“¡Año de misericordia!” - gritó el lobo con voz melosa, a las ovejas que ya no conocían los ardides
del lobo por estar ellas, ya mucho tiempo ha, perdidas en un bosque oscuro,... y agacharon sus tímidas cabezas.
Francisco I predicando un Evangelio tergiversado a su servicio y al de sus secuaces |
(RV).- Los cristianos
detenidos al “se ha hecho siempre así” tienen un corazón cerrado a las
sorpresas del Espíritu Santo y jamás llegarán a la plenitud de la verdad porque
son idólatras y rebeldes. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la Misa
matutina celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta.
El antipapa Francisco, en el año de la “misericordia”
apunta sus cañones sobre los únicos enemigos (según él) que hay que destruir
sin misericordia: los católicos fieles a la Tradición milenaria de la Iglesia. Al
Evangelio único y eterno de Jesucristo.
“EL CIELO Y LA TIERRA PASARÁN PERO MIS
PALABRAS NO PASARÁN.”
“EN VERDAD OS DIGO, NI UNA “I” NI UN
PUNTO SOBRE LA”I” PERECERÁ DE LA LEY.”
La encarnación de los enemigos seculares de la
Iglesia, al parecer, se hayan todos
juntos dentro de Francisco (son legión).
Éste Papa, - al parecer de algunos, es un Papa no elegido canónicamente (hay
quienes creen que es aquél que profetizó San Francisco de Asís antes de morir,
y que produciría un gran cisma en la Iglesia). Entonces, si su elección no ha
sido canónicamente válida (existen serias dudas al respecto) no es un Papa
legítimo, en otras palabras: no sería realmente Papa. Por supuesto, esto solo
lo podrá juzgar y determinar la Santa Iglesia Católica, la Verdadera Iglesia, la
cual emergerá a la superficie cuando Nuestro Señor quiera y de la más perfecta
manera.
Nos parece, en verdad, que estamos entrando
en el año de la IN-MISERICORDIA.
“SI YO, O UNO DE NOSOTROS O UN ÁNGEL
DEL CIELO OS PREDICA UN EVANGELIO DISTINTO AL QUE OS HEMOS PREDICADO, SEA ANATEMA (EXCOMULGADO)”. San Pablo.
“CUIDAOS DE LOS FALSOS PASTORES PORQUE
SON LOBOS DISFRAZADOS DE OVEJAS.”
Pero hay falsos hermanos que también
quieren, precisamente, a éstos falsos pastores porque así se sienten acompañados en sus pecados y desvíos.
Alberto M. Borromeo