Comentario Eleison Nº 368,
por su Excelencia Richard
Williamson
2 de agosto de 2014
Monseñor Richard Williamson |
La última horrible arremetida desatada contra los prácticamente indefensos
palestinos en Gaza puede plantear en las mentes de muchas personas un obstáculo
al verdadero culto de adoración al verdadero Dios, porque es bien conocido que
muchos de los israelitas de hoy en día alegan que tienen del Antiguo Testamento
un derecho otorgado por Dios para tomar toda la tierra ocupada por los
palestinos, a la fuerza de ser necesario. Una persona razonable puede hacer dos
preguntas: ¿Qué clase de un Dios puede aún remotamente ser movilizado para
‘justificar’ tan bárbara crueldad, junto con tan total desprecio por cualquier
opinión del mundo condenando tal barbaridad? Y, ¿Qué clase de ‘Pueblo Elegido’
son éstos? La respuesta a ambas preguntas gira alrededor de Nuestro Señor
Jesucristo alrededor de quien, por supuesto, gira toda la historia de la
humanidad.
El Antiguo Testamento narra la historia de la humanidad
antes de Cristo, especialmente la historia de los israelitas, el pueblo que
Dios escogió de entre el resto de la raza humana para actuar como la cuna del
Dios Encarnado, Jesucristo, cuando bajara del Cielo. Alrededor de unos mil años
luego de Adán, la humanidad había crecido tanto en corrupción que Dios tuvo que
hacerla desaparecer y comenzar de nuevo con las ocho almas salvadas en el Arca
de Noé. Alrededor de otros mil años más tarde, la humanidad es de vuelta tan
corrupta que Dios tiene que arrancar a Abraham de la degenerada ciudad de Ur
para ser el fundador de una raza que debe permanecer limpia de toda la
contaminación humana circundante, con el objeto de que sea suficientemente
limpia como para actuar como esa cuna. Aquí está el origen de esa exclusividad
racial observable en los judíos desde entonces. Ella comenzó con Dios, pero ha
caído en las manos de los hombres.
Entonces los judíos fueron ciertamente una vez, por
causa de Jesucristo, el Pueblo Elegido. Así Santo Tomás de Aquino tiene un
tremendo artículo en su Summa Theologiae donde demuestra como cada detalle en
particular en el equipo del Templo exclusivo de los Israelitas en Jerusalén
señalaba hacia adelante, a Jesucristo (Ia IIae, 102, 4). Sin embargo, para
limpiar la Tierra Prometida para que los Israelitas tomaran posesión de ella,
no hay duda que Dios Todopoderoso les dio más de una vez el mandamiento de
exterminar totalmente a los paganos que ocupaban la tierra, y El castigó al Rey
Saúl severamente por no observar este mandamiento al pie de la letra (I Rey.
XV). ¿Qué podía justificar tal mandamiento?
Es lo mismo que
explica como Dios vino a exterminar toda la humanidad (excepto ocho almas) en
el tiempo de Noé. En primer lugar, los pecados de los hombres. Dios crea a los
hombres para el Cielo, ellos eligen el pecado que merece el Infierno. Pues
ciertamente el pecado ofende a Dios primero de todo. Entonces el sentido de
Dios y el sentido del pecado se pierden juntos, como todo alrededor nuestro hoy
en día. Una generación atea como la nuestra no tiene manera alguna de
comprender la justicia de Dios. En segundo lugar, la misericordia de Dios que
va mano a mano con Su justicia y que es hoy en día igualmente incomprendida. Pero,
dada la realidad del Infierno, ¿no es una misericordia de Dios si El pone fin a
la existencia de los hombres de manera que ellos puedan arrepentirse antes que
mueran o, al menos, parar de pecar para que no merezcan ir más abajo en el
Infierno?
Así es como habrá sido con los enemigos paganos de los
israelitas entre Abraham y Jesucristo. Leer el Antiguo Testamento es ver cuán a
menudo los israelitas estaban tentados de abandonar al verdadero Dios y de
rendir culto a los diablos por los paganos todo alrededor de ellos. Como el
Santo Cura de Ars dijo una vez, ‘Acaben con el sacerdote, y en 25 años los
hombres estarán rindiendo culto a las bestias’. Es para crédito eterno de los
israelitas que ellos ciertamente tuvieron buen éxito en proveer la cuna para el
Mesías, por ejemplo San Joaquín y Santa Ana, especialmente su niña, la
Santísima Virgen María, los 12 Apóstoles y todos los otros buenos israelitas
que ayudaron a lanzar la Iglesia Católica de su Mesías. Para los israelitas de
hoy en día, vean la próxima semana.
Kyrie eleison.