jueves, 22 de octubre de 2015

Francisco a Sor Lucía Caram: “Vos, continúa haciendo lío, no te canses, los pobres son lo más importante, eso es el Evangelio”.

viernes, 16 de octubre de 2015

Francisco le dice a Sor Lucía Caram que siga haciendo lío.

[Religión Digital, 15-Oct-2015]



  
El Papa bendice a la monja dominica tras la audiencia general de los miércoles


 “Prefiero los conventos que se abren para acoger a los pobres, que los que se convierten en Hoteles”

Jesús Bastante, 15 de octubre de 2015 a las 10:29

(Sor Lucía Caram).- Roma se despertaba con miles de peregrinos que iban a la Plaza de San Pedro a esperar durante horas para poder disfrutar de la audiencia del Papa Francisco, como ocurre cada semana. La gente quiere escucharle, tocarle, hablarle, pedirle una bendición.
Desde las 6:30 de la mañana con Sor Juana Mari, mi priora, esperábamos en la Puerta de Santa Ana, donde están la Guardia Suiza, nuestra acreditación. Allí los argentinos invitados a través de la Nunciatura, seríamos conducidos por el Padre Guillermo Karcher hacia lo que llaman -irónicamente- “el corralito” de los argentinos, a la derecha del Papa en la misma explanada desde donde da su catequesis semanal. En ese recinto éramos unos 200 argentinos.
El Padre Guillermo, persona cercana a Francisco, nos dijo: “Cuando el papa se acerque, podéis darle regalos, hablarle, pedirle la bendición, lo que queráis. A él le gusta estar con la gente y disfruta. Aprovechen, porque están en un lugar inmejorable.”
Una hora antes de lo previsto, ya que amenazaba lluvia, comenzamos a oír al Papa. Desde la Sala Pablo VI, saludaba a algunas personas enfermas y sus familiares. Luego, apareció en un Papa móvil que iba muy despacio, porque el Papa quiere estar cerca de la gente. No faltaron los niños que se le acercaban, ni sus gestos más que elocuentes de simpatía, complicidad, alegría. Todo un torrente de vitalidad, que supera los límites de su edad y que deja a todos con mucha paz.
Comenzó la audiencia con un profundo sentido de humildad, pidiendo perdón por los escándalos del Vaticano en estos días. Sin duda se refería al padre Charamsa, a quien dijo perdona de corazón, y también a la carta difundida presuntamente por al menos seis cardenales que manifiestan su temor o desconfianza ante lo que pueda deparar el Sínodo. Estoy segura que el Padre Charamsa, si hubiera hablado con Francisco, hubiera conseguido mucho más que con toda la puesta en escena de la salida del armario -que no juzgo, todo lo contrario-, y estoy segura que hubiera sido mucho más positivo para el Sínodo, porque su situación “YA” está sobre la mesa en el mismo. Tanto la homosexualidad, como la situación de los divorciados, está en su realidad más profunda, porque Francisco ha querido preguntar a todos, y todos hemos podido hacer llegar nuestras preocupaciones y esperanzas. Y lo ha hecho, porque quiere una Iglesia que afronte la realidad y acoja a todos y a todas las realidades que viven las personas, las familias y los nuevos retos.
La audiencia continuó, y llegó el momento de los saludos. Francisco iba muy poco a poco. Escuchando a cada uno, haciendo bromas, bendiciendo, aconsejando. Cada uno, era lo más importante para él, y eso se notaba.






