Primera parte
“Sea, pues, vuestro hablar, sí, sí o no,
no; lo que pasa de esto, del diablo viene”. (Mat,
5, 37)
“Denme las cartas de un hombre inocente, y
yo lo haré condenar”. Napoleón
Bonaparte.
Receta para acusar a alguien
Y salir indemne en el intento
1º. – Ser dueño los medios de
comunicación. O, simplemente, tener poder obre ellos, para, así, poder mentir,
mentir y mentir, sin jamás ser contradicho.
2º.- Algunas veces, para variar, se puede,
y se debe, mentir.
3º.- Ocultar la verdad es otra variante
interesante y da buenos y probados resultados.
4º.- Otra cosa eficaz es el poner
obstáculos, con todos los medios posibles, para que jamás se conozca la verdad
de los hechos, y abrumar con muchas otras noticias en contra, o no, para
distraer, o desviar la atención hacia el lado más conveniente siempre para
provecho e intereses propios. Y, si es posible, ganar también con ello más
dinero.
5º.- Torcer en contra suya todo lo que el
acusado pudiera decir en su defensa. Mutilar y recortar audios, videos,
escritos, etc. Es decir, “editar” o torcer las cosas de tal modo que todo
“diga” o “suene” como nosotros queremos.
6º.- Si la acusación es evidentemente
incómoda, o poco creíble, pero, no obstante, se la quisiera usar, se puede
aplicar el método “CONDENACIÓN POLÍTICA”, es decir, utilizar aquello que será
condenado “por todos”, o sea, lo que está establecido por los medios como
absoluta y dogmáticamente condenable. Sin defensa alguna posible para el
acusado. Y esto siempre es posible sin salirse, por supuesto, de lo
“políticamente correcto”.
7º.- Lo “políticamente correcto” es
aquello que, las izquierdas de toda laya, (marxistas, capitalistas, liberales,
etc.) hayan decretado dogmáticamente,
como censurable y condenable en este momento histórico. Porque podrá cambiarse
“a piacere” por otro distinto cuando se lo estime conveniente. Nos
estamos refiriendo a tachar a alguien de nazi o fascista - que es más o menos lo mismo -
convencidos de que esto es “lo más peor” de lo que se pueda
acusar a alguien residente en este planeta. Esta acusación dogmática y mortal tiene, además, la ventaja de haber
sido ya implantado en las mentes de las masas desde hace mucho tiempo y, si se
machaca tan constantemente con ello, es a fin de pulverizar toda posible duda
de su perversidad. Todo lo que se sigue de ello sucede en forma prácticamente
automática, por decirlo así, pues se ha llegado a imprimir tal presión
psicológica sobre las mentes, que todo el mundo está contagiado de ese virus
conocido como la “auto-censura”, lo cual es como tener adentro de uno un
policía con un garrote listo para darte por la cabeza apenas te pases de la
raya o del límite fijado de antemano, se haya impuesto este ya clara y
abiertamente o ya subliminalmente,
(es decir, “sin que uno se dé cuenta ni un “poquito así”). Esto lleva, además,
otra ventaja suplementaria: inhibir el hábito de pensar. Crear un miedo
interior, o autocensura, como para no tocar “ciertos temas”. Con el
temor de ser “malentendido” o “etiquetado” con alguna de esas horribles o
peligrosas etiquetas, que luego se puedan torcer en vuestra contra. No se puede
expresar una opinión sobre ciertos “temas tabú”, aunque fuera válida.
Siempre se hará imposible de colocar sobre el tapete en ningún debate. Hay tal
presión de los medios, con slogans, propagandas, etc. al respecto que ni
siquiera se atreverá nadie a recurrir al sentido común. También éste último
(nos referimos al sentido
común) que ya hace tiempo ha dejado de ser tan común, a causa de la
destrucción masiva de la inteligencia impulsada por los medios en todo el
mundo.
"Ecce Homo" por Honoré Daumier |
Un ejemplo histórico
Cuando los jefes religiosos del pueblo
Judío querían matar a Jesucristo por “blasfemo”, recurrieron a Pilatos
para lograr ese propósito, pues ellos no tenían permiso de aplicar la pena de
muerte a nadie, y, como Pilatos se negara a ello por no encontrar culpa
suficiente en Jesús como para aplicarle la pena capital, los judíos, para
lograr la condena de Jesús, recurrieron entonces a la ACUSACIÓN POLÍTICA, pues
Pilatos era el gobernador de Judea. –“Si
no crucificas a este, no eres amigo del César – gritaron – pues él dijo que no había que pagar
el tributo al César.” Y eso era sencillamente, una mentira. Jesús nunca
había dicho eso, sino: “Dad al César lo que es del César”. Torcieron de
este modo el sentido de lo que había dicho Jesús para volverlo en su contra.
