miércoles, 5 de febrero de 2014

PADRE CHAZAL: CARTA A UN SOLDADO DESCONOCIDO DE LA RESISTENCIA INTERNA

Padre Chazal

Martes, 4 de febrero de 2014

PUBLICAMOS UN EXTRACTO DE ESTE DOCUMENTO. 
Leer completo en: AVEC L'IMMACULÉE.

Estimado Cofrade:

Usted no parece prestarse a la demonización en curso respecto a nosotros, y siendo el demonio lo que es, es tiempo de estrechar mi contacto como usted, no para darle discursos de moral ni para condenarlo; al contrario, le escribo porque le tengo una gran estima y porque los dos estamos de acuerdo en un mismo hecho: Monseñor Fellay es un modernista.

La siguiente cuestión es: ¿Qué hacer? ¿Resistir en su sitio o sumergirse en lo desconocido, con los cow-boys?

Tenga la seguridad, amigo mío, yo no tengo la más alta opinión de la Resistencia. No somos más que un remanente, una mescolanza dispersa, partículas en suspensión (pienso particularmente en el querido Padre Pinaud)

Nuestra Norma está en Corintios, Capítulo I, versículo 28: "Et contemptibilia elegit Deus, et ea quae non sunt, ut ea quae sunt destrueret". (Nota: Y Dios escogió las cosas viles del mundo y las despreciadas, las que no son, para anular las que son). ¿Cómo podríamos cansarnos de San Pablo? Todo está allí.

Por el momento contamos con:

-Monseñor Williamson, Padres Abraham, Bufe, Kramer, Pinaud, Rioult, Salenave, Koller, de Merode, de Ste Marie, Fuchs, Trauner, Sauer, Ribas, Abrahamowicz, Padres Avril, Raffali, Bruno osb, Pierre-Marie OP y los otros diez dominicos. (Europa 29)

-Padres Ringrose, Ortiz, Voigt, Iglesias, Pfeiffer, Hewko, Monseñor Perez y los otros tres sacerdotes en Los Angeles, Monseñor Fulham, Padres O’Connor, Da Damio, Maurel, Trinchard, Dardis, Girouard, Gruner, Padre Dominic Mary of the Pilar OP (América del Norte 19)

-Padres Faure, Cardozo, Trincado, Altamira, Ruiz, Vargas, Makarios, Lashing, Dom Tomás de Aquino OSB, Dom Jahir, Dom Joaquim, dom Rafael. (América del Sur 12).

- Padres Nariai, Suelo, Chazal, Valan, Pancras, Hartley, Padre Elijah ofm (Asia-Australia 7)

- Padres Picot y N'Dong en África (2)

Otros sacerdotes están a punto de unirse a nosotros pero prefiero ser discreto, y tenemos dos ermitaños que no quieren ser perturbados.

Nos gustaría contar a los Padres Grosso, Ceriani, Méramo, Turco, Maessen, Weinzel, Riedl… que Dios los guarde, a quienes ama y protege, pero creo que son sedevacantistas, amargos algunos, ferozmente anti-Williamsonistas otros.

Con la llegada de Avrillé, el número de religiosos no sacerdotes llega a 60 o 70; y si se resuelven los problemas de visa de nuestros 4 brasileños, llegarían a unos 20 seminaristas en nuestros micro seminarios.

Por el lado de los fieles, 110 grupos aproximadamente, yendo de 700 fieles con Monseñor Pérez a un fiel y medio en Delhi, India…

Pero repito, somos una pequeña cosa, pero la humanidad está en la perdición. Incluso si desvalijáramos a Menzingen, no estaríamos más que al comienzo.

Mientras tanto, lo esencial es que comprendamos que el sacerdote es un hombre público. Para él, hablar en privado es igual a callarse. Pero para no molestarlo más, reconozco que el problema va más allá para ustedes pues ustedes comparten la noción de que el sacerdote es otro Cristo, venido al mundo para dar testimonio de la verdad, y muerto en la cruz por haber confirmado esta misma verdad ante Caifás.

