Jueves, 14 de abril
de 2016
"parece haber llegado la hora de normalizar la situación de la
Fraternidad"
NON
POSSUMUS PUBLICA, EN EXCLUSIVA, UNA CARTA INTERNA MEDIANTE LA QUE EL P. SCHMIDBERGER
(EX SUPERIOR GENERAL) ANIMA A TODOS LOS MIEMBROS DE LA FSSPX A ACEPTAR
LA "NORMALIZACIÓN" DE LA FRATERNIDAD POR PARTE DE LA ROMA
LIBERAL.
NUESTROS
COMENTARIOS ESTÁN EN COLOR ROJO.
CONSIDERACIONES
SOBRE LA IGLESIA Y LA POSICIÓN DE LA FRATERNIDAD SAN PIO X EN ELLA
I. La Iglesia es un misterio. Es el misterio de
la presencia de Dios entre nosotros, el Dios salvador, que no quiere la muerte
del pecador, sino que se convierta y viva. La conversión requiere nuestra
colaboración.
II. La Iglesia es infalible en su naturaleza
divina; pero es dirigida por personas, que pueden equivocarse e incluso cometer
errores. Hay que distinguir el oficio de la persona. Esta última, permanece una
cierta cantidad de tiempo en el oficio y luego sale -ya sea por la muerte u
otras circunstancias-, pero el oficio permanece. Hoy el papa Francisco tiene el
ministerio papal y la primacía de la autoridad. Dentro de una hora, no sabemos,
podría renunciar y otro papa será elegido. Sin embargo, mientras él tenga la
Sede Papal, lo reconocemos como tal y rezamos por él.
No decimos que sea un buen papa. Por el contrario, él provoca con sus
ideas liberales y su obrar una gran confusión en la Iglesia. Pero cuando Cristo
fundó el Papado, vio toda la serie de Papas de toda la historia de la Iglesia,
incluso al papa Francisco. Y sin embargo permitió su ascenso al trono papal.
De manera análoga, Nuestro Señor estableció el Sacramento del Altar con
su Presencia Real, a pesar de que previó los muchos sacrilegios en el curso de
la historia.
III. Monseñor Lefebvre fundó la FSSPX en medio de
estos tiempos confusos para la Iglesia. Ella está llamada a dar una nueva
generación de sacerdotes para la Iglesia, para preservar el verdadero
Sacrificio de la Misa y proclamar la realeza de Jesucristo en toda la sociedad,
aún frente a los papas liberales y prelados que han traicionado la fe. Así que
necesariamente tuvo que venir un conflicto: en 1975 la Fraternidad fue enviada
al exilio. Allí no solo sobrevivió, sino que creció y se ha convertido para
muchas personas es un signo de contradicción contra la destrucción de nuestros
días. [Fue gracias a ese “exilio” que la FSSPX prosperó.
Fue por separarse de los herejes liberales y modernistas, usurpadores de la
Jerarquía católica, que la Fraternidad fructificó. Entonces, ¿para qué terminar
con ese bendito “exilio”?]
Esta oposición se volvió clara para el mundo el 30 de junio de 1988
cuando por razones de necesidad, fueron consagrados cuatro obispos por Mons.
Lefebvre.
IV. Sin embargo, Mons. Lefebvre siempre tuvo la
convicción de buscar una solución canónica para la Fraternidad y no evitó la
conversación con las autoridades romanas, que querían que diera marcha atrás. [Es verdad que Mons. Lefebvre nunca se rehusó a
conversar con las autoridades romanas, puesto que las reconocía como verdaderas
autoridades de la Iglesia; pero es falso que Mons. Lefebvre siempre buscó una
“solución canónica para la Fraternidad”, como lo prueban sus palabras
posteriores al mal paso de mayo 1988 (1)] Él continuó sus esfuerzos incluso después de las consagraciones de los
obispos, a pesar de que en su realismo tenía poca esperanza de éxito. Él pidió,
sirviéndose de argumentos ad hominem, que le permitieran “hacer la experiencia
de la Tradición”. [Después de
mayo del 88, Mons. Lefebvre abandonó para siempre esa desafortunada expresión.
