martes, 31 de diciembre de 2013

Acerca de la fe y la razón en San Agustín

San Agustín

(Los maniqueos) prometían la ciencia, burlándose de la fe pero después, olvidados de sus promesas, imponían la creencia "en un gran número de locuras indemostrables". Era preferible —y Agustín comenzaba a preferirla— "la doctrina católica, la que, con más modestia y sin engaños, prescribe creer en verdades no demostradas o porque son demostrables pero no para todas las mentes, o porque no son demostrables" 3.
Por otra parte la fe es una actitud inseparable de la condición humana: sin fe no existe ni historia, ni amistad, ni familia, ni asociación alguna.
"Tú me hiciste considerar el incalculable número de hechos en los que creía sin verlos, sin asistir a su desarrollo, como la multitud de los he­chos históricos, las noticias de lugares y ciudades jamás visitadas, co­sas que, si queremos actuar en la vida, nos obligan a dar crédito a los amigos, a los médicos, a personas de toda clase; y finalmente la certeza que tenía sobre la identidad de mis padres que se basaba en la fe en lo que me habían dicho" 4.
"En el orden del tiempo viene primera la autoridad; en orden de impor­tancia la razón. En efecto, una cosa es lo que se antepone sobre el plano de la acción y otra es lo que se estima en orden al fin. La autoridad es más eficaz para la masa no instruida, la razón es más conveniente para las per­sonas doctas. Pero nadie es docto sin haber sido antes indocto ni sabe en qué condiciones deba presentarse a los maestros y con qué método pueda aprender; por eso se deduce que sólo la autoridad puede abrir la puerta a aquellos que aspiran a aprender cosas grandes y escondidas" 6.
En otra obra, escrita en Roma, insiste repetidamente en el mismo concepto 7.
Y así hasta la excelente obra De utilitate credendi donde se propone demostrar al amigo Honorato "que los maniqueos atacan con temeridad sacrílega a aquellos que, siguiendo la autoridad de la fe católica, antes que puedan intuir la verdad que puede ver sólo quien tiene el alma pura, abrazan la fe para disponerse a ser iluminados por Dios" 8.
La fe es para Agustín medicina9,fortaleza10,refugio11, iluminación12, seguridad13. En efecto, purifica y potencia la mirada interior; defiende a los débiles contra los asaltos de los incrédulos; nutre a los fieles; hace conocer sin esfuerzo las verdades necesarias para la salvación, aun aquellas que la razón podría alcanzar fatigosamente; evidencia el fulgor de la luz divina y consiente fijarse en ella. Sobre estas imágenes sugestivas meditaba en Milán mientras su ánimo, saliendo de la incerteza, se acercaba lentamente a la fe católica.
Las consideraciones sobre la utilidad de la fe llevaban al pensamiento sobre otro argumento: la autoridad. La fe tiene necesidad de una autoridad en la que apoyarse. Esta, para que sea válida y segura para todos, tiene que ser divina. Agustín la reconoce en los libros sagrados. "Me convenciste que no merece reproche quien cree en tus Escrituras a las que has dado autoridad en casi todos los países" 14.
La razón de esta confianza radica en la certeza de la providencia divi­na, una certeza que el hijo de Mónica jamás había perdido 15 y de la que se servirá más tarde en La Ciudad de Dios para iluminar el misterio de la historia humana.
"Siendo los hombres muy débiles para encontrar la verdad con la sola razón, y teniendo necesidad de la autoridad de los textos sagrados, yo ha­bía comenzado a creer que no habrías atribuido una autoridad tan emi­nente a la Escritura entre los pueblos de la tierra, sino habrías deseado que el hombre por su medio creyese en ti y por su medio te buscase" 16.
El estilo y la oscuridad de la Escritura no ofrecían más dificultad 17Había nacido una convicción opuesta, que encontraremos frecuentemente en las obras agustinianas 18: la simplicidad del estilo y la misteriosa profundidad del contenido de las Escrituras no disminuyen sino aumentaran la autoridad en cuanto que, por una parte, la hacen accesible a todos y, por otra, penetrable por pocos. La claridad del lenguaje y la humildad del estilo invitan a la humanidad entera a ir hacia ella mientras que la profundidad de los misterios estimula a los más capaces y dispuestos a probar la alegría del descubrimiento de verdades escondidas. "Su autoridad (de los textos sagrados) me aparecía venerable y digna de fe porque se ofrecía a cualquier lector y dejaba la majestad de sus misterios a una penetración más profunda" 19.
Fragmento del libro “Agustín de Hipona”, de Agostino Trapé.                           Ed.Docencia. Buenos Aires, 1984.

Notas
  1.  De útil, credendi 8, 20
  2.  De beata vita 4
  3.  Confess 6, 5, 7
  4.  Confess 6, 5, 7
  5.  Contra Acad 3, 20, 43
  6.  De ordine 2,9,26
  7.  De mor. Eccl. cath. 1, 2, 3.7, 11
  8.  De útil, credendi 1, 2
  9. Confess 6,4, 6
  10. Ep 118,32
  11. Serm 51,5,6
  12. Ep 102,38; De Cons. Evang. 1, 35, 53
  13. De mor. Eccl. cath. 1, 2,3, 7, 11
  14. Confess 6, 5,7
  15. Confess 6, 5,8
  16. Confess 6, 5, 8
  17. De útil credendi 8, 20
  18. Ep 137,5, 18
  19. Confess 6, 5, 8