lunes, 1 de diciembre de 2014

Papas Vivientes

Comentarios Eleison por su Excelencia Richard Williamson
Nº 385, 29 de noviembre de 2014

Monseñor Richard Williamson


La Iglesia precisa Papas vivientes, aunque sean malos.
Exterminar a la Iglesia no podrán, aunque estén locos.

        El 29 de Enero de 1949 el Papa Pío XII hizo las siguientes observaciones acerca de la importancia del Papa: “Si alguna vez algún día – puramente hipotéticamente hablando – Roma material fuera a colapsar; si alguna vez esta basílica Vaticana, símbolo de la única y una victoriosa Iglesia Católica, fuera a enterrar debajo de sus ruinas los tesoros históricos y las tumbas sagradas que ella encierra, aún entonces la Iglesia de ninguna manera estaría demolida o dividida. La promesa de Cristo a Pedro todavía sería juzgada verdadera, el Papado duraría para siempre, como la Iglesia, una e indestructible, estando cimentada en el Papa viviente en ese entonces”.

         Dado que estas palabras son doctrina clásica de la Iglesia (solamente se agregó el subrayado), yaciendo como lo hacen en las propias palabras de Nuestro Señor (Mt.XVI, 16–18), entonces es pequeña cosa extraña si, continuamente desde 1962 cuando los Papas vivientes devinieron Conciliares, millones sobre millones de Católicos han sido impulsados a devenir asimismo Conciliar y liberal. La única salida al problema que los sedevacantistas pueden ver es negar que los Papas Conciliares hayan sido Papas siquiera, lo cual puede parecer de sentido común, pero para la mayoría de los Católicos parece aún de más sentido común que la Iglesia diseñada por Dios para yacer sobre el Papa viviente no puede haber existido por el último medio siglo (1962–2014) sin uno.

       Es fácil de ver como la declinación de la civilización Cristiana desde el apogeo en la Edad Media ha llevado a la presente corrupción de los Papas vivientes. Es fácil de ver como Dios puede haber permitido esta espantosa corrupción para castigar esa espantosa declinación. Lo que es menos fácil de ver es como la Iglesia puede aún vivir cuando los Papas vivientes sobre los cuales ella está cimentada están convencidos que el liberalismo, la guerra a Dios, es católico. En las propias palabras de Nuestro Señor, Un árbol bueno no puede llevar frutos malos, ni un árbol malo frutos buenos (Mt.VII, 18).

        Pero, un árbol mitad bueno mitad malo puede producir frutos mitad buenos mitad malos. Ahora bien, tomada en su totalidad, una mezcla de bueno y malo es mala, pero eso no significa que tomada parte por parte, las partes buenas de la mezcla sean tan malas como sus partes malas. Cáncer en el hígado me matará, pero eso no significa que yo tenga cáncer en los pulmones. Ahora bien, ningún hombre de Iglesia viviente, no más que cualquier hombre vivo, es enteramente bueno o enteramente malo. Todos somos una mezcla fluctuante hasta el día que morimos. Entonces, ¿puede haber existido alguna vez un Papa viviente cuyos frutos fueron enteramente malignos? La respuesta sólo puede ser, no. En cuyo caso, la Iglesia católica puede haber vivido a medias por los últimos 50 años de los frutos buenos a medias de los Papas Conciliares con una vida a medias, permitida por Dios para purificar Su Iglesia, pero que El nunca permitiría que fuera tan lejos como para matar a Su Iglesia.

        Así por ejemplo, Paulo VI lloró por la falta de vocaciones. Benedicto XVI ansiaba la Tradición. Aún el Papa Francisco seguramente pretende llevar los hombres a Dios cuando él arrastra a Dios hacia abajo hacia los hombres. Entonces, los Papas Conciliares están terriblemente equivocados en sus ideas, fatalmente ambiguos en la Fe donde ellos necesitan ser absolutamente sin ambigüedad. La Iglesia ha estado y está muriendo por debajo de ellos, pero cualesquiera sean las partes en ellos que aún están siendo buenas, han permitido a la Iglesia continuar y ellos han sido necesarios como las cabezas vivientes para continuar el cuerpo de la Iglesia viviente, tal como Pío XII dijo. Entonces no temamos que a ellos se les permitirá exterminar a la Iglesia, pero por nuestra parte luchemos contra su liberalismo con dientes y uñas, y recemos para su retorno a la cordura católica porque sí que los precisamos para la vida de nuestra Iglesia.


Kyrie eleison.