Tuvieron que transcurrir más de dos décadas para que ella fuera exhumada por
Mons. Fellay y demás traidores acuerdistas] Él aceptó completamente el hecho de que la Fraternidad estaba en
una situación excepcional [la situación excepcional de
la Fraternidad consistía en mantenerse fiel a Dios en medio de la apostasía general,
en mantenerse firme ante la deserción en masa de los católicos liderados por
una Jerarquía liberal y por unos Papas liberales] y esto no era por culpa [¿culpa?] suya, sino de sus
oponentes. La situación permaneció hasta el año 2000. Desde entonces Roma ha
buscado un remedio para la situación, a veces de forma astuta, a veces con
intención honesta, dependiendo quien se hiciera cargo del problema por el lado
romano.
V. El declive de la Iglesia desde entonces y el
simultáneo desarrollo constante de la Fraternidad, trajeron algunos obispos y
cardenales que coincidían total o parcialmente, aunque no lo confesaban
fácilmente. Roma fue rebajando sus demandas gradualmente y en las propuestas
recientes ya no se habla de reconocer el Vaticano II ni la legitimidad del
Novus Ordo Missae. Así que parece haber llegado la hora de normalizar la
situación de la Fraternidad, y esto por varias razones [“Normalizar”, según el diccionario RAE, significa:"regularizar
o poner en orden lo que no lo estaba". P. Schmidberger: ¿quiénes son
los que no están en orden en la Iglesia: los herejes liberales y modernistas o
los tradicionalistas antiliberales y antimodernistas? ¿Entonces? Entonces sólo
un traidor puede pretender que los antiliberales y antimodernistas deben ser
“normalizados” y que los “normales” son los liberales y los modernistas. Sólo
un traidor puede considerar que la herejía liberal o modernista es la verdadera
“norma” a la que todos se deben adecuar en la Iglesia de Cristo]
l) Cualquier situación anormal tiende por sí misma a la normalización. Esto está en la naturaleza de las cosas. [El P. Schmidberger ha recurrido habitualmente a la falacia de la “normalización” para llevarnos al acuerdo con Roma. Al respecto, unas palabrasesclarecedoras de Mons. Faure: El P. Schmidberger me dijo una vez: “Padre, usted reconoce en todo caso que no estamos en una situación normal respecto a la Iglesia” ¿Qué quiere decir esto? “Quiere decir que debemos esforzarnos por normalizar nuestra situación y ser reintegrados a la Iglesia”. Podemos decir, imaginemos por ejemplo que una agencia de prensa vaya a hacer una entrevista a unos náufragos que están en un bote salvavidas, y les dice ¿Pero qué hace usted en una pequeña barca en medio del océano? ¿No le parece que usted se encuentra en una situación anormal? Pero, ¿cómo regresar al navío que se hunde para tener una situación normal? Cuando el Titanic naufragó, forzosamente hubo que refugiarse en botes salvavidas. Esto hizo la Fraternidad. Frente a una situación anormal de la Iglesia la Fraternidad debió ponerse a salvo. Frente a una situación totalmente anormal, es normal encontrarse en la situación en que se encontró Mons. Lefebvre y los Tradicionalistas. Monseñor Fellay dijo en el Cor Unum 102 del 2012, que la situación ha cambiado. El principio es el de no al acuerdo práctico sin acuerdo doctrinal, pero la situación ha cambiado, por lo que tenemos que cambiar nuestra actitud respecto a Roma. Esto significa que debemos condenar mucho menos los errores de Roma, de la nueva religión, se criticará mucho menos al Vaticano. Y muchos sacerdotes acaban por convencerse que verdaderamente estamos en una situación anormal. (…) Mons. Fellay y sus colaboradores han de pensar que tienen una misión del cielo. Que es la de evitar que la bella obra de Mons. Lefebvre termine como una pequeña iglesia, como una secta cismática. Esto es completamente idiota, pues hemos recibido una buena formación y sabemos perfectamente lo que es un cisma. No se trata de esto. Y sabemos que es normal que si somos católicos, fieles de la Tradición, estemos en una situación aparentemente ilegal.]