Su problema es de orden práctico.


Primera constatación: Nadie reacciona a su lado. Todos están paralizados, comenzando por su jefe, el Padre de Cacqueray, que comienza a poner agua al vino de su doctrina (aprobando la declaración del 27 de junio por ejemplo).

-Segunda constatación: Si usted reacciona, es un hecho, su apostolado, todo su apostolado, lo que ha construido tan pacientemente, se termina y como el Padre Pinaud, será enviado lo más lejos posible para ser condenado enseguida.

- Tercera constatación: Las almas confiadas  a usted serán confiadas a otro, tal vez menos competente, tal vez completamente liberal. Sería favorecer la Revolución al dejarles una tribuna suplementaria. Usted de facto abandonaría el terreno al enemigo bajo pretextos heroicos.

-Cuarta constatación: El enemigo es lo que espera para depurar todo lo que resiste a la nueva posición de la Fraternidad oficial, mientras que los sacerdotes de la resistencia interior se están organizando entre ellos, estrechan sus lazos, obtienen resultados tácticos como la salida del Padre Berthe y su reemplazo por el padre Portrail en Flavigny.

Última y más importante constatación: No podemos abandonar la Fraternidad de un día para otro. Hay que dejar a esta obra inmensa la oportunidad de ser reconquistada. Honor a los que lo hicieron en 2012, pero en lo que concierne al interior, la batalla está lejos de estar terminada. La Fraternidad ha conocido graves crisis en el pasado y siempre salió más fuerte. En vez de precipitarnos, veamos primero si el mal es incurable. Incluso si Dios decide que comencemos de nuevo, hace falta tiempo para preparar a los fieles.

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Espero que estas constataciones le hagan justicia a sus pensamientos; lo que piensan todos aquellos que están de acuerdo con nosotros pero que permanecen paralizados en cuanto al deber de levantarse públicamente.

El otro punto que complica todavía más las cosas, es que los errores que se extienden en la Fraternidad parecen minúsculos comparados a los que golpearon a la Iglesia hace cuarenta años. No se les pide celebrar la nueva misa… y si quieren, o si el Padre Pfluger no está enterado, ustedes pueden hablar en contra del Vaticano II; lo que les permite desahogarse, tranquilizarse, y esta es la línea interna, permitida, de la Fraternidad.

Me imagino estando en su lugar, rodeado de cofrades y amigos paralizados… ¿saltaría yo a lo desconocido? No lo sé.

Lo que sí se de manera absoluta, es que toda esta montaña de razones se desvanece ante la Fe. Cuando la Fe católica es atacada, no hay más remedio que confesarla, y si nos callamos públicamente como sacerdotes, el Buen Dios es capaz de mandar jovencitas como Santa Catalina de Alejandría para reemplazarnos.

Creo que el Buen Dios quiere avergonzarnos, un poco como los vendeanos de la batalla de Torfou.

No puedo aceptar que creamos que Dios es incapaz de ocuparse del resto si hacemos nuestro deber que es el de confesar la Fe.

El apoyo con el que nos ha beneficiado desde el 2012 confirma perfectamente lo que digo. ¿Dios dejará de ser bueno porque nosotros somos miserables?

¡No! Estamos llenos de consolaciones; los fieles se nos acercan, uno, dos o tres cofrades se nos unen todos los meses; el mes de enero totaliza 25 sacerdotes suplementarios… Incluso Menzingen quiere enviarnos cofrades para purificarse. Aquí, el Padre Couture ha sido notable.

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Quisiera que reflexionáramos un poco más sobre la naturaleza de
-La Iglesia.
-La Autoridad.
-El bien común.

1.- Estamos haciéndonos una falsa concepción de la Iglesia, como si la Iglesia fuera antes que nada un conjunto de obras diversas y variadas, siendo que la Iglesia es sobre todo la Fe. Las obras no sirven más que para eso, para confesar y transmitir la Fe. Ustedes me dirán, usted está en contra de las obras, de los medios de transmitir la fe… a lo que respondo que si estamos silenciosos mientras que la Fe es atacada, para defender los medios de hablar sobre la fe, entramos en contradicción. Todo esto es como esos sacerdotes que me han dicho que es absolutamente necesario organizarse, pero no hacen nada, o los que dicen que hay que apoyar a los obispos que se callan.

