Sábado, 1 de agosto de 2015
Desde
el concilio Vaticano II, en la iglesia conciliar se ha llevado a
cabo una verdadera Revolución anti-mariana para hacer triunfar a
Satanás e impedir el triunfo del Corazón Inmaculado de María.
Dice
el P.
Tam:
¿La
Revolución anti-mariana es el objetivo principal de la Revolución
en la Iglesia?
Sí,
porque la Santísima Trinidad es el Ser infinitamente superior y los
hombres son seres infinitamente inferiores a Dios, y la más pequeña
exaltación de la Santísima Virgen por la Santísima Trinidad, es
infinitamente superior al máximo que los hombres puedan hacer.
Dios
Padre la exaltó confiándole al Niño Dios: es lo máximo, Dios
Hijo la exaltó haciéndola su Madre: es lo máximo, y Dios Espíritu
Santo la exaltó tomándola por Esposa: es lo máximo.
Nuestro
Señor vino a la tierra para realizar la Redención y enseñarnos el
“Padre Nuestro”: “Hágase Tu Voluntad así en la
tierra como en el cielo…”, por lo tanto, Dios exaltó a
la Santísima Virgen, pero los hombres no lo han hecho aún, por
lo que se hará, sea voluntariamente o por la fuerza. Es
por eso que en Fátima se anunció que se realizará
forzosamente: “Al fin, Mi Corazón Inmaculado
triunfará”. El Diablo lo sabe y es por eso que hará todo
para impedirlo, por medio del Vaticano II.
Sí,
porque la Santísima Trinidad quiere ahora la exaltación histórica
de la Santísima Virgen, pues hasta ahora Ella ha permanecido
oculta.
Sí, porque
la Santísima Virgen es
el obstáculo al
reinado social de Satanás.
Sí,
porque Lucifer tiene celos de la Virgen y comunica sus celos a la
Revolución mundialista.
Sí,
porque los enemigos « saben
probablemente mejor que nosotros »
(Mons. Lefebvre), que la Santísima Trinidad vencerá por la Virgen:
“Ella
te aplastará la cabeza”.
Sí,
porque en Fátima Dios nos hizo saber que “los
últimos remedios dados al mundo son el Rosario y la devoción a mi
Corazón Inmaculado”.
Sí,
porque el modernismo sabe que Ella es la única que tiene el permiso
y la seguridad de lograr “aplastarle
la cabeza”.
Por la Revolución
anti-mariana,
ellos se esfuerzan en impedirlo disminuyendo sus privilegios y
haciendo que se pierda el amor hacia la Santísima Virgen. Entonces
nosotros haremos lo contrario.
Hasta
aquí el P. Tam.
El
Espíritu anti-mariano del concilio Vaticano II
(Sí,
sí, no, no del 31 de mayo de 2013)
Veamos
ahora cómo el «concilio de los Papas Juan y Paulo» se
comportó en relación a Nuestra Señora de Fátima. Había en este
sentido cuatro grandes cuestiones:
– Las
Apariciones venían a evidenciar la verdad siempre acreditada por la
Iglesia, acerca de la Mediación de María Santísima. Este era el
asunto de un esquema especial preparado sobre Nuestra Señora;
– Los
Novísimos se tornaban una prioridad pastoral para nuestra época
incrédula e indiferente y habían sido recordados con fuerza en
Fátima, por la visión del infierno a los pastorcitos;
– El
mayor mal de nuestra época es el comunismo “intrínsecamente
perverso” que multiplica opresiones y persecuciones; es el gran
error esparcido por Rusia, como había avisado Nuestra Señora de
Fátima;
– La
gran promesa y única salida para esos errores impuestos por una
potencia militar sin precedentes históricos fue ofrecida en Fátima
a través del pedido de la consagración de Rusia al Inmaculado
Corazón de María hecha por el Papa junto con todos los Obispos
católicos.
El
concilio era la ocasión ideal para tratar estas cuestiones que
fueron recordadas también por centenares de Padres conciliares, lo
que agrava todavía más la sistemática censura que recibieron del
principio al fin del concilio. Veamos. Ya desde el comienzo, se
levantó la oposición de las fuerzas neo-ecumenistas a todo aquello
que recordase a la Madre de Dios que los Protestantes no aceptan.
– El
esquema especial fue reprobado y fundido con el esquema sobre la
Iglesia, evitando tratar acerca de la Mediación de María;
– El
recuerdo de los Novísimos: Muerte, Juicio, Infierno y Gloria, debe
de haber sido considerado por demás infantil para ser repetido en
sede tan alta, porque en los documentos conciliares poco o nada se
habla de eso, pero especialmente del Infierno, que Nuestra Señora
quiso hacer recordar por la Iglesia con las Apariciones de Fátima;
– Sobre
el comunismo, se supo después que había un veto implícito papal
de discutirlo y, más todavía, de condenarlo, resultado de un
compromiso para obtener la presencia de los representantes del
Patriarcado de Moscú que, desde hacía mucho, era una “filial
religiosa” del gobierno soviético;
– Está
claro que en esas circunstancias la Consagración pedida era
irrealizable.
El
Mensaje ya había sido dejado de lado y puesto en un cajón antes,
mostrando que el espíritu del Concilio es antagónico al espíritu
de Fátima, a pesar de todos los engaños y apariencias.
Cuando
después se analizaron mejor los documentos de ese Concilio
anti-mariano, quedó clara la acción de un espíritu herético y
cismático que estaba contra Fátima así como estaba contra la
misma doctrina católica. La gravedad del hecho se mostró
enteramente por los frutos conciliares que llevaron a la inexorable
auto-demolición de la Iglesia.
Continúa…
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por Syllabus
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