sábado, 4 de abril de 2015

Nuevo Obispo

Ceremonia de la Consagración Episcopal
del Padre Jean-Michel Faure

Por su excelencia 

Monseñor Richard Williamson 


Comentario Eleison Nº 402


 ¡San José, Patrono de la Iglesia,

muchas gracias por prolongar así los rangos de sus verdaderos obispos!


     La consagración del Padre Jean-Michel Faure como obispo en el Monasterio de la Santa Cruz en Brasil la semana pasada fue una ocasión de deleite. El tiempo estaba cálido y seco. El sol brillaba. Los monjes y las Hermanas cercanas del Padre Tomás de Aquino han sobresalido al transformar un garaje de concreto y metal en un santuario digno de la noble liturgia, la cual ellos también habían muy bien preparado. A pesar de la noticia tardía, estuvo presente un grupo de sacerdotes de todas las Américas y de Francia. Una congregación de una centena de almas, también de muchos diferentes países, siguió atentamente la ceremonia de tres horas.

      Desde entonces todos los Católicos que ven la necesidad de al menos un obispo más para ayudar a asegurar la supervivencia de una “Tradición Resistente” se han regocijado. La comprehensión que Monseñor Lefebvre tenía de la defensa de la Fe Católica no podía ser dejada por mucho tiempo más dependiendo solamente de un único obispo. Su consagración de los cuatro obispos en 1988 sin el permiso de Roma, por la “Operación Supervivencia” en oposición a la “Operación Suicidio”, tenía que ser prolongada en el siglo 21ero. Disculpas van a todos los Católicos que hubieran amado estar presentes si solamente lo hubieran sabido con suficiente antelación, pero todo tuvo que hacerse para asegurar que la consagración tuviera lugar, lo que incluía una medida de discreción.

      Tenía la consagración enemigos poderosos. La Iglesia oficial en Roma reaccionó declarando al consagrante estar “automáticamente excomulgado”, pero tanto como en 1988 esta declaración es falsa, porque según la Ley de la Iglesia quienquiera comete un acto punible no incurre en la penalidad normal, por ejemplo excomunión por consagrar un obispo sin el permiso de Roma, si es que él actuó por necesidad. Eso es sentido común, y ciertamente había necesid ad en este caso. En la medida que el mundo se acerca más y más a la Tercer Guerra Mundial, ¿qué individuo en la tierra puede estar seguro de su propia supervivencia?

      También, la Fraternidad oficial San Pío X en Menzingen, Suiza, condenó la consagración de Monseñor Faure en una declaración de prensa emitida ese día mismo. Vale la pena notar en ella la admisión de que el consagrante fue excluido de la Fraternidad en el 2012 debido a su “crítica vigorosa” de los contactos de la Fraternidad con Roma en años recientes. Menzingen reclamó por el mayor tiempo posible que el problema era uno de “desobediencia”. Ahora, finalmente, Menzingen admite que estaba acusado continuamente el mismo de “traicionar el trabajo de Monseñor Lefebvre”. Ciertamente. Traicionar y destruir.

      La propia Roma confirma la traición. Al día siguiente de la consagración, Monseñor Guido Pozzo, Secretario de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei, además de declarar la inexistente “excomunión”, continuó diciendo Varias reuniones (entre Roma y la FSPX) han tenido lugar y más de ellas están planeadas con ciertos prelados (Romanos) para discutir los problemas que todavía necesitan ser clarificados en una relación de confianza”, problemas “doctrinales e internos a la Fraternidad”.

      Monseñor Pozzo prosiguió: El Papa está esperando que la Fraternidad se decida a entrar en la Iglesia y nosotros estamos siempre listos con un proyecto canónico conocido (una prelatura personal). 

      Un poquito de tiempo se necesita para que las cosas devengan claras dentro de la Fraternidad y para que Monseñor Fellay obtenga un consenso suficientemente amplio antes de dar este paso.

      ¿Qué más puede alguien necesitar para ver la inscripción en la pared?


Kyrie eleison.