¿Cuántas veces hemos visto en la Historia de la Iglesia, esta necesidad de abandonar estos medios colosales, estas instituciones gigantescas, obispos, monasterios, escuelas, etc. para preservar la Fe ciertamente, pero a veces también para preservar la disciplina eclesiástica o monástica (San Bernardo, San Norberto, San Juan Capistrano).

Si para preservar una cosa que es menos que la Fe ha sido necesario a veces se ha tenido que pasar por encima de ciertos establecimientos; con mayor razón hay que saber desprenderse de cosas muy preciosas (y Dios sabe hasta qué punto, sobre todo en nuestra época, las obras de la Fraternidad son preciosas) para confesar la Fe.

La Declaración del 15 de abril de 2012 prueba el modernismo de la autoridad, y éstas dejan al liberalismo entrar por todas partes y podrir todo gracias a la aplanadora de las instituciones y gracias al miedo de perder estos instrumentos de los cuales nos hemos servido hasta hoy.

Esto es lo que sucedió en los años 70, y nuestro fundador nos advirtió de la trampa en la cual podemos caer ahora. Él se lamentó también de todos estos religiosos que cayeron en la trampa, desde el monasterio de Dom Gérard, como por el monasterio que controlaba, le Barroux.

Por el contrario, reforzamos la fe y damos sangre nueva a la Iglesia cuando sabemos, en el debido tiempo, pisotear las construcciones institucionales, para que la Iglesia se arraigue más profundamente en la Fe de Pedro.

Dios nos ayudará a recomenzar; empezaremos otro ciclo, espero que un poco más largo que 20 años. Los puntos de vista de Monseñor Williamson son tal vez ligeramente pesimistas…

No, la Iglesia no es una empresa, una compañía, Ella trasciende todas las oficinas, por más grandes que sean.

2.- Además, con los años nos hemos encaminado hacia una noción distorsionada de la autoridad, como lo demuestra un reciente sermón del Padre Pfluger en Brisbane, o una reciente carta del Padre le Roux a sus benefactores.

Para ellos, es de facto imposible que las autoridades de la Fraternidad puedan poner obstáculo a la verdad. Los papas pueden equivocarse (¡Y Benedicto XVI un poco menos que los otros!), pero Menzingen no puede equivocarse, ni perder prestigio. Allí está la unidad de la Tradición. Poner a Menzingen delante de sus errores doctrinales, ponerle la Declaración doctrinal bajo la nariz pidiéndole condenar el texto, es la rebelión.

Es muy sintomático que Monseñor Fellay haya declarado en Lille el 7 de mayo de 2013 que no podíamos pedir a las autoridades romanas el condenar el concilio y la nueva misa, porque no podemos pedir a las autoridades que pierdan prestigio.
Yo creo que al contrario, cuando una autoridad reconoce sus errores, ella recupera el prestigio que perdió al empecinarse en sus errores.

Toda autoridad lo es a causa de su proximidad con la sabiduría o la Verdad. Ponemos a alguien en el poder, y sobre todo Dios pone a alguien en el poder en virtud de una sabiduría percibida o real. Un jefe indica un camino a seguir en virtud de un conocimiento mejor que tiene respecto a los otros. Su autoridad sigue creciendo, al igual que la de un gran general, a medida que los subordinados se dan cuenta de que él sabe lo que está haciendo.

En lugar de eso se nos presenta una noción ciega de la autoridad; tanto en los jefes como en los fieles que deben dejar de buscar informarse sobre el comportamiento de sus autoridades y sobre las razones doctrinales que llevan a tomar tal o cual decisión.

