ARTÍCULO INTERESANTE
Publicamos este
artículo a causa de los escándalos de Francisco I.
La Iglesia dará su
veredicto final sobre el tema de la validez o no de la elección de Jorge Bergoglio como Papa, cuando retorne al camino que, los que hoy la ocupan, lograran que, “oficialmente”,
le abandonara ante el mundo.
La Iglesia, la
verdadera Iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo, podrá llegar a ser
zamarreada por el Maligno pero éste no logrará jamás destruirla:
Promesa de Jesucristo.
"Nadie puede juzgar al Papa"…
Siempre y cuando éste sea Papa verdaderamente.
Si un Papa afirma cosas
contrarias a la fe y a las buenas costumbres debe ser enfrentado por ello
incluso, hasta por un simple fiel que conserva
la fe en el único y verdadero
Evangelio de Jesucristo y de su Iglesia.
"Francisco es un antipapa",
dijo el Cardenal George Pell
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Crece entre
obispos y cardenales la convicción de que Bergoglio no es Papa, debido a
irregularidades en el proceso de renuncia-sucesión.
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Se aducen
cuatro causas de nulidad canónica: 1) la resignación de Benedicto XVI no fue
válida, al haber sido hecha bajo la presión de una amenaza; 2) Cuatro
cardenales hicieron trabajo de cabildeo a favor de Bergoglio, lo cual está
explícitamente prohibido por la Constitución; 3) Durante el Cónclave de 2013 se
cometieron dos irregularidades que hacen inválida la elección de Francisco.
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El Cardenal
George Pell declaró públicamente que Francisco no sería el Papa 266 como todos
creen, sino el antipapa 38 en la historia de la Iglesia.
Tres bombas han explotado dentro de la
Iglesia Católica. Se trata de testimonios que documentan por qué Bergoglio
pudiera en realidad no ser Papa.
Una de ellas fue la publicación de L´Avennire,
el periódico de los obispos italianos que, en su gaceta del 7 de enero de 2015
reveló que Benedicto XVI fue objeto de una traición y de una conjura, mediante
las cuales lo coaccionaron para dimitir. En la página 2, sección editorial a
cargo del director Marco Tarquinio, se lee: "hubieron ambientes que por
motivos de poder y hostigamiento, traicionaron y complotaron para eliminar al
Papa Ratzinger, y lo obligaron a renunciar".
Denuncia de los obispos italianos en L´Avennire afirmando que Benedicto XVI fue obligado a renunciar. |
Ya el jesuita Arnaldo Zenteno, en el
número 3 de su "Informe", había revelado que cuando el recién electo
Francisco fue a Castel Gandolfo para visitar a Benedicto XVI, este último le
confió que una de las causas que influyeron en su renuncia fue constatar las amenazas que recibió,
pues ya se había tomado la decisión de matarlo. Fue por esto que, en una jugada
para neutralizar el atentado, hizo pública su renuncia y así desarmó el intento
de homicidio.
El Papa emérito Benedicto XVI y Francisco I |
Pero más grave que la amenaza de muerte
(pues Ratzinger nunca ha temido dar la vida por Cristo), fue la amenaza de un cisma, por
la que le hicieron saber que tenían una lista con firmas de sacerdotes,
religiosos, obispos y cardenales modernistas prontos a constituir una nueva
Iglesia separada de Roma si él no aceptaba sus exigencias.
Desde el
punto de vista estratégico humano, el movimiento de Benedicto XVI de renunciar
fue magistral, a la vez de inesperado, pues haciéndose a un lado desinfló la
amenaza que se cernía sobre la Iglesia.
El problema está en que, al haber
renunciado en parte por esa presión (dijo no tener la edad y las fuerzas para
enfrentar algo "grave" en la Iglesia), su decisión no fue del todo
libre, por lo que canónicamente el acto es nulo por inexistencia. Ciertamente
él dijo que renunciaba "libremente", sin duda con el objeto de no
causar un escandaloso terremoto en la Iglesia, pero la resolución que adoptó
está viciada in radice (desde su raíz) por una violencia
moral, lo cual anula la validez del hecho. Cualquier canonista conoce esto a la
perfección.
Además, existen sobrados indicios de
que Benedicto XVI era consciente de que, a pesar de ese movimiento magistral,
seguiría siendo el Vicario de Cristo, y que solo estaba renunciando a los
cargos administrativos del papado.
En su discurso de despedida de la
curia, el 27 de febrero, el día anterior a tomar el helicóptero y retirarse
temporalmente a Castel Gandolfo, habló de la vocación que recibió de Dios al
haber sido electo Papa el 19 de abril de 2005. Allí dijo (párrafo 23) que el
llamado que recibió de Cristo es ad vitam, y que nunca podrá
renunciar a él (como siempre lo entendieron todos los Papas en la historia de
la Iglesia): "El "siempre" es también
un "para siempre" –no hay más un retorno a lo
privado", dijo claramente.