Entonces, Pilatos, temiendo un perjuicio político contra él mismo, entrególes a
Jesús para que fuese crucificado. Acusaron a Cristo de nacionalista. Lograron
su condena a muerte como si él se hubiese proclamado líder de un movimiento
enemigo del Imperio Romano. Como a un agitador político. Hoy lo hubieran
acusado de nazi o fascista, o de ultra-judío, o judío integrista. Cuando, en la
realidad, los que odiaban la ocupación romana sobre Judea, los verdaderos
“nazis” o nacionalistas, o patriotas, eran los mismos acusadores de Cristo,
aunque clamaran: “No tenemos
más rey que el César”.
Hoy se utiliza a los “medios” para acusar
a cualquiera sin que cuente el acusado con posibilidad de defensa alguna. No
existen medios de descarga para los acusados.
Los medios dan para todo. ¿Para todo? Sí,
para todo, menos para la verdad. Solo están al servicio de sus amos. Y sus amos
solo saben mentir en su provecho. Pues los medios son un arma. Un arma de dominio.
Monseñor Poli y el Rabino Skorka |
En la Catedral de
La Santísima Trinidad de
Buenos Aires
Según los medios, el martes 12 de
Noviembre de 2013 se produjo en la catedral de La Santísima Trinidad de Buenos
Aires, un hecho de “violencia”, (Porque ahora parece que rezar el Rosario en
una Catedral Católica es un hecho de violencia) Porque una veintena de jóvenes,
y algunos niños entre ellos, fueron a rezar un Rosario de desagravio por la
profanación del Templo. Un Rosario para manifestar su desacuerdo con los
sacerdotes “católicos”, mercenarios y apóstatas de su credo, y hacerles ver que
hay actos que no son para ser celebrados en un Templo sin profanarlo. Nadie se
opuso a que los judíos celebrasen el acto que ellos querían celebrar, sino
que éste se realizara en el principal Templo Católico de Buenos Aires. Su
lugar más apropiado hubiera sido en una sinagoga. Tal vez esto se entienda
mejor con un ejemplo hipotético: Imaginémonos por un momento que los católicos
pidieran hacer un acto litúrgico en una sinagoga para homenajear a los miles de
cristeros muertos (Sacerdotes, laicos, mujeres y niños católicos) en la
persecución religiosa que sufrieron en Méjico por parte del gobierno masónico
del presidente Calles, entre 1926 y 1929, más los años siguientes en los cuales
siguieron asesinando a los jefes cristeros que habían sobrevivido. Imaginémonos
– digo - de pedir a las autoridades religiosas judías celebrarlo en su Sinagoga
principal. ¿Qué hubieran dicho sus representantes religiosos? Este ejemplo
hipotético es también para que lo entiendan los mismos judíos, víctimas ellos
también de la propaganda y del lavado cerebral que ejercen los medios
incitando al odio.
Lo que sí ocultan celosamente los medios
es cuál es realmente la religión más perseguida hoy en día. Es una sola
religión. Una sola: la religión Católica. (Persecución religiosa, incluyendo el
asesinato, en varios países, como la India, países africanos, islámicos, etc.)
Pero es que la única religión que es permitido atacar de todas las formas
posibles, e impunemente, es la Religión Católica. Es un permiso a nivel
mundial. Esto no lo dicen los medios, lo ocultan. Y, además, lo practican
celosamente. En lo cultural sucede otro tanto. El cine de Hollywood, por
ejemplo, no tiene película, desde el drama a la comedia o la película de
acción, (incluso en los films de animación para niños) en donde no se insulte
de alguna forma a todo lo que sea católico o que el público pueda relacionar
con él. Atacar ideas católicas que aún subsisten en el ambiente, para
extirpadas como obsoletas, anacrónicas, etc. Siempre se representa a los
sacerdotes católicos como seres hipócritas, ridículos, monstruosos, estúpidos o
perversos. Palabras convertidas en insultos entre los personajes como
“medieval”, “inquisidor”, etc. Películas como “El nombre de la rosa”,
“Cruzada”, “El código Da Vinci” y un larguísimo y larguísimo etc. Obras de
teatro se exhiben en Buenos Aires en donde se hace burla de los católicos. Las
librerías rebozan de libros anticatólicos. Se ultraja el Catolicismo de mil
maneras y por todos los medios. Se lo puede acusar, ridiculizar, decir sobre él
con toda clase de mentiras históricas, profanar sus templos, y, además,
promover todo aquello que la combata, ya sea en el plano moral,
religioso, político, filosófico, social, etc. Y nadie pondrá “el grito en el
cielo”. Nadie invocará la discriminación, ni ningún derecho a profesar, en un
país nacido católico, su propia religión. Prueben, por ejemplo, de hacer algo
así en un país musulmán y verían enseguida las consecuencias. Claro estamos en
plena apostasía. Empezando por las mismas autoridades “católicas” (enemigos en
realidad) que ocupan en la Iglesia cargos de jerarquía. Así que, no hay que ser
tan hipócritas como para rasgarse las vestiduras porque un pequeño grupo
(sí, pequeño) reacciona en defensa de ella tildándolo enseguida de “nazi” o
“fascista” – acusación
política; o de anti-judío – acusación
religiosa, si defiende la
profanación de un templo católico. Cuando en realidad los únicos que somos
discriminados y perseguidos somos siempre solamente los católicos. Esto es lo
que se hace y se fomenta en la realidad de todos los días. Pero eso está bien.
