Por Julien Cadwal
Numerosos lectores de Rivarol se
preguntan, a justo título, en qué se está convirtiendo el bastión de la Fe que
fue la Fraternidad San Pío X. El año 2012 provocó sin ninguna duda, una ruptura
en el seno de esta congregación, así como el Capítulo que siguió a la tentativa
de adhesión con Roma, pareció legitimar doctrinalmente la acción de Monseñor
Fellay. Impresión que se acentuó con la expulsión de Su Excelencia Monseñor
Richard Williamson, que representa la parte sólida de esta obra. Luego fueron
los famosos procesos instaurados contra los sacerdotes que reaccionaron contra
esta deriva.
¿Qué pasa en el seno de la FSSPX desde
hace tiempo?
Regresemos a los hechos sucedidos en el
seno de la FSSPX desde diciembre de 2013:
Después de haber sufrido un proceso
absolutamente inicuo durante más de ocho meses, los jueces, comandados por
Monseñor Fellay, descubren finalmente sus rostros y lanzan una sentencia de
prohibición sobre el Padre Pinaud, privándole también de la celebración de su
Misa tanto en público como en privado. Recordemos a nuestros lectores[1] que lo único que
hizo el Padre Pinaud fue haber corregido las faltas de ortografía de la famosa
carta de los 37 que fue difundida por el Padre Rioult.
Después de esta fase judicial, Menzingen
pasó a la fase doctrinal: ellos condenaron internamente, a través de una especie
de estudio de 16 páginas, el excelente libro del padre Pivert: “Nuestras
relaciones con Roma[2]. Libro
en el cual el Padre Pivert simplemente recuerda las posiciones claras y firmes
de Monseñor Lefebvre y luego de la Fraternidad San Pio X hasta 2012, respecto a
la Roma ocupada. Ya que Menzingen no digirió los recordatorios doctrinales de
esta obra, y viendo que sus maniobras de adhesión a Roma eran desacreditadas en
el plano doctrinal y pastoral, enviará entonces a todos los sacerdotes de la
Fraternidad San Pio X este famoso documento “aprobado sustancialmente” por
el superior general en su carta introductoria. En este documento, aseguran que
los ralliés (los que ya firmaron acuerdo con Roma) han sido los defensores de
la tradición como lo es la FSSPX, y que las consagraciones fueron realizadas
por Monseñor Lefebvre por motivos de edad y no de Fe, y sobretodo que el
combate por el reino de Cristo Rey era una especie de capricho del Padre
Pivert.
Pocos días después de la aparición de este
panfleto contra la obra del Padre Pivert, numerosos hermanos de la fraternidad
tuvieron la ocasión de asistir a un escandaloso retiro predicado por el Padre
Pfluger (número dos de la Fraternidad). En este retiro, el Padre Pfluger
caricaturiza a los fieles de la tradición como “orgullosos”, ataca a los cuatro
obispos, insiste fuertemente en la obediencia en detrimento de la virtud de la
Fe, insulta y ridiculiza nominalmente a algunos sacerdotes, afirma que no se debe
esperar a que el papa se convierta para regresar a Roma. El resultado es que
los hermanos salieron del retiro con menos certezas que cuando entraron. Se
hace evidente que el primer asistente tiene como una especie de fobia a la
certeza, a los principios y a las posiciones doctrinales. Actitud que se
asemeja al espíritu modernista condenado por San Pio X en su encíclica
Pascendi.
Ante una tal acumulación de hechos ya sean
equívocos, sean en contradicción radical con el combate de Monseñor Lefebvre, y
esto desde el 2012, año en que este mismo equipo de Menzingen intentó el golpe
del acuerdo a espaldas de todos los sacerdotes y fieles… un puñado de
sacerdotes valientes se decidió finalmente a salir de su silencio y se
reunieron en Angers para redactar y firmar una declaración de protesta contra
esta deriva modernizante de los superiores de la FSSPX. Los dominicos de
Avrillé, defensores intrépidos de la fe, se unieron a ellos y apoyan este
grupo.
Para darle peso a este pronunciamiento,
estos mismos sacerdotes creyeron útil pedir a otros cofrades que se unieran a
su acción en defensa de la Fe tradicional.
Pero no contaron con una gran falla en la
reacción: el legalismo y el miedo del Padre de Cacqueray. Este último, estando
perfectamente convencido de la nocividad espiritual de los locatarios de
Menzingen, pero una cosa es ver al enemigo y otra es tomar los medios para
resolver el mal. ¿Qué pasó en ese momento?
El superior de distrito, en lugar de
apoyar y alentar a los signatarios, tuvo mucho miedo y se movió para disuadir a
todos los sacerdotes de firmar (comprendidos aquellos que se reunieron en
Angers). Los invitó a no cometer esta “imprudencia”, pues él mismo iba a llevar
a cabo una acción memorable que iba a resolver el problema y haría que
Menzingen se plegara.
De hecho, numerosos sacerdotes fueron
engañados y no firmaron pensando que todo se iba a arreglar en las altas
esferas… y considerándolo, se desistieron y prefirieron un silencio
« prudente ».
La Carta a los fieles salió el 19 de enero
de 2014, pero en razón de las enormes presiones sobre los sacerdotes y las
defecciones de muchos de ellos, no tuvo todo el alcance que pudo haber tenido.