Al llegar donde estábamos nosotras, Francisco nos abrazó a ambas. Parece que el tiempo se detuvo y que estaba para nosotras. Le explicamos lo que nos traía a Roma y nuestro deseo de vivir siempre en comunión con la Iglesia viviendo el Evangelio al lado de los más pobres, siendo una Comunidad Contemplativa al Servicio del Reino. Él escuchaba y me dijo: “Ah, vos sos la monja que hace lío”.
Le expliqué los proyectos que tenemos entre manos desde la Comunidad, la Fundación, el trabajo contra la pobreza infantil, las 1300 familias de la Plataforma de alimentos, el Albergue, los pisos. Él escuchaba atentamente. Le hablé del compromiso de los voluntarios. Y cuando le dije: “-Hemos acogido refugiados y vamos a acoger más”. Él con un gesto de preocupación nos cogió del brazo y nos dijo: “Este es el gran drama que tenemos hoy. Acójanlos, abran las puertas, no dejen de acoger a los más pobres, prefiero los conventos que se abren para acoger a los pobres, que los que se cierran en sí mismos o los que se convierten en Hoteles.”
Le dije: “Sí, Santidad, pero la Iglesia no nos lo pone fácil, hoy es muy difícil ser cristiano en la Iglesia católica”. El no lo dudó, largó una carcajada cómplice y me dijo: “-Te voy a responder como aquel que dijo: ‘¿Señora, a mí me lo dice?’.
Reímos los tres y me dijo: “- Vos, continúa haciendo lío, no te canses, los pobres son lo más importante, eso es el Evangelio. Hacé lío”.
Luego bendijo a mi priora y en ella a las monjas de la comunidad. Sor Juana Mari, flotaba. Finalmente me bendijo a mi y conmigo a la Fundación Rosa Oriol, a todo el equipo que me ayuda y a los más pobres, tal como se lo había pedido.
Nos regaló una sonrisa y un nuevo abrazo y continuó con una bendición.
Nos quedamos con mucha paz. Pedro de alguna manera nos confirmaba en la fe, una fe que nos pone al servicio de los más pobres y que nos hace dar lo contemplado, animando el servicio a los preferidos del Reino.
Con su gesto y su acogida, con su bendición animaba nuestra caridad que es la que nos hace entender que le corazón de Dios tiene unas dimensiones infinitas en la que entramos todos y que lo único importante es amar y servir, amar como somos amados por el Dios de la vida, que lo único que desea es que todos sus hijos vivan con dignidad.
Francisco, con su bondad y con su gran humanidad, es un signo de la bondad y la ternura de Dios, que en Jesús ha puesto su tienda entre nosotros y que camina con su pueblo animando nuestro paso hacia la libertad plena para todos.
Gracias Francisco, tu bondad nos anima, tu fe nos confirma, tu caridad nos ayuda a avanzar en la línea del Evangelio, que es la del amor que se hace servicio.





¿Qué piensa esta monja sobre temas como la homosexualidad y el aborto? Dejemos que ella misma los responda en una etrenvista aparecida en La Opinión de Málaga, 23-Ene-2014.

El nuevo cardenal español, Fernando Sebastián, que reside en Málaga, ha creado una gran polémica tras comparar la homosexualidad con una deficiencia tratable. ¿Qué opina?
No lo comparto. Yo creo que el Papa ha sido clarísimo y está siendo clarísimo con todas sus actitudes. Afirma que no es nadie para juzgar y si no es nadie para juzgar, no puede considerarse una enfermedad. Todos tenemos errores, pero la orientación sexual no es un pecado ni una desorientación de la naturaleza.Tenemos que acoger. Me sorprenden las palabras de Sebastián. Dentro de la Conferencia Episcopal abrió camino en un momento muy complicado y tuvo un papel determinante. Su labor fue muy buena. Eso no quiere decir que esté de acuerdo al cien por cien con todo lo que diga. Creo que la emoción por el nombramiento le ha podido hacer abrir demasiado la boca. Es una persona mayor, que recibirá el capelo en reconociendo a su trayectoria, pero que no tendrá una voz decisiva en la Iglesia. Seguramente no habrá recibido apoyos de la oficialidad de la Iglesia.

¿Qué opina entonces del matrimonio entre dos personas del mismo sexo?
Yo siempre me pregunto qué haría Jesús, y Él siempre bendecía. Nunca maldecía. El matrimonio y el amor siempre es bendecido. Que institucionalmente se nieguen a elevarlo a la categoría de sacramento es otra cosa. Pasarán muchos años para eso. Yo no me siento capaz para condenar a nadie. Estamos llamados a bendecir cualquier tipo de amor. El que no bendice, maldice. Y eso es pecado.