Eso es políticamente correcto ¿no es cierto? Porque todo lo que sea atacar a la
religión Católica está bien. Y cuando se elogia algo “católico”, lo es en la
medida en que “eso” ya no es católico realmente.
Papa Francisco I |
El aplaudido por todos, el Papa Francisco,
ha dicho:
A los jóvenes: “¡Hagan Líos!”
A todos: “El que no le reza a Dios, le reza al diablo. Cuando no confesamos a Jesucristo, confesamos la mundanidad del diablo, la mundanidad del demonio”.
Y, a todos también: “Recen el Rosario todos los días”
Cincuenta años de destrucción
de la
Iglesia Católica
Pero cincuenta años de ignorancia de su
propia religión - “hazaña” lograda por la Iglesia Modernista del post-Concilio
Vaticano II, (Para los no lo saben el modernismo ya ha sido condenado por el
Magisterio de la Iglesia desde mucho tiempo – siglo XIX en adelante hasta Pio
XII - como una herejía) ha producido “católicos” que ya no son católicos, ¡y no
lo saben! pues ignoran su fe, la doctrina bimilenaria de la Iglesia. Por eso no
distinguen ya lo sagrado de lo que no lo es. Es una religión nueva. Una Iglesia
que ya no tiene nada que ver con la Iglesia de siempre. Con el Magisterio de la
Iglesia. Es otra religión, es la religión del Hombre. Es el hombre puesto en el
lugar de Dios. Es la Religión que prepara la venida del Anticristo. Una
religión que pasa - y quiere pasar - por la verdadera Iglesia de Cristo, por
eso quiere seguir llamándose “católica”, para arrastrar con ella a los
incautos, a los que quieren un catolicismo mundano, un catolicismo fácil, un
catolicismo sin Cristo, un catolicismo sin cruz. Los curas de la Catedral de la
Santísima Trinidad de Buenos Aires son curas apóstatas. Son falsos pastores.
Son mercenarios. Son curas que reniegan de Cristo, que se avergüenzan de
Él (“Si alguno se avergonzare
de Mí, Yo me avergonzaré de él ante el Padre”) y se abrazan con el mundo (“Si alguno ama al mundo no está en
él la caridad de Dios”). Son aplaudidos por el mundo, porque ya no son de
Cristo. Porque el mundo ama lo que es suyo. Porque el mundo odia y rechaza a
Cristo y a la Iglesia fundada por Él. “Si
alguno de nosotros – dice san
Pablo – o un ángel del cielo,
os predica un Evangelio distinto al que os hemos predicado, sea anatema”.
Es decir excomulgado. “Estaban
entre nosotros, pero no eran de nosotros” -
dice el apóstol san Juan hablando de los falsos hermanos, de los herejes.
Hereje es aquél que predica un Evangelio distinto. Que usa una apariencia
católica pero sin serlo ya. Que usa palabras católicas, pero dándoles otro
sentido, que no se corresponden con el espíritu de Jesucristo. Jesucristo es
verdadero hombre y verdadero Dios. Jesucristo es el verbo de Dios encarnado. Un
hecho. Un misterio que ocurrió en un momento de la historia. “En la plenitud de
los tiempos” - como señala san Pablo. Los que creen que ahora estamos en la
plenitud de los tiempos porque tenemos máquinas voladoras, televisión e
Internet se equivocan. No estamos precisamente en la cima de una plenitud sino
en una pendiente. Una pendiente en donde nos deslizamos cada vez más
aceleradamente hacia el fin de los tiempos. No estamos subiendo, sino
cayendo. Los adelantos tecnológicos no hacen al hombre mejor ni superior a otro
en el sentido moral, humano y trascendente. Un hombre armado de un fusil con mira
telescópica enfrentando a otro armado con una espada, no le hace
automáticamente mejor, como hombre, que aquel por tener un arma
tecnológicamente más poderosa, como para asegurar la muerte del adversario y
corriendo el menor riesgo personal, sino todo lo contrario, le da la
posibilidad de ser moralmente peor que el que blande la espada. El avance
técnico no hace mejor a los hombres por ese solo hecho. Más bien facilita todo
lo contrario. Los ejemplos están a la vista de quien simplemente quiera mirar cómo
se reparte el poder hoy en el mundo, por ejemplo.
