Jueves, 2 de octubre de 2014
Después de la difusión de la carta a
Monseñor Fellay del 28 de febrero de 2013, La Sapinière hizo saber en su primer
comunicado:
Se ofuscan por una carta anónima que
denuncia los engaños repetidos de un superior hacia sus inferiores en materia
grave pero no se ofuscan por la mentira. Es el mundo de cabeza. Para ellos la
subversión consiste no en mentir sino en denunciar la mentira. ¡Qué moral tan
extraña!... Monseñor Fellay y el comunicado de la Casa General mintieron en el
pasado, mintieron todavía recientemente en su comunicado, ¿por qué debemos
creer que dejarán de hacerlo en el futuro? Este escándalo y esta mascarada han
durado demasiado. Deben terminar y terminarán.
Hoy podemos afirmar que esto es cosa
hecha.
Los documentos más importantes del sitio
han sido consultados por decenas de miles de lectores. El intento de Monseñor
Fellay es hoy manifiesto a toda persona que haya tenido el cuidado de
informarse. Dos libros han sido difundidos, con más de dos mil ejemplares cada
uno, que han puesto en evidencia particularmente la subversión intelectual de
la Casa General de la FSSPX y su deshonestidad moral.
-La imposible reconciliación,
documentos sobre la operación suicidio de Monseñor Fellay 2000 – 2012, del
Padre O. Rioult.
-¿Qué derecho para la Tradición
católica? Los procesos de los Padres Salenave y Pinaud, por el Padre F.
Pivert.
La carta a Monseñor Fellay del 28 de
febrero de 2013, expresó también un voto:
"Excelencia, nosotros no queremos
que la Historia retenga sobre usted, que es el hombre que desfiguró y mutiló la
Fraternidad Sacerdotal San Pio X".
Desde entonces, Monseñor Fellay ha
tenido mil ocasiones para restablecer el orden y la paz, pero no ha querido. Su
política y la justificación de su Declaración del 15 de abril de 2012, no
solamente han desacreditado definitivamente su persona, sino que también hicieron
perder a la FSSPX su propia identidad. Comprendemos mejor ahora la precisión de
esta advertencia:
"Por la gloria de Dios, por la
salvación de las almas, por la paz interior de la Fraternidad, y por su propia
salvación eterna, usted haría mejor renunciando como Superior General que
expulsándome a mí." (Monseñor Williamson, Londres, 19 de
octubre de 2012)
Monseñor Fellay tiene, efectivamente,
una abrumadora responsabilidad en el drama que vivimos y en el caos que viene
(que los lectores de la Sapinière piensen en rezar un « ave » por su
alma). Oficialmente, es cierto, no se han rendido al enemigo, pero
concretamente han dejado de combatir. Si no, ¿cómo explicar que el prior de una
casa de ejercicios de San Ignacio se haya atrevido a prohibir a uno de sus colaboradores“citar
a Monseñor Lefebvre en el sermón” (sic!). ¿Cómo explicar los pecados
por omisión cada vez más frecuentes y escandalosos: hasta hoy, no existe
todavía un comunicado oficial de Monseñor Fellay condenando al fautor del error
Francisco, por haber canonizado a Juan Pablo II, un hombre “inspirado
por el diablo y al servicio de la Masonería, es evidente” (Mons.
Lefebvre, Ecône, 28-01-1986)
Los principales superiores de la FSSPX
ya están unidos a Roma en sus cabezas, incluso antes de haber firmado. El juego
de las transferencias de sacerdotes, el poner a “amigos” y a jóvenes sacerdotes
inexpertos en puestos clave, hacen que la FSSPX esté en las manos de un partido
que impone su ilusión liberal al mundo de la Tradición. La Fraternidad ha sido
incapaz de la vitalidad necesaria para deshacerse de los responsables de esta
desviación y los raros superiores mayores que han visto la traición, no han
tenido el valor de actuar en consecuencia.
Dos anécdotas ilustran perfectamente el
drama y la traición que operan en la FSSPX.
La primera ha sido contada
por el Padre Avril al Padre Rioult :
En la mesa de honor, durante una comida
después de las ordenaciones sacerdotales en Ecône, un sacerdote elogiaba a
Benedicto XVI y Monseñor Fellay asintió. El Padre Avril intervino y objetó el
ecumenismo de Benedicto XVI en los templos, mezquitas, sinagogas… La respuesta
de Monseñor Fellay fue: “¡Ah, ese es su pasatiempo!...”
La segunda anécdota fue
contada por el interesado, hoy sacerdote, a uno de sus amigos, un sacerdote
opuesto al acuerdo.
En el 2003, este joven italiano se abrió
al Padre Simoulin, superior de distrito, de sus ganas de entrar en Ecône, pero
también su deseo de un acuerdo canónico de la FSSPX con Roma. El Padre Simoulin
le dijo ser de la misma opinión y lo tranquilizó pues Monseñor Fellay lo envió
a Roma a hablar en vista de un acuerdo.
Y le confió:“Es un verdadero problema. Los que queremos hacer evolucionar los espíritus a este respecto somos una minoría en la Fraternidad. No hemos ganado, pero el Superior General está de nuestro lado… En el 2001, todo estaba listo para un acuerdo, pero Monseñor Fellay, para no dividir en dos la Fraternidad detuvo todo y lo ha aplazado. Espera que las cosas se decanten…”
Y le confió:“Es un verdadero problema. Los que queremos hacer evolucionar los espíritus a este respecto somos una minoría en la Fraternidad. No hemos ganado, pero el Superior General está de nuestro lado… En el 2001, todo estaba listo para un acuerdo, pero Monseñor Fellay, para no dividir en dos la Fraternidad detuvo todo y lo ha aplazado. Espera que las cosas se decanten…”
Eso ya ha sido dicho pero es bueno
recordarlo: se puede engañar a alguien todo el tiempo, se puede engañar a todo
el mundo algún tiempo, pero no se puede engañar todo el tiempo a todo el mundo.
Un mundo se derrumba… pero el drama
apenas comienza… Los fieles pueden prepararse a abandonar el Titanic, pues como
el Padre Nély le confió a un prior, después de un interesante editorial del
Padre Barrère: “El tren de la Fraternidad está en marcha; no se
detendrá; y tanto peor para los que se bajen…”
En todo caso, agradezcamos calurosamente
a los sacerdotes y los fieles que han colaborado en la obra de La Sapiniere.
Saludamos también, pero impasiblemente, a todo el equipo de Menzingen por su
formidable y espantoso trabajo de subversión, con una atención muy particular
al Padre Thouvenot y al Padre Lorans.
Nosotros damos vuelta a la página… La
fase anti-subversión ha dado sus frutos. La duplicidad de las autoridades de la
FSSPX ciertamente continúa, pero cada vez engaña menos, y dejará de engañar por
la fuerza de las cosas.
Se trata ahora de continuar humildemente
la operación supervivencia. France Fidele escribirá el próximo capítulo de
nuestra dramática y apasionante historia. La Sapinière puede recogerse un poco
y consagrarse a otros trabajos.
El notario de la Sapinière