martes, 15 de septiembre de 2015

“No quiero ofrecer a Yahvé mi Dios holocaustos que no me cuesten nada.”

EL REY DAVID
Catedral de Fidenza, Italia


           ¿Cuál fue la causa de la ira de Yahvé y quién instigó a David? Según los Santos Padres y muchos intérpretes  modernos, se encendió el furor del Señor porque el motivo de hacer el censo era el orgullo, cual si él fuese el dueño del pueblo de Dios y el poder de Israel consistiera en su número y no en la confianza en Dios. Esto se confirma con la conducta inversa que siguió David. El que movió a David al orgullo fue Satanás, como afirma expresamente  el libro de los Paralipómenos (I Par. 21, 1). Dios se lo permite, como en Job 1,12.  Pero esta vez para castigar la infidelidad de su pueblo, como lo hizo otras veces por medio de ejércitos enemigos. De ahí que el castigo descargue sobre el pueblo y no sobre el rey que dispuso el censo.  Dios permite a veces que un pastor caiga en una falta para castigar así a los que están a su cargo, porque según dice San Gregorio, es muy intenso el enlace que hay entre los gobernantes y gobernados, entre el Pastor y la grey. (Comentario de Mons. Straubinger al libro II de los Reyes Cap. 24, 1 y ss.)



“Ese mismo día vino Gad (Profeta de Yahvé)  a David y le dijo: “Sube, levanta un altar a Yahvé en la era de Areuna, el  jebuseo”. Subió, pues, David, conforme a la palabra de Gad, como se lo había mandado Yahvé. Cuando Areuna, alzando los ojos, vio al rey y a sus siervos que venían hacia él, salió y postróse delante del rey, rostro en tierra. Y dijo Areuna: “Por qué viene el rey mi señor a casa de su siervo?”. “¿David respondió: “Para comprarte esta era, a fin de edificar un altar a Yahvé, para que la plaga se retire de sobre el pueblo."  Dijo entonces Areuna al rey:  “Tome el rey mi señor y ofrezca como sacrificio lo que bien le parezca. Mira aquí están los bueyes para el holocausto, y los trillos y los yugos de los bueyes para la leña. Todo esto, oh rey, regala Areuna al rey.” Areuna dijo además al rey: “¡Yahvé, tu Dios, te sea propicio!” Respondió el rey a Areuna: ” ”No, sino que te compraré por plata, pues no quiero ofrecer a Yahvé mi Dios holocaustos que no me cuesten nada.” Y así compró David la era y los bueyes por cincuenta ciclos de plata. David erigió allí  un altar a Yahvé y ofreció holocaustos y sacrificios pacíficos; y Yahvé fue propicio al país, y se retiró la plaga de Israel. (II Libro de los Reyes,  Cap. 24, 18-25).


“No quiero ofrecer a Yahvé mi Dios 
holocaustos que no me cuesten nada.”