Comentarios Eleison
por su Excelencia Richard Williamson
Número CDXLVII (447)
06 de febrero de 2016
A una Madre leprosa algunos hijos desertarán.
Otros no siendo alertados, demasiado se acercarán.
Hace dos semanas estos “Comentarios” retrocedieron a un
campo minado pues defendieron la posición que hay todavía algo católico en lo
que ha devenido de la Iglesia católica desde el Vaticano II. Esa posición es
altamente discutida. Por ejemplo, por un lado los líderes presentes de la Fraternidad
San Pío X actúan como si la Iglesia oficial en Roma es todavía tan católica que
la FSPX no puede existir sin su reconocimiento oficial. Por otro lado, muchas
almas que realmente tienen la fe católica repudian totalmente la idea de que
hay todavía algo católico, de ninguna manera, que quede en la “Iglesia” ahora
liderada por el “Papa” Francisco. Lo que sigue es simplemente un intento para
discernir que verdad hay en ambos lados.
En el corazón del problema está el modernismo que fue la
enfermedad esencial del Vaticano II. El modernismo es necesariamente, por su
propia naturaleza, un animal singularmente resbaladizo. Esto es porque el
principio básico de él es adaptar el catolicismo al mundo moderno
intrínsecamente anti-católico. Así, los Papas Conciliares como Pablo VI y
Benedicto XVI quieren y romper y no romper con la Tradición Católica. Para
cualquier mente sana esto es imposible porque es contradictorio. Pero dado que
estos Papas son elegidos para corresponderse con el mundo moderno, ellos no
tienen mentes sanas, y en su lugar tienen la contradicción de la realidad en el
flujo sanguíneo de ellos. Y dado que ellos han tenido casi 50 años para
conformar la Iglesia a su insanía de ellos, desde la cima hasta el fondo,
entonces ha emergido una Iglesia tan diferente de la Iglesia pre-conciliar que
es una realidad mereciendo el nombre de Neo-Iglesia.
Más aún, incluso donde hay una práctica católica
pre-conciliar, como por ejemplo la Bendición del Santísimo Sacramento, que es
mantenida en la Neo-Iglesia de hoy, el fundamento mental sobre el cual descansa
en las cabez as de los que asisten, está expuesto a ser algo poco sólido,
porque la doctrina de la Presencia Real es ambos Tradicional y no Tradicional,
habiendo sido consagrado por sacerdotes actualizados que son ambos sacerdotes y
no sacerdotes. Son sacerdotes si usted lo quiere, pero también y al mismo
tiempo meramente presidentes si usted lo quiere. Lo que sea que usted siente
como tal es lo que es la verdad, porque la mente se ha desenganchado de la realidad
objetiva. Ella está nadando en sentimientos agradables subjetivos, y está
inconsciente de lo que está haciendo porque casi todos lo hacen. Para
cualquiera que tiene la Fe real, tal carencia de objetividad está lejos de ser
agradable, es nauseabunda. No es de extrañar que tales almas puedan repudiar la
totalidad de la Neo-Iglesia.
Pero, si uno respeta la realidad, uno está obligado a
admitir que todavía hay fe en la Neo-Iglesia. Un laico me dice que su padre ha
fielmente asistido al NOM por los últimos 45 año s y todavía tiene la fe. Un
sacerdote me dice que él puede recordar a una laica presentándole a Monseñor
Lefebvre mismo las razones de ella por necesitar asistir al NOM, y él meramente
se encogió de hombros. Y yo puedo multiplicar estos testimonios que me han
llegado a mí sobre la fe católica sobreviviendo la arremetida de todo lo que es
malo en el NOM. La razón para que estos testimonios sean reales debería ser
obvia. Como una parte esencial de la religión subjetiva y ambigua, el NOM puede
ser lo que usted haga de él. Un sacerdote puede celebrarlo “decentemente”, un
Católico puede asistir a él “devotamente”. Las comillas son para aplacar a los
de línea dura que insistirán que con el NOM no puede haber ni verdadera
decencia ni verdadera devoción, pero, cuando ellos dicen tales cosas, yo pienso
que ellos están haciendo caso omiso de la realidad. Gracias a Dios, ¡Dios es
juez! Sin duda el NOM, tal como se presenta, está socavando y erosionando la
decenci a y la devoción católicas todo constantamente, pero decir que ya ahora
no hay nada para nada de ellas que quede en la “Neo-Iglesia” me parece ser una
grosera exageración.
No es que los líderes de la FSPX estén en lo correcto al
querer ser re-incorporados en la Neo-Iglesia, lejos de ello. Cualesquiera
ovejas allí dentro que no están aún infectadas por subjetivismo, están bien
abiertas al terrible peligro, ni tampoco los pastores son inmunes. ¡ Ay de los
obispos que han dejado suelto al subjetivismo dentro de la Iglesia católica! Tienen una responsabilidad tremenda.
Kyrie
eleison.