jueves, 22 de mayo de 2014

Dios pedirá cuenta a los malos pastores

Dios pedirá cuenta a los malos pastores. A los que no apacientan al rebaño que Él les ha confiado, sino  que se apacientan así mismos y no cuidan de sus ovejas. No buscan a  las extraviadas, no cuidan de las enfermas ni de las débiles y las abandonan a las fieras del campo. Pero, luego les promete el Señor a su pueblo un Buen  Pastor, el rey David, figura del Mesías,  figura de Jesucristo. El Emmanuel, el Dios-con-nosotros, profetizado por Isaías.  Asegura que Él mismo, Dios, será quien vendrá a pastorear su rebaño. Una profecía también sobre la Encarnación  de la Segunda persona divina en Jesucristo, el Verbo encarnado.

            En los últimos tiempos se repetirá una situación similar con la abundancia de los malos pastores y se dispersará otra vez el rebaño, como lo anuncia San Judas Tadeo en su epístola, (Judas 12 ss.): “Estos son los que contaminan vuestros convites, cuando asisten a ellos sin vergüenza cebándose a sí mismos; nubes sin agua llevadas de aquí para allá por los vientos; árboles otoñales, infructuosos, dos veces muertos, sin raíces; olas bravas de la mar que arrojan espumas de sus torpezas; estrellas errantes a quienes está reservada una tenebrosísima tempestad para siempre. También profetizó de éstos Enoc, que es el séptimo a contar desde Adán, diciendo: Mirad que viene el Señor con millares de santos a juzgar a todos los hombres…

            …Vosotros, empero, queridos, acordaos de las palabras, que os fueran antes dichas por los Apóstoles de nuestro Señor Jesucristo, los cuales os decían que en los últimos tiempos han de venir unos impostores, que seguirán sus pasiones llenas de impiedad. Éstos son los que se separan a sí mismos, hombres sensuales que no tendrán el Espíritu. Vosotros, al contrario, carísimos, elevándoos a vosotros mismos como un edificio sobre el fundamento de nuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, manteneos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para la vida eterna.”

El Profeta Ezequiel


            A continuación damos este capítulo tan actual de las profecías de Ezequiel sobre los malos pastores y el Buen Pastor:

Capítulo 34
Del Profeta  Ezequiel

            Los malos pastores de Israel.
Hablóme nuevamente el Señor, diciendo: Hijo de hombre, profetiza acerca de los pastores de Israel; profetiza y di a los pastores: Esto dice el Señor Dios: ¡Ay de los pastorees de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿Acaso no son los rebaños los que deben ser apacentados por los pastores? Vosotros os alimentáis de su leche, y os vestís de su lana, y matáis las reses más gordas; mas no apacentáis la grey. No fortalecisteis las ovejas débiles, no curasteis las enfermas, no bizmasteis las perniquebradas, ni recogisteis las descarriadas, ni fuisteis en busca de las perdidas; sino  que dominabais sobre ellas con aspereza, y con prepotencia. Y mis ovejas  se han dispersado porque estaban sin pastor; con lo cual vinieron a ser presa de todas las fieras del campo, descarriadas como habían quedado. Perdida anduvo mi grey por  todos los montes, y por todas las altas colinas; Dispersáronse mis rebaños por toda la tierra, ni había quien fuese en busca de ellos; nadie, repito, hubo que los buscase.

            Por tanto, escuchad, oh pastores, la palabra del Señor: Juro Yo, dice el Señor Dios, que por cuanto mis rebaños han sido entregados al robo, y mis ovejas a ser devoradas de todas las fieras del campo, por falta de pastor; pues que mis pastores no cuidaban de mi grey; cuidan, sí,  de apacentarse a sí mismos, y no de apacentar mis ovejas. Por tanto, oíd, oh pastores, la palabra del Señor: Esto dice el Señor Dios: He aquí que Yo mismo pedirse cuenta a los pastores, demandaré mi grey de su mano, y acabaré con ellos, para que nunca más sean pastores de mis rebaños, ni se apacienten a sí mismos; y libraré a mi grey de sus fauces, para que jamás les sirva de vianda.