2) No debemos perder de vista el peligro de que los fieles y algunos cofrades se acostumbren a la situación anormal y la vean como normal. La oposición aquí y allá contra la participación en el Año Santo, así como la total indiferencia por la asignación de la Jurisdicción ordinaria por el papa Francisco (nosotros siempre apelamos al estado de necesidad y hemos recurrido a la jurisdicción extraordinaria de acuerdo a la ley) está causando un gran revuelo. Si los fieles o los cofrades se sienten cómodos en esta situación de libertad respecto a la dependencia de la jerarquía, entonces esto implica una pérdida gradual del sensus ecclesiae. Nunca debemos argumentar: tenemos la sana doctrina, la verdadera misa, nuestros seminarios, prioratos y nuestros obispos, no nos falta nada. [Falsas razones. Contra ellas, Santa Teresa dijo esta gran verdad: “quien a Dios tiene, nada le falta”]
3) Tenemos simpatizantes y amigos entre los Obispos y Cardenales. A unos u otros les gustaría llamarnos para ayudarlos, nos darían una Iglesia e incluso nos confiarían un seminario. pero en la situación actual, esto es imposible para ellos. Estos Nicodemos [o cobardes, mejor dicho, porque los tiempos terribles que vivimos no están para “Nicodemos”]esperan con paciencia [a esos cobardes les vendría bien cierta dosis de ira santa en lugar de tan grandísima paciencia] una solución, además ellos personalmente nos fortalecerían las espaldas. [Dicho de otra manera: los liberales moderados protegerán a la Fraternidad de los liberales extremos. El combate ya no será contra todo liberal, como Dios manda; sino que la FSSPX se unirá a unos liberales para ser protegida de otros liberales] En cualquier caso, caerían muchas barreras que tienen los católicos fieles pero temerosos. [Como cuando con el Vaticano II, los traidores, “abriendo las puertas de la Iglesia a los nuevos aires”, suprimieron las santas barreras que evitaban que el “humo de Satanás” entrara al templo santo. Nada nuevo bajo el sol…] En los medios de comunicación y en todas partes nos dicen cismáticos o renegados o separados de la Iglesia, nos desharíamos de esto. [¡Vergüenza de ser verdaderos católicos! ¡Aflicción por lo que dicen los medios de comunicación! ¡Traidores y cobardes! ¿Es que para la Neo FSSPX estas palabras ya no valen nada?: Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y mintiendo digan todo género de mal contra vosotros por mi causaí. Regocijaos y alegraos porque vuestra recompensa será grande en los cielos, pues así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros. (Mt 5, 11-12).]
4) En los próximos años, necesitaremos urgentemente nuevos obispos. Ciertamente es posible consagrarlos sin mandato pontifical en caso de emergencia, [aunque la rastrera Neo FSSPX jamás se atreverá, pues eso haría imposible el acuerdo] pero si es posible consagrar obispos con el permiso de Roma, se debe pedir el permiso. [Sí, actualmente es posible que Roma autorice que sea consagrado a un Sacerdote de la FSSPX; pero lo que es imposible es que la Roma liberal y apóstata acepte que ese Sacerdote sea un verdadero antiliberal]
l) Cualquier situación anormal tiende por sí misma a la normalización. Esto está en la naturaleza de las cosas. [El P. Schmidberger ha recurrido habitualmente a la falacia de la “normalización” para llevarnos al acuerdo con Roma. Al respecto, unas palabrasesclarecedoras de Mons. Faure: El P. Schmidberger me dijo una vez: “Padre, usted reconoce en todo caso que no estamos en una situación normal respecto a la Iglesia” ¿Qué quiere decir esto? “Quiere decir que debemos esforzarnos por normalizar nuestra situación y ser reintegrados a la Iglesia”. Podemos decir, imaginemos por ejemplo que una agencia de prensa vaya a hacer una entrevista a unos náufragos que están en un bote salvavidas, y les dice ¿Pero qué hace usted en una pequeña barca en medio del océano? ¿No le parece que usted se encuentra en una