R. P. Fernando Altamira
Queridos hijos:
Este domingo dentro de la octava de Navidad (infra octava)
vamos a dejar de lado los textos para predicar sobre la situación de la
Fraternidad San Pío X, en vistas al pensamiento y a las metas que tiene y que
persigue Mons. Fellay.
El sermón en las ordenaciones sacerdotales en Argentina.
Hace apenas una semana, el sábado 20 de diciembre, tuvieron lugar las
ordenaciones sacerdotales en Argentina.
Mons. Fellay expresó allí, en su sermón, los siguientes conceptos:
Recordó que en la audiencia del 29 de agosto de 2005,
Benedicto XVI le recriminó diciendo: "Ustedes se comportan como clérigos
vagos apoyándose en un estado de necesidad subjetivo", “para que estén
reconocidos como católicos hace falta solucionar los problemas o al menos
intentar solucionarlos". Mons. Fellay dijo haberle respondido: "Santo
Padre, usted tiene razón”.
Mons. Fellay habló allí de: "la importancia de estar
reconocidos canónicamente. No se puede decir que no es importante tener la estampilla
de católicos (nota:quiere decir el sello). ¡Hay que tener la estampilla!".
"De ahí, nuestro interés de estar siempre en contacto con las autoridades
romanas para obtener esa estampilla…”. "La iglesia oficial es la visible,
¡es la Iglesia Católica y punto!".
Palabras de Monseñor Lefebvre sobre la falsa iglesia del
Concilio Vaticano II
Mons. Fellay habla de
la necesidad de obtener “una estampilla de católicos” de parte de la Roma
actual con Francisco a la cabeza. Parecería que si no tenemos esa estampilla no
somos católicos. Falso, falsísimo.
Repitamos cosas que ya hemos enseñado y escuchemos luego a
Mons. Lefebvre.
Con esto de Mons. Fellay sobre tener la estampilla de
católicos (como si no lo fuéramos), o –agrego yo- ideas parecidas, como estar
en la Iglesia Católica (como si no lo estuviésemos), de RETORNAR a la Iglesia
Católica (como si alguna vez nos hubiéramos ido), podemos preguntarnos:
¿Dónde hay “un católico”, dónde se ve “un católico”, dónde
está la Iglesia Católica “hoy”, y si quieren “dónde está la estampilla de
católico”?
La Iglesia Católica
estará y habrá un católico en cualquiera que guarde “LAS NOTAS” de la Iglesia,
las notas del Catolicismo. La Iglesia es una, santa, católica y apostólica: Dos
mil años de teología nos enseñan sobre las cuatro notas de la Iglesia. Habrá
“un católico”, y se lo reconocerá como tal, en cualquier persona que guarde
esas CUATRO NOTAS; esté donde esté.
Siendo esto así, en esta crisis de la Iglesia (tal vez la
última crisis antes de la Parusía, antes de la vuelta de Nuestro Señor),
mientras mantengamos la verdadera doctrina católica (sin cambiar nada),
mientras mantengamos las cuatro notas de la Iglesia, no necesitamos de ninguna
“estampilla” para que se nos diga católicos, ¡y menos de Francisco!
La Nueva Religión y
Nueva Iglesia formadas por el Concilio Vaticano II, la Iglesia Conciliar y la Religión
Conciliar: ¿Guardan las notas del Catolicismo?
No, para nada. Entonces: ¿Quién debe volver, quién debe
“retornar en la Iglesia”, quién necesita la estampilla de católico? La neo-Roma
modernista, protestante y anticristo, como Monseñor Lefebvre decía, ella es la
que debe retornar, ella es la que no tiene la estampilla de católico:
Esta falsa Roma debe abandonar todos los errores y herejías
que han surgido desde el Concilio Vaticano II, volver a la Verdadera Fe
Católica de donde nunca se debería haber ido.
Pero ya que Mons. Fellay parece no escuchar más a nuestro
Fundador, escuchemos nosotros sus ya conocidas palabras.
Monseñor Lefebvre con todos estos conceptosestá hablando a
sacerdotes, pero se aplica también a los fieles. Es el año 1988, ya estábamos
próximos a su muerte (Revista Fidéliter nº 66); lo escuchemos entonces:
"Mis queridos amigos: (…) Ustedes continúan y
representan de verdad la Iglesia, la Iglesia Católica. Creo que es necesario
convencerse de esto (…) ¿Dónde está la Iglesia visible? La Iglesia visible se
reconoce por las señales que siempre ha dado para su visibilidad: Es UNA,
SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA".
