el P. Álvaro Calderón (de la FSSPX) en la cuestión disputada La Lámpara bajo el Celemín, y el cual se funda, naturalmente, en todo cuanto hizo, dijo o escribió Mons. Lefebvre, pero elevándolo al plano de la más estricta ciencia teológica. Esta cuestión disputada es el terreno seguro en el que podemos basar nuestra postura sin desviarnos para el sedevacantismo (o para el eclesiavacantismo) ni para la línea media o el acuerdismo [i].

De este modo, la serie que iniciamos con este proemio quiere mostrar la justicia y la necesidad de resistir al magisterio conciliar, y especialmente al papado de Francisco, cuyo carácter catastrófico la llamada línea media y los acuerdistas de hoy día se niegan de algún modo a ver perfectamente. Pero no lo podríamos hacer, insistimos, sin demostrar la posibilidad de unir tal resistencia a la debida docilidad al magisterio, y esta demostración esLa Lámpara bajo el Celemín la que nos la posibilita cabalmente.
Sucede que esta misma cuestión disputada no es de fácil comprensión para los que no tienen el hábito intelectual de la teología (y teología tomista). Es pues la razón central de esta serie: volver La Lámpara bajo el Celemín accesible a un mayor número, y volver más ampliamente comprensible la necesidad de resistir y de seguir resistiendo al llamado magisterio conciliar.
Pero hay una razón suplementaria. No pocos dicen que “ese Carlos Nougué” es cismático, que apoya obispos cismáticos, que está excomulgado, etc. Pues bien, los que así murmuran tendrán oportunidad de ver mejor nuestras razones y la respuesta que damos a sus objeciones a nuestra postura (objeciones que, como manda la buena doctrina y el buen método, han de exponerse fielmente antes de ser refutadas). Si aun así no se convencen, quede desde ya la invitación para que entonces busquen refutarnos públicamente, a la luz del día, en alguna forma de debate.

Observaciones.

• Insistimos en que nos fundaremos muy estrictamente en La Lámpara bajo el Celemín. Pero algo será de nuestra propia obra, y obviamente no deberá imputarse al sacerdote de la FSSPX.

• No responderemos directamente en esta serie al sedevacantismo y al eclesiavacantismo, lo que haremos en el libro Del Papa Herético. De hecho es en cuanto al sedevacantismo que La Lámpara nos parece que requiere profundización[ii].

• Nuestra serie se divide en los siguientes artículos:

1.  Si el llamado magisterio conciliar es infalible;

2. Si se puede por lo tanto discutir algún magisterio, y especialmente el conciliar;

3. Si el magisterio conciliar tiene algún grado de autoridad;

4. Si el magisterio conciliar impone su autoridad de modo indirecto;

5. Si la resistencia al magisterio conciliar ha de ser franca, sistemática y organizada.

• Como cada uno de estos artículos será muy largo, lo dividiremos en tantas entradas como nos parezcan necesarias.

• Estas entradas no vendrán según ninguna periodicidad pre-establecida, sino según nuestra propia disponibilidad de tiempo para escribirlas.

(continúa)  



[i] Que el P. Calderón parezca contradecir su doctrina con su práctica no es asunto que nos interese aquí.
[ii] No decimos, subrayamos, que se equivoque sobre éste sino que, repito, necesita profundizarse. Y como efecto, nuestro Del Papa Herético se yergue sobre dos pilares: lo dicho respecto a este asunto por el tomista Domingo Bañez O.P. (1528-1604) y la tesis de la “jurisdicción precaria” sostenida por Arnaldo Xavier da Silveira en sus Consideraciones sobre el Ordo Missae de Paulo VI. Desde que los leímos por primera vez, nos parecieron sujetos a importantes desarrollos, como esperamos demostrar en Del Papa Herético.

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EL MONASTERIO DE LA SANTA CRUZ NECESITA SU AYUDA


Estimados benefactores,

El Monasterio tiene una gran necesidad de su generosa ayuda, pues nos enfrenamos  a serias dificultades financieras. En efecto, en este momento estamos realizando trabajos importantes: Hemos comenzado a reemplazar el piso del refectorio de los monjes y de la hospedería, que estaban seriamente dañados. Por otra parte, necesitamos agrandar la biblioteca construyendo un cuarto adicional.

Como siempre, estaremos muy agradecidos por su ayuda a nuestro Monasterio.

Estén seguros de las oraciones de los hermanos por todas sus intenciones.

***

Chers bienfaiteurs,

Le Monastère a toujours un grand besoin de votre généreux soutien car nous faisons face a de sérieuses difficultés financières. En effet, nous réalisons en ce moment des travaux importants : nous avons commencé à refaire le sol du réfectoire des moines et de l’hôtellerie, qui étaient très abimés. D'autre part, il nous faut agrandir la bibliothèque en construisant un autre pièce.
Comme toujours, nous vous serons très reconnaissants de votre aide à notre monastère.


