Monseñor Santiago Benigno Bossuet Obispo de Meaux |
II- Las variaciones en la fe,
prueba cierta de falsedad.
Las de los Arrianos. Firmeza de la
Iglesia católica.
Cuando entre los cristianos se han
visto variaciones en la exposición de la fe, siempre se las ha mirado como una
señal de falsedad e inconsecuencia en la doctrina que se expone. La fe habla
sencillamente: el Espíritu Santo derrama luces puras, y la verdad que enseña,
conserva siempre un lenguaje uniforme. El menos versado en al historia de la Iglesia sabe que ha
expuesto a cada herejía explicaciones propias y precisas, que no ha variado
jamás; y si se consideran las expresiones con que ha condenado a los herejes,
se verá que siempre se dirigen a impugnar el error en su origen, por el camino
más corto y más derecho. Por esta razón todo lo que lleva a alguna variación en
la doctrina, todo lo que se expresa con términos ambiguos y dudosos, se ha
tenido siempre por sospechoso, y no solamente fraudulento, sino también
absolutamente falso; porque manifiesta un embarazo y dificultad que la verdad
no conoce. Esta es una de las razones en que se bazaban los doctores antiguos
para condenar con tanta firmeza a los Arrianos, los cuales publicaban todos los
días nuevas profesiones de fe, sin poder fijarse jamás. Desde la primera que
compuso Arrio y presentó a su obispo Alejandro, no han cesado de variar;
inconstancia, por la cual reconvino san Hilario a Constancio, protector de
aquellos herejes; y mientras que este Emperador reunía todos los días nuevos
concilios para reformar los símbolos y publicar nuevas profesiones de fe, el santo
Obispo le dirige estas graves palabras: “Os sucede a vosotros lo mismo que a
los arquitectos ignorantes, los cuales nunca están contentos con sus propias
obras; no hacéis más que edificar y derribar: en vez que la Iglesia católica,
desde la primera vez que se reunió, estableció un edificio inmortal, y dio en
el símbolo de Nicea una declaración tan completa de la verdad, que para
condenar eternamente al Arrianismo no ha habido necesidad de hacer otra cosa
más que repetirla.
Santiago Benigno Bossuet, “Historia de las variaciones de
las iglesias protestantes”,
Escrito en el año 1668.