situación anormal? Pero, ¿cómo regresar al navío que se hunde para tener una situación normal? Cuando el Titanic naufragó, forzosamente hubo que refugiarse en botes salvavidas. Esto hizo la Fraternidad. Frente a una situación anormal de la Iglesia la Fraternidad debió ponerse a salvo. Frente a una situación totalmente anormal, es normal encontrarse en la situación en que se encontró Mons. Lefebvre y los Tradicionalistas. Monseñor Fellay dijo en el Cor Unum 102 del 2012, que la situación ha cambiado. El principio es el de no al acuerdo práctico sin acuerdo doctrinal, pero la situación ha cambiado, por lo que tenemos que cambiar nuestra actitud respecto a Roma. Esto significa que debemos condenar mucho menos los errores de Roma, de la nueva religión, se criticará mucho menos al Vaticano. Y muchos sacerdotes acaban por convencerse que verdaderamente estamos en una situación anormal. (…) Mons. Fellay y sus colaboradores han de pensar que tienen una misión del cielo. Que es la de evitar que la bella obra de Mons. Lefebvre termine como una pequeña iglesia, como una secta cismática. Esto es completamente idiota, pues hemos recibido una buena formación y sabemos perfectamente lo que es un cisma. No se trata de esto. Y sabemos que es normal que si somos católicos, fieles de la Tradición, estemos en una situación aparentemente ilegal.]
2) No debemos perder de vista el peligro de que los fieles y algunos cofrades se acostumbren a la situación anormal y la vean como normal. La oposición aquí y allá contra la participación en el Año Santo, así como la total indiferencia por la asignación de la Jurisdicción ordinaria por el papa Francisco (nosotros siempre apelamos al estado de necesidad y hemos recurrido a la jurisdicción extraordinaria de acuerdo a la ley) está causando un gran revuelo. Si los fieles o los cofrades se sienten cómodos en esta situación de libertad respecto a la dependencia de la jerarquía, entonces esto implica una pérdida gradual del sensus ecclesiae. Nunca debemos argumentar: tenemos la sana doctrina, la verdadera misa, nuestros seminarios, prioratos y nuestros obispos, no nos falta nada. [Falsas razones. Contra ellas, Santa Teresa dijo esta gran verdad: “quien a Dios tiene, nada le falta”]
3) Tenemos simpatizantes y amigos entre los Obispos y Cardenales. A unos u otros les gustaría llamarnos para ayudarlos, nos darían una Iglesia e incluso nos confiarían un seminario. pero en la situación actual, esto es imposible para ellos. Estos Nicodemos [o cobardes, mejor dicho, porque los tiempos terribles que vivimos no están para “Nicodemos”]esperan con paciencia [a esos cobardes les vendría bien cierta dosis de ira santa en lugar de tan grandísima paciencia] una solución, además ellos personalmente nos fortalecerían las espaldas. [Dicho de otra manera: los liberales moderados protegerán a la Fraternidad de los liberales extremos. El combate ya no será contra todo liberal, como Dios manda; sino que la FSSPX se unirá a unos liberales para ser protegida de otros liberales] En cualquier caso, caerían muchas barreras que tienen los católicos fieles pero temerosos. [Como cuando con el Vaticano II, los traidores, “abriendo las puertas de la Iglesia a los nuevos aires”, suprimieron las santas barreras que evitaban que el “humo de Satanás” entrara al templo santo. Nada nuevo bajo el sol…] En los medios de comunicación y en todas partes nos dicen cismáticos o renegados o separados de la Iglesia, nos desharíamos de esto. [¡Vergüenza de ser verdaderos católicos! ¡Aflicción por lo que dicen los medios de comunicación! ¡Traidores y cobardes! ¿Es que para la Neo FSSPX estas palabras ya no valen nada?: Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y mintiendo digan todo género de mal contra vosotros por mi causaí. Regocijaos y alegraos porque vuestra recompensa será grande en los cielos, pues así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros. (Mt 5, 11-12).]