Soyez assuré des prières des frères à toutes vos intentions.

***

Dear benefactors,

The Monastery still need your generous help as we face serious financial difficulties. Indeed, we need to replace the pavements in the monks refectory and in the guests house, as they were seriously dammaged. Further, the library needs to be enlarged by constructing an additional room.
We will always be grateful for your help.
Be sure of the brothers’ prayers for all your intentions.

Donaciones al Monasterio en este enlace: http://beneditinos.org.br/para-nos-ajudar/










 Publicado por Non Possumus 




sábado, 23 de abril de 2016

Declaración de Obispos – I

Comentarios Eleison 
por su Excelencia Richard Williamson
Número CDLVIII (458)
23 de abril de 2016


Monseñor Richard Williamson


Tenemos un tercer Obispo de la Resistencia ahora,
Cómo y por qué, una Declaración menciona.

El 19 de Marzo, hace poco más de un mes, Dom Tomás de Aquino fue pacíficamente consagrado obispo para beneficio de las almas que desean en todo el mundo mantener la verdadera fe católica. Así como cuando Monseñor Faure fue consagrado justo un año antes, la ceremonia fue bellamente organizada por los monjes del Monasterio de la Santa Cruz en las montañas detrás de Río de Janeiro, en la Catedral-almacén de acero del Monasterio, hermosamente decorada para la ocasión como el año pasado. El tiempo estuvo seco y cálido sin ser demasiado cálido. San José hizo que todo se desarrollara sin problemas. Le debemos un gran agradecimiento.

Asistió un poco más de gente que el año pasado, aunque la mayoría eran de lugares cercanos dentro de Brasil. No hubo periodistas presentes y el evento fue apenas mencionado incluso en las fuentes de noticias católicas Tradicionales. ¿Hubo una conspiración de silencio? ¿Se corrió la voz de no prestarle atención? No importa. Lo que sí importa es lo que Dios parece estar sugiriendo, a saber, que la supervivencia de la fe no requiere en este momento de publicidad o de darse a conocer, sino que quizá convendría deslizarse hacia las sombras, desde las cuales la Iglesia puede bajar suavemente a las catacumbas a la espera de su resurrección luego de que la tormenta en el mundo, la cual promete ser humanamente terrible, se haya llevado a cabo.

En cualquier caso tenemos ahora otro obispo, firmemente en la línea de Monseñor Lefebvre, y en el lado Oeste del Atlántico. Tal como Monseñor Faure, él conoció bien a Monseñor y fue un confidente suyo. Monseñor Tomás de Aquino nunca trabajó con Monseñor Lefebvre directamente dentro de la FSPX, pero debido a que él no era miembro de la Fraternidad, Monseñor pudo haberse sentido más libre para compartir sus pensamientos e ideas con él. Ciertamente él le dio al joven monje consejos invaluables en más de una ocasión, los cuales Monseñor Tomás nunca ha olvidado. Los Católicos creyentes no están equivocados – ha habido pocas excepciones a la reacción abrumadoramente positiva por el regalo de Dios de otro verdadero pastor de almas.

Al momento de la consagración, los dos obispos consagrantes hicieron una Declaración que no ha tenido todavía mucha publicidad. Ésta expone en profundidad el fundamento de la consagración, mostrando cómo este evento, aparentemente extraño, no es realmente extraño en absoluto, sino muy natural dadas las circunstancias. He aquí la primera parte de la Declaración. La segunda parte tendrá que seguir en el “Comentario Eleison” de la semana próxima.

Nuestro Señor Jesucristo, habiéndonos advertido que en su segunda venida la fe habrá casi desaparecido de la faz de la tierra (Luc. XVIII, 8); se deduce que a partir del triunfo de su Iglesia en la Edad Media, ella sólo podía conocer un gran declive hasta el fin del mundo. Tres agitaciones en particular han marcado este declive: la del protestantismo que rechazó a la Iglesia en el siglo XVI; la del liberalismo que ha rechazado a Jesucristo en el siglo XVIII; y la del comunismo que ha rechazado a Dios completamente en el siglo XX. Sin embargo, lo peor de todo fue cuando esta Revolución por etapas logró finalmente penetrar en el interior de la Iglesia gracias al Concilio Vaticano II (1962–1965). Queriendo acercar la Iglesia al mundo moderno que tanto se había alejado de ella, el Papa Paulo VI supo hacer adoptar por los Padres del Concilio “los valores de dos siglos de cultura liberal” (Cardenal Ratzinger).