El Anticristo va a necesitar, en sus
comienzos, de una religión, y de una religión humanista, para sus propósitos,
pero no precisamente de la Religión Verdadera, que una o re-ligue al hombre con
Dios. Todo lo contrario, la considerará su principal enemiga. Luego se
deshará de toda religión, de todo lo que se llame “Dios”
y se sentará él mismo en el Templo de Dios y se hará adorar como tal. Él hará
una marca a sus seguidores, en la mano derecha o en la frente, y quien no la
tuviere no podrá ni comprar ni vender. Es decir, ejercerá un poder absoluto.
Ejercerá la tiranía más absoluta que jamás existió apoyado por la tecnología.
Establecerá la esclavitud más total y férrea, persona a persona, como jamás tirano
alguno pudo lograr en toda la historia de la Humanidad. Y todo esto lo hará en
nombre de la democracia, de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad
universal.
Volvamos a la catedral
Después de ésta larga digresión volvamos a
la Catedral de Buenos Aires, tantas veces profanada y ultrajada, por
abortistas, homosexuales, agrupaciones de la izquierda, y otros enemigos de la
Iglesia. Los falsos pastores, como les llamó Cristo, los asalariados, los que
cuando ven venir al lobo abandonan el rebaño y huyen, nunca movieron un dedo
para defenderla, y ni siquiera para desagraviarla luego con un algún “acto
litúrgico” invitando representante de otras religiones, como les gusta hacer.
¿Por qué? ¿Porque seguramente vendrían a hacerlo espontáneamente algunos pocos
laicos por ellos?... ¿O, simplemente, porque no les importa? No. Tampoco... Sino
porque esos laicos los hacen "quedar mal". Les hacen quedar como intolerantes si
defienden la Iglesia. Como fanáticos. Defender algo que es propio es fanatismo. No
hay que amar tanto. Siendo lo real que los intolerantes, los que no toleran el
Evangelio de Cristo son los que lo atacan, y profanan lo que es sagrado para los
católicos. Esos laicos son unos reaccionarios, por defender su religión. Pero
¿Quién no reacciona cuando insultan a su madre? Esos laicos aún quieren a
su Madre aunque los pastores la prostituyan y la hagan irreconocible. Esto
fastidia, sí, a los malos pastores, lobos disfrazados de ovejas. Pero ¿Fueron
alguna vez realmente pastores? Si lo fueron ¿Desertaron de serlo? “Por sus
frutos se conoce la árbol”- nos enseñó Jesucristo. “El árbol bueno no
puede dar frutos malos, ni el árbol malo dar frutos buenos”.”Sepulcros
blanqueados. Bellos por fuera pero, dentro, llenos de podredumbre y de huesos
de muertos”.
Estas cosas las profetizó nuestro Señor
Jesucristo de diversas maneras: “Cuando vuelva el Hijo del Hombre ¿Creéis
que hallará fe en la tierra?”. “Os perseguirán y os matarán creyendo hacer un
servicio a Dios”. "Cuando veáis la abominación de la desolación en el lugar Santo, donde no debe estar" -predicha por el profeta Daniel- ...Y, san
Pablo dice: “Es necesario que antes
venga la gran Apostasía”. Y, después
de ella, eliminado ya el “obstáculo”, “aparecerá
el hijo de perdición, el impío, el Anticristo”.
Un acto profano y político en donde no debe estar. |
La presencia política de izquierda, atea y enemiga de Cristo presente |
Insultos |
Estamos ya en esos tiempos profetizados.
Cristo nos dio las señales para reconocerlos. Como fue profetizada su primera
venida y no le reconocieron. Porque no reconocieron el tiempo de su visitación
pues la religión estaba corrompida por la hipocresía y por “mandamientos de
hombres”. Pues ponían los mandamientos humanos por sobre los de Dios, y porque
ignoraban las Escrituras y el poder de Dios. Hoy estamos en una situación
similar a la primera venida de Cristo. Pero si en la primera vez vino a salvar,
en la segunda vendrá para
juzgar. “Y las naciones se
golpearán los pechos”, cuando
vean la señal del Hijo del hombre en los cielos, y ante el relámpago de su
venida. No importa que hoy no crean en esto. Para los que no creen estas
palabras están dichas para testimonio en aquél día.
Alberto M. Borromeo
Fin de la primera parte