Si leemos uno por uno los pasajes que tratan sobre San Pedro en el Evangelio, vemos que el San Pedro escogido por Jesús no era un « Monseñor yo sé todo » que jamás pierde su dignidad (incluso después de Pentecostés: Quo Vadis, Epístola a los Gálatas…).

En este nivel, San Pedro es tranquilizador. Él decide, él conduce la Iglesia con mano fuerte, pero por momentos se merece ser reprendido porque es culpable.

La catástrofe del Vaticano II no hubiera sido tal si hubiéramos tenido en esa época una noción menos moderna y voluntarista de la autoridad. La masonería utiliza esta noción en todas partes.

Para nosotros que lo escuchamos en sus COSPECs (Conferencias de Monseñor en Ecône) y por ustedes que lo escucharon directamente, Monseñor Lefebvre nos formó sobre este punto. ¿Cómo podemos estancarnos ahora? ¿Qué nos pasa?

3.- Una de las razones es que Menzingen se presenta como el Bien Común mismo. Toda crítica hacia Menzingen es una maquinación contra el Bien Común de la Fraternidad que siempre debe estrecharse en torno de su Superior General para consolidar su unidad.

La unidad y el bien de la Fraternidad ya no es la integridad de los canales de la Gracia.

Ahora lo que llamamos “Bien Común” ya no es un bien o una perfección de la naturaleza racional, sino la tranquilidad del funcionamiento de una organización.

Lo siento mucho, pero el Bien Común es una perfección racional social, y para que haya perfección, es necesario que haya verdad y  bien verdadero, no mentiras, contra-verdades, malversaciones y faltas repetidas a la palabra dada.

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Cuál es el verdadero Bien Común que debe reemplazar al bien común de una aparente unidad doctrinal que ya no existe, (…ni siquiera en el papel! cf. Declaraciones del 14 de julio de 2012 y del 27 de junio de 2013).

Es ciertamente la continuación de lo que hemos hecho desde el principio; el hecho de reconstruir el edificio fuera de la influencia de la iglesia oficial que es mucho peor ahora que hace cuarenta años. Como una serpiente, la iglesia oficial engulle a su presa. Acepta a su presa “tal como somos”.

Este razonamiento es falso, nos dice el señor du Cray, portavoz de Menzingen. Monseñor Fellay y el Padre Pfluger lo confirman. En otros tiempos, el libro del padre Pivert hubiera sido un fracaso por su banalidad.

La nueva línea oficial que nos hizo correr al precipicio todavía se mantiene tenazmente. Los que se oponen son mordidos mientras que los que están en contra se hacen poner en la despensa.

Anteriormente, jamás habíamos excluido que el mal pudiera introducirse en nuestros círculos. La Fraternidad es un bastión, pero no es la fortificación completa. Vauban previó los bastiones avanzados, y podríamos decir que estos bastiones avanzados tienen por misión terminar por caer después de algún tiempo.

Antes del 2012, la Fraternidad se sostuvo por más de 40 años. Bravo. Ahora hay que reagruparse en la línea siguiente.

La Fraternidad no es el último bastión, muy al contrario, ella es también una fortificación con varios bastiones que se vuelven a formar si es necesario… esto es lo que hacemos nosotros.

Nosotros nos volvemos a formar, nos reagrupamos…

El bastión avanzado está casi demolido y ya no se le puede mantener en pie; entre más nos tardemos, más nos exponemos a los golpes del enemigo que logró minarla. Tardarse solo puede provocar la pérdida de valiosos soldados. Conservemos la integridad doctrinal de las tropas.

Noten que frente al Dragón, la Mujer del Apocalipsis huyó. Ustedes no pueden mantener el bastión tanto tiempo cuando los buenos sacerdotes han comenzado a evacuar; por prueba, el número espectacular de defecciones en enero… a tal punto que esperaríamos la centena de sacerdotes dentro de poco.

En cuanto a su trabajo, son las almas. Su campo, es el alma del que se confía a su Sacerdocio. La obra física es un accesorio, renunciar en tiempo oportuno vale más que mil sermones sobre el desprendimiento, incluso si todavía no derramamos nuestra sangre.