Lo que los Padres adoptaron fue el triple ideal de Revolución Francesa, en particular: la libertad, la igualdad y la fraternidad Revolucionarias bajo la forma respectivamente de la libertad religiosa, que realzando la dignidad humana, implica la elevación del hombre por encima de Dios; de la colegialidad, que promoviendo la democracia nivela y subvierte toda autoridad en la Iglesia; y del ecumenismo, que al alabar a las falsas religiones, implica la negación de la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo. Y en el medio siglo transcurrido desde el fin del Vaticano II, las consecuencias mortales para la Iglesia de esta adopción de los “valores” Revolucionarios se han hecho cada vez más evidentes, culminando en los gravísimos escándalos casi cotidianos que manchan el pontificado del Papa reinante.


Kyrie eleison.



domingo, 17 de abril de 2016

LA FSSPX PREPARA EL ACUERDO INMINENTE MEDIANTE CARTA INTERNA DEL P. SCHMIDBERGER A TODOS LOS MIEMBROS DE LA FRATERNIDAD

Jueves, 14 de abril de 2016




"parece haber llegado la hora de normalizar la situación de la Fraternidad"


NON POSSUMUS PUBLICA, EN EXCLUSIVA, UNA CARTA INTERNA MEDIANTE LA QUE EL P. SCHMIDBERGER (EX SUPERIOR GENERAL) ANIMA A TODOS LOS MIEMBROS DE LA FSSPX A ACEPTAR LA "NORMALIZACIÓN" DE LA FRATERNIDAD POR PARTE DE LA ROMA LIBERAL. 
NUESTROS COMENTARIOS ESTÁN EN COLOR ROJO.


CONSIDERACIONES SOBRE LA IGLESIA Y LA POSICIÓN DE LA FRATERNIDAD SAN PIO X EN ELLA

I. La Iglesia es un misterio. Es el misterio de la presencia de Dios entre nosotros, el Dios salvador, que no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva. La conversión requiere nuestra colaboración.

II. La Iglesia es infalible en su naturaleza divina; pero es dirigida por personas, que pueden equivocarse e incluso cometer errores. Hay que distinguir el oficio de la persona. Esta última, permanece una cierta cantidad de tiempo en el oficio y luego sale -ya sea por la muerte u otras circunstancias-, pero el oficio permanece. Hoy el papa Francisco tiene el ministerio papal y la primacía de la autoridad. Dentro de una hora, no sabemos, podría renunciar y otro papa será elegido. Sin embargo, mientras él tenga la Sede Papal, lo reconocemos como tal y rezamos por él.
No decimos que sea un buen papa. Por el contrario, él provoca con sus ideas liberales y su obrar una gran confusión en la Iglesia. Pero cuando Cristo fundó el Papado, vio toda la serie de Papas de toda la historia de la Iglesia, incluso al papa Francisco. Y sin embargo permitió su ascenso al trono papal.
De manera análoga, Nuestro Señor estableció el Sacramento del Altar con su Presencia Real, a pesar de que previó los muchos sacrilegios en el curso de la historia.

III. Monseñor Lefebvre fundó la FSSPX en medio de estos tiempos confusos para la Iglesia. Ella está llamada a dar una nueva generación de sacerdotes para la Iglesia, para preservar el verdadero Sacrificio de la Misa y proclamar la realeza de Jesucristo en toda la sociedad, aún frente a los papas liberales y prelados que han traicionado la fe. Así que necesariamente tuvo que venir un conflicto: en 1975 la Fraternidad fue enviada al exilio. Allí no solo sobrevivió, sino que creció y se ha convertido para muchas personas es un signo de contradicción contra la destrucción de nuestros días. [Fue gracias a ese “exilio” que la FSSPX prosperó. Fue por separarse de los herejes liberales y modernistas, usurpadores de la Jerarquía católica, que la Fraternidad fructificó. Entonces, ¿para qué terminar con ese bendito “exilio”?]
Esta oposición se volvió clara para el mundo el 30 de junio de 1988 cuando por razones de necesidad, fueron consagrados cuatro obispos por Mons. Lefebvre.

IV. Sin embargo, Mons. Lefebvre siempre tuvo la convicción de buscar una solución canónica para la Fraternidad y no evitó la conversación con las autoridades romanas, que querían que diera marcha atrás. [Es verdad que Mons. Lefebvre nunca se rehusó a conversar con las autoridades romanas, puesto que las reconocía como verdaderas autoridades de la Iglesia; pero es falso que Mons. Lefebvre siempre buscó una “solución canónica para la Fraternidad”, como lo prueban sus palabras posteriores al mal paso de mayo 1988 (1)] Él continuó sus esfuerzos incluso después de las consagraciones de los obispos, a pesar de que en su realismo tenía poca esperanza de éxito. Él pidió, sirviéndose de argumentos ad hominem, que le permitieran “hacer la experiencia de la Tradición”. [Después de mayo del 88, Mons. Lefebvre abandonó para siempre esa desafortunada expresión. Tuvieron que transcurrir más de dos décadas para que ella fuera exhumada por Mons. Fellay y demás traidores acuerdistas] Él aceptó completamente el hecho de que la Fraternidad estaba en una situación excepcional [la situación excepcional de la Fraternidad consistía en mantenerse fiel a Dios en medio de la apostasía general, en mantenerse firme ante la deserción en masa de los católicos liderados por una Jerarquía liberal y por unos Papas liberales] y esto no era por culpa [¿culpa?] suya, sino de sus oponentes. La situación permaneció hasta el año 2000. Desde entonces Roma ha buscado un remedio para la situación, a veces de forma astuta, a veces con intención honesta, dependiendo quien se hiciera cargo del problema por el lado romano.