Además,
estableció ante los órganos jurídicos de la Iglesia que él conservaría la
sotana blanca, mantendría el apelativo "Su Santidad", conservaría las
llaves de Pedro en su escudo, y seguiría siendo Papa, añadiendo simplemente el
apelativo "emérito". Esto es muy significativo pues, cuando el Papa
Gregorio XII renunció, volvió a ser cardenal, y cuando el Papa Celestino V
renunció, volvió a ser monje religioso. No lo decidió así Benedicto XVI.
La segunda bomba, hablando
cronológicamente según sucedieron los hechos, no según fueron publicados, es el
libro "El Gran Reformador" de Austen Ivereigh, que revela cómo un
grupo de cuatro cardenales liberales (Walter Kasper, Karl Lehmann, Godfried
Danneels y Cormac Murphy-O´Connor) se asociaron para orquestar ilícitamente una
campaña a favor de la elección de Bergoglio, después de que éste último aceptó
ser el beneficiario de esa confabulación. Cabe mencionar que Ivereigh es gran
admirador de Francisco, e incluso acudió al Vaticano para entregarle
personalmente un ejemplar de su libro, sin pensar que en el capítulo 9 "El
Cónclave", en el que narra cómo el grupo de cardenales que denomina el "Team
Bergoglio", hicieron una campaña de cabildeo para allanar el
camino al candidato argentino, compromete la legitimidad de la elección.
Seguramente Ivereigh no sabía que la
Constitución que rige los cónclaves, la Universi Dominici Gregis, establece
penas de excomunión latae sententiae (es decir automática, sin
necesidad de declaración) para los cardenales que promuevan votos a favor de
alguno (Art. 81, 82, 83).
Ivereigh entregándole a Francisco el libro de su autoría,
que, en su capítulo 9, "El Cónclave",
compromete la legitimidad de la elección.
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Los responsables de ese cabildeo
estuvieron excomulgados de inmediato, ipso facto, y eo ipso,
y dejaron de formar parte de la Iglesia. Más aún, la Constitución señala que
también la persona que acepta ese lobbing queda excomulgada.
Es decir, el mismo Bergoglio estaría fuera de la Iglesia al momento de su
elección.
La tercera bomba fue la publicación de
dos libros que dan a conocer irregularidades que se cometieron en el cónclave
que eligió a Francisco. El primero es el libro de Elisabbeta Piqué (biógrafa
autorizada de Bergoglio desde Argentina) titulado "Francisco, vida y
revolución". Piqué supo, por el mismo Francisco, lo que sucedió dentro del
cónclave. El otro libro es del famoso vaticanólogo Antonio Socci "Non
è Francesco" (El Papa no es Francisco).
Las revelaciones de Piqué son tan
consideradas como provenientes de Francisco que el Osservatore Romano,
periódico oficial del vaticano, publicó el capítulo en que se narra la forma en
que se desarrolló el cónclave. También hizo lo mismo Radio y Televisión
Vaticana. Y es que Bergoglio, al ser electo Papa, sintió que la amenaza de
excomunión -que recae sobre cualquier cardenal por revelar lo sucedido en el
cónclave- ya no le afectaba, y le narró a la periodista cómo sucedieron las
cosas dentro de la Capilla Sixtina.
La narración: en el cónclave, la tarde
del 13 de marzo, en la cuarta votación del día, aparecieron 116 votos, cuando
solo había 115 cardenales en el aula. Un cardenal metió una papeleta de más.
Esa cuarta votación la ganó de el Cardenal Angelo Scola de Milán (la misma
Conferencia Episcopal Italiana emitió un boletín felicitando
a Scola por haber sido electo Papa).
Esa
votación se anuló.
Ahora bien, la Constitución Apostólica Universi
Dominici Gregis (Art. 69) establece que cuando hubiera dos papeletas
dobladas como proviniendo de un mismo cardenal y tuviesen el mismo nombre o uno
estuviese en blanco, se debe contar como un solo voto. Si, en cambio, lleva dos
nombres diversos, se anulan ambas papeletas y ninguno de los dos votos es
válido. Pero claramente establece: "en ninguno de los dos casos se deberá
anular la elección". En este caso, hubo una papeleta blanca de más. Y no
se siguió lo establecido, sino que se anuló la elección, cosa que estaba expresamente
prohibido.
Contraviniendo las disposiciones de la
Constitución, la cuarta votación se declaró nula, obligaron al Cardenal Angelo
Scola a regresar a la Capilla Sixtina, y se procedió a una quinta votación, en la
que salió electo Bergoglio.
