Comentarios Eleison por su
Excelencia Richard Williamson
Comentario Nº 382. 08 de noviembre de 2014
Monseñor Richard Williamson |
Los
planes Romanos del Monseñor estaban bien encaminados.
Hasta
que intervino la Providencia y fueron retenidos.
Y
así llegamos al clímax de la historia interna de los eventos externos de las
Cruzadas de Rosarios de la Fraternidad San Pío X hace ocho años. ¿Elegiría
Monseñor Fellay la solución del Cielo a la crisis de la Iglesia y del Mundo,
confiando en la promesa de Nuestra Señora en Fátima de la conversión de Rusia y
de ‘un período de paz’ solamente si Rusia es consagrada a Su Corazón
Inmaculado, o bien elegiría él la solución humana de conversaciones con Roma
para fabricar una síntesis de la Tradición (2+2= 4) con el Concilio (2+2= 4 ó
5)? Podemos estar seguros que así no es cómo el Diablo le presentó la opción al
Monseñor, especialmente cuando en Junio del 2008 los romanos volvieron a
escena.
En
ese mes el Vaticano se enteró de la posible Cruzada de Rosarios para la
Consagración de Rusia, a través de una carta que la misma mensajera de Nuestra
Señora le había dirigido al Papa Benedicto XVI, invocando su bendición sobre un
emprendimiento tal. El Vaticano tomó la carta seriamente. El Cardenal Darío
Castrillón Hoyos le ordenó a Monseñor Fellay volver directamente a Roma desde
Hawái donde Su Excelencia había ido a administrar el sacramento de la
Confirmación. El 4 de Junio, el Cardenal Castrillón con un grupo de varios
prelados Romanos amenazaron a Monseñor Fellay con que si él iba a llamar a una
Cruzada de Rosarios para la Consagración de Rusia, Roma cerraría la puerta a
cualquier discusión futura, y Roma reviviría las durmientes “excomuniones” que
habían sido declaradas inoperantes por el momento. Allí fue cuando también el
Vaticano trató de imponer a Monseñor Fellay el “Ultimátum Vaticano” o sea las
cinco condiciones necesarias para cualquier discusión.
Así
bajo esta presión Romana, Monseñor Fellay todavía no había decidido al principio
del otoño del 2008 hacer lo que Nuestra Señora pedía, a pesar de Sus repetidas
súplicas, y, de hecho, el 5 de Octubre de 2008, a pesar de Sus directas
advertencias, él eligió aplicar la Segunda Cruzada de Rosarios programada desde
el 1º de Noviembre hasta Navidad, a la intención de que las “excomuniones” de
1988 sean levantadas. Ese mismo día Nuestro Señor desplegó Su ira a la
mensajera de Nuestra Señora mediante una visión de Él haciendo bajar su mano
para destruir la FSPX mientras que se refería a ellos como “Fariseos e
hipócritas”, y dijo, “No puedo soportarlos más a ellos”. Pero en el momento
mismo en que la mano de Nuestro Señor caía, la mensajera vio a la Santísima
Virgen María intercediendo en nombre de la Fraternidad, implorando misericordia
y diciendo “Recuerda la debilidad de los hombres”. La mensajera vio entonces a
la ira de Nuestro Señor dar lugar inmediatamente a Su misericordia.
Pero
la mente del Monseñor ya había tomado la decisión. Tres semanas más tarde, el
26 de Octubre, en la Misa Pontifical culminando la peregrinación de la
Fraternidad a Lourdes para el Jubileo 150mo de las apariciones de Nuestra
Señora en Lourdes, él siguió adelante anunciando que la Segunda Cruzada de
Rosarios sería dedicada al levantamiento de las “excomuniones” de 1988. El 16
de Diciembre él escribió en privado al Papa, tal como requerido por Benedicto
XVI, la carta pidiendo al Papa el levantamiento de las excomuniones de 1988. El
24 de Enero de 2009 éstas fueron parcialmente levantadas por Roma. Monseñor Fellay
atribuyó directamente esto a la intervención de la Santísima Virgen María, y él
debe haberse regocijado en este aparente triunfo de su paciente diplomacia.
¡Ay!
Cualquier triunfo fue de corta vida, porque a los pocos días los enemigos de la
Tradición católica dispararon en los medios mundiales un torpedo perfectamente
diseñado para dinamitar la amenazante reunión del Papa católico con la
Tradición católica. Cuando se hizo público el video clip de seis minutos del 1º
de Noviembre precedente de un Monseñor de la FSPX emitiendo serias dudas sobre
el ‘holocausto’ y las ‘cámaras de gas’ de la Segunda Guerra Mundial, Benedicto
XVI tuvo que correr a ponerse en cubierto de la acusación mortal de asociarse
con “anti-semitas”. El acuerdo FSPX-Roma estaba bloqueado por al menos unos
pocos años. (Concluirá).
Kyrie
eleison.