V. El declive de la Iglesia desde entonces y el simultáneo desarrollo constante de la Fraternidad, trajeron algunos obispos y cardenales que coincidían total o parcialmente, aunque no lo confesaban fácilmente. Roma fue rebajando sus demandas gradualmente y en las propuestas recientes ya no se habla de reconocer el Vaticano II ni la legitimidad del Novus Ordo Missae. Así que parece haber llegado la hora de normalizar la situación de la Fraternidad, y esto por varias razones [“Normalizar”, según el diccionario RAE, significa:"regularizar o poner en orden lo que no lo estaba". P. Schmidberger: ¿quiénes son los que no están en orden en la Iglesia: los herejes liberales y modernistas o los tradicionalistas antiliberales y antimodernistas? ¿Entonces? Entonces sólo un traidor puede pretender que los antiliberales y antimodernistas deben ser “normalizados” y que los “normales” son los liberales y los modernistas. Sólo un traidor puede considerar que la herejía liberal o modernista es la verdadera “norma” a la que todos se deben adecuar en la Iglesia de Cristo] 

l) Cualquier situación anormal tiende por sí misma a la normalización. Esto está en la naturaleza de las cosas. 
[El P. Schmidberger ha recurrido habitualmente a la falacia de la “normalización” para llevarnos al acuerdo con Roma. Al respecto, unas palabrasesclarecedoras de Mons. Faure: El P. Schmidberger me dijo una vez: “Padre, usted reconoce en todo caso que no estamos en una situación normal respecto a la Iglesia” ¿Qué quiere decir esto? “Quiere decir que debemos esforzarnos por normalizar nuestra situación y ser reintegrados a la Iglesia”. Podemos decir, imaginemos por ejemplo que una agencia de prensa vaya a hacer una entrevista a unos náufragos que están en un bote salvavidas, y les dice ¿Pero qué hace usted en una pequeña barca en medio del océano? ¿No le parece que usted se encuentra en una situación anormal?  Pero, ¿cómo regresar al navío que se hunde para tener una situación normal? Cuando el Titanic naufragó, forzosamente hubo que refugiarse en botes salvavidas. Esto hizo la Fraternidad. Frente a una situación anormal de la Iglesia la Fraternidad debió ponerse a salvo. Frente a una situación totalmente anormal, es normal encontrarse en la situación en que se encontró Mons. Lefebvre y los Tradicionalistas. Monseñor Fellay dijo en el Cor Unum 102 del 2012, que la situación ha cambiado. El principio es el de no al acuerdo práctico sin acuerdo doctrinal, pero la situación ha cambiado, por lo que tenemos que cambiar nuestra actitud respecto a Roma. Esto significa que debemos condenar mucho menos los errores de Roma, de la nueva religión, se criticará mucho menos al Vaticano. Y muchos sacerdotes acaban por convencerse que verdaderamente estamos en una situación anormal. (…) Mons. Fellay y sus colaboradores han de pensar que tienen una misión del cielo. Que es la de evitar que la bella obra de Mons. Lefebvre termine como una pequeña iglesia, como una secta cismática. Esto es completamente idiota, pues hemos recibido una buena formación y sabemos perfectamente lo que es un cisma. No se trata de esto. Y sabemos que es normal que si somos católicos, fieles de la Tradición, estemos en una situación aparentemente ilegal.]

2) No debemos perder de vista el peligro de que los fieles y algunos cofrades se acostumbren a la situación anormal y la vean como normal. La oposición aquí y allá contra la participación en el Año Santo, así como la total indiferencia por la asignación de la Jurisdicción ordinaria por el papa Francisco (nosotros siempre apelamos al estado de necesidad y hemos recurrido a la jurisdicción extraordinaria de acuerdo a la ley) está causando un gran revuelo. Si los fieles o los cofrades se sienten cómodos en esta situación de libertad respecto a la dependencia de la jerarquía, entonces esto implica una pérdida gradual del sensus ecclesiae. Nunca debemos argumentar: tenemos la sana doctrina, la verdadera misa, nuestros seminarios, prioratos y nuestros obispos, no nos falta nada.
 [Falsas razones. Contra ellas, Santa Teresa dijo esta gran verdad: “quien a Dios tiene, nada le falta”]