Yo me planteo frecuentemente la pregunta: ¿por qué tenemos tan pocos mártires en la Tradición, siendo que tantos cristianos son martirizados en otras partes? Si Dios nos ofrece una oportunidad de renovar nuestro fervor, aunque la ocasión sea muy triste, aprovechémosla.

En cuanto quedarse en su sitio para evitar que un liberal los reemplace, hay que constatar que la operación de reemplazo se lleva a cabo desde hace años en numerosos puestos. En los países anglosajones, ha sido toda una generación que ha saltado: todos los Black, Violette, Scott, Novak… gentilmente, pero igualmente largados. El tiempo cambia inexorablemente a bordo del Titanic.

Las investigaciones que hacemos sobre la estructura jurídica y económica de la Fraternidad, muestran que las personas morales que detentan los bienes de la Fraternidad están completamente en las manos de los liberales (Monseñor Fellay, Padres Pfluger, Wuilloud, Weber, Baudot, Max Krah, etc… todos tienen firma, y se los reconozco: son burócratas eficaces).

Ustedes me dirán: “Monseñor de Galarreta todavía tiene la firma”… a lo que les respondo que el Padre Pfluger indicó claramente que había retirado su firma de la carta de los tres obispos en 2012. Yo no tengo ninguna esperanza en él.

El argumento del padre de Cacqueray (« Resistan conmigo en el interior… detendremos a Menzingen si estamos unidos ») se sostiene cada vez menos, pues ni él, ni Monseñor Tissier han logrado cambiar nada en la política general, ni se han opuesto públicamente a los errores que condenaron varias veces en privado. Han tenido todo el tiempo que han necesitado. Pero Monseñor Tissier no dice gran cosa de especial en sus viajes de Confirmaciones.  Todavía tengo esperanzas en él, pero no podemos esperar indefinidamente.

En cuanto al argumento de Monseñor Tissier de Mallerais (Cállese, deje actuar a los capitanes), qué decepción. Desde el 14 de julio de 2012 es el silencio público total, pero reconozco dos cosas:

Por una parte el Padre de Cacqueray ataca el novus ordo enérgicamente, con la esperanza de demostrar que nada ha cambiado, o que los fieles podrán constatar que su discurso es muy diferente al del Padre Pfluger, y por ende al de Monseñor Fellay… sin necesidad de juzgar públicamente, pero alineándose a cada vez más posiciones de Menzingen. Ha habido un cambio gradual de su parte, comprendiendo su posición sobre la Declaración del 15 de abril, constatable en su conferencia de Mantes-la-Jolie.

Por otra parte, como el padre de Jorna en el Capítulo, o Monseñor Tissier varias veces, han superado su temor de decir lo que piensan en privado. En mi caso, Monseñor Tissier hizo una retirada, pero él lamentó haber firmado la turbia declaración de junio de 2013.

¿Podemos esperar gran cosa de estas técnicas… podemos estar orgullosos de estos modos de proceder?

Yo creo que quienes los utilizan pierden poco a poco el sentido de la confesión de la Fe porque:

1.- Ellos están señalados de todos modos : y la conferencia de Flavigny es perfectamente elocuente. A pesar de sus esfuerzos de colaborar con Menzingen, el padre Pfluger no duda en atacarlos, a Monseñor Tissier, a Suresnes, pero también a Monseñor de Galarreta. No, no sirve de nada esconderse. Si ustedes se callan públicamente, la Montaña, los Jacobinos, el comité de salud pública los dejarán tranquilos un cierto tiempo; porque tienen otros problemas que arreglar por el momento; pero el padre Pfluger es muy claro: Si no son sus personas de las cuales se van a deshacer por una gracia purificadora, ciertamente serán sus ideas las que irán al closet.

