Comentario Eleison
Por Monseñor Richard Williamson
Número CDXIV (414)
Monseñor Richard Williamson |
¿Es
la Consagración de Rusia anticuada?
Es indispensable, aunque sea tardía.
Es indispensable, aunque sea tardía.
Cuando
el 13 de Junio de 1929 Nuestra Señora de Fátima se apareció a la
Hermana Lucía en Tuy, España, para pedir la Consagración de Rusia
a Su Corazón Inmaculado, tuvo perfecto sentido porque siempre desde
que la Revolución Rusa estalló en Octubre de 1917, Rusia había
perseguido a la Iglesia y actuado como el instrumento principal del
Comunismo para esparcir sus errores mortales por todo el mundo. Sin
embargo, Rusia está ahora representando un papel tan diferente en el
escenario de los asuntos mundiales que hay Católicos que se
preguntan si esa Consagración es todavía necesaria. ¿No ha sido ya
superada por los acontecimientos?
Cierto,
con la caída del Muro de Berlín en 1989 el pueblo ruso ha comenzado
a repudiar al Comunismo ateo bajo el cual había sufrido tanto
durante 70 años, y desde entonces no ha cesado de evolucionar hacia
Dios en lugar de alejarse de Él. Liderando esta evolución ha estado
el Primer Ministro o Presidente desde 1999, Vladimir Putin (nacido en
1952), quien con su ejemplo personal y su liderazgo público ha hecho
todo lo que ha podido para promover el renacimiento real de la
religión Cristiana Ortodoxa dentro de Rusia. Algunos observadores
todavía dudan que Putin sea genuino, pero los frutos están: miles
de iglesias y catedrales reconstruidas en toda Rusia y la moralidad
defendida, mientras que fuera de Rusia, Putin ha retrasado más de
una vez el estallido de la III Guerra Mundial por ser más listo que
los delincuentes políticos occidentales, títeres del Nuevo Orden
Mundial ateo que empujan su triunfo.
Entonces,
¿puede uno decir que Rusia hoy en día no necesita más ser
convertida? No, porque la Cristiandad Ortodoxa no es todavía
Catolicismo, y porque el Comunismo, según se dice, ha dejado su
marca en la moral del pueblo ruso, por ejemplo en la práctica
todavía difundida del aborto. Pero lo que uno puede decir con
certeza es que por el renacimiento religioso presente, atestiguado
por muchos visitantes occidentales a Rusia desde muchos años,
Nuestra Señora está preparando la completa conversión de Rusia y,
si bien esa conversión completa puede no necesitarse más para poner
fin al Comunismo ruso, en el siglo 21ero puede muy bien
necesitarse más para vencer al Globalismo mundial. Especulemos en
como ello puede pasar.
Para
desencadenarse del agresivo encerramiento de Rusia por las bases
militares de un poder occidental (que no nombramos) porque se ha
dejado instrumentalizar por los perversos Maestros del Globalismo,
Rusia, la aparente pero no la real agresora (los dos no son siempre
lo mismo), invade y conquista Europa minuciosamente corrompida por el
materialismo ateísta. Bajo la presión de la guerra y la ocupación,
el Papa finalmente lleva a cabo la Consagración de Rusia, tal como
era pedida por Nuestra Señora en Fátima, y la milagrosa conversión
completa empieza a tener lugar, pero no para la pútrida religión de
Roma Conciliar sino más bien para un Catolicismo completamente nuevo
(e igualmente viejo – ( ver Mt.XIII,52), en el cual toda la Verdad
de la Roma Eterna y de una vez fiel Occidente, se revitaliza por la
frescura religiosa de los rusos post-comunistas que aprovechan todo
lo más verdadero y lo mejor de sus propias tradiciones orientales.
¿Se
toma el deseo por realidad? Los detalles aquí reunidos a partir de
profecías y aún las grandes líneas de la especulación pueden
estar equivocadas pero, de cualquier manera, un tal parecido milagro
será forjado por Nuestra Señora para limpiar Oriente de sus errores
y Occidente de su corrupción, de manera que la Iglesia pueda
respirar de nuevo con ambos pulmones y de manera que pueda venir ese
“período de paz para el mundo” que Ella prometió en Fátima. De
cualquier manera, los creyentes estarán gritando con San Pablo,
“¡Oh, profundidad de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia
de Dios! ¡Cuán inescrutables son sus juicios, y cuán insondables
sus caminos!” (Rom.XI,33). Si estamos entre los sobrevivientes,
estaremos maravillándonos de las obras de Dios y de su Bendita
Madre.
Kyrie
eleison.