jueves, 29 de octubre de 2015
El rosa lo aporta esta vez el distrito Sudamérica.
Tras la anterior súplica con rosas, Mons. Fellay
acaba de emitir esta vez una declaración sin rosas
pero también sin espinas
(léase acá:http://www.dici.org/en/documents/declaracion-sobre-la-relacion-final-del-sinodo-de-la-familia-2/)
sobre la Relación final del Sínodo de la familia.
Fiel a su estilo modoso y conciliador, es en
general inobjetable en las verdades doctrinales que recuerda (con una excepción
que veremos debajo). Pero como siempre en su blandura deja inmune de toda
crítica al responsable número uno de la actual destrucción de la religión
católica, que es Francisco. Una cosa es que podamos rezar con la fórmula non
tradat eum in manus inimicorum ejus, pero otra muy distinta es que no
reconozcamos públicamente que el anticristo Francisco es el
gran enemigo de la Iglesia, y el que hace mejor que nadie la obra del
diablo. Vean esta interesante nota en un sitio web precisamente neofraternitario: http://panoramacatolico.info/articulo/ipsa-conteret que
demuestra palmariamente la clase de enemigo que tenemos enfrente. Pero incluso
los tradi-conservadores de The Remnant lo dicen con todas las
letras:http://www.adelantelafe.com/el-papa-francisco-esta-a-todos-los-efectos-en-guerra-con-la-iglesia/. Incluso
el mismo Michael Matt dice que “el tiempo de la diplomacia ya se acabó”…aunque
después diga que Mons. Fellay es “un hombre manifiestamente santo” cuando en
realidad lo que vemos es que Mons. Fellay es “un hombre manifiestamente
diplomático”. Y esto cumple decirlo.
Mons. Fellay empieza su declaración diciendo algo
que podría aplicársele perfectamente a él:
“La Relación final de la segunda sesión del Sínodo
de la familia, publicada el 24 de octubre de 2015, lejos de manifestar un
consenso de los padres sinodales,constituye la expresión de un compromiso
entre posturas profundamente divergentes. En ella se puede ver que se
recuerdan ciertos puntos doctrinales sobre el matrimonio y la familia católica, pero
también se notan lamentables ambigüedades y omisiones…”.
Desde el 2012 a la fecha, a través de la
Declaración doctrinal ambigua entregada a Roma, y de diversas acciones y
declaraciones, se ha venido viendo ese “compromiso entre posturas profundamente
divergentes” entre Roma y la Neo-FSSPX, lo cual refrendó Roma con el
reconocimiento a la Neo-FSSPX en Argentina, el reconocimiento de la validez de
sus sacramentos durante el “Año de la Misericordia”, la adhesión de la
Neo-FSSPX a ese “Año de la Misericordia”, etc.
Distrito de México y una imagen sugestiva. |
Otro párrafo que merece destacarse de esta
declaración es el siguiente (marcamos algo con negritas):
“Cuando la Iglesia docente declara el sentido de
estas verdades contenidas en la Escritura y la Tradición, lo impone con
autoridad a los fieles para que lo crean como revelado por Dios. Es erróneo
decir que al Papa y a los obispos corresponde ratificar lo que les sugiere
el sensus fidei o la experiencia común del Pueblo de
Dios”.
“Pueblo de Dios” es la nueva forma de denominar o
definir a la Iglesia, que incluye a quienes están fuera de la misma, surgida
del Vaticano II. El CIC nuevo en su canon 204 dice que la Iglesia de Dios
“subsiste” en la Iglesia católica, pero no “es”. La denominación amplia que
incluye a todos como parte de la Iglesia es dada en la expresión “Pueblo de
Dios” introducida por los progresistas del concilio, y que ahora Mons. Fellay retoma
en su Declaración. Lo cual demuestra el grado de esa contaminación conciliar en
el obispo suizo.
Dice más abajo Mons. Fellay:
“Nadie puede conceder a los
obispos la facultad de suspender la ley de la indisolubilidad del
matrimonio ad casum sin exponerse a que se vuelva sosa la
doctrina del Evangelio y quede troceada la autoridad de la Iglesia. Pues, en
esta perspectiva errónea, lo que se afirma doctrinalmente podría negarse
pastoralmente, y lo que está prohibido de jure podría estar
autorizado de facto.
Bueno, nadie puede hacer eso, pero de hecho Francisco
sí lo hizo. ¿Y ahora qué va a hacer Mons. Fellay al respecto? ¿Se lo va a
decir de frente acusándolo claramente, o seguirá con su estrategia de “decir la
verdad pero sin condenar a los agentes del error”, para no herir a nadie? Está
claro que Mons. Fellay mide cada palabra suya, no vaya a ser cosa que peligre
la deseada estampilla. Por eso debe hacer el equilibrio de afirmar la doctrina
tradicional pero sin resultar chocante con los enemigos de la misma. En
esa voluntad de no chocar con Francisco, se ve favorecida la postura
conciliadora del mismo Francisco con la Neo-FSSPX. Con esta declaración todos
quedarán contentos y felices. Francisco porque esto no le hace ni cosquillas.
Los neo-fraternitarios desatentos porque creen que su líder no claudica en
absoluto. Pero, ¿quién es el que sigue avanzando e imponiendo su estrategia en
esta guerra? Y si como vemos que hasta tradi-conservadores admiten que estamos
en guerra, ¿a qué continuar con ese lenguaje timorato y medroso, en vez de
adoptar un lenguaje belicoso y viril? Decía Monseñor Ezequiel Moreno Díaz,
aquel gran campeón del antiliberalismo: "Es un error, y error funesto a la
Iglesia y a las almas, transigir con los enemigos de Jesucristo y andar blandos
y complacientes con ellos. (...) ¿Qué bienes se han conseguido con las
blanduras y coqueteos con los enemigos de Jesucristo? ¿Qué males se han
evitado, pequeños ni grandes, por esos caminos? No se consigue otra cosa con
esa conducta que afianzar el poder de los malos".
Publicado por Syllabus Errorum