Comentarios Eleison
por su
Excelencia Richard Williamson
Nº 376, 27 de
septiembre de 2014
Monseñor Richard Williamson |
El
Padre Constant Louis Marie Pel (1876–1966) no es un nombre muy conocido entre
las almas dotadas por Dios con un conocimiento de cómo Dios va a enderezar el
mundo de hoy en día, pero, para aquellos que lo conocieron, él era un sacerdote
muy cercano a Dios. Doctor en teología, profesor de seminario, fundador de un
convento para mujeres y de un seminario para hombres, con una gran devoción al
Sagrado Corazón de Jesús y al Corazón Inmaculado de la Virgen María, él era un
amigo personal del Padre Pío quien dijo sobre él a algunos peregrinos franceses
en San Giovanni Rotondo, “¿Por qué vienen a verme a mí cuando ustedes tienen
tan gran Santo en Francia?”
El
Padre Pel pasaba noches de pie en la iglesia con su frente apoyada en el
Tabernáculo conversando con Dios en un éxtasis permanente. Murió en un
accidente automovilístico justo después del Vaticano II pero no antes que un
seminarista, uno de sus hijos espirituales, hubiese podido anotar una profecía
de él que data de 1945 concerniente al castigo que azotará a Francia en
particular. Aquí está, citada o abreviada:
“Mi
hijo”, dijo el Padre Pel, “sabe que con los pecados del mundo aumentando en
horror a medida que esta época se desgasta, grandes castigos de Dios
descenderán sobre el mundo y ningún continente se escapará a la Ira de Dios. Francia,
siendo culpable de apostasía y negando su vocación, será severamente castigada.
Al este de una línea que se extiende desde Burdeos en el sudoeste hasta Lille
en el noreste, todo será arrasado e incendiado por personas invadiendo desde el
este y también por meteoritos en llamas cayendo como lluvia de fuego sobre toda
la tierra y especialmente sobre estas regiones. Revolución, guerra, epidemias,
plagas, gases químicos venenosos, violentos terremotos y el
re-despertar de los volcanes extinguidos de Francia destruirán todo . . .”
“Francia,
al oeste de esa línea, será menos afectada . . . debido a la fe enraizada en la
Vandea y en Bretaña . . . pero cualquiera de los peores enemigos de Dios
buscando allí refugio del cataclismo mundial será hallado, donde sea que ellos
se escondan, y ejecutados por los demonios porque la Ira del Señor es justa y
santa. Densa oscuridad causada por la guerra, fuegos gigantescos y fragmentos
de estrellas ardientes cayendo por tres días y noches causarán la desaparición del
sol y solamente velas bendecidas en Candelaria (2 de Febrero) darán luz en las
manos de los creyentes, pero los sin Dios no verán esta luz milagrosa porque
tienen oscuridad en sus almas”.
“De
esta manera, mi hijo, tres cuartas partes de la humanidad serán
destruidas y en ciertas partes de Francia los sobrevivientes tendrán que ir 100
kilómetros para encontrar otro ser humano viviente . . . . Varias naciones
desaparecerán completamente de la faz del mapa . . . . Una Francia así
purificada devendrá la renovada “Hija Primogénita de la Iglesia” porque todos
los Caines y los Judases habrán desaparecido durante este ‘Juicio sobre las
Naciones’ ”. Este Juicio no es todavía el fin de los tiempos pero tan grande es
el castigo debido a los pecados de las naciones que Nuestro Señor le dijo al
Padre Pel que la desolación al final del mundo será menor.
Queridos
lectores, ¿qué concluimos? Que cada uno de nosotros se esfuerce a más no poder
y con la ayuda de los sacramentos católicos que nos son dados por Dios para tal
fin, para vivir en la gracia de Dios y no en estado de pecado, y haga completo
uso del tiempo que El nos da entre ahora y la Hora de Su Justicia para rezar
por que el mayor número posible de pecadores se arrepientan y salven sus almas
para la eternidad cuando el Castigo se cierre sobre nosotros. Dios, ten
misericordia. Virgen María, socorro.
Kyrie eleison.