3) Tenemos simpatizantes y amigos entre los Obispos y Cardenales. A unos u otros les gustaría llamarnos para ayudarlos, nos darían una Iglesia e incluso nos confiarían un seminario. pero en la situación actual, esto es imposible para ellos. Estos Nicodemos 
[o cobardes, mejor dicho, porque los tiempos terribles que vivimos no están para “Nicodemos”]esperan con paciencia [a esos cobardes les vendría bien cierta dosis de ira santa en lugar de tan grandísima paciencia] una solución, además ellos personalmente nos fortalecerían las espaldas. [Dicho de otra manera: los liberales moderados protegerán a la Fraternidad de los liberales extremos. El combate ya no será contra todo liberal, como Dios manda; sino que la FSSPX se unirá a unos liberales para ser protegida de otros liberales] En cualquier caso, caerían muchas barreras que tienen los católicos fieles pero temerosos. [Como cuando con el Vaticano II, los traidores, “abriendo las puertas de la Iglesia a los nuevos aires”, suprimieron las santas barreras que evitaban que el “humo de Satanás” entrara al templo santo. Nada nuevo bajo el sol…] En los medios de comunicación y en todas partes nos dicen cismáticos o renegados o separados de la Iglesia, nos desharíamos de esto. [¡Vergüenza de ser verdaderos católicos! ¡Aflicción por lo que dicen los medios de comunicación! ¡Traidores y cobardes! ¿Es que para la Neo FSSPX estas palabras ya no valen nada?: Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y mintiendo digan todo género de mal contra vosotros por mi causaí. Regocijaos y alegraos porque vuestra recompensa será grande en los cielos, pues así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros. (Mt 5, 11-12).]

4) En los próximos años, necesitaremos urgentemente nuevos obispos. Ciertamente es posible consagrarlos sin mandato pontifical en caso de emergencia, 
[aunque la rastrera Neo FSSPX jamás se atreverá, pues eso haría imposible el acuerdo] pero si es posible consagrar obispos con el permiso de Roma, se debe pedir el permiso. [Sí, actualmente es posible que Roma autorice que sea consagrado a un Sacerdote de la FSSPX; pero lo que es imposible es que la Roma liberal y apóstata acepte que ese Sacerdote sea un verdadero antiliberal]

5) Los modernistas, los liberales y los otros enemigos de la Iglesia están muy preocupados en lo que concierne a la solución canónica para la Fraternidad. El discernimiento de los espíritus a este respecto, ¿no nos sugiere cuál es el correcto y mejor camino? [a) ¿Y acaso Francisco no es ni “modernista”, ni “liberal”, ni “enemigo de la Iglesia? b) ¿”Discernimiento de espíritus”? ¡Qué descaro! Ver nota (2)]

6) ¿Cómo la Iglesia superará esta crisis? Uno ve que en el presente estado de cosas no hay ni un destello de esperanza. En contraste, el acto oficial de reconocimiento de la Fraternidad desencadenaría una saludable agitación dentro de la Iglesia. Los buenos serían alentados, los malos sufrirían una derrota. [Increíble falta de realismo. ¿Así que debemos creer que la manzana no podrida (como muchos, todavía, en la FSSPX) sanará a una aplastante mayoría de manzanas podridas si se pone aquélla entre éstas?]

VI. Respuesta a algunas objeciones:

1) ¿Cómo podemos aspirar a un reconocimiento por el papa Francisco?

Respuesta: Ya nos hemos referido anteriormente a la necesaria distinción entre el oficio y el titular del oficio. No hay duda que el papa actual ejerce su papel establecido por Dios. [¿No hay duda? La hay, pero a diferencia de los sedevacantistas, no zanjamos la cuestión a favor de la sedevacancia] Pero todos debemos tener en mente lo que realmente fue el concilio y las consecuencias que trajo a la Iglesia: confusión, la dictadura del relativismo, lo pastoral por encima de la doctrina, amistad con los enemigos de Dios y los enemigos de la Cristiandad. Pero precisamente este es uno de los errores del concilio, el separar los efectos de la causa. Algunos se aficionaron mucho a la persona de Benedicto XVI, en lugar de poner el Oficio Papal en primer lugar y el titular en segundo lugar, y su renuncia fue como una ducha de agua fría. ¡No debemos cometer el mismo error de aficionarnos demasiado a la persona en lugar de la institución divina! [Gracias, Padre, por avisarnos acerca del peligro que hay de aficionarse excesivamente al demoledor Francisco…]
Tal vez sólo el papa Francisco sea capaz de dar este paso, por imprevisibilidad e improvisación. Los medios de comunicación tal vez lo perdonarán por haber dado este paso, pero nunca se lo hubieran perdonado a Benedicto. [¿Y a nosotros, católicos, qué nos importa lo que perdone o condene el mundo enemigo de Dios?]
En su autoritario, por no decir estilo tiránico de gobierno, él sería capaz de implementar esta medida incluso para la Resistencia. [Nueva prueba de la grave falta de realismo del P. Schmidberger]

2) ¿Pero ¿qué dirá la gente de la Resistencia?