4) En los próximos años, necesitaremos urgentemente nuevos obispos. Ciertamente es posible consagrarlos sin mandato pontifical en caso de emergencia, [aunque la rastrera Neo FSSPX jamás se atreverá, pues eso haría imposible el acuerdo] pero si es posible consagrar obispos con el permiso de Roma, se debe pedir el permiso. [Sí, actualmente es posible que Roma autorice que sea consagrado a un Sacerdote de la FSSPX; pero lo que es imposible es que la Roma liberal y apóstata acepte que ese Sacerdote sea un verdadero antiliberal]
5) Los modernistas, los liberales y los otros enemigos de la Iglesia
están muy preocupados en lo que concierne a la solución canónica para la
Fraternidad. El discernimiento de los espíritus a este respecto, ¿no nos
sugiere cuál es el correcto y mejor camino? [a) ¿Y acaso Francisco no es ni “modernista”, ni “liberal”, ni “enemigo
de la Iglesia? b) ¿”Discernimiento de espíritus”? ¡Qué descaro! Ver nota (2)]
6) ¿Cómo la Iglesia superará esta crisis? Uno ve que en el presente
estado de cosas no hay ni un destello de esperanza. En contraste, el acto
oficial de reconocimiento de la Fraternidad desencadenaría una saludable
agitación dentro de la Iglesia. Los buenos serían alentados, los malos
sufrirían una derrota. [Increíble falta de realismo. ¿Así que debemos creer
que la manzana no podrida (como muchos, todavía, en la FSSPX) sanará a una
aplastante mayoría de manzanas podridas si se pone aquélla entre éstas?]
VI. Respuesta
a algunas objeciones:
1) ¿Cómo podemos aspirar a un reconocimiento por el papa Francisco?
Respuesta: Ya nos hemos referido anteriormente a la necesaria distinción
entre el oficio y el titular del oficio. No hay duda que el papa actual ejerce
su papel establecido por Dios. [¿No hay duda? La hay, pero a diferencia de los
sedevacantistas, no zanjamos la cuestión a favor de la sedevacancia] Pero todos debemos
tener en mente lo que realmente fue el concilio y las consecuencias que trajo a
la Iglesia: confusión, la dictadura del relativismo, lo pastoral por encima de
la doctrina, amistad con los enemigos de Dios y los enemigos de la Cristiandad.
Pero precisamente este es uno de los errores del concilio, el separar los
efectos de la causa. Algunos se aficionaron mucho a la persona de Benedicto
XVI, en lugar de poner el Oficio Papal en primer lugar y el titular en segundo
lugar, y su renuncia fue como una ducha de agua fría. ¡No debemos cometer el
mismo error de aficionarnos demasiado a la persona en lugar de la institución
divina! [Gracias,
Padre, por avisarnos acerca del peligro que hay de aficionarse excesivamente al
demoledor Francisco…]
Tal vez sólo el papa Francisco sea capaz de dar este paso, por
imprevisibilidad e improvisación. Los medios de comunicación tal vez lo
perdonarán por haber dado este paso, pero nunca se lo hubieran perdonado a Benedicto. [¿Y a nosotros,
católicos, qué nos importa lo que perdone o condene el mundo enemigo de Dios?]
En su autoritario, por no decir estilo tiránico de gobierno, él sería
capaz de implementar esta medida incluso para la Resistencia. [Nueva prueba de la grave
falta de realismo del P. Schmidberger]
2) ¿Pero ¿qué
dirá la gente de la Resistencia?
Respuesta: No podemos orientar nuestras acciones por personas que
obviamente ha perdido el sentido de Iglesia y el amor a la Iglesia en su forma
concreta. Mientras tanto, ellos están peleándose entre sí. [Los antiliberales de
la Resistencia, con todas sus debilidades, siguen siendo los verdaderos
tradicionalistas, los auténticos herederos de Mons. Lefebvre; a los que el
liberal P. Schmidberger desprecia. ¿Y a qué diremos cuando la FSSPX acepte la
normalización? Pues diremos la verdad: que los acuerdistas de la FSSPX son los
destructores de la obra de Mons. Lefebvre. Que son liberales y traidores]
3) En el futuro tendremos que guardar silencio sobre todos los errores
actuales.
