Comentarios Eleison
Por su Excelencia Richard Williamson
Número CDXVII (417)
11 de julio de 2015
Monseñor Richard Williamson |
De “pudrición mental”, ¿Monseñor
nunca habló?
Con otras palabras él también dijo
que las mentes son débiles.
Muchos lectores de estos “Comentarios”
actualmente estiman que éstos tratan demasiado a menudo acerca del
sedevacantismo, o sea de la posición que la Sede de Roma está
vacante, es decir que ningún Papa desde el Vaticano II ha sido un
Papa real. Ahora bien, si un Católico necesita mantener esa opinión
para no perder su fe católica, que la mantenga, porque su fe es
suprema (Heb. XI,6). Pero la opinión en sí misma es peligrosa en
cuanto a que puede ser el inicio de un deslizadero hacia perder la
fe, y es por eso que estos “Comentarios” son tan insistentes en
desalentar al sedevacantismo. Demasiado fácilmente deviene de ser
una opinión a ser un dogma, luego el super-dogma y la medida de si
uno es Católico o no, desde donde se puede deslizar hacia un
completo descreimiento en la Iglesia estructural y “el quedarse
solo en la casa”, hasta aún el punto de perder la fe católica.
Consideren lo que Monseñor Lefebvre dijo (muy levemente adaptado) a
finales de 1979 en una conferencia a los seminaristas en Ecône:—
“Debemos ser prudentes. Es obvio que
si el Papa Pablo VI no fue Papa entonces los Cardenales que él
designó no son Cardenales, por lo que no pueden haber elegido a Juan
Pablo I y no pueden haber elegido válidamente a Juan Pablo II, esto
queda claro . No pienso que uno pueda decir tales cosas. Pienso que
éstas son exageraciones que argumentan de una manera demasiado
absoluta y rápida. Pienso que la realidad es más compleja.
“Pienso que aquellos que argumentan
de esta manera están, en cierta manera, olvidando la teología moral
y ética. Son demasiado especulativos. La teología moral y la ética
nos enseñan a razonar y a juzgar a las personas y a sus actos de
acuerdo a un completo contexto de circunstancias que debemos tomar en
cuenta: ‘Quien, que, donde, por cuales medios, porque, como,
cuando’ – todas las siete circunstancias deben ser examinadas si
es que vamos a juzgar la moralidad de un acto. Así, no podemos
permanecer en la estratosfera pura, para así decir, en el reino de
la teología dogmática pura, pronunciando, por ejemplo, que un tal
acto es herético, por consiguiente quien lo ha hecho es un hereje.
Pero, ¿estaba esta persona consciente de lo que estaba haciendo, lo
hizo verdaderamente él mismo por sí mismo, no fue engañado o
forzado a hacerlo?
“Pienso que aquí se encuentra cómo
solucionar los graves problemas planteados por Juan XXIII, Pablo VI y
Juan Pablo I. A éste último los diarios atribuyen la cita que al
principio él había pensado que la nueva definición del Concilio
sobre la libertad religiosa era inaceptable porque la Iglesia había
siempre enseñado lo opuesto, pero luego de estudiar el documento del
Concilio y todo su contenido, él se había dado cuenta que la
Iglesia se había equivocado previamente. Ahora bien, no tengo idea
cuales fueron las palabras exactas de Juan Pablo I, pero decir que
la Iglesia había podido equivocarse en una cuestión tal como la
libertad religiosa ¡simplemente aturde la cabeza! Sin embargo, lo
atribuyo yo a mentes liberales. El liberalismo es así. El
liberalismo declara algo y luego lo contradice, y si uno demuestra
que lo que dijo no es verdad, entonces se le ocurre otra fórmula
ambigua con doble sentido. La mente liberal está continuamente
flotando por ahí, con expresiones que no son claras, con cosas que
pueden ser tomadas de dos maneras . . . . Cuantas cosas hay como esas
en el Concilio, expresiones equívocas e inciertas, totalmente
típicas de mentes a la deriva, de mentes liberales . . . . Tal como
lo veo, pienso que el hecho de que el Papa es un liberal es
suficiente para explicar la situación en la cual nos encontramos”.
¡Bravo, Su Excelencia! ¿No está
Monseñor diciendo aquí exactamente lo que estos “Comentarios”
han dicho tan a menudo? Y la razón por la cual estos “Comentarios”
lo han repetido tan a menudo es porque ellos ven aquí la clave para
evitar el liberalismo sin tener que recurrir al sedevacantismo, aún
la clave para no perder la fe.
Kyrie eleison.