Respuesta: No podemos orientar nuestras acciones por personas que obviamente ha perdido el sentido de Iglesia y el amor a la Iglesia en su forma concreta. Mientras tanto, ellos están peleándose entre sí. [Los antiliberales de la Resistencia, con todas sus debilidades, siguen siendo los verdaderos tradicionalistas, los auténticos herederos de Mons. Lefebvre; a los que el liberal P. Schmidberger desprecia. ¿Y a qué diremos cuando la FSSPX acepte la normalización? Pues diremos la verdad: que los acuerdistas de la FSSPX son los destructores de la obra de Mons. Lefebvre. Que son liberales y traidores]

3) En el futuro tendremos que guardar silencio sobre todos los errores actuales.

Respuesta: No guardaremos silencio, sino que señalaremos los errores por su nombre. Antes como después de la normalización. Queremos regresar del “exilio” en el cual estamos actualmente. [Si antes de la "normalización", la Neo FSSPX es ya un perro mudo y Mons. Fellay un Obispo “inofensivo” para herejes, masones y judíos, como quedó palmariamente demostrado con la vergonzosa entrevista de Conflict Zone; ¿qué será de la Neo FSSPX después de ser “normalizada”?]

4) La reputación del papa Francisco entre los católicos es tan mala, que un reconocimiento por su parte dañaría la Fraternidad más que beneficiarla.

Respuesta: Ya en el principio hicimos la diferenciación entre el oficio y la persona. Si Francisco es papa -que lo es- entonces él también tiene el primado de jurisdicción sobre la iglesia. Independientemente de si la usa para la utilidad de la Iglesia o no. Nosotros debemos seguir la vía de utilidad para la Iglesia; no orientemos nuestras acciones por la voluntad humana y Dios nos bendecirá. [Así que entre 1970 y 2012 Dios quiso una cosa, y desde el 2012 empezó a querer lo contrario…]

5) Pero esta integración de la Fraternidad en el sistema conciliar le costará su perfil, tal vez incluso su identidad.

Respuesta: Todo depende de qué tan firmes somos y quién convierte a quién. Si actuamos fuertemente, basados en la gracia de Dios, entonces nuestra situación puede ser una bendición para toda la Iglesia. ¿Dónde más podría estar la Fraternidad para que pueda realizar tal conversión? Por supuesto que no debemos contar en nuestras propias habilidades y poderes, sino en la ayuda de Dios. Pensemos en la lucha entre David y Goliat. Para esto hagamos una analogía: como cristianos nos encontramos en un mundo impío y corrupto, y necesitamos probarnos a nosotros mismos aquí. El peligro de contagio es grande; pero podemos y debemos escapar de éste con la gracia de Dios. [Presunción. La Neo FSSPX ha creído en la vieja mentira satánica de Gen 3, 4: “No moriréis”. Una mirada a las elocuentes estadísticas: según datos del Anuario Pontificio de 2015, hay 5.173 obispos en la Iglesia, contra 3 de la FSSPX (0.05%); hay 415.348 sacerdotes contra unos 600 de la FSSPX (0.1%); y hay 1254 millones de católicos, de los cuales la FSSPX no aporta más de 20.000 (0.001%). ¿Cómo alguien en su sano juicio puede pensar que la FSSPX podrá resistir a esa aplastante mayoría de liberales? Eso eso tiene un nombre: loca y suicida temeridad]
Una cosa es clara: Una nueva situación no facilitará nuestra posición así como así, sino que la complicará, pero sin embargo la hará fructificar más. [¿Seguro? ¿Por qué? ¿Le fue revelado? ¿Es una profecía?]

6) Todas las Congregaciones que se sujetaron a Roma se adaptaron al sistema conciliar o incluso perecieron.

Respuesta: Nuestra posición inicial no es la misma: En nuestro caso es Roma quien presiona por una solución y se acercó a nosotros. En otros casos, estas Fraternidades son las solicitantes, frecuentemente fueron a Roma con culpabilidad. [En un caso la víctima se acercó al león y en el otro caso el león se acercó a la víctima, pero en ambos casos la víctima se comportó estúpidamente, de modo suicida].
Además, ninguna de ellas tiene obispos, fuera de la Administración Apostólica Santo Cura de Ars de la diócesis de Campos en Brasil, donde el obispo Rifán está dispuesto a hacer cualquier compromiso. [Punto totalmente irrelevante: ¿qué podrán los 3 Obispos medio tradicionalistas medio liberales de la FSSPX contra 5.173 Obispos claramente liberales?]
Desde luego que se requiere una sólida protección por una estructura eclesial apropiada. Esto parece estar garantizado por la Prelatura Personal. [Esa será la armadura que Saúl Bergoglio dará a David Fellay, con la diferencia que éste la aceptará para su mal. La prelatura personal no es ninguna protección, como probamos acá y acá] Tal estructura no ha sido ofrecida a otra congregación. Finalmente, la objeción planteada ha sido verdadera solo en parte, con algunas excepciones en la región de habla alemana. Sin embargo, la insurgencia ha sido la vida de la FSSPX.