Sus opiniones contrastan con las oficiales de la Iglesia. ¿Cree oportuna una reforma de la ley del aborto?
Yo estoy a favor de la vida siempre. El aborto siempre es un fracaso y la mujer que llega a esta situación siempre lo experimenta así. Pero yo nunca condenaré a una mujer o a una pareja que lo decida.

Introduce un matiz importante: Habla de la pareja, no sólo de la mujer.
Estar embarazada es una cuestión de dos. Habrá casos que lo decida la mujer sola y otros muchos en que sea la pareja. Tenemos que ser respetuosos y que la mujer no sea la única que cargue con toda la responsabilidad. Habrá que buscar facilidades para las personas que quieran tener un hijo. Pero quienes tomen libremente la decisión tienen que ser las personas. La Iglesia no puede meterse ahí. Ni siquiera Dios, que por algo nos hizo libres.

Pero la libertad exige también unos límites. ¿Cree necesaria una regulación?
Yo creo que la Iglesia no tiene nunca que imponer su ética de máximos a la sociedad. Tiene que haber una ética de mínimos común a todos los ciudadanos. En este sentido, la Iglesia podrá marcar pautas a quienes libremente han asumido abrazar la fe dentro de esta comunidad, pero no tiene derecho a presionar ni a obligar a nadie a que se tome medidas en función de unos valores religiosos. Hay que separar la religión de la política, acompañar a la gente, formar las conciencias y volver al Evangelio, donde hay muy pocas cosas mandadas y prohibidas.

Se nota que habla de Francisco con admiración. ¿No tendrá nada que ver con que es argentino como usted?
El Papa es un fenómeno que ha traído normalidad a la Iglesia. Es lo que hace muchísimo tiempo, la inmensa mayoría de los cristianos de base estábamos diciendo, pero por el autismo perverso de la institución no se nos escuchaba. El Papa pone sobre la mesa una realidad que ha terminado estigmatizando a la Iglesia. Vuelve al Evangelio, abre puertas y ventanas para que entre aire fresco y para que salga toda la podredumbre y que hizo de la Iglesia la institución menos creíble en los últimos años, a pesar del papel determinante que realizan Cáritas, los misioneros, quienes trabajan con los pobres... Son gente de Iglesia, lo que pasa es que no mandan.

Cristo sería tuitero, ¿pero volvería a expulsar a los mercaderes del templo?
Yo creo que es lo que está haciendo el Papa. Ha sacado el látigo. Ha sido claro al decir fuera los pastores que no huelen a oveja, que viven en palacios. Fuera aquellos que se hacen llamar monseñores... Lo han sacado contra los laicos y sacerdotes que usan sus cargos para oprimir a los otros. Usa el mismo mensaje de Jesús. Y lo ha hecho, por ejemplo, en el Banco Vaticano.

¿Tiene miedo de que pueda pasarle algo al Papa antes de que acabe su obra? Antecedentes existen...
El que lo ha dado todo no tiene todo que perder. Nuestra vida está entregada. Puede haber riesgos. Ya existe un liderazgo reconocido, tanto que hasta Obama le ha pedido audiencia. Dentro de la curia puede haber gente que se sienta incómoda. Al Gobierno de Italia tampoco le interesa que el Papa vaya a Lampedusa y denuncie la situación que viven miles de inmigrantes... Hipócritamente en España se han asumido las palabras de Francisco, cuando se mantienen las concertinas en la valla de Melilla. El Papa les está metiendo el dedo en el ojo. Es incómodo para la curia y los poderes establecidos, pero también se está ganando el respeto de todos. Como estamos en un sistema teóricamente democrático y Francisco tiene buena prensa, por su vida y testimonio, los gobernantes ya se cuidarán mucho de contradecirle.

¿Es sólo un Papa de gestos, como dicen, o efectivamente va a propiciar una revolución?

Está logrando una Iglesia más creíble y servidora. Está removiendo los cimientos para volver a la sencillez de los Evangelios. Créame que es más fácil abrazar a un leproso que sacar el látigo para ahuyentar a los estafadores y a los lobos con piel de cordero que poblaban la administración vaticana.


Publicado por Stat Veritas