lA RESURRECCIÓN DE lÁZARO, por Giotto. |
Mas a pesar de los milagros tan grandes que Él había hecho
delante de ellos, no creían en Él. Para que
se cumpliese la palabra del profeta Isaías que dijo: “Señor, ¿quién ha
creído a lo que oímos (de Ti)? y el brazo del Señor, ¿a quién ha sido
manifestado?”. Ellos no podían creer, porque Isaías también dijo: “Él ha cegado
sus ojos y endurecido sus corazones, para que no vean con sus ojos, ni
entiendan con su corazón, ni se conviertan, ni Yo los sane.” Isaías dijo esto cuando
vio su gloria, y de Él habló.
Sin
embargo, aún entre los jefes, muchos creyeron en Él, pero a causa de los fariseos, no (lo) confesaban,
de miedo de ser excluidos de las sinagogas; porque amaron más la gloria de los
hombres que la gloria de Dios.
(Evangelio de San
Juan 12, 37-43)
Terribles palabras
del Evangelio, que nos hacen reflexionar
y nos empujan a mirarnos a nosotros mismos, en estos momentos de prueba para
nuestra fe y fidelidad a Cristo.