Esa fue la segunda irregularidad del
cónclave, pues la Constitución establece (Art. 63) que solo debe haber cuatro
votaciones cada día, dos por la mañana y dos por la tarde.
La situación de que la designación de
Bergoglio fue efectivamente inválida es clara si nos atenemos al artículo 76,
el cual afirma que: "Si la elección se llevase a cabo de forma
diversa a como está prescrito en la presente Constitución o no se hubieren
observado las condiciones establecidas la elección es, por ello mismo, nula e
inválida, sin que intervenga ninguna declaración a propósito y, por lo mismo,
ésta no confiere ningún derecho a la persona elegida".
Es necesario releer el discurso del
Papa Benedicto XVI del 27 de febrero de 2013, el día anterior a retirarse y
tomar el helicóptero hacia Castel Gandolfo, en el cual dio a conocer los
alcances de su renuncia. En ella declaró: "La gravedad de la decisión ha
sido propiamente el hecho de que desde aquel momento (el de su elección como
Papa, en 2005) estuve comprometido para siempre con el Señor". Es decir,
Benedicto tenía claro que no podía renunciar a su vocación como Vicario de
Cristo (un cargo espiritual que es ad vitam), y solo renunciaba a
los cargos administrativos del papado.
Este cúmulo de evidencias llevó al Cardenal
George Pell a declarar que Francisco bien podría ser el 38 antipapa en la
historia de la Iglesia, y no el Papa 266, como la inmensa mayoría cree.
El Cardenal George Pell dijo
que Francisco bien podría ser el 38 antipapa.
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El hecho de que Benedicto XVI siga
siendo el Vicario de Cristo explicaría
por qué éste se ha distanciado de las ideas proclamadas por Bergoglio, quien ha
declarado que "todas las religiones son iguales",
ó que "Dios no es católico" ó que "da igual si un niño es
educado por un judío, o un musulmán o un cristiano". En su discurso para
la Universidad Urbaniana, el 22 de octubre de 2014, Benedicto XVI refutó esas
tesis de Francisco, derivadas de un falso diálogo interreligioso,
y marcó su discrepancia doctrinal respecto a las mismas. Por el contrario,
Benedicto XVI reafirmó que Jesucristo es el camino para llegar al Padre;
recordó que la Iglesia -y su único Dios- son católicos desde el inicio, pues
ofrece la salvación a todos; y que el cristiano tiene el mandato de proclamar
la fe en Cristo hasta los confines de la Tierra.
Francisco en la Semana Santa de 2014 reunido con rabinos. |
El afán de igualar y unir a las
religiones en bien de una "paz común" es una herejía del Siglo V
conocida como "Irenismo". Esa ideología proponía una religiosidad
ajena a la identidad específica de cada religión, una "unidad" de
creencias para evitar las "guerras de religión".
El término viene de la propuesta de
Erasmo de querer conciliar el catolicismo y el protestantismo, pero más
recientemente ha servido para impulsar la idea de lograr una unificación
religiosa universal, presuntamente en pro de la paz que supere las diferencias
que provocan entre sí las distintas religiones.
El Irenismo se desarrolla en la
simulación, la concesión de lo propio y en el no querer manifestar que existe
una verdad absoluta y una religión verdadera.
El Concilio
Vaticano II condenó el Irenismo en el número 11 del Decreto Unitatis
Redintegratio diciendo que "no hay nada tan ajeno al
ecumenismo como ese falso Irenismo que daña la pureza de la doctrina católica y
oscurece su sentido genuino y cierto".
Lo que hizo Benedicto XVI, con el discurso a la Urbaniana, es ratificar la doctrina del Concilio y distanciarse de la herejía irenista profesada por Bergoglio.
El papa Francisco ¿hace "los cuernos"? |
Así describieron algunos santos y
místicos el cisma que sacudirá a la Iglesia, y que podría tener mucho que ver con
la herejía papal que estamos presenciando:
• San Francisco de Asís: "Habrá un Papa electo no canónicamente que causará un gran cisma en la Iglesia".
• Beata Ana Catalina Emmerick (religiosa agustina): "Vi una fuerte oposición entre dos Papas, y vi cuan funestas serán las consecuencias de la falsa iglesia (...) Esto causará el cisma más grande que se haya visto en la historia".
• Sor Lucía de Fátima: "Habrá cardenales contra cardenales, obispos contra obispos; Satanás marchará en medio de ellos".
Hay que estar atentos a lo que sucederá en la tercera y cuarta luna de sangre. Y hay que rezar mucho por la Iglesia, la cual se encuentra en medio de una acre tempestad. *
*Nota de Cova in deserto:
No sabemos qué se ha querido decir o significar con este último y desconcertante párrafo de la nota.
No sabemos qué se ha querido decir o significar con este último y desconcertante párrafo de la nota.
TOMADO DE: http://www.ultimostiempos.org/