miércoles, 6 de agosto de 2014

LA GLORIA DE LOS « PERDEDORES »



Por Julien Cadwal


  


Numerosos lectores de Rivarol se preguntan, a justo título, en qué se está convirtiendo el bastión de la Fe que fue la Fraternidad San Pío X. El año 2012 provocó sin ninguna duda, una ruptura en el seno de esta congregación, así como el Capítulo que siguió a la tentativa de adhesión con Roma, pareció legitimar doctrinalmente la acción de Monseñor Fellay. Impresión que se acentuó con la expulsión de Su Excelencia Monseñor Richard Williamson, que representa la parte sólida de esta obra. Luego fueron los famosos procesos instaurados contra los sacerdotes que reaccionaron contra esta deriva.

¿Qué pasa en el seno de la FSSPX desde hace tiempo?

Regresemos a los hechos sucedidos en el seno de la FSSPX desde diciembre de 2013:

Después de haber sufrido un proceso absolutamente inicuo durante más de ocho meses, los jueces, comandados por Monseñor Fellay, descubren finalmente sus rostros y lanzan una sentencia de prohibición sobre el Padre Pinaud, privándole también de la celebración de su Misa tanto en público como en privado. Recordemos a nuestros lectores[1]  que lo único que hizo el Padre Pinaud fue haber corregido las faltas de ortografía de la famosa carta de los 37 que fue difundida por el Padre Rioult.

Después de esta fase judicial, Menzingen pasó a la fase doctrinal: ellos condenaron internamente, a través de una especie de estudio de 16 páginas, el excelente libro del padre Pivert: “Nuestras relaciones con Roma[2]. Libro en el cual el Padre Pivert simplemente recuerda las posiciones claras y firmes de Monseñor Lefebvre y luego de la Fraternidad San Pio X hasta 2012, respecto a la Roma ocupada. Ya que Menzingen no digirió los recordatorios doctrinales de esta obra, y viendo que sus maniobras de adhesión a Roma eran desacreditadas en el plano doctrinal y pastoral, enviará entonces a todos los sacerdotes de la Fraternidad San Pio X este famoso documento “aprobado sustancialmente” por el superior general en su carta introductoria. En este documento, aseguran que los ralliés (los que ya firmaron acuerdo con Roma) han sido los defensores de la tradición como lo es la FSSPX, y que las consagraciones fueron realizadas por Monseñor Lefebvre por motivos de edad y no de Fe, y sobretodo que el combate por el reino de Cristo Rey era una especie de capricho del Padre Pivert.

Pocos días después de la aparición de este panfleto contra la obra del Padre Pivert, numerosos hermanos de la fraternidad tuvieron la ocasión de asistir a un escandaloso retiro predicado por el Padre Pfluger (número dos de la Fraternidad). En este retiro, el Padre Pfluger caricaturiza a los fieles de la tradición como “orgullosos”, ataca a los cuatro obispos, insiste fuertemente en la obediencia en detrimento de la virtud de la Fe, insulta y ridiculiza nominalmente a algunos sacerdotes, afirma que no se debe esperar a que el papa se convierta para regresar a Roma. El resultado es que los hermanos salieron del retiro con menos certezas que cuando entraron. Se hace evidente que el primer asistente tiene como una especie de fobia a la certeza, a los principios y a las posiciones doctrinales. Actitud que se asemeja al espíritu modernista condenado por San Pio X en su encíclica Pascendi.

Ante una tal acumulación de hechos ya sean equívocos, sean en contradicción radical con el combate de Monseñor Lefebvre, y esto desde el 2012, año en que este mismo equipo de Menzingen intentó el golpe del acuerdo a espaldas de todos los sacerdotes y fieles… un puñado de sacerdotes valientes se decidió finalmente a salir de su silencio y se reunieron en Angers para redactar y firmar una declaración de protesta contra esta deriva modernizante de los superiores de la FSSPX. Los dominicos de Avrillé, defensores intrépidos de la fe, se unieron a ellos y apoyan este grupo.

Para darle peso a este pronunciamiento, estos mismos sacerdotes creyeron útil pedir a otros cofrades que se unieran a su acción en defensa de la Fe tradicional.

Pero no contaron con una gran falla en la reacción: el legalismo y el miedo del Padre de Cacqueray. Este último, estando perfectamente convencido de la nocividad espiritual de los locatarios de Menzingen, pero una cosa es ver al enemigo y otra es tomar los medios para resolver el mal. ¿Qué pasó en ese momento?

El superior de distrito, en lugar de apoyar y alentar a los signatarios, tuvo mucho miedo y se movió para disuadir a todos los sacerdotes de firmar (comprendidos aquellos que se reunieron en Angers). Los invitó a no cometer esta “imprudencia”, pues él mismo iba a llevar a cabo una acción memorable que iba a resolver el problema y haría que Menzingen se plegara.

De hecho, numerosos sacerdotes fueron engañados y no firmaron pensando que todo se iba a arreglar en las altas esferas… y considerándolo, se desistieron y prefirieron un silencio « prudente ».

