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Eleison
Por su
Excelencia Richard Williamson
Vengan a escuchar al Dr. White, si es todavía posible,
para relacionar correctamente la verdadera Fe con el hombre
moderno.
Desde el Viernes 1ero de Mayo a la tarde hasta el Domingo 3
de Mayo al mediodía, tendrá lugar aquí, en la Casa Reina de los Mártires en
Broadstairs, otra Sesión a cargo del Dr. David White, tal como el año pasado
sobre Charles Dickens, así este año sobre T.S. Eliot (1888–1965), otro gigante
de la literatura inglesa con una conexión directa a este rincón de Inglaterra.
Fue en un pabellón al aire libre con vista sobre la playa de Margate, cerca de
8 kms. al norte de Broadstairs, que entre Octubre y Noviembre de 1921 el
mundialmente famoso poeta anglo-americano logró de nuevo escribir, y compuso
unas 50 líneas de la tercera de las cinco partes del poema más influyente del
siglo 20mo, al menos en el idioma inglés, La Tierra Baldía (1922).
El poema es un retrato brillante del vacío en los corazones
y mentes de los hombres inmediatamente después de la Primer Guerra Mundial
(1914–1918). En La Tierra Baldía Eliot fragua una manera nueva, fragmentaria,
de escribir poesía, manera que capturó la condición espiritual rota del hombre
moderno. Por su amplio y profundo asidero de las obras maestras artísticas del
pasado, notablemente Dante y Shakespeare, Eliot pudo dar forma a la pobreza
espiritual de hoy en día. Por ejemplo, en las seis líneas del poema que están
claramente conectadas a Margate, una de tres niñas de la clase trabajadora
cuenta como ella dio su honor por nada, y para resaltar el vacío en las vidas
de las tres doncellas, las palabras de ellas están enmarcadas dentro de
fragmentos de la canción de las tres doncellas del Rin que abre y cierra la
visión cósmica de la épica El Anillo de los Nibelungos de Wagner.
El vacío y la nada. ¿Por qué diantres deben los católicos
ocuparse con autores tan deprimentes? La salvación es por Nuestro Señor Jesucristo,
no por la cultura, especialmente no por cultura nihilista. Una respuesta
particular concierne a T.S. Eliot. Una respuesta general concierne a toda la
“cultura”, definida como aquellas novelas, pinturas y música con las cuales
todos los hombres de todas las épocas necesariamente alimentan y forman sus
corazones y sus mentes.
En cuanto a T.S. Eliot, él mismo pronto descartó La Tierra
Baldía como “refunfuño rítmico”, y unos años más tarde él se hizo un miembro de
la Iglesia Anglicana. El había otorgado brillante expresión a la nada moderna,
pero no se había revolcado en ella. Continuó escribiendo un número de piezas de
teatro y especialmente el largo poema de los Cuatro Cuartetos, que bajo ningún
concepto son nihilistas, y sobre los cuales también el Dr. White, que ama mucho
a Eliot, hablará en Broadstairs dentro de unos pocos días. Habiendo asido el
problema honestamente, Eliot no se refugió en ninguna solución de avestruz como
lo han hecho muchos católicos que se han dejado engañar por el Vaticano II.
Pues, ciertamente, la cultura en general es a la religión (o
irreligión) como los suburbios de una ciudad son al centro de la ciudad. Y, así
como un general militar que tiene que defender a una ciudad sería de lo más
tonto al dejar que los suburbios sean ocupados por el enemigo, así cualquier católico que ama su religión no puede ser indiferente a las novelas, pinturas y
música que están moldeando a las almas todo alrededor de él. Por supuesto que
la religión (o irreligión) es central a la vida de un hombre, comparada con la
cual la “cultura” es periférica, porque la cultura de los hombres es, en el
fondo, un producto derivado de su relación con su Dios. Sin embargo la cultura
y la religión interactúan. Por ejemplo, ¿si no se hubieran dejado encantar muchos católicos por la racha de “La novicia rebelde”, hubieran sido tan fácilmente
engañados por el Vaticano II? O, ¿si los líderes actuales de la Fraternidad San
Pío X, contrastando cultura católica con anti-cultura moderna, hubieran asido
la profundidad del problema moderno, estarían ahora tan empeñados en volver
bajo los perpetradores del Vaticano II? ¡La cultura puede importar, tanto como
el Cielo y el Infierno!