Continúa Mons. Lefebvre: "les pregunto: ¿dónde están
las verdaderas notas de la Iglesia? ¿Están más en la iglesia “oficial” (no se
trata de la Iglesia “visible”, se trata de la iglesia “oficial”), o en
nosotros, en lo que representamos, en lo que somos?"
"Queda claro que somos nosotros quienes conservamos LA
UNIDAD DE LA FE, que desapareció en la iglesia oficial. Un obispo cree en esto,
el otro no; la fe es distinta. Sus catecismos abominables contienen herejías.
¿Dónde está la unidad de la Fe en Roma? ¿Dónde está la unidad de la Fe en el
mundo? Está en nosotros, quienes la conservamos."
"La unidad de la Fe realizada en el mundo entero es LA
CATOLICIDAD. Ahora bien, esta unidad de la Fe en todo el mundo no existe ya, no
hay pues más catolicidad prácticamente. Habrá pronto tantas “iglesias
católicas” como obispos y diócesis. Cada uno tiene su manera de ver, de pensar,
de predicar, de hacer su catecismo. No hay más Catolicidad."
"¿LA
APOSTOLICIDAD? Rompieron con el pasado. Si algo hicieron bien, es eso. No
quieren saber más del pasado antes del Concilio Vaticano II. (…) No es necesario referirse a antes del
Vaticano II, eso (el pasado) no significa nada. (…) Lo que pasó, pasó,
desapareció. (…)
Es lo que les permite decir lo contrario de lo que se dijo
antes… (…) Nosotros tendríamos un mal concepto de Tradición, porque para ellos
es viva y, en consecuencia, evolutiva. Pero es el error modernista: El Santo
Papa San Pío X, en la Encíclica “Pascendi”, condena estos términos…"
"La Apostolicidad: Nosotros estamos unidos a los Apóstoles por la autoridad. Mi sacerdocio me viene de los Apóstoles; vuestro
"La Apostolicidad: Nosotros estamos unidos a los Apóstoles por la autoridad. Mi sacerdocio me viene de los Apóstoles; vuestro
sacerdocio les viene de los Apóstoles. (…)
En cuanto a la
Apostolicidad de la Fe: CREEMOS LA MISMA FE QUE LOS APÓSTOLES. No cambiamos
nada y no queremos cambiar nada.
"Y luego, LA SANTIDAD. (…) consideremos los frutos de
nuestro apostolado, los frutos de las vocaciones, de nuestras religiosas, de
los religiosos. Y también en las familias católicas, de buenas y santas
familias católicas que germinan gracias a vuestro apostolado. Es un
hecho…"
"Todo eso pone de manifiesto que somos nosotros quienes
tenemos LAS NOTAS de la Iglesia “visible”. Si hay aún una VISIBILIDAD de la
Iglesia hoy, es gracias a ustedes. ESTAS SEÑALES NO SE ENCUENTRAN YA EN LOS
OTROS. No hay ya en ellos “La Unidad de la Fe”. Ahora bien: LA FE ES LA BASE DE
TODA LA VISIBILIDAD DE LA IGLESIA.
La Catolicidad es la
Fe en el espacio. La Apostolicidad es la Fe en el tiempo. La Santidad es el
fruto de la Fe… (…)"
" NO SOMOS NOSOTROS, SINO LOS MODERNISTAS QUIENES SALEN
DE LA IGLESIA. (…) ES EQUIVOCARSE, ASIMILAR “la iglesia oficial” A LA IGLESIA
VISIBLE. (…)
(…) es en Roma donde
se instala la herejía (…) ESTA ES LA RAZÓN POR LA QUE NO PODEMOS VINCULARNOS
CON ROMA. Suceda lo que suceda, debemos seguir como lo hemos hecho, y el Buen
Dios nos muestra que, siguiendo esta vía, cumplimos con nuestro deber. (…) No
podemos seguir los principios del
Concilio. (…)"
"Ustedes ven que (nota: EL CARDENAL RATZINGER) quería
traernos a “la iglesia conciliar”..."
Padre Altamira: Volvemos a preguntar a Mons. Fellay:
¿Quién necesita la estampilla de católicos, la falsa iglesia o nosotros? Parece
que no tiene ninguna importancia lo que enseña y muestra nuestro Fundador.
