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Eleison
Por Su
Ecelencia
Monseñor
Richard Williamson
Monseñor Richard Williamson |
Número
CDXV (415) 27 de junio de 2015
¿Debería
Menzingen pedir a Roma el reconocimiento?
¡No! ¿Cómo
pueden apóstatas brindar tal otorgamiento?
En el
último número de la publicación interna de la Fraternidad San Pío
X (principalmente para los sacerdotes de la Fraternidad) “Cor
Unum”, el Superior General publica argumentos para defender y
justificar su implacable prosecución de la incorporación de la FSPX
a la Iglesia de la corriente principal. Él argumenta que la
Fraternidad está en lo correcto en hablar con los oficiales Romanos
de hoy en día. Él presenta básicamente dos argumentos. Éstos
necesitan ser examinados, sino van a continuar creando confusión.
El primero
de los dos argumentos apeligra como sigue: La Iglesia católica,
siendo la Esposa Inmaculada de Cristo, es mucho más que simplemente
sus corruptos oficiales, porque es un todo del cual estos oficiales
son meramente una parte. Pero la Católica Fraternidad San Pío X
necesita permanecer en contacto con la Iglesia católica, fuente de
su vida espiritual. Por consiguiente debe mantener contacto y
continuar negociando con los corruptos oficiales.
Ciertamente
los Católicos deben procurarse de la Esposa Inmaculada de Cristo
todo lo que precisan para llegar al Cielo, pero nunca de la corrupción
de los corruptos oficiales de Iglesia podrán ellos procurarse su
vida espiritual. Y si estos oficiales son tan corruptos en la Fe que
el contacto con ellos pone categóricamente en peligro esa fe de los
Católicos la cual es la base misma de la vida espiritual de los
Católicos, entonces los Católicos deben categóricamente evitar
tales oficiales. Ahora bien, el neo-modernismo de los oficiales
Romanos de hoy en día es altamente corrupto y corruptor, con tanta
más razón objetivamente peligroso por ser, más o menos, de parte
de ellos, subjetivamente inocente. Por consiguiente, los Católicos
que desean mantener la fe deben permanecer bien alejados de estos
Romanos. ¡“Cor Unum” argumenta como si los neo-modernistas no
presentan problema a la Fe!
Monseñor
Lefebvre sacó la conclusión correcta. Cuando en la primavera de
1988 él hizo todo lo que él pudo haber hecho (y aún, uno puede
decir, más de lo que él debiera haber hecho) para conseguir que los
oficiales Romanos cumplieran con su deber de cuidar a la Tradición
católica y, que aún luego de más de 10 años de duración de los
esfuerzos de Monseñor, ellos todavía se negaban, demostrando con
eso que lejos de querer cuidar a la Tradición querían meramente
absorberla en su Neo-Iglesia, entonces Monseñor concluyó que ellos
estaban tan corrompidos en la Fe que él no quería saber más nada
de ellos hasta que ellos profesaran una vez más la Fe de los grandes
documentos papales anti-liberales tales como Syllabus, Pascendi y
Quas Primas.
Pues
ciertamente la Fe no existe para los oficiales designados en la
Iglesia, sino que ellos existen para la Fe. Así que si sus frutos
demuestran más allá de toda duda que ellos están destruyendo la
Fe, entonces, para defender la Fe no solamente debería la
Fraternidad no estar hablando con los oficiales Conciliares sino que
debería, con todo respeto y caridad, estar huyendo de ellos como de
la plaga, por miedo a ser infectada ella misma con los peligrosísimos
errores infecciosos Conciliares, a menos que, y hasta que,
exactamente como Monseñor Lefebvre dijo, ellos demuestren que han
terminado con su Conciliarismo y están retornando a la verdadera
doctrina Católica.
El segundo
argumento es que la concesión por parte de Roma de obispos que
visitan los seminarios de la Fraternidad (incluyendo Écône) es
prueba de la “benevolencia” de Roma hacia la Fraternidad, porque
Roma hasta ahora “no sabe como tiene que tratar con la
Fraternidad”. Y, una vez más, una golondrina aquí y otra allá se
toman como significando el verano de la conversión de Roma. La
candidez es pasmosa. Roma conoce exactamente como tratar con la
Fraternidad: enviar obispos Conciliares dentro de sus seminarios de
ella para mostrar a sus futuros sacerdotes cuan agradables son los
hombres de la Neo-Iglesia Conciliar. Entonces, sin problema, la
Fraternidad fluirá eventualmente dentro de la Neo-Iglesia.
La FSPX no
tiene ningún derecho a pedir nada de lo que sea a estos oficiales
Romanos, que tienen la autoridad tal vez, pero son apóstatas
ciertamente. Y si les permite pensar que, objetivamente y
colectivamente, ellos son cualquier otra cosa que no sea apóstatas,
será como ellos “mentirosa” (cf. Jn.VIII,55).
Kyrie
eleison.