VII. Conclusión

Si Dios quiere ayudar a su Iglesia efectivamente, Él tiene muchos medios. [¿Quién duda de algo tan obvio?] Uno de ellos es el reconocimiento de la FSSPX por las autoridades romanas.[Pero este no es un medio de Dios para auxiliar a la Iglesia, sino un medio del demonio para seguir destruyéndola] ¿No está consagrada la Fraternidad a la Santísima Virgen, que protegerá y guiará su obra en esta nueva situación? [Lo mismo se pudo decir al inicio del Vaticano II: ¿No es esta la invencible Iglesia de Cristo, aquélla que gozará siempre de una “invicta estabilidad” (Conc. Vat. I, Denz. 1794)? ¡Vamos adelante con el acuerdo! ¡Nada hay que temer! ¡No moriréis! (Gen 3, 4)] Dignare me laudare te, Virgo sacrata; da mihi virtutem contra hostes tuos  Concédeme alabarte, Virgen Sagrada; dame fuerza contra tus enemigos.

Zaitzkofen, 19 de febrero, 2016
P. Franz Schmidberger
Rector



(1):“Muchos de los que nos han abandonado para unirse a Roma (conciliar) no comprendieron justamente lo que es el liberalismo y cómo las autoridades romanas, desde el concilio Vaticano II, están infestadas de estos errores. Si lo hubieran comprendido, hubieran huido, la hubieran evitado, se hubieran quedado con nosotros. Pero ellos no quieren creer en estos errores ¡Es grave! Porque al acercarse a estas autoridades, uno se contamina forzosamente. Estas autoridades están imbuidas (…) de los principios del liberalismo: necesariamente, ellas actúan de conformidad con su manera de pensar. Por consiguiente, cuando ellas comienzan a tener relaciones con nosotros, ellas imponen estas ideas, puesto que son las autoridades. Son las autoridades, nosotros somos los inferiores, entonces ellas nos impondrán sus ideas. Mientras ellas no se deshagan de estos errores, del liberalismo y del modernismo, no habrá medio de entenderse con ellas.” (Conferencia a seminaristas, sep. 1988).

“No puedo hablar mucho del futuro, ya que el mío está detrás de mí. Pero si vivo un poco aún y suponiendo que de aquí a un determinado tiempo Roma haga un llamado, que quiera volver a vernos, reanudar el diálogo, en ese momento sería yo quien impondría las condiciones. No aceptaré más estar en la situación en la que nos encontramos durante los coloquios. Esto se terminó. Plantearía la cuestión a nivel doctrinal: “¿Están de acuerdo con las grandes encíclicas de todos los papas que los precedieron? ¿Están de acuerdo con Quanta Cura de Pío IX, Immortale Dei, Libertas de León XIII, Pascendi de Pío X, Quas Primas de Pío XI, Humani Generis de Pío XII? ¿Están en plena comunión con estos papas y con sus afirmaciones? ¿Aceptan aún el juramento antimodernista? ¿Están a favor del reinado social de Nuestro Señor Jesucristo?”. Si no aceptan la doctrina de sus antecesores, es inútil hablar. Mientras no hayan aceptado reformar el Concilio considerando la doctrina de estos papas que los precedieron, no hay diálogo posible. Es inútil.” (Fideliter 66, 1988). 
“No hay que sorprenderse si no llegamos a entendernos con Roma. Esto no será posible mientras que Roma no regrese a la fe en el reinado de Nuestro Señor Jesucristo… Nosotros chocamos en un punto de la fe católica.” (Fideliter 89, 1988).

“Cuando nos hacemos la pregunta de saber cuándo habrá un acuerdo con Roma, mi respuesta es simple: cuando Roma recorone a Nuestro Señor. El día en que ellos reconozcan de nuevo a Nuestro Señor como Rey de los pueblos y de las naciones, no es a nosotros a quienes ellos se unirán, sino a la Iglesia Católica en la cual permanecemos”. (Fideliter 68, 1988).