La Carta a los fieles salió el 19 de enero de 2014, pero en razón de las enormes presiones sobre los sacerdotes y las defecciones de muchos de ellos, no tuvo todo el alcance que pudo haber tenido. La historia de la Iglesia está hecha de cobardías, las cuales, esperamos, podrán corregirse y convertirse en el heroísmo de la última hora…

Pero el asunto y las múltiples traiciones no se detuvieron allí…

En lugar de apoyar y aprovechar esta sana reacción de Fe de algunos sacerdotes, muchos se redimieron (preferimos no citar los nombres) y prefirieron tomar el partido de fustigar esta reacción “imprudente”, “excesiva”, etc…

Algunos sacerdotes fueron a Menzingen, pero en lugar de exigir un cambio en la dirección, solo obtuvieron declaraciones vagamente tranquilizadoras y regresaron persuadiendo a los valientes sacerdotes y laicos: “ya está, ellos comprendieron, va a cambiar”… ¡Oh, la ingenuidad…!

Así, por un juego de lógica, el Padre de Cacqueray se encontró legitimado y aureolado porque por un lado logró neutralizar a aquellos que se podía calificar de “excesivos” y por el otro lado, pareció haber obtenido garantías de ortodoxia de Menzingen. Ahora está de moda, en ciertas revistas y sitios web, el canonizar al superior de distrito de Francia por esta acción de salvamento aparente.

En febrero de 2014, Monseñor Fellay, sintiendo las balas de cañón pasar junto a su mitra, tendrá la fineza de hacer una “bella” y larguísima conferencia a los priores de Francia, asegurándoles firmemente que ya no había contactos con Roma y que él no compartía todas las posiciones del Padre Pfluger. Los priores partieron con la sonrisa de un condenado a muerte que se cree agraciado, y sobre todo, felices de saber que ya no era necesario luchar… Finalmente, se dijeron, los signatarios de la Carta a los fieles son verdaderamente unos agitados…

Ahora todo el mundo sabe que esa fue, otra vez, una hermosa mentira, pues el superior general había estado en Roma el 13 de diciembre de 2013 con sus asistentes y allí se encontró con el papa. Encuentro revelado en mayo de 2014 por el sitio anglófono Rorate Caeli.

Esta conferencia de Flavigny, así como las que siguieron en Francia, tuvieron un cierto impacto y muchos creyeron sinceramente que el Padre de Cacqueray había logrado convertir a todo el equipo de Menzingen.

Como lo dijo de manera bastante irónica Charles Pasque cuando jugó al tipo duro como ministro del interior: “Las promesas no comprometen más que a aquéllos que creen en ellas”, muchos sacerdotes valientes de la FSSPX se aferran a estas promesas que no comprometen más que a… su buena fe.

Pero los fieles no son tontos, aunque sean fieles (contrariamente a lo que podría pensar Menzingen): ellos juzgan por los hechos más que por las palabras… incluso palabras episcopales.

El primero de los actos de Menzingen fue de salvar su pellejo y su puesto: ellos lo lograron, aunque la bala no haya pasado lejos (según las últimas noticias, el Padre Pfluger sigue en su puesto). En el fondo, reconozcamos que fue el Padre de Cacqueray quien los salvó.

La segunda acción es el ya no tener relaciones demasiado ostentosas con Roma por el momento. Éstas serían muy arriesgadas para ellas en razón de los indigestos excesos de Bergoglio. Los contactos continúan, ciertamente de manera discreta; las retomarán públicamente en el momento oportuno.

La acción principal de Menzingen consiste ahora esencialmente en la estrategia del branding, este término anglosajón que podría traducirse por limpieza interna. El fracaso del acuerdo en 2012, debido a la fuerte reacción interna, ha permitido al equipo de Menzingen de sacar buenas lecciones. Los sacerdotes sólidos, estando ahora afuera, neutralizados, aislados o en vía de serlo, la aplicación de las decisiones del capítulo de 2012 será aún más fácil cuando se presente la oportunidad.

Resumiendo: Monseñor Fellay es un verdadero hombre de Valais, del país de Bagnes: se dice que los habitantes de ese rincón de Valais jamás ceden y avanzan sus peones lenta pero inexorablemente.

Pero la moraleja de la historia sigue siendo católica. Los vencedores a los ojos del mundo y de la fineza diplomática no son forzosamente los verdaderos vencedores. La verdadera victoria no pertenece más que a la verdad y a la justicia divina. La historia católica de los tiempos actuales, cuando sea escrita, solo retendrá el valor y la perseverancia de aquellos que no se doblegaron… Como la historia del Vaticano II solamente retendrá el heroísmo de este obispo que jamás se doblegó: Monseñor Lefebvre.

La Fraternidad no parece muerta, pues según las últimas noticias, acaba de nacer la Unión Sacerdotal Marcel Lefebvre[3]. Ella se parece a un pequeño grano de mostaza que solo quiere desarrollarse en continuidad con la obra y el espíritu de este arzobispo…

Julien Cadwal





[1] Aconsejamos la increíble lectura de las actas de los procesos de los Padres Salenave y Pinaud o « ¿Qué Derecho para la Tradición Católica?” en las ediciones Chiré.
[2] « NUESTRAS RELACIONES CON ROMA » textos de su Excelencia Mons. Lefebvre en las ediciones Chiré.

[3] Unión de sacerdotes que quieren permanecer fieles al legado de Monseñor Lefebvre, que se ponen bajo la autoridad moral de Monseñor Richard Williamson. La unión sacerdotal eligió un moderador para Francia en la persona del Padre de Merode.