domingo, 29 de diciembre de 2013

BILLOT I y II


Damos a conocer aquí dos Comentarios eleison 
escritos por Monseñor Richard Williamson 
y desplegados en dos entregas tituladas como Billot I y Billot II


BILLOT I

(336) 21 de diciembre 2012



Cardenal Louis Billot


Por años he estado brindando una conferencia sobre las Siete Edades de la Iglesia, basada en el Comentario del libro del Apocalipsis por el Venerable Bartolomé Holzhauzer. Sacerdote alemán de la primer mitad de los años 1600, él dijo que lo escribió bajo inspiración. La conferencia ha sido popular, especialmente porque encaja la locura de nuestra edad en un patrón armonioso de toda la historia de la Iglesia. De lo que no me había dado cuenta, sin embargo, es que la visión de Holzhauzer es compartida por un famoso teólogo clásico, haciendo así más difícil despedir a Holzhauzer por ser un mero visionario o “aparicionista”.

Es en un Epílogo al primer volumen de su clásico Tratado de la Iglesia de Cristo que el Cardenal Louis Billot (1846-1931) traza con algún detalle la correspondencia afirmada por Holzhauzer entre siete períodos principales de la historia de la Iglesia y las siete Cartas a las siete iglesias de Asia que componen los Capítulos II y III del libro del Apocalipsis. El Epílogo de Billot nunca menciona a Holzhauzer, pero es difícil imaginarse que no haya conexión. Sin embargo, Billot tiene cuidado al iniciar tal correspondencia no a partir de una visión o inspiración, sino de los nombres griegos de las siete iglesias. La adecuación de estos nombres a la historia de la Iglesia en desarrollo es, o bien una notable coincidencia, o bien, más probablemente, una huella de la Providencia actuando – Dios, ¡el Maestro de la Historia!

Así, Billot dice que Efeso (Apoc. II, 1-7) significa en griego un “inicio con ímpetu”, obviamente adecuable a la Edad Apostólica (33-70 AD) con la cual comenzó la Iglesia. Esmirna (Apoc. II, 8-11) denomina a la segunda iglesia y quiere decir “mirra”, correspondiente a la pasión y a los sufrimientos de la Segunda Edad de la Iglesia (70-313 AD), la de los Mártires. Pérgamo (Apoc. II, 12-17) era una ciudad famosa por la literatura, de manera que “pergamum” vino a significar material sobre el cual se escribe, correspondiendo al racimo de grandes escritores de la Iglesia pertenecientes a la Tercera Edad de la Iglesia, la de los Doctores (313-800). Tiatira denomina a la próxima iglesia (Apoc. II, 18-29) y significa “esplendor del triunfo” correspondiendo al triunfo de 1000 años de la Iglesia Católica extendiéndose desde Carlomagno (742-814) hasta la Revolución Francesa (1789).


Estos mil años pueden ser también contados desde alrededor de la conversión de Clovis (496) a la erupción del Protestantismo (1517). Pero, sea que uno marca la declinación del Cristianismo a partir de la Reformación o de la Revolución, de cualquier manera Sardes, denominando a la quinta iglesia (Apoc. III, 1-6), fue la ciudad de Creso, un hombre fabulosamente rico que evoca la abundancia de dinero, prosperidad material y decadencia espiritual, tal como caracteriza a los tiempos modernos. En efecto, las advertencias a la iglesia de Sardes corresponden perfectamente a nuestra propia edad hoy en día, como veremos con Billot en “Comentarios” adicionales.
Claramente nos movemos hacia el futuro con la sexta iglesia, la de Filadelfia (Apoc. III, 7-13), significando “amor” (Fil-) de “hermandad” (-adelfia). El Cardenal Billot afirma que este nombre corresponde a un gran triunfo final de la Iglesia, marcado notablemente por la conversión de los judíos como la profetizó San Pablo (Rom. XI, 12) y por su reconciliación con los Gentiles, hermanos por fin en Cristo (Ef. II, 14-16).
Pero la iglesia de Filadelfia es advertida que la tribulación está viniendo (Apoc. III, 10) la cual corresponde a la séptima y última Edad de la Iglesia, la de Laodicea (Apoc. III, 14-22) denominada por juicio (dike) de los pueblos (laon). Será la Edad de la última y más terrible prueba de la Iglesia, la persecución del Anticristo seguida por el Juicio General de todas las almas que hayan alguna vez vivido y, así, de todos los pueblos.