“Pero ellos nos traicionan. Dan la mano a los que demuelen la Iglesia, a los que tienen ideas modernistas y liberales y por lo tanto condenadas por la Iglesia. Por lo tanto ahora, ellos hacen el trabajo del diablo, ellos que trabajan con nosotros por el reino de Nuestro Señor y por la salvación de las almas. Oh, siempre que se nos acuerde la buena misa, podemos dar la mano a Roma, no hay problema ¡Mira cómo funciona! Ellos están en un callejón sin salida porque no se puede a la vez dar la mano a los modernistas y querer conservar la Tradición. Cómo quieren que se les tenga confianza a personas como éstas, que justifican la negación de Quanta Cura, de Pascendi, de las decisiones de la Comisión Bíblica, etc.” (Conferencia final del retiro sacerdotal de sep. de 1990 en Ecône).

“El Papa es más ecumenista que nunca. Todas las ideas falsas del Concilio se siguen desarrollando y reafir­mando cada vez con mayor claridad. Se ocultan cada vez menos. Es inconcebible en todo punto que podamos aceptar colaborar con semejante jerarquía. Los problemas con Roma no son en absoluto de nuestro agrado. El tener que discutir no ha sido por gusto. Lo hemos hecho por razón de principio, para guardar la fe católica. [Algunos] estaban de acuerdo con nosotros y colaboraban. Mas de pronto han abandonado el verdadero combate para aliarse con los que están destruyendo la Iglesia, so pretexto que se les concedían privilegios. Es inadmisible. De facto han abandonado el combate de la fe, y ya no pueden enfrentarse a Roma” (Fideliter 79, 1991).

“Pregunta: Pero hay Tradicionalistas que han hecho un acuerdo con Roma sin conceder nada. Respuesta: Eso es falso. Ellos han renunciado a su posibilidad de oponerse a Roma. Ellos deben permanecer silenciosos debido a los favores que se les han otorgado. Entonces, ellos comienzan a deslizarse siempre tan lentamente hasta que terminan admitiendo los errores del Vaticano II. Es una situación muy peligrosa. Tales concesiones de Roma tienen como único objetivo conseguir que los Tradicionalistas rompan con la FSPX y se sometan a Roma.” (Fideliter 79, 1991).

"Todo sacerdote que quiere permanecer católico tiene el estricto deber de separarse de esta iglesia conciliar." (De su último libro y testamento espiritual, "Itinerario Espiritual").


(2): ESTO ENSEÑABA LA FSSPX (DEL LIBRO “DEVOCIONARIO Y EJERCICIOS ESPIRITUALES”, EDITADO EN MEJORES TIEMPOS POR EL DISTRITO DE SUDAMÉRICA. LA NOTA AL TEXTO DE SAN IGNACIO CONTRADICE AL P. SCHMIDBERGER):

"REGLAS PARA SENTIR CON LA IGLESIA
352. Se deben guardar las reglas siguientes para sentir exactamente lo que debemos en la Iglesia militante.
353. Primera regla. Depuesto todo juicio (propio), debemos tener el ánimo preparado y pronto para obedecer en todo a la verdadera Esposa de Cristo Nuestro Señor, que es nuestra Santa Madre la Iglesia Jerárquica*
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* La “Santa Iglesia Jerárquica” es el Papa y los Obispos, cuando transmiten la fe revelada por Jesucristo. Esa es la Esposa fiel de Nuestro Señor, que tiene un solo corazón con su Esposo, ama lo que Él ama, y aborrece los errores y herejías que Él aborrece. No hay otra Iglesia y fuera de Ella es imposible salvarse. Nuestro Señor prometió que estaría con Ella, asistiéndola hasta el fin de los siglos. Pero eso no significa que debamos aceptar las nuevas doctrinas enseñadas hoy en día por Obispos y Papas imbuidos de las ideas liberales. La doctrina de la Iglesia no puede cambiar porque es divina e inmutable, Vaticano I: “El Espíritu Santo no ha sido prometido a los sucesores de Pedro para que, con su revelación, promulgaran una nueva doctrina, sino para que, con su asistencia, conservaran santamente y expusieran fielmente la revelación transmitida por los apóstoles, es decir, el depósito de la fe”. Ahora bien, el golpe maestro de Satanás en nuestros días es, precisamente, lograr difundir los principios revolucionarios dentro de la Iglesia por parte de la misma autoridad de la Iglesia, y lograr hacer condenar a quienes conservan la fe católica por aquellos mismos que debieron defenderla y propagarla (cfr Mons. Lefebvre, “El golpe maestro de Satanás”) ¡Ay de los que se dejen engañar! “Aun cuando nosotros mismos, o un ángel del Cielo, os predique un Evangelio diferente del que nosotros os hemos anunciado, sea anatema” (Gálatas, 1, 9). Las reglas dadas aquí por San Ignacio serán una ayudapreciosa para discernir entre la “verdadera Esposa de Cristo” y aquellos lobos rapaces contra los cuales nos previene Nuestro Señor Jesucristo (cfr San Mateo 7, 15)."




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