Comentarios Eleison
por su Excelencia Richard Williamson
Número CDLVI (456)
09 de abril de 2016
Monseñor Richard Williamson |
Alcanzar el Cielo con 20 tildes – es poco.
Todo Católico que lo rechace está loco.
Los últimos dos números de estos “Comentarios” concluyeron
que en la confusión actual en la Iglesia Universal que desciende desde los
Papas poseídos por los ideales Revolucionarios, los Católicos tienen que
volverse a Dios para la propia solución de Dios, porque Él no puede abandonar
las almas que no lo hayan abandonado primero a Él. Esta solución existe, no es
complicada, es accesible a todos, garantiza la salvación eterna, y requiere no
más que un poco de fe, de humildad y un esfuerzo. Es la Devoción al Corazón
Doloroso e Inmaculado de María por la práctica de los Cinco Primeros Sábados, con un espíritu de reparación por los
insultos, blasfemias y ultrajes cometidos contra la Madre de Dios.
¿Por qué reparación a la Bienaventurada Virgen María? Porque
Dios, conociendo desde la eternidad cuán perverso el mundo devendría hacia su
final, dio a Su Madre, como San Luis Grignion de Monfort lo anticipó en el
siglo 18vo, un papel maternal especial para desempeñar desde el levantamiento
de la Revolución Francesa (1789) en adelante. A través del siglo 19no,
ciertamente Ella pudo, por ejemplo a través de Lourdes, alcanzar a una multitud
de almas que el liberalismo y el cientificismo hubieran de otra manera
condenado, pero por el siglo 20mo demasiadas almas desdeñaron incluso Su
cuidado maternal. Así, como Dios había dado a Su Iglesia en el siglo 17mo la
Devoción a Su Sagrado Corazón, así en el siglo 20mo Él dio la Devoción al
Corazón Inmaculado de Su Madre, con la advertencia a la humanidad de que ésta
sería Su última dádiva antes del final del mundo. Y, considerando Él peores los
insultos hacia su Madre que hacia Él mismo, entonces el desprecio de los
hombres a los esfuerzos especiales de Ella para salvarlos, requería una
reparación especial.
Ella misma desde Mayo a Octubre de 1917 en Fátima, Portugal,
presentó Su Corazón como el remedio para los males de la humanidad, los cuales
estaban por hacerse mucho peores por el estallido de la Revolución Rusa ese
mismo Octubre. Y, como el mundo se precipitó cuesta abajo en los 1920, llegó
hasta el punto que hoy innumerables Católicos están aferrados a su fe solamente
con la punta de sus dedos, Ella dio a toda alma un medio seguro y fácil de
asegurar su salvación eterna si solamente el alma se tomara, por una vez en su
vida, una pequeña molestia en Su nombre: en los cinco primeros Sábados del mes
hacer sucesivamente reparación por los ultrajes contra
1) Su Inmaculada
Concepción,
2) Su perpetua Virginidad,
3) Su Maternidad espiritual y universal,
4) Sus imágenes y estatuas y
5) Los pequeños niños que el mundo de hoy impide
acceder a Ella. Presione AQUÍ para ver el volante (en inglés) con detalles
precisos.
La oferta de la bienaventuranza eterna a cambio de un
esfuerzo tan relativamente poco es increíble, pero como el volante lo dice,
tiene sentido. Dios ha sabido desde la eternidad todo el caos cerrándose en
torno a nosotros ahora que la Quinta Edad de la Iglesia está llegando a su fin.
Estamos perdiendo nuestra salud, nuestras familias, nuestra libertad, nuestros
países, nuestros sacerdotes, nuestros sacramentos, nuestra Iglesia, y pronto,
muy posiblemente, nuestras vidas. Nuestro mundo se está hundiendo en un caos
organizado por los enemigos de Dios para borrar los últimos vestigios de Él.
Todo esto Él lo sabe, por supuesto, incluso la creciente dificultad para
nosotros, hasta aparente imposibilidad, de llevar vidas católicas. Por
consiguiente, Él nos ofrece la garantía de la salvación si nosotros hacemos
solamente este pequeño esfuerzo para hacer reparación a Su Madre. Después de eso
podríamos volvernos locos, ir a prisión, ir hacia la muerte, aún llegar a
perder la fe, pero en el momento de la muerte tenemos la promesa de Dios que
Ella estará allí con todas las gracias necesarias para la salvación. ¿Cómo
puede un Católico creyente no aceptar esta oferta? Hay ciertamente sacerdotes
en todas partes de la Iglesia que harán lo mejor que puedan para ayudar.
Pero lo menos que podemos hacer por nuestra parte es cumplir
exactamente con lo que el Cielo pide, notablemente las cinco distintas
intenciones de reparación, y he aquí donde el volante debe ayudar. Ya sea
pidiendo una cantidad en papel al Centro de Fátima en Canadá o descargándolo,
éste presenta 20 pequeños casilleros a tildar para el ascenso en diagonal desde
la tormenta moderna hasta la calma Celestial. Los niños aman tildar casilleros.
No hace daño a los adultos. ¡Todos a bordo para el Cielo!
Kyrie eleison.