El mito de Prometeo, por Piero de Cósimo, 1515. Mito del ascenso del hombre como dios. |
Defender el evolucionismo es sostener:
que todo cambia y que nada, por lo tanto, es fijo.
Si todo cambia y nada hay fijo no existen las esencias.
Si no
existen las esencias, no existe una inteligencia creadora y ordenadora de todas
las cosas.
Si no existe
una inteligencia creadora y ordenadora de todas las cosas:
NO EXISTE DIOS.
Si no existe Dios, no hay ley moral alguna que me obligue a nada: no hay nada bueno ni nada malo.
Si no hay moral alguna, yo hago lo que quiero. Lo que se me de la gana.
Si no existe Dios, no hay ley moral alguna que me obligue a nada: no hay nada bueno ni nada malo.
Si no hay moral alguna, yo hago lo que quiero. Lo que se me de la gana.
Si yo hago
lo que quiero, yo soy libre. Yo soy Dios.
Entonces
acabamos de inventar algo que suplanta a Dios.
Suplantar a
Dios es crear una nueva religión: la religión del Hombre.
Dios ahora es
el Hombre que hace por sí mismo su propio destino.
¡Esto es
maravillosamente liberador!
Aunque no
existan pruebas realmente científicas que prueben la evolución,
yo creo en
ella. Yo creo en la Evolución. Lo afirmo con un acto de fe.
Por fin el
hombre se ha liberado de Dios. ¡Ahora el hombre al fin es libre!
El hombre ha
llegado a ser Dios.
La
diferencia entre está en que; la existencia de Dios la podemos probar de varias
maneras, incluso científicamente. Pero el dogma de la Evolución ni siquiera,
científicamente. Según los avances y pruebas de la misma ciencia moderna.
Una de cuyas
pruebas ha sido denominada “diseño inteligente”, única explicación para el
orden del cosmos desde lo macrocósmico hasta lo microcósmico.
¡Las cosas que hace el azar! o ¿Quién hizo esto? |
Desde el
orden general hasta la organización de todas y cada una de las criaturas que
existen, hasta en sus pequeños detalles. Un pequeño y grandioso ejemplo: el ojo humano.
Para que un
ojo sea ojo, es decir para un ojo cumpla su función de ver, todas las partes de
que está compuesto deben estar todas juntas a un mismo tiempo. No puede ser la suma de pequeños agregados al azar contados
por millones de años (y hablamos solamente del ojo humano) ¿Por qué? Porque el
ojo para que sea ojo y cumpla su función
de ver, debe estar constituido por todas sus partes a la vez y en el lugar que
le corresponde a cada una, y con sus conexiones particulares perfectamente
conectadas con el cerebro – por hablar de solo una de sus conexiones (no
hablamos de nervios ni de músculos y otras cosas más complejas y sutiles).
Un científico, Sir
Fred Hoyle, un astrónomo inglés y profesor de astronomía en la Universidad de
Cambridge, declaró: “La posibilidad de que formas más altas de vida hayan
emergido de esa manera (de la manera de los que creen en la evolución por el
azar, es decir, sin alguna inteligencia
ordenadora) es comparable con la posibilidad de que un tornado que pasara a
través de un deposito de chatarra pudiese ensamblar un Boeing 747 a partir de
todos los materiales existentes en el patio” (Nature [Naturaleza], Vol.
294, 12 Nov. 1981. “Hoyle on Evolution” [“Hoyle sobre
la Evolución”] pg. 105).
Un Boeing 747 y, abajo, el interior de su cabina. ¿Armado al azar por un tornado soplando sobre un montón de chatarra o por una mente inteligente que lo pensó y diseñó con un fin? |
Ni qué decir
de las hermosuras de la creación toda, desde lo sublime y sobrecogedor hasta lo
terrible y pavoroso. La belleza de las formas minerales, las plantas, las
flores, los insectos, los animales terrestres y marinos y las aves. Y,
finalmente, el hombre, con la maravilla de la inteligencia, y su esparcimiento por
toda la tierra en razas y culturas
distintas pero unidas en su esencial humanidad.
La inteligencia del hombre puede cantar el esplendor de la creación reconociendo en ella la infinita inteligencia, la bondad, belleza y poder de Dios. |
La tan
cacareada evolución no se puede demostrar de ninguna forma, ni filosófica ni científicamente,
sino todo lo contrario.
En el fondo,
esta teoría – porque nunca pasó de ser eso, solamente una teoría – se sostiene,
se difunde y se enseña aún en colegios y universidades por dos razones
principales: una, moral y, otra, de poder político.
La razón “moral”,
la más fácil de aceptar, es porque suprime toda moral. Si no existe Dios no puede
haber moral alguna. Ningún hombre, ni ningún grupo de hombres, por el mismo hecho de serlo, puede regir una
moral para todos los demás hombres.
El dogma de la evolución prohíbe una Inteligencia creadora
de las creaturas, del orden del mundo y de la finalidad de todas las cosas.
Solamente el
que fabricó un ánfora sabe para qué la hizo y para qué uso la fabricó. No puede
el ánfora decirle luego al alfarero: "hubiérasme hecho así o asá".
Sin un “porqué”
del hombre, cuyas inclinaciones están como incrustadas en el centro más intimo de su ser, en su conciencia y en
sus instintos (entre los cuales contamos también su instinto religioso), sería
imposible no solo la vida individual de cada uno, sino también la social.