            El mismo Dios apacentará su grey.
Porque esto dice el Señor Dios: He aquí que Yo mismo iré en busca de mis ovejas, y las visitaré. Al modo que el pastor va revistando su rebaño, en el día en que se halla en medio de sus ovejas, después que estuvieron descarriadas; así revistaré Yo las ovejas mías, y las recogeré de todos los lugares, por donde fueron dispersadas en el día del nublado y de las tinieblas. Y las sacaré de los pueblos, y las recogeré de las tierras, y las conduciré a su propio país, y las apacentaré en las montañas de Israel, junto a los arroyos, y en todos los lugares de esta tierra. En pastos muy fértiles las apacentaré, y estarán sus pastos en los altos montes de Israel. Allí sestearán entre la verde yerba, y con los altos pastos de los montes de Israel quedarán saciadas. Yo, dice el Señor Dios, apacentaré mis ovejas, Y las haré sestear. Andaré en busca de las que se han perdido, y recogeré las que habían sido abandonadas; vendaré las heridas de aquellas que han padecido alguna fractura, y daré vigor a las débiles, y conservaré a las que son gordas y fuertes, y a todas las apacentaré con juicio.

            Discernirá entre justos e impíos.
A vosotros, empero, oh rebaños míos, esto os dice el Señor Dios: He aquí que Yo hago distinción entre ganado y ganado, entre carneros y machos cabríos. Pues que, ¿no os bastaba tener buenos pastos? Pero también lo que os sobraba de ellos lo hollasteis con vuestros pies; y habiendo sido abrevados en aguas limpísimas, enturbiasteis con vuestros pies las que sobraban, y mis ovejas tenían que apacentarse de lo que vosotros hollasteis con vuestros pies, y beber del agua que con vuestros pies habíais enturbiado. Por tanto, esto dice a vosotros el Señor Dios:He aquí que Yo mismo haré juicio entre ganado gordo y flaco, pues atropellabais con vuestros costados  y hombros todas las ovejas flacas, y las aventabais con vuestras astas para echarlas fuera y dispersarlas. Yo salvaré a mi grey, y no quedarán más expuestas a la presa, y discerniré entre ganado y ganado.

            El nuevo David será pastor de Israel.
Y estableceré entre mis ovejas un solo pastor que las apaciente, esto es, David, siervo mío; él mismo las apacentará, y él será su pastor. Y Yo el Señor seré su Dios; y el siervo mío David será el príncipe en medio de ellas. Yo el Señor lo he dicho.

Y haré con ellas alianza de paz; y exterminaré del país las bestias malignas; y aquellos que habitan en los desiertos dormirán sosegadamente en medio de los bosques. Y las colmaré de bendiciones a ellas , y a todos los alrededores de mi monte. Y enviaré a su tiempo las lluvias, y serán lluvias de bendición. Y los árboles del campo darán sus frutos, y la tierra sus esquilmos, y vivirán sin temor alguno en su país; y conocerán que Yo soy el Señor, cuando habré roto las cadenas de su yugo, y las habré librado del poder de los que las dominan; y no quedarán más expuestas a ser presa de las naciones, ni las devorarán las bestias de la tierra; sino que reposarán tranquilamente sin temor alguno. Y Yo haré brotar para ellas el renombrado pimpollo, y no serán más consumidos en su tierra por el hambre, ni llevarán más el oprobio de las gentes. Y conocerán que Yo, su Dios, estaré con ellos; y ellos, los de la casa de Israel, serán el pueblo mío, dice el Señor Dios. Vosotros pues, oh hombres, vosotros sois los rebaños míos, los rebaños que yo apaciento; y Yo soy el Señor vuestro, dice el Señor.

Jesucristo, el Buen Pastor.
Catacumba romana.