domingo, 29 de diciembre de 2013

La actual Fraternidad lanza una nueva Cruzada del Rosario

Corazón Inmaculado de María

Se dice por allí que, luego de la presentación en Roma de esta Cruzada (que seguramente  “enternecerá” y  hará “misericordear” a esta Roma) la neo-Fraternidad le pedirá un “reconocimiento canónico”. ¿Será verdad?... ¿Lloverá? … No lo sabemos. Pero abramos los paraguas, por las dudas. Es mejor estar prevenidos.

Nosotros los católicos no tenemos ninguna necesidad de ser aprobados  por la Roma apóstata, por la Roma que no solo ha abandonado la fe sino que se ha convertido en su más acérrima enemiga. La Roma apóstata no pertenece a la Iglesia de Cristo. No es ya la Iglesia de Cristo. Es ya otra religión que se está transformando en la “iglesia” del anticristo y, sus autoridades de hoy, constituyen en este momento sus falsos profetas.

La actual autoridad de la actual Fraternidad Sacerdotal San Pio X ha convocado a una nueva “Cruzada del Rosario” que se extenderá desde Enero hasta Pentecostés (Durante seis meses - así la cantidad de Rosarios será mayor, aunque sean menos los adherentes.  Vemos aquí  la importancia que Menzingen le confiere al número. Esto es otra mala señal, pero sírvanos también para constatar los móviles verdaderos y los juicios de valor con que se maneja, basada en el número, la autoridad residente en Menzingen).

Son tres los  propósitos  o  fines declarados para ésta cruzada:

“1) Para implorar una protección especial del Corazón Inmaculado de María sobre las obras de la Tradición.
2) Por el retorno de Roma a la Tradición católica.
3) Por el triunfo del Corazón Inmaculado de María mediante la Consagración de Rusia.”

En la redacción, y en el orden, de estos tres fines o propósitos para esta cruzada vislumbramos el espíritu sinuoso conque se maneja Menzingen. ¿No sería mucho más franco y noble simplemente decir, como único fin de la Cruzada: “Para que Rusia sea Consagrada, por el Papa y los Obispos del mundo, al Inmaculado Corazón de María?” Porque las otras dos intenciones, en realidad, son el resultado, o el efecto, que brotaría de ésta Consagración como de su fuente. Pero sabemos, por boca misma de Monseñor Fellay, que él nunca tuvo un firme convencimiento de este pedido de la Virgen Santa y puso siempre “peros” o excusas para no pedirlo abiertamente a Roma. Excusas (no sabemos si brotadas de su propio pensamiento o sugerida por otros) pero que siempre se opusieron a este pedido tan sencillo (e “in-creíble”, para unos cuantos en Menzingen, incluido Mons. Fellay)  de Nuestra Señora. Una excusa de ejemplo: -“Pero, esa promesa de Nuestra Señora demoraría mucho en el tiempo para realizarse” – dicho de Mons. Fellay. 
Otra excusa de ejemplo: “La Iglesia no nos obliga a creer en estas revelaciones particulares.” Es verdad. Pero… ¿Por qué creer en unas cosas sí y en otras no, de un mismo mensaje?  ¿Esta selección es sugerida por la Iglesia? Nos referimos a La Salette y a Fátima especialmente. ¿Por qué Mons. Fellay acepta “Finalmente mi Corazón Inmaculado triunfará” y no acepta un supuesto (imaginado por él) retardo de su cumplimiento en el tiempo? ¿Por qué no le dice a los romanos: “El Papa y los Obispos juntos deberán Consagrar Rusia al  Corazón Inmaculado de María? Eso es lo que pidió la Santísima Virgen en Fátima, sin ambigüedades, sino clara y sencillamente. ...Es que, tal vez, Nuestra Señora no sabe nada de política…Pues Ella está mucho más arriba de todo eso.
¿Será  acaso que Monseñor tuvo alguna revelación privada de María asegurándole esto y que nosotros no conocemos?

Los tiempos, lo sabemos muy bien, le pertenecen al Padre, como nos lo enseñó nuestro Señor Jesucristo. Y los tiempos que maneja el Padre son  estos: “En el momento preciso y del modo más perfecto”. ¿Acaso podemos nosotros “aconsejar a Dios” – como dice San Pablo? ¿Nosotros podemos juzgar mejor que Dios el cuándo y el cómo de su obrar? La Virgen Santísima nos ha sido enviada por Dios como mensajera misericordiosa, y ella no nos puede pedir algo que vaya en contra de las disposiciones divinas.

Fieles hermanos en Cristo y María, recemos nuestros Rosarios diarios con el propósito pedido por Nuestra Madre del Cielo: “Porque Rusia sea consagrada a su Inmaculado Corazón por el Papa y los Obispos del mundo.” Y no se aflijan si no pueden llevarle el papelito a Mons. Fellay, pues Nuestro Señor escucha las oraciones de sus hijos.
Y, si Mons. Fellay, consigue pocos papelitos para presentar en Roma, tampoco importa, porque Dios no se guía por el número sino por la pureza de los corazones que le aman sinceramente. Estén sus oraciones en papelitos, o no.


Pareciera que nuestro Señor se hubiera regido por el número cuando Lot le pidió, aduciendo una cantidad decreciente de justos que pudieran contener estas ciudades (por Sodoma y Gomorra) para que no fueran destruidas en su ira. Sabemos que solo se salvaron ocho justos: Lot y su familia. Y cómo la mujer de Lot fue convertida en estatua de sal por mirar hacia atrás, hacia aquello que iba a ser destruido, pues, su corazón, de algún modo, sentía esa pérdida. Esto es lo que nos significa Jesucristo cuando nos advierte que “el que pone la mano en el arado y mira hacia atrás, no es digno de mí.” Y “En donde está tu tesoro, estará allí tu corazón”. Y los católicos, en este momento,  no estamos en donde estamos, o en dónde nos toca estar, para ninguna gloria humana, sino para la gloria de Dios. No para ninguna de las cosas de este mundo perecedero, sino para la Ciudad eterna, en donde está, y estará, nuestra futura Patria. Que Dios se apiade de nosotros y nos de su gracia para serle fiel hasta el fin. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.