lunes, 4 de enero de 2016

¿Adónde, Mundo?

Comentarios Eleison
Por Monseñor Richard Williamson
Número CDXLII (442)
02 de enero de 2016


Monseñor Richard Williamson

 Iglesia y mundo del Año Nuevo en desorden
Nos hacen preguntar, ¿qué podemos hacer? Velar, rezar.


          Así que hemos alcanzado un nuevo año sin que la Iglesia haya colapsado completamente ni el mundo se haya estrellado en su Tercera Guerra Mundial, pero ambos desastres se han acercado significativamente. ¿En qué sendero estamos? ¿Qué posibilidades tenemos de evitar la catástrofe?

          En cuanto al mundo, Siria en particular ha sido transformada en un polvorín donde la pólvora está siendo apilada para una explosión más y más grande. América y Rusia, cada una con sus aliados, están listas para pelear por una de las dos visiones en contienda sobre el futuro del mundo: los bánksters que se han apoderado de los Estados Unidos de América quieren un mundo unipolar donde su Nuevo Orden Mundial de ellos pueda ejercitar una hegemonía sobre el mundo entero; los Rusos, por el contrario, quieren un mundo multipolar donde puedan retener su independencia nacional y cuidar de sus propios intereses. Y, ¿quién puede culpar a los Rusos si ellos quieren impedir que el NOM se apodere del mundo? Hasta ahora, han actuado con gran control frente a la vil provocación del Occidente.

          Pero, como siempre, el hombre propone y Dios dispone. Si los hombres no paran de pecar, entonces, en el momento elegido no por ellos sino por Él, los perros de la guerra serán desatados. Como de costumbre, los hombres sabrán porqué empezaron la guerra, pero Dios solo sabe cómo terminará. Los Rusos tienen algunas armas notables así que el Occidente de ninguna manera está seguro de “ganar”, especialmente si suficientes oraciones de todos nosotros suben al Cielo para alcanzar la Consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María, porque en aquel caso, ¿quién sabe si los Rusos no podrán obtener para nosotros una interrupción de la marcha actual del mundo hacia el abismo? De cualquier manera, la guerra será justo tan larga y tan devastadora como Dios lo precise para su propósito de salvar no civilizaciones (así l lamadas ), sino almas. ¿Aceptarán las almas su lección? Si no, Dios podrá permitir una continuación de su auto-destrucción de ellos.

          En cuanto a la Iglesia, su influencia en los eventos del mundo es decisiva. Dondequiera que verdaderos sacerdotes católicos administran verdaderos Sacramentos, están extinguiendo aquellos pecados que son la causa de la guerra (Sant.,IV,1). Pero, ¿qué hemos visto a través del 2015? Los prelados que al presente controlan a la Iglesia han mostrado poco o ningún signo de querer retornar a la verdadera doctrina del Nuevo Testamento, dejando los falsos principios del Vaticano II, y el Papa Francisco en particular, por su desenfrenada aplicación de esos principios, parece tener la intención en nada tanto como en destruir a la Iglesia católica. Ahora, en la década de 1970 cuando el trabajo de devastación del Concilio parecía irresistible, Dios en Su misericordia dio a Su Iglesia un Arzobispo que iba a criar una nueva generación de sacerdot es católicos para atestiguar sobre la verdadera Fe, y mostrar en la vida real que no estaba pasada de moda, lo que actuaría como un freno para la devastación. Pero Monseñor Lefebvre murió en 1991 y sus sucesores a la cabeza de su Fraternidad pronto comenzaron a perder el sentido de la necesidad de resistir al mundo moderno con su siniestro Concilio. A través del 2015, ¿hemos visto otro que no sea un signo tras otro de la Fraternidad aproximándose más y más a Roma neo-modernista?

        Estamos llevados a preguntar, ¿tienen estos sucesores todavía algún entendimiento del porque el Monseñor estableció su Fraternidad de San Pío X en primer lugar? ¿Tienen ellos todavía el sentido de la verdadera Fe? ¿Se dan cuenta de su grave responsabilidad de ellos de atestiguar sobre esa Fe y no de dejarla ser borrosa en el mundo? Que ellos piensen bien en el 2016, antes de que sea demasiado tarde, antes de que la Fraternidad finalmente se condene a perder todo su sabor sumándo se a la apostasía Conciliar, por no actuar más como una espina en el costado de los neo-modernistas y por cesar de sostener a esa verdadera Iglesia que Ella sola tiene el secreto para la paz mundial, Nuestro Señor Jesucristo, “Ayer, hoy y por siempre, ni liberal ni modernista” (Cita de Monseñor Lefebvre).

Kyrie eleison.