Otras palabras de Monseñor Lefebvre sobre la falsa iglesia
del Concilio Vaticano II:
Mons. Fellay además de decir, falsamente, que necesitamos
“la estampilla de católicos” (dada por Francisco, ¡qué bien!), termina diciendo
en lo que extractamos: "La iglesia oficial es la visible, ¡es la Iglesia
Católica y punto!".
Decir que “la iglesia
oficial es la iglesia visible”: Es exactamente lo contrario a lo que nos dijo y
mostró Mons. Lefebvre, y acabamos de escuchar. Es católico y está la Iglesia
Católica en el que tiene y en el que guarda las notas de la Iglesia.
Y Mons. Fellay
también dice que “LA IGLESIA OFICIAL… ¡ES LA IGLESIA CATÓLICA Y PUNTO!”: Esto
es otra vez, y más aún, decir lo contrario a lo que nos enseñó y mostró nuestro
Fundador. Y, nuevamente, ya que Mons. Fellay no escucha a Mons. Lefebvre, lo
escuchemos de nuevo nosotros aunque sean palabras ya conocidas:
“Yo soy quien los interrogaría, para decirles: ¿A qué
iglesia pertenecen ustedes?¿A qué iglesia nos referimos, quisiera saber si nos
referimos a la Iglesia Católica o a otra iglesia, a UNA CONTRA-IGLESIA, a UNA
FALSIFICACIÓN DE LA IGLESIA?...yo creo sinceramente que se trata de una falsificación de la
Iglesia Y YA NO LA IGLESIA CATÓLICA… ELLOS HAN CONVERTIDO A LA IGLESIA EN OTRA COSA QUE NO ES LA
IGLESIA CATÓLICA. Ya no es la Iglesia Católica. (…)” (palabras de Mons.
Lefebvre,
dadas el 8 de junio de 1978).
“Es increíble que se pueda hablar de IGLESIA VISIBLE en la
relación a “la iglesia conciliar”… SOMOS NOSOTROS QUIENES TENEMOS LAS NOTAS DE “LA IGLESIA VISIBLE”: la unidad, la catolicidad, la apostolicidad,
la santidad. ES ESO LO QUE CONSTITUYE LA IGLESIA VISIBLE. (…)
Obviamente estamos en contra de la “Iglesia Conciliar”, que
es prácticamente cismática, incluso si no lo aceptan. En la práctica es una
iglesia virtualmente excomulgada, PORQUE ES UNA IGLESIA MODERNISTA. (…)”
(Revista “FIDELITER” Nº 70, julio-agosto de 1989).
Padre Altamira: Oyendo estas palabras clarísimas de Mons.
Lefebvre, felicitamos a Mons. Fellay por decir exactamente lo contrario:
"La iglesia oficial es la visible, ¡es la Iglesia Católica y punto!".
(Conclusión)
(Conclusión)
Para terminar, vale
la pena recalcar que tal vez en todo lo que va del año 2014, Mons. Fellay nunca
había hablado tan claramente, y esperamos que hable aun más claramente en
referencia a lo que él piensa y cuáles son sus metas y los fines que persigue:
Meterse en la falsa iglesia, en la Iglesia Conciliar.
Hace unos meses hablé por teléfono con el Superior de los
Dominicos tradicionales de Francia. Él me decía, entre otras cosas, que incluso
frente a la misa moderna, él creía que Mons. Fellay pensaba que no es mala (y
que se puede rezar), pero que no se atrevía a decirlo públicamente. Tal vez por
eso Mons. Fellay dijo en su momento que la misa moderna (su promulgación) era
legítima y que si Mons. Lefebvre la hubiera visto bien celebrada no hubiera dado el paso que dio.
Sin comentarios...
Sin comentarios...
De cualquier manera,
como son muy tramposos, y como no tienen la honestidad de decir abiertamente lo
que piensan y quieren hacer, podemos pensar que “habiendo dado estos dos pasos
hacia adelante, ahora harán el paso para atrás” (el vals de Lenin), y esto para
tranquilizar y engañar:
Veremos.
Quiera Dios permitir que haya más claridad en medio de todas
estas oscuridades y engaños que padecemos. Quiera Dios que Mons. Fellay y sus
compañeros de viaje se pongan más y más de manifiesto y en evidencia, para que
los sacerdotes buenos y un buen obispo que todavía no reaccionan, reaccionen de
una buena vez: Pienso en un Mons. Tissier de Mallerais, y pienso en otros
muchos sacerdotes.
AVE MARÍA PURÍSIMA.
Publicado
por El Ariete Católico, Viernes,
2 de enero de 2015