La historia de la Iglesia está hecha de cobardías, las cuales, esperamos,
podrán corregirse y convertirse en el heroísmo de la última hora…
Pero el asunto y las múltiples traiciones
no se detuvieron allí…
En lugar de apoyar y aprovechar esta sana
reacción de Fe de algunos sacerdotes, muchos se redimieron (preferimos no citar
los nombres) y prefirieron tomar el partido de fustigar esta reacción
“imprudente”, “excesiva”, etc…
Algunos sacerdotes fueron a Menzingen,
pero en lugar de exigir un cambio en la dirección, solo obtuvieron
declaraciones vagamente tranquilizadoras y regresaron persuadiendo a los
valientes sacerdotes y laicos: “ya está, ellos comprendieron, va a
cambiar”… ¡Oh, la ingenuidad…!
Así, por un juego de lógica, el Padre de
Cacqueray se encontró legitimado y aureolado porque por un lado logró
neutralizar a aquellos que se podía calificar de “excesivos” y por el otro
lado, pareció haber obtenido garantías de ortodoxia de Menzingen. Ahora está de
moda, en ciertas revistas y sitios web, el canonizar al superior de distrito de
Francia por esta acción de salvamento aparente.
En febrero de 2014, Monseñor Fellay,
sintiendo las balas de cañón pasar junto a su mitra, tendrá la fineza de hacer
una “bella” y larguísima conferencia a los priores de Francia, asegurándoles
firmemente que ya no había contactos con Roma y que él no compartía todas las
posiciones del Padre Pfluger. Los priores partieron con la sonrisa de un
condenado a muerte que se cree agraciado, y sobre todo, felices de saber que ya
no era necesario luchar… Finalmente, se dijeron, los signatarios de la Carta a
los fieles son verdaderamente unos agitados…
Ahora todo el mundo sabe que esa fue, otra
vez, una hermosa mentira, pues el superior general había estado en Roma el 13
de diciembre de 2013 con sus asistentes y allí se encontró con el papa.
Encuentro revelado en mayo de 2014 por el sitio anglófono Rorate Caeli.
Esta conferencia de Flavigny, así como las
que siguieron en Francia, tuvieron un cierto impacto y muchos creyeron
sinceramente que el Padre de Cacqueray había logrado convertir a todo el equipo
de Menzingen.
Como lo dijo de manera bastante irónica
Charles Pasque cuando jugó al tipo duro como ministro del interior: “Las
promesas no comprometen más que a aquéllos que creen en ellas”, muchos
sacerdotes valientes de la FSSPX se aferran a estas promesas que no comprometen
más que a… su buena fe.
Pero los fieles no son tontos, aunque sean
fieles (contrariamente a lo que podría pensar Menzingen): ellos juzgan por los
hechos más que por las palabras… incluso palabras episcopales.
El primero de los actos de Menzingen fue
de salvar su pellejo y su puesto: ellos lo lograron, aunque la bala no haya
pasado lejos (según las últimas noticias, el Padre Pfluger sigue en su puesto).
En el fondo, reconozcamos que fue el Padre de Cacqueray quien los salvó.
La segunda acción es el ya no tener
relaciones demasiado ostentosas con Roma por el momento. Éstas serían muy
arriesgadas para ellas en razón de los indigestos excesos de Bergoglio. Los
contactos continúan, ciertamente de manera discreta; las retomarán públicamente
en el momento oportuno.
La acción principal de Menzingen consiste
ahora esencialmente en la estrategia del branding, este término anglosajón que
podría traducirse por limpieza interna. El fracaso del acuerdo
en 2012, debido a la fuerte reacción interna, ha permitido al equipo de
Menzingen de sacar buenas lecciones. Los sacerdotes sólidos, estando ahora
afuera, neutralizados, aislados o en vía de serlo, la aplicación de las
decisiones del capítulo de 2012 será aún más fácil cuando se presente la
oportunidad.
Resumiendo: Monseñor Fellay es un
verdadero hombre de Valais, del país de Bagnes: se dice que los habitantes de
ese rincón de Valais jamás ceden y avanzan sus peones lenta pero
inexorablemente.
Pero la moraleja de la historia sigue
siendo católica. Los vencedores a los ojos del mundo y de la fineza diplomática
no son forzosamente los verdaderos vencedores. La verdadera victoria no
pertenece más que a la verdad y a la justicia divina. La historia católica de
los tiempos actuales, cuando sea escrita, solo retendrá el valor y la
perseverancia de aquellos que no se doblegaron… Como la historia del Vaticano
II solamente retendrá el heroísmo de este obispo que jamás se doblegó: Monseñor
Lefebvre.
La Fraternidad no parece muerta, pues
según las últimas noticias, acaba de nacer la Unión Sacerdotal Marcel Lefebvre[3]. Ella se parece a un pequeño grano de
mostaza que solo quiere desarrollarse en continuidad con la obra y el espíritu
de este arzobispo…
Julien
Cadwal
[1] Aconsejamos la increíble
lectura de las actas de los procesos de los Padres Salenave y Pinaud o
« ¿Qué Derecho para la Tradición Católica?” en las ediciones Chiré.
[3] Unión de sacerdotes que
quieren permanecer fieles al legado de Monseñor Lefebvre, que se ponen bajo la
autoridad moral de Monseñor Richard Williamson. La unión sacerdotal eligió un
moderador para Francia en la persona del Padre de Merode.