Respuesta: No guardaremos silencio, sino que señalaremos los errores por
su nombre. Antes como después de la normalización. Queremos regresar del
“exilio” en el cual estamos actualmente. [Si antes de la
"normalización", la Neo FSSPX es ya un perro mudo y Mons. Fellay un
Obispo “inofensivo” para herejes, masones y judíos, como quedó palmariamente
demostrado con la vergonzosa entrevista de Conflict Zone; ¿qué será de la Neo
FSSPX después de ser “normalizada”?]
4) La reputación del papa Francisco entre los católicos es tan mala, que
un reconocimiento por su parte dañaría la Fraternidad más que beneficiarla.
Respuesta: Ya en el principio hicimos la diferenciación entre el oficio
y la persona. Si Francisco es papa -que lo es- entonces él también tiene el
primado de jurisdicción sobre la iglesia. Independientemente de si la usa para
la utilidad de la Iglesia o no. Nosotros debemos seguir la vía de utilidad para
la Iglesia; no orientemos nuestras acciones por la voluntad humana y Dios nos
bendecirá. [Así
que entre 1970 y 2012 Dios quiso una cosa, y desde el 2012 empezó a querer lo
contrario…]
5) Pero esta integración de la Fraternidad en el sistema conciliar le
costará su perfil, tal vez incluso su identidad.
Respuesta: Todo depende de qué tan firmes somos y quién convierte a
quién. Si actuamos fuertemente, basados en la gracia de Dios, entonces nuestra
situación puede ser una bendición para toda la Iglesia. ¿Dónde más podría estar
la Fraternidad para que pueda realizar tal conversión? Por supuesto que no
debemos contar en nuestras propias habilidades y poderes, sino en la ayuda de
Dios. Pensemos en la lucha entre David y Goliat. Para esto hagamos una
analogía: como cristianos nos encontramos en un mundo impío y corrupto, y
necesitamos probarnos a nosotros mismos aquí. El peligro de contagio es grande;
pero podemos y debemos escapar de éste con la gracia de Dios. [Presunción. La
Neo FSSPX ha creído en la vieja mentira satánica de Gen 3, 4: “No
moriréis”. Una mirada a las elocuentes estadísticas: según datos del
Anuario Pontificio de 2015, hay 5.173 obispos en la Iglesia, contra 3 de la FSSPX
(0.05%); hay 415.348 sacerdotes contra unos 600 de la FSSPX (0.1%); y hay 1254
millones de católicos, de los cuales la FSSPX no aporta más de 20.000 (0.001%).
¿Cómo alguien en su sano juicio puede pensar que la FSSPX podrá resistir a esa
aplastante mayoría de liberales? Eso eso tiene un nombre: loca y suicida
temeridad]
Una cosa es clara: Una nueva situación no facilitará nuestra posición
así como así, sino que la complicará, pero sin embargo la hará fructificar más. [¿Seguro? ¿Por qué? ¿Le
fue revelado? ¿Es una profecía?]
6) Todas las Congregaciones que se sujetaron a Roma se adaptaron al
sistema conciliar o incluso perecieron.
Respuesta: Nuestra posición inicial no es la misma: En nuestro caso es
Roma quien presiona por una solución y se acercó a nosotros. En otros casos,
estas Fraternidades son las solicitantes, frecuentemente fueron a Roma con
culpabilidad. [En
un caso la víctima se acercó al león y en el otro caso el león se acercó a la
víctima, pero en ambos casos la víctima se comportó estúpidamente, de modo
suicida].
Además, ninguna de ellas tiene obispos, fuera de la Administración
Apostólica Santo Cura de Ars de la diócesis de Campos en Brasil, donde el
obispo Rifán está dispuesto a hacer cualquier compromiso. [Punto totalmente
irrelevante: ¿qué podrán los 3 Obispos medio tradicionalistas medio liberales
de la FSSPX contra 5.173 Obispos claramente liberales?]