2.- Ellos están obligados a cooperar; a etiquetar a sus cofrades expulsados como rebeldes siendo que saben muy bien que si la orientación de la Fraternidad no hubiera cambiado, estos cofrades estarían trabajando a su lado. Y además, 75 sacerdotes “rebeldes”, empieza a ser una proporción en el mundo de la Tradición. Muchos de estos “rebeldes” han sido pacientes durante muchos años, han dado a conocer sus inquietudes con toda discreción, pero hay que constatar que la discreción no hizo sino empeorar las cosas al dar más arrogancia al clan liberal quien ha continuado, año tras año, su operación de purificación interna. No, el enemigo no ha sido detenido por los capitanes.

3.- La colaboración del silencio jamás es recompensada por la Revolución, que exige que usted esté de acuerdo con ella.
No será cuando estén atados a la guillotina que los “jefes” podrán hacer cualquier cosa. Habrán perdido lo que les quedaba de libertad de movimiento. El Padre Ward ha comenzado a filtrar las llamadas telefónicas destinadas a Monseñor Tissier en residencia, misteriosamente, en el priorato de Chicago. El Padre Pfluger condena las posiciones de Monseñor, aunque se calle públicamente; y ahora que los Dominicos se nos han unido, ¿qué le queda a Monseñor en Francia para hablar públicamente? Comprendemos mejor por qué Monseñor Williamson se apegó a sus Comentarios Eleison. Tantos buenos superiores, tantos buenos profesores de seminario que han sido separados en los años anteriores, no puedo ver otra cosa que una purga ideológica. Ciertos cofrades están desanimados, desamparados. No tienen la energía de hacer gran cosa por la neo-FSSPX, ni la energía de unirse a la resistencia exterior: y esto son puntos a favor de la Revolución.

Es mejor morir con la cabeza en alto, más que la Revolución, en lugar de sufrir su silenciamiento, sufrir por el contrario la exposición que se merecen los que la resisten cara a cara. Si es verdad que la Revolución mata a sus propios hijos, con mayor razón ¿tendrá ella piedad de aquellos que no reconoce?

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Entonces es necesario reagruparnos, y como dijo el Padre Pfeiffer, la mejor manera de reagruparnos, es el de decidir individualmente pelear. Por el momento, somos un poco como paracaidistas dispersados, pero podemos ver que se está tejiendo una tela mundial. Pronto seremos ocho en Australia-Asia.

El terremoto de enero en Francia muestra también que el reagrupamiento se está realizando fuera de la estructura oficial. ¿Cómo puede ser de otra manera cuando Monseñor Fellay amenaza con expulsión a los miembros de la Resistencia interior, en su último Cor Unum?

Sin embargo, el progreso de nuestro movimiento es tal que en algunos lugares la urgente necesidad de sacerdotes para los fieles de la resistencia, no es tan aguda como hace seis meses... En la medida en que ustedes decidan terminar con los hipócritas, y hagan frente común con otros cofrades (como lo hicieron los del 14 de enero) y que ustedes piensen que un mayor número de sacerdotes, de fieles, de obras físicas podrían ser salvadas, yo respeto su prudencia… a condición que tengan el firme propósito de declarar la guerra abierta en su lugar a este omnipresente partido liberal.

A posteriori, la estrategia del Padre Pinaud trajo muchos frutos. Ella demostró hasta qué punto Menzingen se burla del Derecho. Yo creo que algunos cofrades podrían repetir el ejercicio, pero solo algunos, pues es necesario que conozcan el terreno porque Menzingen no está dispuesto a volver a hacer otro “proceso Pinaud”.

Para los otros, lo mejor es no perder tiempo. Los 75 sacerdotes que han sido puestos fuera, han cambiado de manera significativa el equilibrio de poder dentro de la Fraternidad a favor de la orientación acuerdista. Diríamos también que Menzingen no ha terminado de hacer su limpia, el mismo padre Simoulin nos pide prepararnos santamente para otras separaciones.

Le pido a la Santísima Virgen que una separación perfecta se produzca. No podemos trabajar con estos liberales. Cuando vemos la indulgencia del Padre Pfluger (de Monseñor Fellay y otros) hacia el papa Francisco y por los grupos Ecclesia Dei, la cuestión se plantea: ¿Por qué no está en la Fraternidad San Pedro o Cristo Rey? Respuesta: Porque incluso en esos medios se escandalizan por las declaraciones del papa sobre los gays, en lugar de decir “¿Quién soy yo para juzgar al Papa?”.