Kyrie eleison.



Venerable Bartolomé Holzhauser
BILLOT II

(337) 28 de diciembre 2012

No es solamente basado en los nombres de las siete iglesias de Asia (cf. “Comentario” #), sino también basado en el contenido de las siete Cartas dirigidas a ellas (Apoc. II y III) que el Cardenal Billot establece la conexión entre las Cartas y siete períodos principales de la historia de la Iglesia. De especial interés en este sentido es la Carta a la iglesia de Sardes (Apoc.III, 1-6) que correspondería a nuestra propia Edad, la quinta, la Edad de la Apostasía. Después de evocar la riqueza, lujuria y prosperidad material asociadas con Creso, famoso gobernante de Sardes, Billot escribe:

“Como es de esperarse, esta iglesia parece estar en un estado de declinación espiritual. La Apostasía y la decadencia están por todos lados, pero, mientras que la mayoría de las almas abandonan la religión, hay unas pocas que permanecen fieles a Cristo. El ángel dice, ‘Con todo, tienes en Sardes algunos pocos nombres que no han manchado sus vestidos’. Pero: ‘Se te tiene por viviente, pero ¡estás muerto!’ El nombre (pero no la realidad) de la vida, del conocimiento, de la libertad, de la civilización, del progreso; y estás muerto, sentado en la oscuridad y a la sombra de la muerte porque, la luz de vida, la cual es Nuestro Señor Jesucristo, ha sido rechazada. De allí que al Obispo de Sardes se le dice: ‘Ponte alerta y consolida lo restante, que está a punto de morir’. Y, por sobre todo, se le recomienda aferrarse indefectiblemente a todas las tradiciones de los Santos Apóstoles, sin desviarse en lo más mínimo del significado que ellas tenían para los Padres de la Iglesia, con la excusa de, o bajo la apariencia de, un entendimiento más profundo: ‘Recuerda, pues, tal como recibiste y oíste; y, guárdalo, y arrepiéntete’. Eso basta en cuanto a la Quinta Edad. Pero lo que sigue es para regocijarse un poco más”. Y el Cardenal sigue su camino con las Sexta y Séptima Edades.

Los lectores que nunca han leído los siete primeros versículos del Apocalipsis III en conexión con nuestros propios tiempos, estarían interesados en hacerlo. La conexión es notable y no co-incidental.
Es notable porque “consolida lo restante, que está a punto de morir” corresponde exactamente a la Contra-reformación salvando del Protestantismo al Catolicismo, a los Papas anti-liberales salvando de la Revolución al remanente de la Iglesia, al Arzobispo Lefebvre (y otros) rescatando del Vaticano II a la Tradición, y, ahora, a la Resistencia batallando para salvar lo que se pueda salvar de su Fraternidad colapsando en el liberalismo. Seguramente los católicos pueden sentirse animados desde esta perspectiva, que su larga y aparentemente desesperanzada acción de retaguardia viene de un pasado distante y encaja, ciertamente, en un futuro al final triunfante. Es por ello que Dios nos ha dado el libro del Apocalipsis.
Tampoco es la conexión co-incidental. Nuestro Señor prometió a Sus Apóstoles (Jn.XVI, 12-14) que Su Espíritu, el Espíritu Santo estaría con ellos y con sus sucesores a lo largo de las edades para revelarles a ellos lo que ellos en aquel momento solamente necesiten saber. Fue solamente cuando la Guerra de los Treinta años (1618-1648) estaba estragando Alemania, que al Venerable Holzhauser se le fue dado el entendimiento de las Siete Edades escondidas dentro de las Cartas a las siete iglesias de Asia. Así mismo fue solamente cuando la Revolución Rusa estaba justo por estallar, que necesitamos a Nuestra Señora asegurándonos en Fátima que al final Su Corazón Inmaculado triunfará. Cierto, la Iglesia está siendo, en este preciso momento, eclipsada (ver en Internet los fragmentos de la película de la Misa pública celebrada recientemente en Brasil por el hombre de Iglesia en blanco), pero, aún así, no hay necesidad ni justificación para que nosotros devengamos liberales.


Kyrie eleison.