Desde luego que se requiere una sólida protección por una estructura
eclesial apropiada. Esto parece estar garantizado por la Prelatura Personal. [Esa será la armadura
que Saúl Bergoglio dará a David Fellay, con la diferencia que éste la aceptará
para su mal. La prelatura personal no es ninguna protección, como probamos acá y acá] Tal
estructura no ha sido ofrecida a otra congregación. Finalmente, la objeción
planteada ha sido verdadera solo en parte, con algunas excepciones en la región
de habla alemana. Sin embargo, la insurgencia ha sido la vida de la FSSPX.
VII. Conclusión
Si Dios quiere ayudar a su Iglesia efectivamente, Él tiene muchos
medios. [¿Quién
duda de algo tan obvio?] Uno de ellos es el reconocimiento de la FSSPX por las autoridades
romanas.[Pero
este no es un medio de Dios para auxiliar a la Iglesia, sino un medio del
demonio para seguir destruyéndola] ¿No está consagrada la Fraternidad a
la Santísima Virgen, que protegerá y guiará su obra en esta nueva situación? [Lo mismo se pudo decir
al inicio del Vaticano II: ¿No es esta la invencible Iglesia de Cristo,
aquélla que gozará siempre de una “invicta estabilidad” (Conc. Vat. I,
Denz. 1794)? ¡Vamos adelante con el acuerdo! ¡Nada hay que temer! ¡No
moriréis! (Gen 3, 4)] Dignare me laudare te, Virgo sacrata;
da mihi virtutem contra hostes tuos – Concédeme alabarte, Virgen
Sagrada; dame fuerza contra tus enemigos.
Zaitzkofen,
19 de febrero, 2016
P. Franz
Schmidberger
Rector
(1):“Muchos de los que nos han abandonado para unirse a
Roma (conciliar) no comprendieron justamente lo que es el liberalismo y cómo
las autoridades romanas, desde el concilio Vaticano II, están infestadas de
estos errores. Si lo hubieran comprendido, hubieran huido, la hubieran evitado,
se hubieran quedado con nosotros. Pero ellos no quieren creer en estos errores
¡Es grave! Porque al acercarse a estas autoridades, uno se contamina
forzosamente. Estas autoridades están imbuidas (…) de los principios del
liberalismo: necesariamente, ellas actúan de conformidad con su manera de
pensar. Por consiguiente, cuando ellas comienzan a tener relaciones con
nosotros, ellas imponen estas ideas, puesto que son las autoridades. Son las
autoridades, nosotros somos los inferiores, entonces ellas nos impondrán sus
ideas. Mientras ellas no se deshagan de estos errores, del liberalismo y del
modernismo, no habrá medio de entenderse con ellas.” (Conferencia a seminaristas, sep. 1988).
“No puedo hablar mucho del futuro, ya que el mío
está detrás de mí. Pero si vivo un poco aún y suponiendo que de aquí a un
determinado tiempo Roma haga un llamado, que quiera volver a vernos, reanudar
el diálogo, en ese momento sería yo quien impondría las condiciones. No
aceptaré más estar en la situación en la que nos encontramos durante los
coloquios. Esto se terminó. Plantearía la cuestión a nivel doctrinal: “¿Están
de acuerdo con las grandes encíclicas de todos los papas que los precedieron?
¿Están de acuerdo con Quanta Cura de Pío IX, Immortale Dei, Libertas de León
XIII, Pascendi de Pío X, Quas Primas de Pío XI, Humani Generis de Pío XII?
¿Están en plena comunión con estos papas y con sus afirmaciones? ¿Aceptan aún
el juramento antimodernista? ¿Están a favor del reinado social de Nuestro Señor
Jesucristo?”. Si no aceptan la doctrina de sus antecesores, es inútil hablar.
Mientras no hayan aceptado reformar el Concilio considerando la doctrina de
estos papas que los precedieron, no hay diálogo posible. Es inútil.” (Fideliter 66, 1988).