Monseñor Rifan se ha despeñado completamente; su pensamiento en 2004, sobre todo sobre la noción del magisterio actual, es casi el pensamiento reinante en la neo-fsspx. Los casos de los padres Lamerand y de Chambord son ejemplos de caídas mucho más brutales. Cuando un fiel de Post-Falls le preguntó al padre Vassal la diferencia entre la Fraternidad San Pedro y la de San Pio X, no supo que responder…

Los sacerdotes liberales que se unen a las diócesis (como los padres Thuilier, Cecchin, Prouteau…) no compensan suficientemente la hemorragia por el lado de derecha. Lo más inquietante es que ellos salieron de nuestros seminarios. ¿Cómo es posible que el padre Berthe que no fue ordenado en Wigratzbad (Seminario de la FSSP), ¿cómo pudo ser nombrado profesor de seminario tan rápidamente? Veo allí más el trabajo de un padre Nelly (sobre Ecône), que de un padre Pfluger.

Porque no a todos nuestros adversarios los podemos pintar como revolucionarios furiosos. Hay liberales simpáticos, dotados de cierto sentido del humor, inteligentes, de buenas maneras y de una cierta piedad. (Monseñor Fellay es muy inteligente). Pero ellos facilitan la entrada del nuevo pensamiento a causa de su influencia y de su lado respetable y aceptable.

Otra razón que me lleva a pedirles que se unan a nosotros, es que Monseñor Williamson anunció su intención de consagrar en términos generales. Nada está hecho por el momento, pero creo que cuando el futuro de la Resistencia esté completamente asegurado, tal vez será demasiado tarde para tomar la decisión de servir solamente a la Verdad (verdadera columna vertebral de la Iglesia Católica).

Es ahora que los corazones se manifiestan; aprovechémonos de esto, en la medida que el asunto está concluido, pues los síntomas de liberalismo muestran que el deslizamiento de la Fraternidad ya no es para demostrarse.

Tenemos todos el sentimiento de cumplir nuestro Sacerdocio sacrificando nuestro confort y nuestra reputación, y todos hemos sentido una gran alegría.

La ironía es que las órdenes mendicantes que se nos unen (o las órdenes que tienen el voto de pobreza) siguen en sus castillos mientras nosotros empezamos en la paja. El ejercicio refrescará a la Tradición.

Lo que es absolutamente seguro, es que los fieles nos ayudan mucho. Aquí, por ejemplo, tenemos un micro seminario en una gran propiedad de cuatro hectáreas, y podemos hacerle frente a todos los gastos de transporte, los pesados gastos médicos del Padre Suelo, la reconstrucción de un pueblo devastado y varios proyectos a la vez. Monseñor Williamson encontró los recursos necesarios para comprar la casa de Kent, sin tener que pedir prestado a los que él llama los “Banksters”.

Dios es bueno y provee todo. Lo que más nos preocupa es nuestra manera de organizarnos para no repetir los errores del pasado y esta centralización fatal de la Fraternidad.

Más nos lanzamos con entusiasmo, más los resultados sobrepasan nuestras expectativas.

Yo no creo que esta carta un poco larga los persuadirá en esta decisión tan importante de o no hacer nada, de hacer como si nada pasara o hacer todo para salvar el mensaje de Monseñor Lefebvre que es el mismo de Cristo Rey. Vaticano II rechaza los derechos que se le deben a Cristo como Dios, es una revuelta, y los que quieren reconciliarse con una revuelta tan profunda que es esta iglesia conciliar, son ellos mismos rebeldes. Lo que digan de nosotros no hace ninguna diferencia.

Estimado Cofrade, quisiera simplemente acompañarlo con mis pensamientos, votos y sobre todo oraciones.

Tuus,

In Iesu et Maria,

Francois Chazal+
Publicado por Syllabus Errorum en 20:42