Y aquí
aparece la razón de dominio político: Cualquier orden político fundamentado en
una mentalidad evolucionista, sin ningún deber moral ni a quién rendir cuentas
por encima del Estado (Nuevo Dios Omnipotente) podrá hacer con los hombres y la
sociedad, lo que quiera, lo que se le antoje. Y, el que crea que no existen poderosos
intereses en sostener estas teorías, cuyo fin último descansa en el poder de
unos pocos sobre la esclavitud de los muchos (por no decir de todos) es hora de
que se despierte y comience a pensar.
Y, aquí,
como por azar (ya que estamos hablando de la evolución) hallamos otro punto importante
que es una de las herramientas de la gran tiranía mundial en ciernes: anular el
pensamiento en las gentes. Sería un poco largo para explicar esto aquí y nos
alejaríamos un poco (bastante) del tema. Solo podemos enunciar alguna cosas
someramente. ¿Qué podríamos inventar para alejar a las gentes del pensamiento?
1º. Distraerlos,
divertirlos, tenerlos ocupados con entretenimientos estúpidos.
2º. Darles
placeres: panza llena y sexo.
3º. Destruir
la inteligencia obstruyendo todo lo que naturalmente tiene para poder pensar.
Por ejemplo: destruir el principio de
contradicción. ¿Cómo? Haciéndoles aceptar dos verdades contradictorias,
como si se pudiera pensar que una cosa pudiera ser totalmente blanca o
totalmente negra a la vez y en el mismo sentido. O que, cuando decimos “triángulo”
o “círculo”, estamos nombrando una misma forma geométrica. Esto ya pasa hoy
mismo. Llamando a lo malo bueno y a lo bueno, malo.
Todas estas cosas
hay que hacerlas antes, claro, para preparar al pueblo a aceptar cualquier
cosa. Sobre todo si apoyamos esto con el rótulo de “científico” o “esto está
científicamente comprobado”. ¿Por quién?
Y después el
control "persona a persona". Que ya es un hecho: qué lee fulano de tal; a qué se
dedica; ¿tiene familia? No es mejor que ya nadie tenga familia. Eso sería un
peligro. Hay que "robotizar" a los hombres desde pequeños. Muchos "jueguitos" que los entretengan mecánicamente, crearles una mentalidad mecánica que responda no a pensamientos sino a estímulos. Nada de usar la inteligencia y la creatividad. Nada de arte verdadero. Nada de religión, etc. etc.
Debemos ser "dogmáticos" en esto, pero sin usar esta palabra. La hemos desacreditado bastante. Usemos lo de “científico” y lo de “técnico”.
Imagen de la película "Yo robot" basada en un libro de Isaac Azimov. ¿Vamos preparando las mentes? |
EL CAMINO YA
ESTÁ ALLANADO PARA LA GRAN TIRANÍA MUNDIAL.
Y, ENTONCES…
¡ATENEOS A LAS CONSECUENCIAS!...PORQUE NO HABRÁ LÍMITES PARA NADA.
"Ellos" deben
difundir esta nueva religión. Porque el mundo no puede vivir sin religión y, ésta, es
una nueva religión: la Religión del Hombre. Suplantar a Dios por el Hombre que
se hace dios. Y, luego, suplantar al hombre por su representante: el Estado
Omnipotente.
Si alguno piensa que que esto del evolucionismo no es un religión, pregúntenle a un evolucionista
sobre las razones científicamente comprobadas que le llevan a sostener sus
teorías, y les sorprenderá su respuesta – sobre todo cuando se vea acorralado,
le espetará a la cara esta respuesta concluyente:
“YO CREO EN LA EVOLUCIÓN”.
Y si
piensan que esto no se parece a una profesión de fe religiosa, es que ya está sufriendo
usted el síntoma de N.C.G. “Nube Cerebral Grave”.
Respuesta rápida y breve a un lector de éste escrito:
La primera
persona en recriminarle la teoría del transformismo (Darwin nunca usó la
palabra “evolución” - ni siquiera fue el primero en usarla - lo hizo una vez, más tarde, cuando se había afianzado el término), fue su esposa,
quién seguramente vio un poco más allá que su marido de los alcances nefastos que
podía llegar a producir su teoría. Por ejemplo con su teoría de la “ley de selección del más
fuerte”, usada pronto políticamente por varias naciones (Inglaterra la primera) para justificar
sus colonias e invasiones a otros países.
Entonces
¿Por qué se sigue difundiendo esta teoría? (Que ya no puede seriamente
calificarse de científica, porque para ello sería necesario que hubiese
aportado elementos experimentales probatorios – como toda cosa que pretenda científicamente su realidad) Cosa que el evolucionismo jamás ha llevado a cabo.
Los únicos escasos elementos probatorios que se presentaron en su corta
historia, fueron descubiertos luego como fraudes. Algunos de ellos ridículos: como el
famoso “Homo erectus pekinensis” de Teilhard de Chardin, que resultó ser un burdo engendro mezcla de restos
de cerdo y mono "maquillados" como muy antiguos. “Curiosamente” estos restos "desaparecieron" en la guerra entre
China y Japón.
¿Por qué, entonces, sigue sosteniéndose esta teoría? ¿Y por qué se expulsa a los profesores de Universidades
Norteamericanas y Europeas que enseñan teorías más avanzadas científicamente,
pero que contradicen la teoría evolucionista? Pues, como ya dijimos antes,
existen intereses políticos y morales que caerían abajo con ella.
Ver el
documental norteamericano titulado ”Expelled” publicado en Internet en “Stat Veritas”,
está allí subtitulado en español.
CAPA