“No hay que
sorprenderse si no llegamos a entendernos con Roma. Esto no será posible
mientras que Roma no regrese a la fe en el reinado de Nuestro Señor Jesucristo…
Nosotros chocamos en un punto de la fe católica.” (Fideliter 89, 1988).
“Cuando nos
hacemos la pregunta de saber cuándo habrá un acuerdo con Roma, mi respuesta es
simple: cuando Roma recorone a Nuestro Señor. El día en que ellos reconozcan de
nuevo a Nuestro Señor como Rey de los pueblos y de las naciones, no es a
nosotros a quienes ellos se unirán, sino a la Iglesia Católica en la cual
permanecemos”. (Fideliter 68,
1988).
“Pero ellos nos
traicionan. Dan la mano a los que demuelen la Iglesia, a los que tienen ideas
modernistas y liberales y por lo tanto condenadas por la Iglesia. Por lo tanto
ahora, ellos hacen el trabajo del diablo, ellos que trabajan con nosotros por
el reino de Nuestro Señor y por la salvación de las almas. “Oh, siempre que se nos acuerde la buena misa,
podemos dar la mano a Roma, no hay problema” ¡Mira cómo
funciona! Ellos están en un callejón sin salida porque no se puede a la vez dar
la mano a los modernistas y querer conservar la Tradición. Cómo quieren que se
les tenga confianza a personas como éstas, que justifican la negación de Quanta
Cura, de Pascendi, de las decisiones de la Comisión Bíblica, etc.” (Conferencia final del retiro sacerdotal de
sep. de 1990 en Ecône).
“El Papa es más
ecumenista que nunca. Todas las ideas falsas del Concilio se siguen
desarrollando y reafirmando cada vez con mayor claridad. Se ocultan cada vez
menos. Es inconcebible en todo punto que podamos aceptar colaborar con
semejante jerarquía. Los problemas con Roma no son en absoluto de nuestro
agrado. El tener que discutir no ha sido por gusto. Lo hemos hecho por razón de
principio, para guardar la fe católica. [Algunos] estaban de acuerdo con
nosotros y colaboraban. Mas de pronto han abandonado el verdadero combate para
aliarse con los que están destruyendo la Iglesia, so pretexto que se les
concedían privilegios. Es inadmisible. De facto han abandonado el combate de la
fe, y ya no pueden enfrentarse a Roma” (Fideliter 79, 1991).
“Pregunta: Pero
hay Tradicionalistas que han hecho un acuerdo con Roma sin conceder nada.
Respuesta: Eso es falso. Ellos han renunciado a su posibilidad de oponerse a
Roma. Ellos deben permanecer silenciosos debido a los favores que se les han
otorgado. Entonces, ellos comienzan a deslizarse siempre tan lentamente hasta
que terminan admitiendo los errores del Vaticano II. Es una situación muy
peligrosa. Tales concesiones de Roma tienen como único objetivo conseguir que
los Tradicionalistas rompan con la FSPX y se sometan a Roma.” (Fideliter 79, 1991).
"Todo
sacerdote que quiere permanecer católico tiene el estricto deber de separarse
de esta iglesia conciliar." (De su
último libro y testamento espiritual, "Itinerario Espiritual").
(2): ESTO ENSEÑABA LA FSSPX (DEL LIBRO “DEVOCIONARIO
Y EJERCICIOS ESPIRITUALES”, EDITADO EN MEJORES TIEMPOS POR EL DISTRITO DE
SUDAMÉRICA. LA NOTA AL TEXTO DE SAN IGNACIO CONTRADICE AL P. SCHMIDBERGER):
"REGLAS
PARA SENTIR CON LA IGLESIA
352. Se deben
guardar las reglas siguientes para sentir exactamente lo que debemos en la
Iglesia militante.
353. Primera
regla. Depuesto todo juicio (propio), debemos tener el ánimo preparado y pronto
para obedecer en todo a la verdadera Esposa de Cristo Nuestro Señor, que es nuestra
Santa Madre la Iglesia Jerárquica*
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Publicado por Non Possumus