Padre Leonardo Castellani |
Dicen los
filósofos de hoy que todos los hombres nacemos con Angustia; o mejor traducido
el "Angst” germano, con temor, inquietud, ansiedad, Desasosiego. Los
pobres poetas lo habían dicho antes:
“Inútil la
fiebre que aviva tu paso
No hay nada que
pueda matar tu Ansiedad
Por mucho que
tragues. El alma es un vaso
Que sólo se
llena con eternidad...
¡Qué mísero
eres! Basta un soplo leve
Para
helarte. Cabes en un ataúd...
— ¡Y el espacio inmenso del
cielo te es breve
Y la tierra es corta para tu
Inquietud!” *
El Desasosiego no se puede suprimir. Se puede
convertir en tres cosas: o en Inquietud Religiosa, la cual es buena y espuela
de salvación eterna; en Solicitud Terrena, la cual es mala y prohibida por
Cristo; y en Angustia Demoníaca, la cual es pésima. Pero la Solicitud Terrena
es lo más común, es en cierto modo, natural; y el mundo moderno privado de lo
Sobrenatural, está como sumergido en ella. Dicen que es el motor del Progreso,
sí, pero el Progreso moderno está embestido por una “fiebre que aviva
su paso” demasiadamente. Corre lo más que puede, con peligro de dar el
gran Encontronazo. ¡Y cuántos tropiezos no ha dado ya!
P. Leonardo Castellani
“El Evangelio de Jesucristo”, págs.
306-307, Ediciones Theoría, Buenos Aires, 1963.
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*Poema romano
antiguo, anónimo.